Este poema es la fuente de todos los icebergs. Uno de los mejores poemas de Benjamín Prado. No necesita más comentarios. Solo leedlo y releedlo.
Lo mismo y lo contrario
Por Benjamín Prado. Iceberg.
Lo contrario de un hombre limpio es el agua sucia.
Lo contrario del mar es una mujer ciega.
El que derriba un puente, construye un precipicio.
Las cicatrices son golpes que no se olvidan.
Hay verdades sin límite
y hay cosas que se acaban:
los ríos son Machado;
yo te amé a tumba abierta;
los alacranes brillan a la luz de la luna
y después son, de nuevo, venenosos y oscuros.
Es así, tan sencillo.
Luchar por las cenizas es renunciar al fuego.
Una palabra dicha es un pájaro que se vuela.
Tu muerte está debajo de mi piel
lo mismo que un insecto en un vaso volcado.
¿Qué más puedo decirte?
Que yo te amé de norte a sur,
sin fondo,
con uñas y con dientes,
sin secretos,
sin trampas.
Que no he querido oír una vez más tu voz,
ni mirar nuestras fotos,
ni verte acariciando con tus dedos azules
a los perros que comen las sombras de tu vida.
Yo sólo quiero oscuridad y humo.
Yo he venido a decir que te he olvidado,
que volveré a olvidarte cada día,
cada uno de los días de mi vida.
Lo mismo y lo contrario
Por Benjamín Prado. Iceberg.
Lo contrario de un hombre limpio es el agua sucia.
Lo contrario del mar es una mujer ciega.
El que derriba un puente, construye un precipicio.
Las cicatrices son golpes que no se olvidan.
Hay verdades sin límite
y hay cosas que se acaban:
los ríos son Machado;
yo te amé a tumba abierta;
los alacranes brillan a la luz de la luna
y después son, de nuevo, venenosos y oscuros.
Es así, tan sencillo.
Luchar por las cenizas es renunciar al fuego.
Una palabra dicha es un pájaro que se vuela.
Tu muerte está debajo de mi piel
lo mismo que un insecto en un vaso volcado.
¿Qué más puedo decirte?
Que yo te amé de norte a sur,
sin fondo,
con uñas y con dientes,
sin secretos,
sin trampas.
Que no he querido oír una vez más tu voz,
ni mirar nuestras fotos,
ni verte acariciando con tus dedos azules
a los perros que comen las sombras de tu vida.
Yo sólo quiero oscuridad y humo.
Yo he venido a decir que te he olvidado,
que volveré a olvidarte cada día,
cada uno de los días de mi vida.
2 comentarios:
Este poema es uno de mis preferidos.
De los que más me impactan.
Un saludo,
M
Hola Benjamin. A mi también me fascinan los contrarios. Creo que lo que más me gusta es siempre lo opuesto. Te seguiré.
Publicar un comentario