lunes, 30 de junio de 2008

Los optimistas

Hace unos días dejé aquí una entrada sobre Marea Humana, aquel poemario de Benjamín Prado en el que cada uno encontraba su lugar. Hoy más que nunca todos somos algo optimistas...
( y mañana lo mismo, pero más...)

El optimista
Por Benjamín Prado. Marea Humana. Visor.
Por la noche
que resta
espejos
a la luz.
Por las uvas
que suman
cristal dulce
y olvido.
Por el modo
en que crece
dentro
de las palabras
el coral
del poema.
Por el número 3.
Por la canción
políglota del vino.
Por la esperanza
que hubo
en las banderas
rojas.
Por la amistad
que llena
de rincones
el círculo
inflexible
de la vida.
Por el pescado
que abre
la embajada
del mar
de nuestra boca.
Por la harina
que baja
la luna
a nuestras manos.
Por aquellos
que saben,
como mandó Cernuda,
pedirle
a su existencia
dirección
y sentido.
Por
los ojos
de Ana.
Por la nieve.
Por el imán
que forman
el caos
del amor
y el orden
del deseo.
Por la lluvia
y las islas.
Por todos
los que creen
que es más fácil
hacer
el bien
que merecerlo;
los que pierden la fe
entre dos campanadas;
los que al comer pan
saben
el idioma del trigo.
Por el viento
que sueña
desiertos verticales
y el mineral
que enciende
su luz desenterrada
y la cera
que pone su estracto
de volcán
sobre la piel.
Por el mar.
Por la música.
Por los hombres
que saben
que se puede
huir de la verdad
pero nunca
escapar
de la mentira.
Porque el verso
anterior
no ha sido
el último.
Por la esperanza
de que no me olviden.

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