lunes, 30 de junio de 2008

Los optimistas, en la voz de Benjamín Prado

Ayer lo leímos, hoy lo podemos oir en la voz de Benjamín Prado (a partir del minuto 4:50) en el vídeo que adjuntamos. (Si no queréis adelantar el vídeo hasta entonces podréis escuchar también una carta de Sabina).


Los optimistas

Hace unos días dejé aquí una entrada sobre Marea Humana, aquel poemario de Benjamín Prado en el que cada uno encontraba su lugar. Hoy más que nunca todos somos algo optimistas...
( y mañana lo mismo, pero más...)

El optimista
Por Benjamín Prado. Marea Humana. Visor.
Por la noche
que resta
espejos
a la luz.
Por las uvas
que suman
cristal dulce
y olvido.
Por el modo
en que crece
dentro
de las palabras
el coral
del poema.
Por el número 3.
Por la canción
políglota del vino.
Por la esperanza
que hubo
en las banderas
rojas.
Por la amistad
que llena
de rincones
el círculo
inflexible
de la vida.
Por el pescado
que abre
la embajada
del mar
de nuestra boca.
Por la harina
que baja
la luna
a nuestras manos.
Por aquellos
que saben,
como mandó Cernuda,
pedirle
a su existencia
dirección
y sentido.
Por
los ojos
de Ana.
Por la nieve.
Por el imán
que forman
el caos
del amor
y el orden
del deseo.
Por la lluvia
y las islas.
Por todos
los que creen
que es más fácil
hacer
el bien
que merecerlo;
los que pierden la fe
entre dos campanadas;
los que al comer pan
saben
el idioma del trigo.
Por el viento
que sueña
desiertos verticales
y el mineral
que enciende
su luz desenterrada
y la cera
que pone su estracto
de volcán
sobre la piel.
Por el mar.
Por la música.
Por los hombres
que saben
que se puede
huir de la verdad
pero nunca
escapar
de la mentira.
Porque el verso
anterior
no ha sido
el último.
Por la esperanza
de que no me olviden.

sábado, 28 de junio de 2008

La metamorfosis, de Prado

Me encanta esto de hacer un blog de literatura y poder hablar de fútbol sin traicionar el blog ni convertirlo en un cajón de sastre.

Una vez más Benjamín Prado ha vuelto a hacer eso por lo que me decidí a abrir este blog con su nombre, ha vuelto a ser capaz de plasmar en palabras lo que siento, pero que no sé ni explicarlo, ni casi pensarlo (y muchas veces ambas cosas se necesitan). Leyendo su artículo sobre fútbol y sobre España en la edición de El País de hoy me ha vuelto a pasar. Será porque tengo el sentimiento disparado y también creo que estamos viviendo la historia. Porque la historia, en nuestra época premoderna no se escribe con guerras, también con fútbol. Para unir a un país no es necesario un enemigo contra el que luchar, ni una guerra en la que vencer, basta con un balón y una copa de metal. Algo ya hemos ganado.

Y además tenemos a Benjamín...

Adiós a la otra España.
Mañana jugamos la final de la Eurocopa y hoy creemos que vamos a ganarla. Es decir, que de lo que estamos hablando no es de un partido de fútbol, sino de una metamorfosis étnica: si este domingo se confirman las sospechas de que somos la mejor selección del campeonato, al acabar el partido empezará un nuevo país, otro sitio llamado también España, igual que el antiguo pero en el que se hayan ido al demonio los estereotipos que llevábamos colgados en la camiseta como si fuesen muñecos del Día de los Santos Inocentes, todo ese rollo de la falta de carácter, el miedo a ganar, la mala suerte histórica, etcétera.

Porque, además, hay algo que está a nuestro favor, y es que la Alemania de hoy sí que se parece a la Alemania de siempre como una gota de plomo a otra gota de plomo. Es un equipo tan previsible como temible y jugar contra ellos es como admirar una joya en su estuche: si dejas que el brillo del oro te hipnotice, te arriesgas a que la caja se cierre de pronto y te pille los dedos. Habrá que vigilar cada segundo del partido y saber que nos enfrentamos a uno de esos conjuntos con los que ser mejores no es bastante.

Una metamorfosis... Suena bien, es algo más profundo que un cambio y, sobre todo, más definitivo. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos, como escribió Pablo Neruda, y ese hecho incontestable se debe, sin duda, a la transformación general que ha sufrido nuestro país y, en este caso concreto, a la salida de deportistas como Cesc, Torres o Xabi Alonso al extranjero como estrellas, no como emigrantes, y además como estrellas jóvenes, a las que sus entrenadores han dado una responsabilidad basada en la fe ciega en sus condiciones y a los que, nada más llegar, les han quitado el mono de subalterno para vestirlos con el uniforme del general: Cesc y Xabi Alonso no juegan en el Arsenal y en el Liverpool: los manejan, dan las órdenes y se han acostumbrado a mandar. Y al revés también sirve, porque el otro Xavi o Iniesta, por ejemplo, también hacen de jefes en el Barcelona y por todo lo alto porque las órdenes se las dan a tipos como Ronaldinho, Henry o Messi. No creo que nadie pueda decir que recuerda a una selección española con tanta jerarquía como ésta. ¿Qué vamos a estar haciendo mañana a las diez y media? Ojalá que estemos oé, oé, oé total, porque eso sería, sencillamente, hacer justicia, no sólo por lo que somos, sino también por lo que hemos dejado de ser: somos los que mejor tratan a la pelota y, por lo tanto, sus dueños; y no somos ya los perdedores de la furia inútil y la sangre sin venganza, sino un grupo de jóvenes que se ven a sí mismos grandes y poderosos, aunque sean pequeños de estatura y menos fuertes que esos centrales alemanes que, como suele decirse, son tan lentos que mientras corres a su lado te da tiempo a cambiarte las botas.

Bob Dylan y la gira interminable

Imperdonable el error, pero subsanable. El día 21 de este mes Benjamín Prado escribía en El País, una breve reseña sobre la gira de Bob Dylan. Si yo tengo un blog sobre Benjamín Prado es seguro que el madrileño lo ha de tener sobre Bob Dylan. Aunque con una diferencia, el publica en El País y yo en Prados Urbanos...

El hombre del sombrero.
Por Benjamín Prado. El País.

Las personas inteligentes siempre encuentran un modo de parecerse a la imagen que tienen de ellas quienes las alaban, y por eso Bob Dylan hace tiempo que decidió ser clavado a lo que dijo de él Bono cuando cumplió 50 años, especialmente en lo que respecta a dos de sus afirmaciones: le sientan bien los sombreros, y por raro que sea o lejos que esté el sitio en el que vives, una noche Bob irá a tocar allí. Dicho y hecho, Dylan hace tiempo que alterna sombreros blancos y negros en los conciertos y su gira inacabable sigue siendo el famoso The Never Ending Tour, que aunque ya no se llame así, es él. No hay más que ver dónde estuvo el genio antes de venir a España y dónde va a ir cuando se marche: en total, 69 conciertos, en tres continentes y durante ocho meses, de momento. No está mal, para un tipo de 67 años.
El Dylan que recorrerá España de norte a sur no es nuevo, pero es magnífico. Su repertorio no ha incluido, hasta ahora, grandes sorpresas, ni las versiones inesperadas con que suele dejar atónitos a sus seguidores, que pueden ir de Charles Aznavour a los Rolling Stones, pasando por Simon & Garfunkel, pero está espléndido de voz, lleva una banda impecable, poderosa y sutil a partes iguales y está haciendo algunos alardes con el instrumento que mejor domina, la armónica. A modo de ejemplo, el concierto de hace unos días, el 16 de este mes, en Bérgamo, es uno de los mejores que ha dado en los últimos tiempos.

Dylan es un hombre paradójico, a la vez judío y cristiano, tradicional y vanguardista, distraído y virtuoso, elegante y hortera según le dé. Y, a pesar de que lo que dice Bono es cierto, no es toda la verdad, porque Dylan es tan distante como próximo; es alguien que no se mezcla con la gente, que no quiere confianzas y sonríe con cuentagotas. Su filosofía parece ser: yo voy donde tú estés, pero no te me acerques mucho; si me dejas ser inaccesible, me pondré a tu lado. Ése es el Dylan que acaba de llegar a España para interpretar todos sus clásicos y casi todas las canciones de sus dos últimos discos: es un mito, pero no está retirado, y la fuerza de sus nuevos temas la demuestra el hecho de que no desentonen al lado de sus himnos de siempre. Ni se les ocurra perdérselo

El jueves que amaneció el viernes

La noche del jueves no fue una buena noche para sentarse delante del ordenador. Tampoco creo que Benjamín Prado estuviera escribiendo. Ni falta que le hacía, ya lo había escrito por la mañana en su columna semanal, ya había dado un repaso a los políticos porque según Juan Urbano "es que los gobernantes no quieren gobernar, sino sólo llegar al Gobierno". Aquí completo, prestado de El País.
El Estado de la Ciudad
Por Benjamín Prado. El País.
Hoy se celebra en Madrid el debate sobre el estado de la ciudad y, por tanto, vamos a oír una serie de discursos al final de los cuales no sabremos nada nuevo: el alcalde hablará de lo bien que lo ha hecho, la oposición dirá que todo ha sido un desastre, y poco más. Qué le vamos a hacer, si vivimos un tiempo en el que las banderas han sido sustituidas por banderines y la política, que debiera ser una ventana, es sólo un espejo donde cada uno se ve a sí mismo, lo cual, a fin de cuentas, no es más que otra forma de ser ciego. Claro que Homero, Milton y Borges también lo eran, pero en su caso por enfermedad y no por vocación; es decir, que buscaron la luz en la sombra y cualquiera de los tres podría haber escrito lo que escribió el último: "Repito que he perdido solamente / la vana superficie de las cosas".
Los ciudadanos, sin embargo, no son ciegos, no viven en el exterior de las cosas ni se dejan confundir por la fachada publicitaria que a menudo les ponen delante, sino que se hunden cada día en la realidad, la disfrutan o la sufren, según los casos, intensamente, y por lo general no se dejan engañar. No hay más que ver el foro que ha tenido abierto estos días EL PAÍS en su edición digital, donde los lectores han ido desgranando cuál es, en su opinión, el estado de la ciudad, para darse cuenta de hasta qué punto los madrileños conocen Madrid y tienen claras cuáles son las contrariedades que más les incomodan y los conflictos que más urge resolver. Cuando aquí también construyan uno de esos rascacielos giratorios que van a hacerse en Dubai, Moscú y Nueva York, nadie va a darle la vuelta a su casa para que no mire de frente las dificultades.

Lo cierto es que las preocupaciones son las de siempre, lo cual no habla bien de la gestión política de la ciudad, porque si los problemas no cambian es porque los encargados de resolverlos no lo hacen, y es evidente que los sucesivos gobiernos municipales no han sido capaces de solucionar asuntos como los que aparecen en los primeros puestos de la lista de elpaís.com: la contaminación; el tráfico; el precio de la vivienda, tanto a la hora de intentar comprar una casa como a la de alquilarla; las zonas abandonadas en las que proliferan la delincuencia o las drogas; la falta de espacios verdes y de polideportivos; la inseguridad en ciertos barrios y a ciertas horas; las carencias del transporte público, sobre todo por la noche... Más de lo mismo, después de tantas promesas y tantas campañas electorales.

Juan Urbano pensó en todo eso mientras leía el foro digital del periódico, y tuvo la sensación de que, en muchos aspectos, el problema de España es que los gobernantes no quieren gobernar, sino sólo llegar al Gobierno. O sea, que no les gusta buscarse enemigos ni arriesgarse a perder votos y, en consecuencia, toda aquella decisión que, por muy lógica o necesaria que sea, resulte impopular, no se toma. Eso está más que claro, por ejemplo, en el tema de la polución y el tráfico que tienen presa a la ciudad, y por eso quienes se han molestado en escribir lo que piensan en elpaís.com dicen lo mismo que creemos casi todos: que habría que prohibir el tráfico privado por el centro de Madrid y devolverle las calles y las plazas a las personas a quienes se las quitaron para dárselas a los coches. Los comerciantes se quejarán, porque lo hacen siempre que se menciona la posibilidad de reducir al mínimo el tráfico en todo el territorio que hay dentro del anillo de la M-30 y hacer peatonales muchas calles, pero pronto van a darse cuenta de que no pierden clientela, sino al contrario: la mayor parte de las grandes vías comerciales del mundo son así, peatonales, y aquí mismo, no hay más que ver lo que ha ocurrido con la calle del Arenal, que ha pasado de sucia y fea a bonita, arbolada y paseable.

Juan Urbano acaba de levantarse y, como hoy tiene el día libre, se va a sentar a ver por televisión el debate sobre el estado de la ciudad y va a comparar lo que dicen los políticos con lo que ven los ciudadanos, a ver si parece que unos y otros viven en la misma ciudad o que habitan dos planetas distintos.

miércoles, 25 de junio de 2008

Benjamín Prado recita por Sabina

Benjamín Prado y Joaquín Sabina estuvieron en la feria del libro de Sevilla. Allí ante una gran multitud recitaron poemas que son canciones y canciones que son poemas. Algunas compuestas "por los tres. Joaquín, y yo y la botellita a altas horas de la madrugada".

Joaquín Sabina presentaba su libro A vuelta de correo (Visor), formado por cartas cruzadas con distintos autores, entre los que se encuentra "Benjamín Prado, que es un núcleo central, porque mi familia de los últimos años, que es lo que yo llamo el grupo de Rota, porque pasamos en Rota los veranos, son Luis García Montero, era y sigue siendo Ángel González, recientemente fallecido, aunque es una estupidez porque está más vivo que muchos de los que estamos aquí, Almudena Grandes, Felipe Benítez Reyes, y el propio Benjamín, que es muy amigo y sin embargo compañero, muchas gracias por venir".

"Todo poeta aspira a que en sus poemas haya algo de canción. Gracias a Joaquín lo he conseguido. Siempre digo que para un poeta entrar en un estadio o en una plaza de toros y oir a miles de personas corear tus versos es una emoción que los humildes poetas no podemos permitirnos. A mi me gusta mucho hacer estas lecturas, permitirle a Joaquín que tire de mi prestigio para darse pote, que haga de telonero, porque alguno habréis venido a verle a él . Os pido que seáis cariñosos con también con él".

Sigue diciendo Benjamín, "Una canción que hemos escrito a medias, los versos buenos son suyos, se llama Esta noche contigo, podéis dar palmas, corear..." Y los lectores de este blog entrar en el vídeo y a partir del 4:40 disfrutar...

http://es.youtube.com/watch?v=vQUdbQ6vvHo&feature=related

lunes, 23 de junio de 2008

Benjamín Prado fue portada de El Mundo


Miércoles 12 de marzo de 2003. Gallardón es portada de El Mundo porque una revuelta estudiantil protesta contra la guerra en la visita que el entonces presidente de la Comunidad de Madrid hace a la facultad de informática. Renuncia a ir en coche oficial, le impiden subir en autobús y acaba llegando a Sol en metro, rodeado de estudiantes que gritan "No a la Guerra".



Miércoles 12 de marzo de 2003. Una poesía es portada de un periódico. Benjamín Prado es portada de El Mundo. Su poesía protesta "Pregúntale Ana Botella", crítica contra Aznar, aparece en un breve en la parte inferior del periódico. Sigue en la página 7. Nosotros la tenemos aquí.



Pregúntale Ana Botella,
por Benjamín Prado. El Mundo.

Pregúntale, Ana Botella;
pregúntale, tú que puedes.

-¿Dónde vas, José María,
dónde vas con los que extienden
el óxido y su mar rojo,
el musgo y su cáncer verde?

-¿Por qué olvidas que las balas
cantan igual que serpientes
y abren caminos que llevan
de la razón a la muerte?

Pregúntale, Ana Botella;
pregúntale, tú que puedes.

-¿Qué sembraréis en Bagdad:
cruces blancas y cipreses?
¿Cómo echaréis al tirano:
asesinando a su gente?
El petróleo mueve el mundo,
la sangre sin fuego hierve.

¿Tendrán más poder los tanques/
o el odio del inocente?

Pregúntale, Ana Botella;
pregúntale, tú que puedes.

Dile que somos millones
los hombres y las mujeres
que gritamos -¡No a esta guerra!
¡No al exterminio y la fiebre!
-¿No era tu Dios quien decía:
mejor ser justos que fuertes?

Pregúntale en nuestro nombre,
díselo tú al presidente.

Díselo tú, Ana Botella;
pregúntale, tú que puedes.

Poesía para todos

Benjamín Prado, en su libro de poesía Marea Humana (Visor, 2006), con el que ganó el VIII Premio Internacional de Poesía Generación del 27, dedica un poema a múltiples tipos de personas, el avaro, el enamorado, el fatalista, el imigrante, el traidor, el ecologista, el sabio, el terrorista, el optimista, el filósofo, el vividor... Poesía para todos, porque, ¿quién no se identifica con alguno de ellos? ¿En qué verso estamos cada uno? Buscaos, os encontraréis en alguno de los 28 poemas (8 de ellos sobre enamorados).

El humilde
Por Benjamín Prado. Marea Humana


Fue de todos sin ser dueño de nadie.

Si pudiera leerse sobre la piel de un hombre
la historia de su vida
- lo mismo que se lee en un árbol talado
la edad de la madera-,
en la suya veriáis a alguien que siempre puso
la rendición antes de la batalla,
prefirió la modestia a la codicia,
ceder a reclamar,
seguir a ser seguido.

No fue dueño de nadie
y creía que un sabio es aquel que resiste
la abreviatura de sus esperanzas.

- ¿Por qué no someterse,
si no hay cosa en el mundo
que no se ate, conduzca o sea domada.
¿Acaso no doblegan los números al tiempo,
la tubería al agua,
o la fe a la razón?
Así hablaba el humilde
y de ese modo
se llenaron sus años de derrotas pactadas,
sueños fáciles
y cosechas perdidas.
Pero él no se apartó de su camino.

Es verdad que hubo noches sin paz en que giraban
lentamente
las aspas del insomnio;
días en que fue inútil el aval de la luz;
disculpas que era
el himno del país de los vencidos;
que alguna vez crecieron dentro de él los suburbios
donde pone su industria la tristeza;
alguna vez
la envidia se hizo fuerte en sus ojos,
montó en su corazón un campamento.

Y sin embargo
ese hombre que no fue autor de nada,
ni abanderado suyo ni héroe de los demás,
quizá fuese feliz
a su manera,
quizá buscó en la sombra de los otros
un oasis,
un cobijo bajo el sol.


Que en su estatua invisible se posen para siempre
las palomas más blancas de este planeta oscuro.

sábado, 21 de junio de 2008

Arriva Prato

¡Que no acabe la Eurocopa! Que podemos estar hartos de fútbol, pero no nos cansamos de Benjamín...

Como cada sábado, segunda ración semanal en El País, en su análisis de España y de la Eurocopa.

Igual pero sin dados.
Por Benjamín Prado. La otra mirada. El País.
Hay frases que se vuelven más verdad cuanto más se dicen, y no hay más que mirar hacia Lisboa y ver la cara de cama deshecha que se la ha quedado a Cristiano Ronaldo, Deco y compañía para darse cuenta de que una de ellas es la que dice que el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y al final ganan los alemanes. De manera que, si no queremos que la crónica del España-Italia acabe como acababa la del Portugal-Alemania, asegurando que por mucho que cambie todo hay cosas que no cambian jamás, convendría que no nos tomáramos a broma la reflexión del delantero Podolski: "El fútbol es como el ajedrez, sólo que sin dados". Exactamente, es un juego de estrategia en el que no hay lugar para el azar y en el que suele resultar decisiva la fuerza mental, ese tipo de convencimiento, arrogancia o como se le quiera llamar que en Europa tienen como ningunos otros los alemanes y los italianos, cosa que nos recordaba el otro día Arrigo Sacchi afirmando que a la hora de competir en Italia sólo existe un verbo: ganar. O sea, que no hay más que darle la vuelta a esa idea para saber que la única manera de ganarles es compitiendo más que ellos. Eso o nada.

La pregunta que nos hacemos todos, por lo tanto, es ésa: ¿lograremos salir al campo sin complejos?, ¿seremos capaces de vencer a los italianos, a quienes España no gana en una competición oficial desde hace 88 años?, ¿se librarán nuestros jugadores del miedo a la camiseta azul o tendremos que leer el lunes una explicación a nuestra caída parecida a la que leímos el viernes, eso de que "Ballack es Alemania, pero Ronaldo, aún no es Portugal?". Ojalá no, aunque los síntomas que ha dado hasta ahora nuestro equipo son buenos, pero sin dejar de ofrecer dudas porque la selección parece buena a trozos y por momentos, pero no da la impresión de estar bien ensamblada, sino de estar en manos de un entrenador que se parece al inventor del emparedado en la época en la que lo describe Woody Allen: "Aquella noche, el conde de Sandwich logró colocar una rebanada de pan entre dos lonchas de jamón. ¡Aún estaba muy lejos de perfeccionar su obra maestra!".

Ochenta y ocho años, imagínense. No les ganamos desde 1920, cuando se firmó el Tratado de Versalles, se decretó la Ley Seca en Estados Unidos, se produjo la primera retransmisión de radio en Inglaterra y Benedicto XV canonizó a Juana de Arco. Casi nada. Lo pienso, me pongo a mirar mi biblioteca y me parece que el único escritor español que debió de verlo fue Francisco Ayala, que tiene 102 años. Hay que ver.

Ánimo y ojalá que mañana podamos salir libres de Italia y sentir que, al fin, se ha acabado la condena. A los 88 años y un día.

viernes, 20 de junio de 2008

Análisis completísimo de No Solo el fuego. Por Eva Navarro.



Hoy no quiero destacar algo que ha escrito Benjamín Prado, sino algo que han escrito sobre él. Me gustaría ir reflejando en este blog distintos comentarios sobre lo que me han hecho sentir y pensar cada uno de sus libros. Pero como no voy a repensar lo pensado ni a hacer palimpsesto sobre lo que otros han dicho, desde aquí quiero destacar artículos, voces, vídeos de quienes han hablado sobre Benjamín Prado, sobre cada uno de sus libros.

Habrá pocos artículos tan sumamente trabajados, tan claros, tan didácticos, tan buenos como el de Eva Navarro, quien desde la Universidad de Estudios Profesionales de La Haya, y a través de internet, nos ha regalado este análisis completísimo sobre un gran libro del que poco más, a lo dicho por Eva, puedo añadir.

https://www.ucm.es/info/especulo/numero21/b_prado.html

jueves, 19 de junio de 2008

Juan Urbano ejerciendo de maestro

Quizá porque fui a un colegio público, y no tuvimos las preguntas por anticipado, quizá porque la selectividad cae ya algo lejos... el caso es que me ha sorprendido ver a Juan Urbano hablar de esta macabra e injustísima prueba. Aunque no lo olvidemos, Juan sabe de lo que habla, es profesor... además de todo un maestro.

Lo entiendo algo más cuando en el reflejo del escaparate por el que pasa Juan Urbano me parece ver a Benjamín Prado diciendo que "cuando algo deja de ser un servicio público para convertirse en una empresa, el qué le cede su sitio al cuánto y ya no importan tanto los resultados como las ganancias."

Trampas en la selectividad
por Benjamín Prado. El País.
Se dice que Homero no escribió la Odisea ni la Ilíada, que Cervantes no nació en Alcalá de Henares sino en un pueblo de León y que Maquiavelo nunca escribió que el fin justifica los medios, sino sólo una frase que se le parece: "En las acciones de los hombres, y particularmente en las de los príncipes, donde no hay apelación posible, nada más que se deben de juzgar los resultados". Qué más da, en cualquier caso, si la Odisea o el Quijote van a seguir siendo igual de importantes y esa sentencia, sea o no de Maquiavelo, va a seguir siendo igual de verdad; o incluso va a serlo más ahora, en estas sociedades basadas de manera casi exclusiva en el éxito y el poder, en las que sólo importa hasta dónde llegas, no el camino por el que vayas allí, por muy oscuro que éste resulte.
Juan Urbano pensó todo eso al leer la noticia de que un profesor de Filosofía acababa de denunciar la filtración de los exámenes de selectividad, cosa que supo al llegar con sus alumnos a la Universidad Carlos III y hablar con una colega de un centro privado que conocía las preguntas que iban a caer este año. Su reclamación no va a llegar a ninguna parte, aunque ya haya llegado a la Consejería de Educación, porque la presentó después de haberse realizado las pruebas, cuando, según le dicen, debía de haberlo hecho antes. Pero, si me permiten un juego de palabras, en el fondo ésa es una cuestión superficial. Lo que realmente importa es que esa trampa se repita cada año y que no venga de donde sería lógico que viniera, que es de los estudiantes, sino de sus propios colegios, sobre todo si son privados. ¿Por qué? Es fácil, piénsenlo un minuto y llegarán a una respuesta de la que, como siempre, forma parte la palabra dinero.

De qué hablamos cuando hablamos de amor se titula un libro de relatos de Raymond Carver, y aunque él lo escribió así, sin interrogaciones, What we talk about when we talk about love, dan ganas de responderle: de dinero, lo mismo que cuando hablamos de cualquier otra cosa. Porque de eso se trata también en esta ocasión: de que para atraerse una buena clientela muchos colegios usan como señuelo el índice de aprobados de sus alumnos en la selectividad y, como con eso prospera el negocio, todos hacen lo posible porque esos tantos por ciento sean deslumbrantes y algunos no se paran en las fronteras de la ley, sino que las saltan. Es sencillo: se habla con algún miembro de los tribunales que eligen las preguntas, se les pasan a los chicos para que las lleven preparadas y asunto resuelto. Más claro, agua.

Y además, qué más da, se dijo Juan Urbano, si luego tampoco se va ya a la Universidad a formarse intelectualmente como médico, abogado o filólogo, sino sólo a encontrar trabajo, porque la mayor parte de los jóvenes ya no hablan de vocaciones sino de carreras que tienen salida o que no la tienen, que te pueden conseguir un empleo rápido, que te abren o te cierran puertas en el mercado laboral. Yo creo que Homero escribió la Odisea, y que Cervantes nació en Alcalá de Henares, pero sospecho que si hubiesen vivido en la España del siglo XXI habrían estudiado Empresariales y no hubieran escrito una línea. Y no me vengan con que Homero era ciego, porque para contar billetes sobra con los dedos y para hacer cuentas no se usan los ojos, sino la cabeza.

Sin duda, ése es el riesgo que se corre cuando todo se convierte en algo utilitario, que debe dar dividendos; y ése es, también, el peligro de privatizar la sanidad y la educación: que cuando algo deja de ser un servicio público para convertirse en una empresa, el qué le cede su sitio al cuánto y ya no importan tanto los resultados como las ganancias.

Por otra parte, si existe la duda de que pueda ser verdad lo que denuncia el profesor de Filosofía del que hablábamos, ¿qué más da cuándo la haya planteado? Seguro que es muy fácil ampararse en una cuestión tan burocrática como ésa para echar tierra sobre el caso, pero tal vez lo sería más aún mirar los exámenes de los alumnos del colegio bajo sospecha y comprobar si su eficacia a la hora de responder los temas que se supone que les habían soplado es demasiado uniforme, demasiado difícil de creer. Porque supongo que todos estamos de acuerdo en que lo que no puede ser es que el fin justifique los medios, lo dijera quien lo dijera.

miércoles, 18 de junio de 2008




Es un autor internacional, ¿cabe alguna duda?







Está claro, pero por si acaso, es la portada del libro "Nuncca le des la mano a un pistolero zurdo".


martes, 17 de junio de 2008

Benjamin Brother de Joaquín



Benjamín Prado a los ojos de Sabina, quien "Pinta autorretratos al portador", para la portada de Iceberg, el libro de Prado.

No sería un dibujo de poetas si no tuviera palabras: "Benjamin Brother de Joaquín", "Rota. Agosto de 2002", "Iceber".




lunes, 16 de junio de 2008

Ni un día sin poesía

Este poema es la fuente de todos los icebergs. Uno de los mejores poemas de Benjamín Prado. No necesita más comentarios. Solo leedlo y releedlo.

Lo mismo y lo contrario
Por Benjamín Prado. Iceberg.

Lo contrario de un hombre limpio es el agua sucia.
Lo contrario del mar es una mujer ciega.
El que derriba un puente, construye un precipicio.
Las cicatrices son golpes que no se olvidan.

Hay verdades sin límite
y hay cosas que se acaban:
los ríos son Machado;
yo te amé a tumba abierta;
los alacranes brillan a la luz de la luna
y después son, de nuevo, venenosos y oscuros.

Es así, tan sencillo.

Luchar por las cenizas es renunciar al fuego.
Una palabra dicha es un pájaro que se vuela.
Tu muerte está debajo de mi piel
lo mismo que un insecto en un vaso volcado.

¿Qué más puedo decirte?
Que yo te amé de norte a sur,
sin fondo,
con uñas y con dientes,
sin secretos,
sin trampas.

Que no he querido oír una vez más tu voz,
ni mirar nuestras fotos,
ni verte acariciando con tus dedos azules
a los perros que comen las sombras de tu vida.

Yo sólo quiero oscuridad y humo.
Yo he venido a decir que te he olvidado,
que volveré a olvidarte cada día,
cada uno de los días de mi vida.

domingo, 15 de junio de 2008

Sabadete, sabado...

Que no falte el fútbol ni Prado. Cada uno tenemos un seleccionador dentro, también Benjamín, que ayer hubiera colocado a Cesc de titular. Como escritor no tiene precio, como futurologo se puede discutir algo más su valía...
Imprescindible el comienzo para cualquier analogía sobre fútbol o sobre matrimonio. Desde aquí directito a las páginas de frases célebres sobre fútbo o sobre matrimonio.

Qué significa Cesc
Por Benjamín Prado, en El País
En el fondo, las dos únicas diferencias entre el fútbol y el matrimonio son que en el primero juegan once titulares y los reservas se sientan en el banquillo, mientras que en el segundo los titulares son sólo dos y los suplentes suelen estar en el armario o debajo de la cama. Pero por lo demás, son idénticos, y por esa razón es tan difícil mantener un equipo unido, porque dentro de él también existen la infidelidad, la duda, el egoísmo, los celos... El novelista Carlos Fuentes ha escrito que una pareja es siempre un triángulo imperfecto, y a los equipos de fútbol les pasa igual, que nunca terminan de ajustarse, suelen buscar fuera lo que no tienen en casa y siempre les sobra o les falta alguien. Después del partido del otro día contra Rusia, se ha discutido sobre los jugadores que pueden sobrarle a la selección española, pero sobre lo que no parece haber dudas es acerca del que falta: Cesc, cuyas letras podrían ser las siglas de Compañero Especializado en Soluciones Centrocampistas, o algo así.
La verdad es que el caso de Cesc es bastante común en nuestro país, pero que sea frecuente no significa que no sea raro: es, otra vez, como antes lo han sido otros, un jugador joven, con talento y capacidad de mando, que primero se tiene que ir de su equipo porque en él le cambian el cartel de joven por el de inexperto y después, cuando triunfa o en el extranjero o en un conjunto más modesto de nuestra Liga, no encuentra sitio en la selección a causa de sus virtudes, porque tiene demasiada capacidad de mando y aquí, al parecer, aún seguimos creyendo que la veteranía es un grado y que cuando seas padre comerás huevos. El resultado es que Cesc es una estrella en Inglaterra y una bombilla de sesenta vatios en España, porque allí han puesto una alfombra roja a sus pies y aquí todo lo que hace lo tiene que hacer cuesta arriba.
Hoy parece que podría ser titular, y eso es una buena noticia, porque el muchacho no será Maradona ni Zidane, pero además de sus otras facultades tiene un modo de jugar que contagia optimismo y convicción, unas virtudes que escasean bastante por aquí. Alejandro Dumas escribió que el matrimonio es una carga tan pesada que para sobrellevarla hacen falta al menos tres personas, y al medio campo de un equipo de fútbol le ocurre lo mismo, de modo que lo mejor es tener alguien como él, un administrador que une, acompasa, lima, distribuye y arenga sin alardes pero con eficacia, sin demagogia pero con autoridad. Yo creo que con él en la familia podemos ser todos bastante felices.

sábado, 14 de junio de 2008

Como cada jueves encontramos a Benjamín Prado en las páginas de El País , en la sección de Madrid.

Encontrarle es fácil, o pinchar aquí o buscar su nombre desde aquí.

En breve tendremos el artículo en esta misma página.

jueves, 12 de junio de 2008

Los jueves, paella

Un buen menú del día no sería tal si no tuviera los jueves entre sus sugerencias la hispana paella. Nosotros no seríamos nadie si no tuviéramos cada jueves nuestra ración de Juan Urbano. Por qué quedarnos con los artículos en los que nos dicen lo que está pasando cuando tenemos otros en los que nos cuentan cosas como que "escasez es no tener mucho de todo" o que "lo que no necesitas pero sí que deseas, te tiene a ti". Que aproveche:

¡Desbastecidos!
Por Benjamin Prado en El País
A primera hora era todo tan ilusorio que había un hombre haciendo aspavientos en la sección de lácteos, gritando que no había nada de comer, enfrente de unos cincuenta quesos, y dos señoras que se peleaban a voces en la carnicería, porque una, al parecer, había intentado colarse, y la primera clamaba al cielo como si la segunda hubiese intentado arrebatarle los dos últimos solomillos del planeta. Después, hacia el final de la mañana, la ficción se había vuelto realidad y era cierto que los estantes del supermercado estaban más pelados que las costillas de un buey comido sucesivamente por los leones, los pumas, los concejales de urbanismo y los buitres. Y es que el pánico de la población ante la huelga de los transportistas estaba haciendo ricos a los comerciantes, da lo mismo si tienen una tienda de ultramarinos o una gasolinera, porque en otras partes del mundo el hambre es morirse de inanición, pero en ésta es tener menos de 3 pollos en el congelador y 10 botellas de leche en la despensa. Qué le vamos a hacer.
Juan Urbano tenía el día libre, con lo que se había librado de los atascos que provocaban los camioneros al cortar las carreteras de acceso a Madrid, y había sentido la curiosidad de acercarse a ver un par de tiendas de su barrio, para observar qué había de verídico en las noticias que hablaban de mercados colapsados y productos que empezaban a escasear. No era mentira, desde luego, porque, tanto si era necesario como si no, muchos consumidores se llevaban carros de la compra tan grandes que se preguntó qué pasaría si, de pronto, se fuera la luz en la ciudad, con tantos alimentos metidos en los congeladores. Naturalmente, otros optaban por las conservas, y él se entretuvo en contarle las latas a los clientes, que en algún caso superaban las 30. El día que en lugar de haber una huelga de transportistas haya una guerra nuclear, no sé qué va a ocurrir.

El clima de la ciudad era curioso, y los nervios le habían llenado las manos de bolsas a miles de ciudadanos, que volvían a casa poco a poco, deteniéndose a cada paso para dejar la carga en el suelo y frotarse las manos. Como acababa de estar en La Habana, Juan Urbano se acordó de que en Cuba tienen una libreta de racionamiento que otorga a cada persona alrededor de 20 huevos mensuales, un poco de arroz, café o aceite, una lata de puré de tomate y unas pocas provisiones más, y lo comparó con las cestas que veía pasar a su lado por las calles de Madrid. Y ni siquiera quiso pararse a pensar en las privaciones que se padecían en otros países latinoamericanos y en casi toda África, por ejemplo. Aquí, escasez es no tener mucho de todo y la nevera es el ascensor al paraíso, de forma que el reto de los transportistas se ha entendido como una emergencia total: hay que sacar todo el dinero del banco y amontonar chuletas por si dentro de dos horas caemos en la desnutrición. Qué barbaridad.

Cierta prensa y algunos políticos tampoco es que contribuyan mucho a tranquilizar los ánimos, unos por el método de vender titulares catastrofistas y otros a base de lanzarse sobre el Gobierno por si pudieran hincarle el diente a la crisis y sacar tajada. O sea, como aquella narración de La guerra de los mundos que hizo Orson Welles por la radio con tal poder de sugestión que los norteamericanos creyeron que les invadían de verdad los extraterrestres y bajaron a refugiarse al sótano, sólo que cambiando a los marcianos por latas de espárragos, cajas de cereales y embutidos. Tal vez convendría no hacerle mucho caso ni a los unos ni a los otros e intentar suplir su histeria o mala intención por el simple sentido común y la solidaridad que hacen falta, en el primer caso, para darse cuenta de que obviamente el asunto no va a llegar hasta el límite y nos vamos a morir de inanición en la Gran Vía, y en el segundo, para pararse a pensar que si algunos nos entregamos a la historia y todo nos lo llevamos unos cuantos, para los siguientes no va a haber nada.

Juan Urbano se fue metiendo en todos los comercios que encontró en su camino de vuelta a casa. A última hora del día, la mayor parte de las tiendas de alimentos estaban medio vacías y sus anaqueles presentaban un aspecto desolador, aunque sus cajas registradoras debían sentirse muy bien. Se preguntó si podríamos sacar una lección de todo eso, tal vez la de que uno cree que tiene todo lo que puede comprar y se equivoca: es justo al contrario, lo que no necesitas pero sí que deseas te tiene a ti, tú eres de su propiedad. Visto así, da un poco de miedo, ¿no?

miércoles, 11 de junio de 2008

La segunda entrega del encuentro con Benjamín.
Ahora solo queda esperar a que este blog tenga más de una o dos visitas que debe tener :-) y poder montar un foro con preguntas a Benjamín que él mismo podría responder. Dialogar con el artista... mientras soñamos seguiremos leyendo, aunque quizá sea lo mismo.

Encuentro con Benjamín Prado en El Mundo

20. ¿Qué te ha parecido el quizá excesivo éxito de los sonetos de Sabina?
Adoro a Joaquín, soy amigo suyo desde hace más de veinte años y sus sonetos me parecen estupendos, inteligentes y divertidos. A lo mejor es que Joaquín sabe un camino más recto hacia los lectores de los que saben otros.

21. mis 3 principales "cobijos contra la tormenta" son sabina,el guardian entre el centeno y haro tecglen. ¿cuales son los tuyos(a dylan lo doy por supuesto)?
Bueno, si se pudieran alquilar los gustos de otro, no me importaría quedarme con los tuyos. No sé si he contado alguna vez, por cierto, que el título "Cobijo contra la tormenta" le pedí permiso para usarlo al propio Dylan, una de las dos veces que he estado con él. Me dio el permiso, aunque me preguntó primero: "¿Y por qué quieres usar el título de mi canción?" Le contesté que porque me parecía una definición maravillosa de la poesía: un cobijo contra la tormenta. Me dijo: "Ah, nunca lo había pensado de ese modo, pero me gusta. Vale, tienes mi permiso para usarlo."

22. ¿cual es para ti el mayor defecto de dylan?
Algunos de sus apóstoles, como le ocurre, por otra parte, a todos los dioses, sean de la clase que sea. Al menos, eso sí, en nombre de Dylan aún no han quemado a nadie.

23. Soy un gran admirador de su poesía, y este "Ecuador" me sabe a poco. ¿Me recomendaría algún poemario reciente y no demasiado conocido que, sin ser suyo, se acercara a mis gustos estilísticos y temáticos?
Muchas gracias. "Ecuador" es, en gran parte, un libro nuevo: el primer libro que publiqué, "Un caso sencillo", está reescrito completamente, de la mayor parte de los poemas sólo queda el título; otros libros han sido también reescritos en parte y hay bastantes poemas nuevos. De manera que "Ecuador" es más nuevo que antiguo. En octubre, de todos modos, publicaré un libro nuevo que se titula "Iceberg". En ese libro, por cierto, hay un poema sobre Alberti y otro sobre Bob Dylan.

24. ¿No te parece que No sólo el fuego debería haber tenido más repercusión? Me pareció una grandísima novela
Gracias.

25. ¿Desde cuándo escribes? ¿Hasta cuándo escribirás?
Empecé a escribir a los dieciocho o diecinueve años, intentando imitar las canciones-poema de Dylan. Después pasé a Alberti y después he intentado ser sólo yo. Escribiré hasta que crea que tengo algo que decir y que no han dicho aún otros.

26. ¿Qué hace un poeta el 20-J?¿Persigue a sus musas por la manifestación?
En "A la sombra del ángel" cuento cómo el día del entierro de la esposa de Alberti, María Teresa León, era, precisamente, el día de la huelga general contra el PSOE. Bueno, esta vez espero no tener que enterrar a nadie. Por otra parte, acabo de firmar un manifiesto de apoyo a esa convocatoria de huelga, lo cual supongo que lo explica todo.

27. No consigo enviar la pregunta... quizá me esté repitiendo... no le parece excesivo el culto que le rinden a Ángel González usted, García Montero o Benítez Reyes?
No, en absoluto. Creo que Ángel González es un gran poeta y que, además, tiene la virtud rara de haber escrito su mejor libro en su vejez: "Otoños y otras luces". Por otra parte, es una persona maravillosa, con la que da gusto beber hasta que el alcohol se te sube a los pies, como él dice siempre a eso de las seis de la madrugada...

28. ¿Sientes que estás dentro de una generación?
Bueno, durante algún tiempo estuve, más bien, entre un montón de degenerados, pero ahora me he corregido y ya no me apetecen ninguna de las dos cosas: ni los degenerados y las generaciones.

29. El fin de semana usted miraba a Almundena mientras firmaba y firmaba... ¿Envidia?
De eso nada, yo también firmé muchos libros esa mañana. Cada uno a su nivel. Por otra parte, Almudena es buena amiga y nos reímos mucho: cada vez que yo firmaba uno de mis libros, le gritaba desde el otro lado de la caseta de la librería Rafael Alberti: "¡Almudena, tanquila, no siempre se puede ganar: hoy gano yo y mañana tú!" Todo el éxito de Almudena, es merecido y a mí me alegra, porque lo merece y porque la quiero.

30. Hola. Soy la chica de Geffen cuyo nombre empieza con K. Suerte con tu nuevo libro. Yo solo compre "Raro" (razones obvias) pero leo siempre y disfruto con tus columnas de El Pais. Un beso. K.
Hola, K. Tú no has escrito ningún libro, pero yo también te recuerdo. ¿Sólo "Raro"? Bueno, eso es haberse parado hace mucho tiempo...

31. gracias por ser el coautor de canciones como "cuando aprieta el frio".con un buen musico a tu lado seriais de lo mejor de este pais, por eso precisamente os moririais de hambre.lo siento por mi pesimismo pero es que los bustamantes & CIA me tocan bastante los cojones.
De nada. Me gustó escribirlas y lo pasé bien. Seguro que hasta morirse de hambre al lado de Joaquín sería divertido.

32. ¿Cuál es tu mejor libro?
Ahora mismo, estos dos últimos, "Ecuador" y "A la sombra del ángel". Mañana, el próximo.

33. ¿Qué opinas de su viuda?
No se me ocurre una palabra lo suficientemente grande y que no esté dentro del código penal.

34. En El Cultural se publicó un artículo de Blanca Andreu sobre la poesía de la experiencia... no encontré la respuesta de usted.... la hubo?
¿Había algo a lo que responder?

35. Algunos autores dejan escritos para que sean publicados a titulo postumo.Sera ese tu caso?
No lo creo, yo siempre tengo la costumbre, cuando acabo sobre todo un libro de poemas, de quemar los textos que no han entrado en el libro. Voy a cas de mi madre, que tiene una caldera, y los quemo. Eso es todo.

36. Claudio Rodríguez, Valente, la salud de José Hierro no es la mejor... ¿Quién nos queda?
Nos queda mucha gente joven con capacidad para escribir buena poesía que sea, además, nueva. Siempre quedan cosas por decir y siempre aparecen poetas capaces de decirlas, por lo general.

37. Usted es poeta, no cree que la figura de José Agustín Goytisolo está poco valorada?
No lo sé, creo que José Agustín disfrutó de bastante aceptación mientras estuvo vivo. Los poetas flotan y se hunden alternativamente.

38. Montero Glez. ¿que te sugiere?. "Sed de champán" es excepcional.
No lo sé, no la he leído. Aún.

martes, 10 de junio de 2008

Atención, pregunta

El Mundo organizó en el año 2002 un encuentro con Benjamín Prado. Uno de esos digitales en los que te fías. Normalmente dudas de si está o no tras el teclado el protagonista, pero en este caso no hay lugar para los interrogantes (más allá de los de las preguntas), porque las respuestas son suyas. Sin duda.
El encuentro tiene 38 preguntas, que dividiré en dos días. Convencerá.
Sobre Dylan, sobre Sabina, sobre Alberti, sobre él, sobre su literatura...

Encuentro con Benjamín Prado en El Mundo.es
1. ¿Te hubiera sorprendido que Alberti hubiese ganado el Nobel?
Me sorprende que no lo ganase. También me sorprende que lo ganaran Benavente y Cela.

2. Gracias por recuperar al Alberti que nos había ocultado su viuda. ¿Para cuándo una "Fundación Alberti Auténtico"?
Gracias por decirlo, porque ésa es justo la razón de que escribiera "A la sombra del ángel": lo escribí como si le quitara un cordero a lun lobo. Lo de la Fundación será difícil: hay gente que se agarra muy fuerte a lo que ha robado.
3. desde que te leí por primera vez, tus versos se han quedado rodeándome las córneas. cuando leí tu prosa, igual, pero de otra manera. diferencias mucho tu escritura cuando escribes un poema o una novela? un saludo, y que sigas latiendo los corazones azules del alumbrado. ralph del valle.
Gracias, Ralph. Cuando escribo un poema intento no olvidarme de contar una historia. Cuando escribo una novela, intento no olvidarme de que la poesía, como dijo Leonard Cohen, no está sólo en esos libros en los que los renglones no llegan hasta el final de la página.

4. ¿Quién es más grande: Alberti, Lorca, o Cernuda?
No creo que sea una cuestión de tamaños. Los tres son muy grandes, cada uno a su modo. Yo conocí a Alberti dos o tres días más tarde de que alguien me dijera: "Los dos libros más grandes del siglo XX en la poesía española son "Poeta en Nueva York" de Lorca y "Sobre los ángeles", de Alberti. Aún creo que eso es verdad.

5. ¿Qué es lo mejor que escribió Alberti?
Creo que su mejor libro es "Sobre los ángeles". También me gustan "Baladas y canciones del Paraná", "Sermones y moradas" o, en prosa, "La arboleda perdida", por supuesto antes de que fuese vergonzosamente censurada.

6. ¿Por qué los periodistas no saben cómo encasillarte?
"Encasillarte" suena muy parecido a "encarcelarte", incluso a "ensillarte", de manera que me alegro de que no puedan.

7. ¿Cuándo publicarás otra novela?
Espero que el año que viene. De momento, acabo de publicar mi poesía completa -"Ecuador (Poesía 1986-2001)- y el libro sobre Alberti: "A la sombra del ángel (13 años con Alberti). Es bantante, ¿no? También tengo entregado un libro de relatos que se llamará "Jamás saldré vivo de este mundo", que es el título de una canción de Hank Williams.

8. ¿Fue Alberti un Pepe Rei de la época? ¿Su columna en ABC no es equiparable a la de Giménez Caballero en el otro bando o a la de Pepe Rei en "Ardi Beltza"? ¿Él apuntaba y otros disparaban? Gracias, dr_
¿Quién es Pepe Rei?

9. Ya sé que para usted no hay nadie detrás de Dylan, pero ¿qué opina de Van Morrison?
No, te equivocas: detrás de Dylan hay gente como Van the Man, tan grande que casi no te deja ver al propio Dylan. Su dylanísima, además, está absolutamente de acuerdo con lo que acabo de decir.

10. ¿Para cuándo otra canción a medias con Sabina? (La anterior es magnífica). Jon
Lo estamos estudiando, últimamente. Escribir con Joaquín es muy divertido, pero es difícil que te salga una canción mejor que las suyas: pone el listón muy alto.

11. Estimado señor Prado, dylanita confeso como el que suscribe, que cree que Dylan es lo más que artísticamente le ha pasado, le pasa y le pasará al mundo por los siglos de los siglos. ¿Aceptaría dejar a su mujer y sus hijos un año solos si Dylan le dijera que condujera su autobús durante su gira interminable? Si le sirve de estímulo, yo sí. In Bob WeTrust.
Escriba una carta solicitando el puesto junto a Dylan, otras dos despidiéndonos de nuestras mujeres y, si somos aceptados, nos vamos mañana.

12. ¿Te sigue gustando la portada de Raro con Cobain?
Sí, me siguen gustando las dos cosas, la portada y Kurt Cobain. Es más, también me sigue gustando la novela.

13. ¿Te sientes capaz de escribir una gran biografía sobre él?
¿Sobre Dylan? No lo creo. Pero, para ser sinceros, también creía que no iba a ser capaz de escribir un libro de recuerdos sobre Rafael Alberti y al final lo he escrito. Además de escribirlo, me he divertido y la gente que lo va leyendo dice que se ríe mucho. Quién sabe, quizá reúna, al menos, todo lo que he escrito sobre Bob estos años.

14. ¿Cuál es el mejor libro de Alberti?
Ya lo contesté antes: "Sobre los ángeles", "Sermones y moradas"...

15. ¿No crees que en el panorama poético español el granadino Antonio Carvajal está injustamente valorado? ¿A qué crees que es debido?
¿"Injustamente valorado" significa que se le considera por encima o por debajo de su valor?

16. ¿Es verdad que Bob Dylan te copia el look y cada vez se te parece más? Javi
No te quepa la menor duda. De hecho, mis abogados están estudiando el asunto.

17. ¿Hay alguien hoy de la talla de Alberti?
Hay grandes poetas pero no muchas personas tan grandes. A todo el mundo que lee "A la sombra del ángel" y viene a hablarme del libro, le hago la misma pregunta: ¿Te ha caído bien Alberti? Todos dicen que sí, porque el Alberti real, que es el que sále en mi libro y no es, ni por asomo, ese personaje siniestro y mezquino en que quisieron convertirlo, era una persona de la que era imposible no enamorarse: un hombre divertido, generoso, inteligente...

18. ¿Por qué el título "Ecuador"? ¿Estás a punto de pasar a otra etapa o es que estás a medio camino de algo?
He titulado mi poesía completa "Ecuador" porque acabo de cumplir cuarenta años y no creo que pueda aguantarme más de ochenta. En el libro, con todo, hay un poema nuevo llamado así, "Ecuador", que da una visión muy optimista de la edad. Como dice a menudo mi amigo Joaquín Sabina, no hay nada más bonito que saber envejecer indignamente.

19. Benjamín, ¿qué le pides a un poema?
Que sea, en cualquiera de los sentidos de la palabra, emocionante, que diga la verdad y que no repita lo que ya haya dicho otro antes. Odio a los tramposos. De hecho, en "Ecuador" hay un poema contra los imitadores, contra sus "labios sin memoria" y su "corazón sin vértigo", si no recuerdo mal.

domingo, 8 de junio de 2008

¡Extra! ¡Extra!

Notición para los seguidores de Benjamín Prado, tenemos ración extra semanal de Benjamín Prado. Parece que se confirma la vuelta a la cancha fubolística del autor "madrileño", es el segundo domingo en el que nos encontramos con un texto que mezcla literatura y fúbtol, y que se ha denomiado La otra mirada.

Buen nombre, hace falta una nueva mirada para ver que el fútbol no es siempre solo fútbol. Benjamín Prado lo sabe bien y quien lo leemos lo estamos aprendiendo (ojo a ciertas frases suyas, calan). Ojalá, y tengamos un texto, una mirada cada día... seguiremos contándolo y leyéndolo. Se lo pido prestado a El País.

Telescopio o microscopio
Por Benjamín Prado
Telescopio o microscopio, ésa es la cuestión. Hoy comienza la Eurocopa y como España no juega hasta el martes, lo que nos toca hacer es mirar a los demás para imaginártelos de rivales: a los del sábado y el domingo, porque podríamos encontrárnoslos en la final, que en nuestro caso, para qué vamos a engañarnos, es como soñar con las 24 Horas de Le Mans sentados en un triciclo; y a los que van a jugar el lunes, Holanda, Italia, Rumania y Francia, porque de esas cuatro selecciones va a salir nuestro adversario en cuartos de final, que son la curva del Scalextric en la que siempre se nos sale el coche de la pista pero que, con Suecia, Grecia y Rusia de enemigos, no parecen difíciles de alcanzar.

Pero hay que preguntarse si a esos cuatro equipos, y sobre todo a Holanda, Italia y Francia, los vamos a mirar con un telescopio o con un microscopio, es decir, con la fascinación y el complejo de inferioridad con que se observa lo que se cree inalcanzable o con la arrogancia de quien analiza para gobernar, para descubrir un punto débil, una vacuna o un antídoto. Si lo piensan bien, es cierto que Francia e Italia son dos de nuestros verdugos históricos, pero qué más da, si en nuestro historial tenemos tantas bestias negras que podríamos montar un zoológico.

Imagino que los jugadores de la selección española también verán por televisión los partidos de hoy, mañana y pasado, y me pregunto qué llevaran en la mano, si el telescopio, el microscopio o un escapulario de la virgen de los deportistas, porque el fútbol es un estado de ánimo, algo que tiene tanto que ver con el talento como con la confianza, y el tamaño de los contrincantes depende del lugar desde dónde se los mire, porque quizá sentirte superior o igual a ellos no te va a hacer ganar un partido, pero si te sientes inferior, lo pierdes seguro. A ver si, para empezar, conseguimos no decir una vez más eso de que el fútbol es un juego en el que compiten once contra once y en el que al final siempre ganan los alemanes, porque a base de repetirlo nos lo hemos acabado creyendo, hasta tal punto de que uno tiene la impresión de que a menudo no hemos perdido contra los jugadores de Italia, Francia o la propia Alemania, sino sólo contra sus camisetas.

Ojalá eso no suceda y los conjuntos que vamos a espiar no nos asusten y nos llenen la boca de ese puré hecho de asombro y envidia en el que tanto nos gusta meter la cuchara: fíjate qué buenos son, qué grandes, qué resistentes... Porque si eso ocurre, cuando nos los crucemos en cuartos no nos vamos a enfrentar a ellos, sino a nuestro miedo: si hay un sustantivo y un adjetivo que mezclen mal, son campeón y asustado. Así que me sentaré ante la televisión y una de dos: o los rivales lo bordan, o voy a encontrar un modo de ganarles. Que sepan que no les tengo ningún miedo.
La carpa de la Fundación del Círculo de Lectores en el Retiro, en la Feria del Libro de Madrid, rebosaba de lectores admiradores de Ángel González. Benjamín Prado además de lector admirador es hijo adoptivo, él, como Sabina, también se quedo huéfano cuando el poeta falleció. Y él, como todos sus amigos, no faltan a los múltiples homenajes que se están rindiendo al poeta cada vez que hay ocasión. Y qué mejor ocasión que la feria del libro de la que Ángel González era escritor admirador.

Todos los poemas que se leyeron en la feria del libro se entonaron con voces anónimas, porque famosas son las letras de Almudena Grandes o de Luis García Montero, pero no así sus voces.

Benjamín Prado y García Montero acompañaron a la viudad del poeta, Susana Ribera, en la presentación de los 28 poemas que componen "Nada grave", la obra póstuma de uno de los poetas más tristes, y más leídos. Benjamín Prado es alumno de este gran maestro, y no será la última vez que aparezca por este blog.

jueves, 5 de junio de 2008

¡Por fin es jueves!

Para leer a algunos autores hay que esperar a que su nuevo libro sea publicado. El autor trabaja durante años en su obra, alejado de ti, y un día te muestra todo su trabajo, en una sola entrega. Merece la espera, pero ¿no es preferible poder disfrutar de un rato con ese autor cada semana? Si solo comes un día a la semana, aunque acabes empachado, no evita que tengas hambre los otros seis días. Benjamín nos mitiga nuestro apetito de buena literatura con su columna semanal en El País. Buena literatura en monodosis. Todo un lujo.

No ver a los invisibles es ser ciego
Por Benjamín Prado
"Vi al primero delante de los grandes almacenes Neckermann, al segundo cerca del cine Metro en el Schwan, al tercero en la vieja Ópera. (...) El primero colgaba tan alto que se le podría haber tomado, en el mejor de los casos, por un afanoso limpiador de cristales. Al segundo se le veía, sin embargo, bambolearse; el viento lo giraba bien hacia la pared, bien hacia la calle. (...) El tercero colgaba de una antigua y bonita farola de teatro, tan bajo que la gente que andaba por la nieve hacia sus coches aparcados, tenía que inclinar el cuello para no rozar sus desnudos talones. Pero lo hacían sin querer; hablaban y reían al mismo tiempo; excepto yo, nadie parecía darse cuenta de que también en nuestra ciudad existen los ahorcados". Ese poema en prosa de la escritora alemana Marie Luise Kaschnitz pertenece a su libro Aún no está decidido, que acaba de ser publicado en España por la editorial Pre-textos, y Juan Urbano quedó impresionado al leerlo, tal vez porque acababa de ver en el teatro Fernán-Gómez una exposición del periodista norteamericano W. Eugene Smith y la acumulación de miseria, dolor y, en el extremo contrario, de irresponsabilidad o cinismo que sumaban esas fotografías y el texto de Kaschnitz, era más de lo que alguien como él podía soportar con una sonrisa en la boca.

Se preguntó para cuántos de nosotros son también invisibles los desdichados de este mundo, todas esas personas que aquí y ahora, no en la República Democrática Alemana de la que habla Kaschnitz ni en el pueblo extremeño de Deleitosa, al que viajó Smith en 1950, sino en nuestro Madrid del siglo XXI, deambulan por la ciudad, piden limosna en los vagones del metro, venden cualquier cosa en mantas tiradas en medio de la calle o trabajan en condiciones que rayan la esclavitud para empresarios cuyo único corazón es su caja fuerte. Gente que sale cada día en la sección de Sucesos de los diarios pero poco en la de Sociedad, lo cual debe de querer decir que sólo nos damos cuenta de que existen cuando cometen un delito o son víctimas de él.

La exposición del teatro Fernán-Gómez reúne el material que registró con su cámara Smith, una muestra de las 1.600 fotografías que hizo en Deleitosa y con las que pretendía, según sus propias palabras, "captar la vida tal y como es, sin poses", con sus tragedias y su horror incluidos. Qué suerte que él lo hiciera y que otros no lo hayan olvidado, porque para eso, entre otras muchas cosas, vale PhotoEspaña, en la que está enmarcada esta exposición: para recordarnos que la fotografía y el periodismo pueden ser mucho más que publicidad y llegar a convertirse en un modo de denuncia, un pétalo suelto de los libros de historia, un modo de evitar que la injusticia o la desigualdad sean invisibles y, por tanto, que los que las fomentan o no pueden evitarlas, queden impunes. Así es como quería quedar la dictadura que asoló nuestro país durante casi cuatro décadas, y al parecer si el general golpista autorizó el trabajo de Smith fue por puro interés: si los norteamericanos veían el hambre y las privaciones de todo tipo que sufrían los españoles, tal vez se compadecerían y nos darían la ayuda económica y el apoyo político que tanto anhelaba el cobarde caudillo, al que desde la victoria de los aliados en la II Guerra Mundial vivía atemorizado, a la espera de que las democracias del mundo viniesen a quitárnoslo de encima. No ocurrió tal cosa, como todo el mundo sabe, aunque no creo que se le pueda echar la culpa de ello a W. Eugene Smith.

Hoy, aunque haya muchos aspirantes a Churchill y compañía, no hay a la vista ningún Funeralísimo, como lo bautizó Rafael Alberti, pero sí existen, en Madrid y en el resto del Primer Mundo, personas parecidas a las que aparecen en las fotos de Smith, que se desmoronan ante nuestros ojos y que, sin embargo, resultan tan invisibles como los ahorcados del poema de Marie Luise Kaschnitz. Será que en un mundo en el que la realidad ocupa menos espacio que la publicidad, el dolor no interesa porque combate el optimismo que nos queremos vender unos a otros para seguir avanzando, aunque sea a base de no mirar lo que dejamos a nuestra espalda. El mundo está partido en dos y sus mitades cada vez están más lejos una de la otra, porque no hay mayor distancia que mirar para otro lado.

Juan Urbano pensó eso y después fue a casa, cogió una cámara de fotos digital y salió a las calles de Madrid a fotografiar personas invisibles. Quién sabe, tal vez el día de mañana podría hacerse con ellas una exposición gemela de la que ahora está colgada en el teatro Fernán-Gómez, con la única diferencia de que los personajes de Smith eran españoles y los suyos serían, en su mayor parte, extranjeros. Habrá quien piense que ésa es una clase de diferencia.

martes, 3 de junio de 2008

Hablemos de fútbol

A pocos días de la Eurocopa y siguiendo la estela marcada por Benjamín Prado en El País Semanal del pasado domingo, ¿por qué no vamos a seguir hablando de fútbol? Porque el fútbol es literatura. Benjamín Prado logra hacer de cada evento un momento importante. Ve lo que nadie ve, o mejor dicho, escribe lo que nadie sabe ni siquiera decir, aunque lo sienta. Por eso me apasiona, porque leyéndole a veces creo que pienso.

Los genios nunca llevan la bandera
Por Benjamín Prado. El País.
En la literatura y en el fútbol la verdad nunca está ni en los adjetivos, sino en los nombres y en la subversión. Por eso, personalmente siempre he desconfiado de los equipos a los que se les suponen determinadas virtudes o defectos innatos, como si los que saltasen al césped de los estadios no fuesen once personas, sino una estadística, o un manual de historia, o una bandera. De hecho, ésa es la gran diferencia entre las dos semifinales del Mundial: la de ayer la jugaron dos selecciones cuyo nombre es un adjetivo tan incontestable que parece una dictadura de ocho letras, o de seis, porque decir fútbol "italiano" o "alemán" es dar por descontado que eso explica por sí solo una filosofía, un carácter y un estilo de juego; la semifinal de hoy es justo lo contrario, y si dices "fútbol francés" o "fútbol portugués", en realidad no estás diciendo nada.

"El espectador no debe dejarse engañar y creer que cualquier forma de rodar es lícita"
Prefiero mil veces la segunda opción, porque es la que suele permitir que el reloj de los partidos lo lleven gente como Luis Figo o Zinedine Zidane, en lugar de esa fábrica de cemento rápido pintada de azul que se llama Gattuso y lleva el ocho en la espalda. Hay que ver, ni más ni menos que el ocho, que en el fútbol es el cuarto número que más importa, después del diez, el cinco y el seis.

En el fondo, la final del domingo va a ser eso, un combate entre un fútbol nacional y otro cosmopolita, uno que apelará a tradiciones congénitas y otro que querrá representar valores universales. Zidane nunca quiso parecerse a otro francés, sino a Francescoli, que era uruguayo, y si la genialidad fuera un país su pasaporte sería el mismo de Maradona, Cruyff o Di Stéfano.
El nacionalismo deportivo suele tener un problema, y es que a menudo vive con las ventanas cerradas y más atento a su pasado que a la realidad. Qué se lo digan, una vez más, a Brasil o a Inglaterra, cuyas únicas dos opciones son, campeonato tras campeonato, o imitarse a sí mismas o imitar a los demás, lo cual suele darles el mismo mal resultado, a los ingleses porque nunca ganan y a los brasileños porque no ganan siempre, que es lo que ellos consideran su destino natural, o ganan copiando, de medio campo hacia atrás, lo peor del fútbol europeo, lo que hace que sus derrotas no sólo se interpreten como un fracaso, sino también como una traición.

Francia o Portugal pueden estar el domingo en la gran final de Berlín y el que esté puede perderla, pero eso no será tan importante. Lo que todos los que adoramos el fútbol vamos a recordar de este Mundial es la majestuosidad con que Luis Figo o, sobre todo, Zinedine Zidane exprimieron los destellos terminales de su talento. "La última gota es siempre una lágrima", dice el poeta hebreo Yehuda Amijai. Es verdad, pero no siempre: la última gota, también puede ser un diamante.

(Este texto es de 2006, junio. En El País obtuvo más de 1.400 votos, con una nota media de 3 estrellas y media (sobre 5). Me arriesgo mucho si digo que es el artículo más votado de Benjamín Prado. ¿Cuántas estrellas merece? )

lunes, 2 de junio de 2008

De corto (II Parte)

Escribe como siempre, Benjamín es Benjamín, no hay prosa mala, el texto no acaba hasta el punto final, la culpa es de la tinta, el editor no sabe ver su talento...

Sigamos leyendo de fútbol, sitamos leyendo a Benjamín. Algunos retazos de su artículo publicado el domingo día 1 en El País Semanal.

El Once de El País Semanal
Por Benjamín Prado (y 2)

[...]Ésa es otra de nuestras lacras, que cuando no merecemos ganar no lo hacemos y cuando sí, tampoco, lo cual ha dado origen a que al final de cada eliminación se nos escriba en la línea de puntos una sentencia clásica que se repite hasta la extenuación y de la que, al parecer, también es autor Di Stéfano: "Jugaron como nunca y perdieron como siempre". En fin, todo tan negativo que hasta he leído por ahí una crónica de aquel tiro a cámara lenta de Julio Cardeñosa contra el cuerpo de Amaral en la que se describe aquel fiasco ni más ni menos que como "el mítico fallo de Cardeñosa". Pregunta: ¿puede un fallo ser mítico? Respuesta: en lo que respecta a la selección española, sí. Qué cruz.[...]

[...]No tenemos la mentalidad que hace falta para sentirse superiores, según se puede deducir de tanta apelación al infortunio; o tal vez sea que nos sobra vanidad y nos falta orgullo, que confundimos uno con la otra y gastamos en fanfarronear el tiempo que deberíamos gastar en prepararnos, porque de otra manera no se entiende que un país que llega a todas las competiciones con la seguridad de poder ganarlas o, al menos, estar entre los favoritos, esté tan acostumbrado a perder que, si le dieran una copa a nuestros jugadores, no serían capaces de encontrarle las asas.[...]
[...]El termómetro del fútbol son los bares, y, si me apuran, diría que la mezcla de las dos cosas, bares y fútbol, es el termómetro de la realidad.[...]ahora mismo no pasamos de los treinta y tres o treinta y cuatro grados, ni frío ni calor. No hay más que meterse a desayunar en cualquier parte y sacar el tema de la Eurocopa para descubrir que la gente no parece muy optimista. De hecho, vayas donde vayas, la frase que más se repite, dicha siempre con un tono que hace equilibrios entre la ironía, el desaliento y la impotencia, es la tradicional "nos volvemos a casa en cuartos".[...]

[...]La opinión común es que en España se es seleccionador por eliminación; que ése es un trabajo que les interesa únicamente a quienes no encuentran un buen equipo. No hay más que mirar la lista de los últimos titulares del puesto y ver dónde estaban antes y donde están después de su paso por el equipo nacional, [...]

[...] algunos ilusos pondremos la televisión cuando empiece la competición y nos diremos: "¿Por qué no iba a ser esta vez?". Nunca se sabe; más raro fue aquel verano que no paró de nevar, como dice la canción de Joaquín Sabina. [...]

[...]Tiremos la etiqueta de favoritos a la basura y vayamos a los campos silbando otra canción, en este caso, de Bob Dylan, que dice que cuando no tienes nada, no tienes nada que perder. Igual cuela y nos llevamos una segunda alegría, esta vez en colores: oé, oé, oé.[...]

domingo, 1 de junio de 2008

De corto (I parte)

Se había anunciado, y no ha defraudado. Mucho y muy bueno es lo que hoy nos tenía preparado Benjamín Prado desde las páginas de El País Semanal "El Once". ¿De fútbol? Pues sí, Benjamín Prado no es la primera vez que escribe de fútbol, en su día escribió crónicas semanales (más adelante me dedicaré a ellas). Además, se dice que se le ha visto de la mano de Juan Urbano por Concha Espina. Algún defecto tenía que tener.


Un extenso artículo en el que relaciona literatura y fútbol como sólo él sabe hacerlo, dandole continuidad a la jugada, abriendo el campo, achicando, atacando. Puede consultarse íntegramente en El País, desde aquí quiero destacar algunos toques de oro, de esos que da mirando para otro lado, esos penalties de Panenka, esas paradinhas, esas folhas secas, cola de vaca, taconazos, cuerda, vaselina... y demás toques magistrales con los que llena su literatura. La que usa Benjamín para escribir también puede llamarse la mano de Dios.

El once de 'El País Semanal'

por Bejamín Prado
El novelista Alfredo Bryce Echenique suele contar que su infancia en Lima fue dura, porque consistía en sentarse junto a una radio a escuchar la Copa de América y oír a un locutor enfervorecido que, una y otra vez, gritaba: "¡Ataca el Perú! ¡Ataca el Perú! ¡Ataca el Perúúúúúúú... y gol de Chile!" No sabe bien el autor de El mundo de Julius lo que nos identificamos con eso los españoles, tan acostumbrados a secarnos las lágrimas con la camiseta roja de la selección en los cuartos de final de todos los mundiales y eurocopas. [...]

[...]¿Algún día podremos vengarnos de los que se burlan de nosotros y salir a la calle a cantar lo que cantaban los seguidores del Real Madrid la noche en que ganaron la séptima, aquello de en colores, en colores, oé, oé, oé...? Ojalá, porque ya hemos tenido toda la ración de ataca España... y gol de Italia que una persona decente puede soportar. ¿Será este nuestro año? Me temo que no estamos muy convencidos: las previsiones no pueden ser optimistas en un país donde cada ciudadano es un seleccionador, pero ninguno querría ser este seleccionador. Mala cosa. [...]

[...]"el goleador es siempre el mejor poeta del año", según escribió Pier Paolo Pasolini, y el gol del siglo que le hizo su dieguísima a Inglaterra en el mundial de México 1986 fue una Divina comedia de 60 metros, escrita sobre el césped del Estadio Azteca a base de regatear defensas rivales, engañar al portero y tocar a la red con la misma delicadeza con que Mozart debió de ponerle el punto final a La flauta mágica. Debe de ser verdad que "ningún jugador es tan bueno como todos juntos", porque lo dijo Alfredo di Stéfano, pero qué pena que no hayamos tenido alguien así metido en nuestro uniforme, ¿no? [...]

[...]Además de no haber Maradona, tampoco hay una afición, y lo mantengo. [...]

[...]He sufrido con todo eso y, aún más, soy una de esas personas que juran que no piensan morirse sin ser campeonas del mundo, dicho así, con ese sentido de la propiedad que consiste en creer que el que mira y los que juegan pierden o ganan juntos. O sea, que la selección es mía, a pesar de su entrenador, de cuyo apodo, el sabio de Hortaleza, lo único que puedo decir es que no dudo que sea de Hortaleza, pero ni una palabra más.[...]

[...]un par de amigos y 12 cervezas a mirar un partido entre dos selecciones extranjeras con la esperanza de que la débil derrote a la fuerte y nos allane el camino a la final. El problema es que la selección teóricamente más fuerte solemos ser nosotros, y la que nos elimina o nos pone el camino vertical, otra más modesta pero que termina dándonos una lección[...]

[...]Y, así, campeonato tras campeonato[...]

Verde al completo

Tras el extracto de ayer, impreso en tela, hoy en negro sobre blanco y completo, Verde, de Benjamín Prado...

Los hombres que detienen el corazon del lince,
los que apagan las selvas con el fuego,
los que arrojan al mar el cancer del petroleo,
los que venden la piel del leopardo,
los que compran la estetua de marfil,
malditos sean.

Los que ocultan el sol en torres de cemento,
los que trasforman bosques en ceniza,
los que llevan el agua de la muerte a las nubes
y el óxido a los rios,
malditos sean.

Los que derriban arboles en nombre del dinero,
los que cazan ballena en nombre del mercado,
los que hieren la atmósfera en nombre del futuro,
malditos sean.

Que sus vasos se llenen de cicuta,
que sus anillos de oro se conviertan en víboras,
que las monedas ardan en sus manos.

Maldito sea su mundo de luz envenenada,
su silencio sin lluvia,
su oxígeno sombrio.

Maldito sea su mundo sin peces ni madera,
su horizonte de escombros,
su amanecer sin pajaros.

Hay que acabar con ellos,
enemigos del verde,
cómplices de la cienaga,
sicarios de la bruma.

Hay que acabar con ellos,
exterminar su plaga.

Hay que acabar con ellos,
en nombre de la vida,