jueves, 30 de julio de 2009

Tarareando

Un día contaba Benjamín que, tras uno de sus artículos de los jueves en El País, Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, coincidió con él en un acto y le dirigió las cinco únicas palabras que ha tenido con ella. No sabemos si el artículo de hoy provocará reacciones similares. Empezamos la semana cantando, seguimos recitando y la acabamos tarareando...

Tararéame el himno, Esperanza
Por Benjamín Prado. El País.

La verdad es que España, su himno y su bandera tienen una relación complicada, y conseguir que combinen parece más difícil que hacer cantar La Marsellesa a un trío formado por Bruce Springsteen, Montserrat Caballé y el de en medio de los Chichos. Pero es que, encima, los demás tampoco es que nos ayuden gran cosa, y para demostrarlo no hay más que recordar algunos acontecimientos deportivos más o menos recientes: hace cinco días, el ciclista Alberto Contador gana el Tour y cuando está en el podio de París, le ponen el himno de Dinamarca, lo cual es como confundir el jamón serrano con los arenques; en el año 2003 llegamos a la final de la Copa Davis, en Melbourne, Australia, y el trompetista que habían contratado para la ceremonia o es republicano o se confunde, porque en lugar de tocar la Marcha Real, toca el Himno de Riego; y en mayo de este mismo año, en la final de la Copa del Rey entre el Athletic de Bilbao y el Barcelona, Televisión Española censura el tachín, tachín para que no se oyera cómo lo silbaban los catalanes y los vascos... O sea, que ¡viva Honduras!, como gritó Trillo en El Salvador.

Esa gente, que nos tiene manía o no se entera, no se da cuenta del precio que debemos pagar los demás por sus errores, que tienen efectos secundarios tan notables como el de obligar a la presidenta de la Comunidad de Madrid a tararear el Himno Nacional, a modo de desagravio patriótico, en la recepción que le ofreció a Alberto Contador, un figura que además de ganar su segundo Tour lo ha ganado dos veces: una a los demás corredores del pelotón en general y otra al extraordinario pero insufrible Lance Armstrong, que es tan arrogante como sólo puede serlo un tipo cuyo nombre, traducido al español, significa Lanza Brazofuerte. Es verdad que Esperanza Aguirre desafina a lo grande, pero también es cierto que fue capaz de decir de un tirón, y sin leerlo, viva Pinto, viva Madrid, viva España y viva Alberto. Si llega a ser Trillo, le salen Coslada, Valencia, Andorra y Miguel Indurain.

En cualquier caso, la presidenta estuvo simpática ahí y, ya una vez lanzada como intérprete de música ligera, entonaba el feliz cumpleaños para Alfredo Pérez Rubalcaba, con el que se había reunido en la Puerta del Sol para firmar un convenio de colaboración en materia de seguridad. Mientras, en la sede nacional del Partido Popular, su jefe, Mariano Rajoy, acusaba al ministro del Interior de ser el responsable de las filtraciones que han llevado el caso Gürtel a la portada de los periódicos, y en los tribunales se citaba para que comparezcan en un juzgado los tres ex guardias civiles sospechosos de practicar el espionaje político que fichó como asesores de seguridad el consejero de Interior de Madrid, Francisco Granados, para seguir a los rivales internos de la presidenta de la Comunidad de Madrid. ¿Qué buscaban? ¿De qué creían que están manchados sus trapos sucios? La investigación periodística ya le ha puesto nombres y apellidos a las sospechas, y ahora será la justicia la que tal vez averigüe quiénes, por qué y para qué. No servirá de nada, porque aquí nadie asume sus equivocaciones, y cuando un tesorero equívoco dimite, se le acepta una dimisión que quiere ser al mismo tiempo irrevocable y transitoria, lo cual es de una rareza superlativa; pero de todas maneras es importante encontrar las palabras que convierten los indicios en pruebas, y a los presuntos inocentes en culpables. Y si no, que se lo digan al himno de España, que cada vez que alguien pretende ponerle letra, se nos llenan los oídos de ripios y la bandera de zarzuelas. Mejor tarareado, como se acaba de ver.

martes, 28 de julio de 2009

Cambio de papeles

El concierto del día 18 dio para mucho, para unir Caminos y Hasta el Final, intercalar Esta noche contigo y El final, que el poeta cante Berlín, o que el cantante recite Doble o nada. En esas estamos, Benjamín Prado a la guitarra y Coque Malla con el libro "Aquí y entonces", de Benjamín, en mano, recitando.




Doble o nada.
De Benjamín Prado. Por Coque Malla.



Un hombre que se ríe es una fuente;
el que mira la lluvia
cae muy despacio encima de sí mismo.

La sombra de los árboles
pertenece a las olas.
El sabor del aceite se escucha en los mercados.


Eso es cierto


También es verdad que hay palabras
que suenan a lo lejos,
como el mar
que abandona en la playa los restos de la luna;
palabras construídas
con la luz de los bosques,
el metal del que está hecho el ruido de los trenes

Eso es cierto,
Y también: en los motores fríos
agoniza el león blanco de la mañana.



El olor de una rosa sube de las bodegas.
Del corazón del muerto escapan las palomas.

Todo es verdad.

Un río es del tamaño
del hombre que se aleja de ese río.
La mujer es azul cuando ve las montañas.
El que pisa la nieve camina sobre el cielo.

Todo es cierto. Tú dices:

- Las campanas
convierten la ciudad en un barco perdido.

Y yo sé que eso es cierto.

Abro los ojos.
y tu ves un jardín;
miro la noche
y para ti estos versos
son esa noche.

Tú sabes que es verdad. Tú has venido a decirme:

- O lo aceptamos todo o es que todo es mentira.

viernes, 24 de julio de 2009

Hoy, voy a empezar, a construir...

A raíz del anuncio del concierto de Benjamín Prado y Coque Malla estuve educando el oído. No me duele en prenda reconocer que no conocía el disco de Coque, pero lo escuché, lo escuché, lo escuché... y me encanta. Y cuando pienso en ese disco me gusta, sobremanera, una canción, esta canción.

El sábado pude disfrutar, con el vello erizado, de una maravillosa versión, primero en la voz (bastante afinada) de Benjamín Prado, y luego de su legítimo autor. Como dije en la web de Coque, con esta canción este dúo me ha ganado "para toda la vida".
(Y este vídeo se oye bastante bien...)




Berlín
Coque Malla, y Benjamín Prado

Hoy voy a empezar a construir
la casa donde estaré
para toda la vida
voy a recorrer esta ciudad
voy a nadar hasta el mar,
el mar me cura la herida,
y voy a saltar voy
a nadar hasta otro lugar
para toda la vida.


Veo la pared, donde colgué
las fotos que acumulé
durante toda la vida
no reconozco a nadie
sin embargo cuando pienso
que eran rostros que ayer
eran toda mi vida
sé que ya no estoy
y que no quiero mirar la pared
nunca más en la vida.

Hoy voy a empezar a construir
la casa donde estaré
para toda la vida
voy a recorrer esta ciudad,
voy a quedarme en Berlín
para toda la vida.

La palabra dinero

Además de las canciones, a Benjamín Prado también se le da bien escribir :-) Y así lo hace cada jueves en la columna de opinión de las páginas de Madrid de El País. Temas normales, con un lenguaje normal, pero con unas ideas y unas expresiones dignas de admiración. Si el concierto del sábado fue un espectáculo, algunos textos suyos no le van a la zaga.

El fuego, el dinero, la ley y la razón
Por Benjamín Prado. El País.

Lo que separa el planeta Gliese 581d de Collado Mediano es la estupidez. El primero es uno de esos mundos del espacio en los que los astrónomos buscan indicios de vida y atmósferas habitables por el ser humano, y el segundo es un ejemplo de lo fácil que resulta convertir cualquier sitio en una sucursal del infierno, porque para lograrlo basta con sumar un loco y una cerilla.

Si la única alternativa al incendio es repoblar, igual algunos dejan de sacar el mechero Sería una gran iniciativa enviar a cada escolar un árbol para plantar en Collado Mediano.En Asia se acaba de ver el eclipse del siglo, durante el cual el sol se ha ocultado casi siete minutos, pero hay mentes en las que el sol nunca llega a salir, personas que llevan dentro la sombra de la destrucción.

¿De dónde salieron las llamas que estos días han matado a cuatro bomberos en Horta de Sant Joan, Tarragona; o las que devoran la sierra de Cuenca; o las que estuvieron tan cerca de muchas casas de Collado Mediano que tuvieron que desalojar a más de 2.000 vecinos?

La respuesta es importante porque, aunque el resultado sea el mismo, conduce a preguntas muy distintas. Si el fuego fue el resultado de una imprudencia, lo que hay que lamentar es que existan seres tan necios en nuestro país y mirar hacia el Ministerio de Educación; pero si fue producto de un plan que busca, como tantas veces, recalificar terrenos y convertir los bosques en urbanizaciones, entonces hay que volverse hacia el Ministerio de Justicia y exigir que las leyes sean absolutamente inflexibles y no dejen abierta ninguna puerta para que se pueda construir nada en un espacio natural calcinado: si las dos únicas palabras del mensaje son ésas, ninguna y nada, y queda claro que la única alternativa al incendio es la repoblación, igual algunos terroristas medioambientales dejan de sacar el mechero del bolsillo.

El eclipse que se vio en el norte de India, Nepal, Bután, China, el sur de Japón y el Pacífico no se repetirá hasta dentro de 120 años. Los árboles quemados de Tarragona, Cuenca y Madrid puede que tarden aún más en crecer de nuevo. Los relojes van despacio cuando se trata de volver desde la muerte a la vida. A Juan Urbano, que es de esa clase de hombre que necesita escapar de la ciudad a menudo para ir a pasear por el campo, siempre le ha dado la impresión de que en España hace falta que todos tengamos más conciencia ecológica, lo cual es difícil después de tanto disparate urbanístico y teniendo en cuenta que enseñar y aprender cualquier cosa resulta dos veces más complicado cuando para ir de la ignorancia al conocimiento hay que atravesar la telaraña de la demagogia.

¿Cuántas veces hemos contemplado a las víctimas del expolio celebrarlo con champán? "Sí, están haciendo desaparecer nuestra playa, o nuestros pinares, o nuestras montañas, pero eso da mucho trabajo...". ¿De verdad aún hay alguien que cree que hay algo bonito debajo de la palabra dinero? Juan Urbano es de los que creen que, novecientas veces de cada mil, una moneda es la tapa de una alcantarilla.

El ser humano es un animal lleno de esquinas, que ocupa todos los extremos de la razón y la sinrazón; tan capaz de descubrir exoplanetas y de saber su tamaño, su temperatura y su densidad observándolos a través de un telescopio que está a millones de kilómetros de ellos, como de arrasar el suyo a base de no querer entenderlo, como si la huella de un astronauta en la Luna fuese más importante que la que cada mañana deja cualquier ciudadano sobre la Tierra. No me digan que no es raro.

Juan Urbano fue a un vivero, compró un árbol, cogió un tren de cercanías y al llegar a Collado Mediano lo plantó en el primer espacio apropiado que pudo encontrar. Fue un acto simbólico, pero ¿se imaginan que millones de personas hicieran algo parecido? Sería una gran iniciativa de la Comunidad de Madrid, iniciar el curso que viene enviando a cada escolar de la región un árbol apropiado para ese bosque, que pudieran plantar allí.

No se me ocurre mejor lección para empezar el año.

martes, 21 de julio de 2009

Hubo, y habrá, más concierto

Como os decía el sábado, el concierto dio para mucho y hay mucho que cantar, y que recitar. Y mucho más que habrá, porque Benjamín Prado nos ha confirmado que no será la última vez que estos dos artistas se unan, de hecho sus palabras textuales fueron: "vamos a volver a hacerlo en Granada seguro, en mayo", (¿mayo?) y comentó algo de algunas otras ciudades en las que se lo están planteando, pero aún sin confirmar. (Nos mantendrá, os mantendremos, informados).

Sí confirmó que pretende acabar su novela a orillas del mar y que está ultimando algunas canciones con Sabina. Y precisamente en la voz del de Úbeda hemos escuchado alguna vez que otra los versos,que son de Benjamín, del siguiente vídeo, perteneciente al concierto del sábado, en el que Esta noche contigo se unió a El final. Así quedó ...

domingo, 19 de julio de 2009

El concierto de Benjamín Prado y Coque Malla

"Es necesaria la noche para ver las estrellas", y así, dándole la razón a los versos, mientras la noche caía sobre Madrid aparecían los protagonistas sobre el escenario.
Un espectáculo lo es por la calidad de lo que se expone sobre el escenario, pero también por las ganas y espíritu de los artistas, y hoy tanto Benjamín Prado como Coque Malla, sin olvidarnos de la guitarra de Nico Nieto, lo han dado todo en el centro cultural Galileo, en los veranos de la villa, en el ciclo Poesía en Concierto.

Benjamín Prado ha recitado, ha cantado ("Berlín" también sonó bien en tu voz), ha bailado, ha tocado la armónica, ha acompañado con la guitarra, ha bebido, ha regalado libros, los ha roto... se ha crecido sobre el escenario, que ha hecho suyo, y no ha defraudado.

El concierto ha tenido de todo. Ha comenzado como esperábamos, con el poema Caminos y la Canción Hasta el final (que ya adelantamos en el blog), y ha ido alternando y mezclando canciones con poemas. Mientras tanto sus protagonistas se cambiaban los papeles como quien cambia de guitarra. Benjamín Prado acompañaba a los coros, Nico Nieto recitaba (¿su propio poema?), Coque Malla recitó con la edición de la antología de Benjamín "Aquí y entonces", acompañó a la guitarra los poemas de Benjamín, cantó, y muy bien, canciones de su último disco "La hora de los gigantes".

Benjamín, se vino arriba y armónica en mano acompañó sus propios poemas, guitarra en ristre punteó las canciones de Coque Malla. Guiñó al público, al que lanzó Iceberg, Mi Antología, Marea Humana; un ejemplar de Aquí y ahora desapareció entre el público mientras otro, como los roqueros rompen su guitarra contra el escenario, fue despedazado página a página en plena catarsis del poeta. Recitó a capela, solo, sin nadie, bajo los focos, frente a su público: "Lo mismo y lo contrario", "Acertijo"...

Poema a poema, canción a canción, sorpresa tras sorpresa, durante una hora... y un poco más, el rato que les llevó a los artistas regresar al escenario ante la insistente petición del público (2 minutos de "otra, otra" unánime y palmeado...). Un bis en el que los cuatro, Benjamín, Coque, Nico y la botellita, regresaron al escenario para poner fin al espectáculo.

Si sirvo como botón de muestra, disfruté. Aplaudí (con cada canción), me reí ("en realidad soy bailarín", "Benjamín ya está en su jet privado"), acompañé con las palmas (al son de "Se te está cayendo el pantalón"), me emocioné (apoteósica la versión de números rojos), me enganché (Coque, con tu "Berlín" me has ganado para toda la vida), me sorprendí (jamás un poeta bailó tanto durante un recital), me sonrojé (¡¡ole por esa mención a este blog en el folleto de los ciclos de Poesía!!), y me quedé con ganas de más. Afortunadamente tenemos los libros, los discos... y los vídeos y audios que no dejaré de colgar durante los próximos post.

Aquí dejo "Caminos y hasta el final" ahora en vivo y en directo (las guitarras saturan el sonido, el audio del otro día se escucha bastante mejor).
Dejadme tiempo, y seguid enganchados, que iré colgándolo todo, fotos, vídeos (los siguientes se verán algo mejor) y audios.

Por cierto, y con este van 300 post...

jueves, 16 de julio de 2009

De ruta

Pese a los ensayos para el concierto del sábado con Coque Malla, Benjamín Prado no ha faltado a su cita con la columna de El País. No sabemos aún si colaborará, como el año pasado, con la descripción de una fotografía de Madrid, cada domingo de agosto, o si nos soprenderá con algún artículo en la revista de verano. Le seguiremos de cerca.

La ruta de los embargos
Por Benjamín Prado. El País.

Como la crisis había metido la cuchara en su cuenta del banco y se le había comido todos los ahorros, Juan Urbano no tenía presupuesto para irse de vacaciones, como tanta gente, porque todas las playas del país estaban a más euros de distancia de los que él podía soñar, de modo que su plan era hacer turismo en su ciudad, Madrid, que con el calor que hace es como querer bailar El lago de los cisnes mientras te pegan con una pala en los dedos de los pies.
Además, él ya era una persona que se movía mucho por la ciudad el resto del año, y ni la Casa de Campo, por donde va a correr todos los fines de semana, ni el parque del Oeste, que es el lugar de sus paseos diarios siempre que no llueve, ni las salas del Museo del Prado o el Reina Sofía tienen secretos para él. Y el estadio Santiago Bernabéu está cerrado. ¿Qué hacer? Podría llamar a algún pariente con piscina y sin nada de lo que hablar, desde luego, pero eso le haría sentirse como quien va a resguardarse del bochorno a la sección de congelados. Y entonces se le ocurrió.

Había visto hacía poco la noticia de que una cosa llamada Círculo Financiero Internacional había tenido la brillante idea de poner un autobús que hacía lo que habían decidido llamar "ruta de los embargos", que es un viaje de turismo inmobiliario en el que los pasajeros buscan ofertas, ven casas cuyo precio en algunos casos está rebajado, según dicen los promotores, hasta un setenta por ciento. Con su cámara de fotos al hombro y una calculadora en la mano, los interesados recorren la ciudad y avistan algunos de los seiscientos inmuebles que dicen tener en su lista los organizadores de este safari urbano, que no se sabe bien si pretenden pescar por libre en el río revuelto de la economía o trabajan para alguno de los bancos que, a estas alturas, empiezan a estar desesperados porque los pisos no les caben en las cajas fuertes y porque, sin duda, mientras las hipotecas con que ataban a los demás empiezan a enredárseles a ellos mismos en las piernas, deben de sentirse como un cazador que ha metido el pie en su propia trampa.

Algunas entidades, como Caja Madrid, a través de su división inmobiliaria, Cismisa, y el Santander, ya venden y subastan propiedades por su cuenta, rebajadas alrededor de un cuarenta por ciento del precio que alcanzaban hace no muchos meses.

Tienen trabajo, porque en Madrid se calcula que en estos momentos hay unos sesenta mil pisos sin vender, la morosidad se ha triplicado en un año y la distancia entre las palabras "cementerio" y "cemento" es cada vez más corta. Y mucho más real que la que hasta hace no demasiado querían hacernos ver que existía entre usura y seguridad.

Juan Urbano, porque no tenía nada mejor que hacer y porque le gustaría cambiarse a una casa en la que le cupieran los libros, que ahora están por todas partes y lo tienen todo invadido hasta el punto de que algunos se han buscado un hueco en el botiquín del cuarto de baño y otros encima de la nevera, decidió subirse al chollobús, como ya lo han bautizado sus usuarios, y ver qué pasaba. La cosa no le pareció para tanto, porque los pisos eran un timo tan descomunal hasta hace poco, que incluso estando a mitad de precio siguen valiendo el doble de lo que puede pagar una persona normal. Así nos ha hecho vivir esta gente.

Además, a Juan Urbano le producía una gran tristeza esa historia de los embargados, que tal y como ahora se vende parecen ser los malos de la historia, los que no cumplen con aquello que habían firmado previamente. Él lo ve justo al revés y cree que esas personas fueron antes las víctimas de la ambición desmesurada de los bancos y ahora lo son de la incapacidad de los políticos para tomar las riendas de la crisis y hacer lo que nunca hacen porque jamás tienen dudas a la hora de elegir entre ideología y negocio, que es regular los precios, impedir la voracidad de los constructores y las entidades financieras, y construir vivienda pública suficiente. Lo que él veía en los pisos embargados eran vidas paradas, proyectos a los que les han quitado las llaves. Y en lugar de todo esto, en lugar de los pisos, ¿no podían los bancos rebajar las hipotecas un cincuenta por ciento? Igual así algunos podrían seguir pagándolas. Es la economía, estúpidos.

martes, 14 de julio de 2009

La poesía de números rojos

El viernes adelantábamos la canción con la que presumiblemente comenzarán Coque Malla y Benjamín Prado el concierto del sábado. El mismísimo Coque Malla la ha escuchado y ha agradecido en su web: "Tanto Benjamín como el webmaster me han sorprendido gratamente con este regalito. Lo que oís es un ensayo grabado con un solo micro aquí en casa. La verdad es que no suena mal. Yo me voy mañana de vacaciones (llevo casi 2 años sin ellas) y no sabré de vosotros en 15 días. Vuelvo para lo de Benjamín y me vuelvo a ir, así que nos vemos en los jardines del Galileo. Hasta el 18.Coque".

Pues bien, hoy quiero compartir otra poesía de esas en las que la simbiosis con la música está fuera de toda duda. De hecho es una poesía que Benjamín Prado escribió para Sabina y que este cantó y editó en su album Alivio de Luto. Pero la cantó de un modo distinto a como Benjamín la escribió en su formato original. Esta poesía será una de las que se recitarán el sábado en los jardines del Galileo, y seguramente se haga con esta versión:

Números rojos
Benjamín Prado. Ecuador.

Dos personas se suben a sus coches
cada una en un extremo del camino.
La primera ha gastado a su destino
menos días que noches
y sabe lo que cuesta esta desnuda
si a Romeo y Don Juan les restas Judas.

Si el otro conductor va cuesta abajo,
a 120 lágrimas por hora;
si su vida es un mar que se evapora
y un siempre sin atajos,
calcula qué darán cuando se crucen,
cuántas sombras tendrán y cuántas luces.

Cuántos secretos,
cuántos contigo,
cuántos lo niego,
cuántos te sigo;

tuyo y ajeno
besos impares
pan con veneno,
luna sin bares;

heroes sin tumba,
cal en los ojos,
hambre con rumba:
números rojos.

Explica si ahora es múltiplo de antes;
cuánto suman dos solos al cuadrado;
qué distancia separa a los amantes
que no se han olvidado;
con qué tinta se escriben los papeles
de la regla de tres de los infieles.

Cuántos secretos
cuántos contigo
cuántos lo niego,
cuántos te sigo;

tuyo y ajeno,
besos impares,
pan con veneno,
luna sin bares;

héroes sin tumba,
cal en los ojos,
hambre con rumba:
números rojos.

Quién podría resolver la cuadratura
del círculo vicioso de los celos;
quién va a saber a qué temperatura
la sangre se hace hielo;
quién va a decir después del olvido:
voy a intentar no haberte conocido.

Cuántos secretos,
cuántos contigo,
cuántos lo niego,
cuántos te sigo,

tuyo y ajeno,
besos impares,
pan con veneno,
luna sin bares;

héroes sin tumba,
cal en los ojos,
hambre con rumba:
números rojos.

Así se lee, y se oye, en boca de Sabina (y así se grabó)



Dos pilotos se enfrentan al volante
en el rally a Dakar de la M30,
el segundo no cumple los cincuenta
y el que va por delante
del Sargento Pimienta es un marciano
que canta por los codos de su hermano

Ambos tienen sus celos y sus novias,
sus divorcios, sus ángeles caídos,
sus volcanes, sus duelos, ¿quién ha sido?,
sus filias y sus fobias,
pero uno suda a muerte la camisa
y el otro duda y nunca tiene prisa

Qué par de idiotas,
dos ascensores,
gata con botas,
males de amores,

vuelve el rebaño,
carne enlutada,
sobran peldaños,
vista cansada,

tuyo y ajeno,
besos impares,
pan con veneno,
luna sin bares,

héroes sin tumba,
cal en los ojos,
hambre con rumba,
números rojos

¿Quién dijo que hoy es múltiplo de antes,
y el ego un envidioso malcriado,
qué maldición separa a los amantes
que no se han olvidado,
quién podrá resolver la cuadratura
de esta regla de tres con calentura?

Falta una sota
sobran dos reyes,
cuerpos de jota,
contra las leyes,

ratas de barco,
frena esa moto,
viudas de narco,
boda sin fotos,

seda con pana,
unña sin mano,
cada semana,
muere un verano,

traje de luces,
pata de cojo,
caras y cruces,
números rojos
pico parao

viernes, 10 de julio de 2009

En exclusiva: La primera canción de Benjamín Prado y Coque Malla

Benjamín Prado nos regala para todos los lectores del blog, en exclusiva y con una calidad extraordinaria, la canción que abrirá el concierto del próximo sábado en Los veranos de la Villa y en el cual la poesía y la música se dan la mano, en el cual Benjamín Prado y Coque Malla cantarán, recitarán, a dúo (también con la colaboración de Nico Nieto), sus mejores temas.

En esta canción se une el poema Caminos, del libro Iceberg de Benjamín Prado, y la canción Hasta el final de Coque Malla, de su disco La hora de los gigantes y, quizá, su mejor canción.

Disfrutad este regalo de Benjamín... es espectacular...
Gracias, Benjamín.

Dale al Play >


Letra de la canción
Caminos / Hasta el final.
Benjamín Prado y Coque Malla

El camino que lleva desde la sombra al sueño
de la luz de la luna
hasta el puñal oculto entre las ramas.
El camino que lleva desde el diamante hasta el robo,
de la mujer que duerme al niño que se ahoga.

Todos esos caminos.

El camino que lleva desde la tinta a Shakespeare
de la flor
a la mano de los enterradores.
El camino que lleva de tu piel a la espuma,
del oro hasta el veneno.

Todos
esos
caminos
por los que hemos andado.
Todos esos caminos
que son la realidad
que son la vida.

El camino que lleva del mar a las campanas,
desde casi hasta nunca,
del horóscopo
al coche que ha volcado en la nieve.

Todos esos caminos por los que yo te busco.
Todos esos caminos por los que tú me sigues.

Ahora voy a ser sincero
estuve tiempo sin querer jugar
encerrado en mi agujero
tan solo quería disparar.

Con la cara en la pared
nada sale bien
tuve que decir adiós
tuve que aprender.

Ahora enciendo un cigarrillo
y aspiro hasta el final
no me importa si está bien
no me importa si está mal.

Tengo abiertas las ventanas
y dejo el aire entrar
tengo ganas de abrazarte
tengo ganas de llegar...

...al final.

Demasiados caramelos
demasiada gente en el lugar
cosas rotas por el suelo
demasiada mierda que tragar.

Ya no quiero a nadie aquí
desapareced
hoy me voy a caminar
hoy me encuentro bien.


Ahora enciendo un cigarrillo
y aspiro hasta el final
no me importa si está bien
no me importa si está mal.

Tengo abiertas las ventanas
y dejo el aire entrar
tengo ganas de abrazarte
tengo ganas de llegar...

...al final

no más despedidas
no más situaciones
no más ceniza en los colchones
mirate en el espejo y dime
si esto es lo que quieres ser.

Con la cara en la pared
nada me sale bien
tuve que decir adiós
tuve que aprender... aprender

Enciendo un cigarrillo
y aspiro hasta el final
no me importa si está bien
no me importa si está mal.

Dejo abiertas las ventanas
y dejo el aire entrar
tengo ganas de llegar

al final.
al final

Todos esos caminos por los que yo te busco.
Todos esos caminos por los que tú me sigues.

La Real de Madrid

Semana deportiva la que nos hemos encontrado. El martes arrancaba yo de la memoria un artículo en el que se traía a colación el Tour de Francia, y ayer Benjamín Prado, en El País, habló ni más ni menos que de Cristiano Ronaldo (y ya van dos en el mismo mes...). Eso sí, el monopolizador de noticias de los últimos quince días no lo era de ésta, que tenía que compartir con el desmantelamiento del poblado de La Cañada Real, de Madrid; que no Real Madrid; eso es otra cosa, que en vez de desmantelar, intentan reconstruir.

Cristiano en La Cañada
Por Benjamín Prado. El País.

Las distancias pequeñas se miden en kilómetros, y las grandes las mide la injusticia, porque son las que separan, por ejemplo, al futbolista Cristiano Ronaldo de los habitantes de la Cañada Real Galiana, el poblado de chabolas que hoy va a dejar de existir. ¿Quién duda que este mundo no será mejor hasta que se acorten las diferencias que hay entre las personas que viven en él? Nadie que sea medianamente humano, desde luego, pero, dicho eso, hay gente como Juan Urbano que no soporta la retórica de la felicidad culpable, esa pose de seres solidarios que tanto le gusta a los demagogos de toda clase, tan partidarios de ese tipo de retórica que consiste en que alguien entra en un restaurante de cinco tenedores, pide un vino de reserva y jura sentir remordimientos terribles mientras se come un filete de 30 euros en un restaurante, porque a la vez que disfruta del banquete no puede olvidar el hambre que pasan otros en muchos lugares del planeta. El poeta Ángel González, a quien los lectores saben muy bien que las palabras obedecían a ciegas, inventó una definición magnífica para esa clase de poses: el buenismo. Pues eso.
El caso es que llega al Real Madrid el futbolista Cristiano Ronaldo y la televisión se llena ni más ni menos que de políticos que se muestran escandalizados por los casi 100 millones que ha pagado el Real Madrid por él al Manchester United. Cosa curiosa, porque en algunos casos, a esos mismos campeones del equilibrio social no se les ha visto decir una palabra acerca de los gastos monumentales de sus propios partidos en las campañas electorales, que cuestan unos millones que también les habrían venido de cine a los niños hambrientos de este mundo. ¿Y si en las próximas municipales o legislativas sus formaciones no pegan un cartel ni dan un mitin, y el presupuesto que se ahorren lo donan a Unicef, o Manos Unidas, o Médicos sin Fronteras? Con una diferencia, que es que luego Cristiano Ronaldo vende 3.000 camisetas en dos horas y hay grandes posibilidades de que su llegada al Santiago Bernabéu termine por ser un buen negocio a lo largo de los próximos seis años, siempre y cuando no le ponga otro millón en la cartera un nuevo conjunto y él descubra que también fue de ese equipo toda la vida y que su sueño era ponerse su camiseta. Juan Urbano sabe perfectamente que los códigos que marcan el paso son ésos, pero qué le vas a hacer si vives en el puro capitalismo. Cómete el filete tranquilo y a la vez sé socio de Unicef, de Greenpeace y del Real Madrid, como él mismo lo es.

La Cañada Real, cuyo desmantelamiento se aprueba hoy, lo cual es terrible, pero porque demuestra que ha existido, y esas cosas no debieran existir, nunca debería permitirse que haya personas que vivan de ese modo a la sombra lujosa de las torres de la ciudad. El chabolismo es deprimente, sobre todo en una ciudad y un país en el que hay miles de pisos vacíos y en el que uno de los grandes agujeros en el barco de la política es el de la vivienda social, que todos prometen y ninguno construye en la medida en que haría falta para que los que no pueden tener un sitio donde vivir lo tengan. Otros fariseos, cuyos discursos son muy parecidos a los de los que tanto se escandalizan con los 94 millones de Cristiano Ronaldo, se rasgan la camisa cada vez que alguien habla de reformar la Constitución, una idea que consideran poco menos que un sacrilegio. Sin embargo, no se les oye decir que el derecho a tener una vivienda es uno de los que se recoge en esa misma biblia por lo civil que tanto dicen respetar para otras cosas. Bueno, pues entonces tendremos que llegar a la conclusión de que lugares como la Cañada Real, además de ser el infierno, son anticonstitucionales. Lo que hay que oír.

Juan Urbano, que como todo el mundo sabe es filósofo, sentimental y del Real Madrid, se fue a casa, abriéndose paso en el calor de julio, cogió un papel y un bolígrafo y se puso a escribir la alineación del equipo para el año que viene. No quiso sumar los sueldos de los futbolistas, por si le daba un ataque de mala conciencia, pero tampoco se sintió un hipócrita, como les debe de pasar a algunos. Eso sí, se preguntó si lo que más necesita el nuevo Ronaldo es un guardaespaldas: ¿no sería mejor un nuevo estilista...?

jueves, 9 de julio de 2009

Coque por Ariel

Cambio de planes.

El próximo día 18 de julio dentro del ciclo "Los Veranos de la Villa", en Madrid, Benjamín Prado leerá poemas con Coque Malla en los veranos de Galileo. Una noticia que lo es solo a medias; en la mitad que le corresponde al músico, pues hoy nos hemos enterado de que será Coque Malla quien ponga música a los versos de Prado y no Ariel Roth como estaba previsto y como aparecía, y sigue apareciendo, en el programa oficial del ciclo.

La web oficial sí está actualizada. Desde ahí pueden comprarse las entradas para este peculiar concierto.

Sin conocer la causa del error más me inclino a pensar que se deba a una errata que a un cambio de última hora (aunque nunca se sabe), y me baso en que Benjamín nos dijo un día, off the record (ahora ya puede desvelarse), que en verano actuaría con Coque Malla, pero que no lo tenía 100% confirmado, por lo que aún no quería contarlo.

Eso sí, ayer el propio Benjamín nos contó que en los ensayos está quedando todo "¡de muerte!" y aunque ha intentado compartir con nosotros una canción/poesía, en exclusiva para todos los lectores del blog, la tecnología aún no se lo ha permitido. Seremos pacientes e iremos apuntando en rojo la fecha, 18 de julio 22horas, Jardines de Galileo.

martes, 7 de julio de 2009

Y el Tour se quedará ciego

En el mes Tour guiño un ojo al ciclismo, y a un gran campeón español, Alberto Contador. Pero no dejo de lado los escritos de Benjamín Prado, de hecho me valgo de uno del año 2003. Pero en vez de quedarme con la política, que en definitiva es el epicentro del texto, me quedo con la primera parte del simil, con esa "carrera de buitres", describiendo una de las "hazañas" del ciclista americano. Escribía ayer el mejor cronista de ciclismo, Carlos Arribas, de la etapa previa, que Armstrong desató el Tour "de las alianzas raras, el de los campeones soberbios, el de las traiciones que dividían a las aficiones en bandos irreconciliables". Como dice Prado, "Ojo por ojo, ésa es la cuestión".

Ojo por Ojo.
Benjamín Prado. El País. 24/07/2003

Primero vio lo que todo el mundo había visto y luego oyó lo que todo el mundo decía. Tuvo la sensación de que una cosa y la otra no concordaban, pero como nadie parecía pensar como él -al menos en público-, él empezó a pensar de otro modo. Y entonces es cuando se le ocurrió. "Igual que en el Tour", se dijo, "claro que sí, lo vamos a hacer igual que en el Tour. Ojo por ojo, ésa es la cuestión". La persona que se dijo a sí misma esa frase era un alto cargo de un partido de izquierdas, y el día antes, como les digo, había visto por televisión la etapa del Tour en la que el ciclista estadounidense que iba en cabeza de la carrera se cayó y su máximo rival decidió esperarlo, para no aprovecharse de su accidente. Supongo que lo recuerdan, pero por si alguien no lo vio, la secuencia es, más o menos, ésta: el líder, Lance Armstrong, se va al suelo y su adversario, el alemán Jan Ullrich, en lugar de valerse de ello, aguanta a que el otro se levante, vuelva a montar en su bicicleta y salga otra vez a la carretera. Un poco más allá, el líder hace un cambio de ritmo feroz que no puede seguir su contrincante, y gana la etapa. En la línea de meta, los dos le quitan importancia a lo ocurrido y recuerdan un episodio de hace un par de años en que ocurrió exactamente lo mismo, sólo que al revés: Ullrich cayó y Armstrong lo esperó. Sin embargo, unos días antes, el español Beloki, otro de los candidatos a la victoria final, también cayó justo delante de Armstrong, como éste había caído justo delante de Ullrich, pero el estadounidense lo esquivó y siguió pedaleando, porque a Beloki no le debía ningún favor. "Ojo por ojo", piensa nuestro protagonista, "qué raro, estos tipos confunden la caballerosidad con la justicia".

Pero eso no era justicia, era un negocio privado entre Armstrong y Ullrich, un préstamo o una inversión: te cambio mi cortesía por la tuya. Al día siguiente, sin embargo, la prensa destacaba de forma unánime la elegancia de los dos deportistas y elogiaba el ataque todopoderoso de Armstrong y su triunfo. Nadie dijo nada de Beloki. En ese momento, precisamente en el momento de leer los diarios y ver que la reputación de Armstrong se había multiplicado por dos, fue cuando a nuestro protagonista se le ocurrió aplicar lo ocurrido en el Tour a lo ocurrido en la Comunidad de Madrid tras la traición de la cosa Tamayosáez, el tránsfuga de dos cabezas y ningún corazón. "Si vale para una carrera de ciclistas", se dijo, "¿por qué no iba a valer para una de buitres".

La idea era la siguiente: ojo por ojo, la única forma de neutralizar a dos canallas es con otros dos canallas, de manera que tenemos que crear dos miserables, infiltrarlos en el PP y devolverle la moneda a estos miserables. ¿Cómo se construye a un canalla? A nuestro protagonista se le ocurrió que lo mejor sería utilizar a dos niños: sería más lento, pero más seguro. Educarían a los niños en la más absoluta falta de principios, enseñándoles a ser marrulleros, egoístas, desalmados y mentirosos: cada vez que le robasen un juguete a otro niño, le hicieran cargar con una culpa que no era suya o le pusiesen una zancadilla, les darían un premio. Cada vez que aprobasen un examen copiando, se llevarían un regalo. Cada vez que se dejaran sobornar, les comprarían un helado. Cada vez que delataran a un compañero, les llevarían al cine. Que nunca sepa nadie lo que pensáis, les recomendaron. No olvidéis que el único amigo que merece la pena es ése al que merece la pena traicionar.

Nuestro protagonista empezó a tomar notas, estructuró su plan, incluso hizo una selección de presuntos candidatos a monstruo entre los hijos de algunos de sus camaradas. "Se van a enterar", pensó, "no sé cómo no se nos había ocurrido antes, aquí lo único que importa es el ojo por ojo; si vale para ellos, por qué no iba a servirnos a nosotros, qué tienen que ver los ideales con todo esto. Hablarán de mí como de un héroe, igual que hablan de Armstrong". Así fue elaborando un informe y una estrategia. Anteayer la llevó a la sede de su formación política y la dejó sobre la mesa de sus superiores. Ayer le echaron de su partido. Hoy, según se dice, se ha pasado al Partido Popular. "Aquí cabe todo el mundo", le dijeron, "nosotros estamos abiertos a todo. Eso es la democracia".

sábado, 4 de julio de 2009

Apología de la distancia

Los ecos de la clase magistral de Vallecas siguen sonando en estas noches estivales en las que el calor decelera el ritmo de los acontecimientos y los periódicos empiezan a tener menos páginas. Un momento de calma en la agenda de Benjamín para recordar cómo iba a ser la novela que no fue... así nos lo contó en Vallecas, intercalado entre una disertación suya sobre la importancia de mantener la distancia respecto a lo que estás contando...

Cuando empecé a escribir Mala Gente que Camina en realidad era otra novela. Era una novela, también protangonizada por un profesor que también estaba escribiendo un ensayo sobre Carmen Laforet, que también era medio cínico y que también iba a un viaje a Atlanta, a un congreso de estos de locos sobre locos... pero ahí la novela era otra. Pero un día llegué a casa y escuché en la tele el programa de los niños robados a los republicanos por la dictadura y escribí otra novela. Eso lo he contado otras veces, lo que no creo haber contado nunca, y no sé por qué coño lo voy a contar ahora, pero ya puestos lo contaré, es cuál era la otra novela, qué pasaba en la otra novela.

Lo que pasaba en la otra novela es que yo iba en un avión a Atlanta, efectivamente, conocí a una chica y nos volvimos locos. Aún seguimos siendo amigos. Pero antes de amigos fuimos muchas otras cosas. Yo estaba enamoradísimo de ella, muy colgado por ella, y escribí una novela contando todo eso. Y la novela era un espanto, porque estaba tan colgado de ella que no parecía una novela, parecía un anuncio. Todo lo que decía de ella era tópico, era absolutamente patético. Se la dejé leer a mi editora y me dijo "patética".

Era una historia que tenía tan cerca, estaba tan metido en ella en ese momento que lo escribí fue un absoluto disparate. Sin embargo cuando la dejé escribí unos poemas sobre ella que no están mal. Alguno de ellos, no diré cuál, hay quien ha escrito por ahí que es uno de los mejor poemas de amor que se han escrito nunca. No lo digo por presumir del piropo, lo digo para que veáis cómo cuándo estaba con ella escribí una novela desastrosa, cuando dejé de estar con ella escribí unos poemas que no estaban mal.

"Entonces ya no estabas loco", le dicen desde el público. "Es verdad, tienes toda la razón del mundo, la cercanía produce ese tipo de efecto. Es como si me acerco mucho un papel a la cara ya no veo lo que dice. La distancia es necesaria para todo. Estoy haciendo apología de la distancia. Merece la pena guardar distancia para escribir. No hay nada peor para la literatura que la cercanía. Lo mejor es separarse en el tiempo, en el espacio y sobre todo separarte en la emoción.

Estoy seguro que todas las personas a las que todos los escritores de cualquier género a los que más admiro tienen una cualidad que es la frialdad. El propio Bob Dylan, sus mejores canciones... que definió cuando le preguntaron que sonaba a mercurio salvaje, vete a saber lo que quiso decir con eso. Pero suena a frío. El propio Alberti, en Sobre los ángeles. En ese momento estaba peor que yo con esta chica, estaba entre la escritora Maruja Mayo y la escritora María Teresa León. Todo eso lo cuenta en esos poemas. Pero lo cuenta con un distanciamiento que le llevaron al surrealismo. Él se hizo surrealista para que no le pillara la novia, para disimular, para oscurecer un poco.

Yo soy de los que piensa que jamás hay que contarlo, que no hay que permitir que te puedan pillar en nada. Admiro a la gente que es capaz de esconder un poco las cosas, porque le das más misterio. Si Rafael Alberti, siendo quien era, escribe esos poemas más abiertamente, con una manera más abierta, más sencilla de explicar, diciendo "te quiero mucho porque eres mi novia", seguramente hubiera escrito un libro muy malo.

Desde el apasionamiento, la cólera, el amor excesivo, la alegria excesiva, la triste excesiva es imposible escribir bien, porque no tienes control. Las emociones son una manera de descontrol. Cuando uno siente una gran emoción no estás controlado, no tienes el volante en la mano. No creo que desde un exceso emotivo se pueda escribir bien. Eso es imposible si el que va a escribir soy yo y es posible si el que lo va a hacer es Neruda. Hay gente con más talento y con menos.

Pero aún así, al final a Neruda lo recordamos porque escribió Residencia en la tierra, cumbre del surrealismo en español, pero también porque escribió las odas elementales, poemas al ancla, al botón, a los zapatos, a los calcetines, a la calabaza, a la cebolla, son poemas muy pensados. Uno no puede ver una cebolla y decir directamente redonda rosa de agua. No funciona así, hay que buscar, hay que indagar, y la indagación requiere trabajo y el trabajo requiere tiempo, y atención, y la atención requiere frialdad, o distancia.

Desde la cercanía y el apasionamiento es imposible hacer bien nada, ni escribir ni ninguna otra cosa. Bueno, me refiero a cosas que se hagan con la ropa puesta.

jueves, 2 de julio de 2009

Why, Why, Why

Juan Urbano debe estar de vacaciones, pero le ha sustituido Benjamín Prado, quien hoy en las páginas de opinión de la sección de Madrid de El País, ha alzado la voz, e incluso la ha entonado, para denunciar la situación de la sanidad madrileña.


La gripe asesina es invisible
Por Benjamín Prado. El País.

Mohamed le podría haber dicho al fantasma de Dalila Mimouni lo que Rafael Alberti al de Federico García Lorca: no has tenido tu muerte, la que a ti te tocaba. Porque da la impresión de que el destino de esa joven de 20 años, que había venido a España desde Marruecos, hace 18 meses, a buscar una vida mejor, no era el de acabar sus días en el hospital Gregorio Marañón y saltar a los titulares más negros de los periódicos como la primera víctima del virus H1N1. Entrar en un hospital es meterse en un laberinto al que unas veces los médicos le encuentran la salida, y otras veces no. Ése fue el caso de Dalila, esa chica con nombre de canción a la que ahora se le ha puesto fúnebre la música, my, my, my, Delilah / why, why, why, Delilah. / I could see that girl was no good for me / but I was lost like a slave that no man could free, eso se repetirá Mohamed, su marido español, pero sin pasar nunca de los dos primeros versos, mi, mi, mi Dalila, por qué, por qué, por qué...

Mohamed no entiende qué ha pasado, por qué es viudo a los 21 años; por qué los doctores no fueron capaces de curar a su esposa; por qué una enfermedad tan pequeña como una gripe acaba con una atleta llena de salud; por qué la mandaron una y otra vez a casa cuando casi no podía ni andar; por qué no vieron esa maldita gripe que es noticia de primera plana desde hace tanto tiempo, ese maldito virus H1N1... "No tuviste tu muerte, la que a ti te tocaba. / Malamente, a sabiendas, equivocó el camino. / ¿Adónde vas? Gritando, por más que aligeraba / no paré tu destino". ¿A sabiendas? ¿Tu destino? No, hay algo que no encaja.

Mohamed llevó demasiadas veces al hospital a Dalila, y tal y como él lo cuenta, parece raro que un paciente pueda ir en tres ocasiones a urgencias, que no lo ingresen y que a la cuarta lo manden directamente a la UCI, pase ahí 15 días y no sobreviva. Él dice que su mujer no podía ni andar, que tenía casi 39 grados de fiebre y que, con todos esos síntomas, le recetaron paracetamol y un antibiótico para la tos; que volvió a llevarla, le hicieron unas pruebas y volvieron a darle el alta con un diagnóstico que hablaba de una crisis asmática y una infección respiratoria. Y no era eso, y la muerte que no era suya se llevó de este mundo a esa muchacha que estaba embarazada y vivía en Moratalaz y apenas hablaba español y le gustaba correr y competía en 1.500 metros y su madre se llamaba Aziza y su hijo se llama Ryan pero nada más, porque ya no habrá más íes, ni más futuro mejor, why, why, why, Delilah.

Dicen en la Comunidad de Madrid que la sanidad madrileña funciona como un reloj, que no hay listas de espera ni enfermos en los pasillos. Pero Delila nunca verá a su hijo Ryan. Pero su marido, que estudiaba para policía local, está tan destrozado que dice que va a dejar de ir a la academia. Pero uno lee en los diarios que la gente que no debería de morir se muere, y a la gente que no puede parar de morirse se le quiere negar el derecho a hacerlo sin dolor, con los menores padecimientos posibles, qué más da, si uno tira la bomba en el Severo Ochoa, deja algunas reputaciones rotas y luego se va a la playa.

Pues miren, no, la verdad es que no, que esto no funciona y que es raro que algo tan presente a simple vista como el maldito virus H1N1 sea invisible bajo los microscopios. Pero no creo que se preocupen demasiado por este tema, la víctima es demasiado humilde y si la cosa se complica, le echarán la culpa a los médicos, que sin duda no han hecho bien su trabajo, como antes se la echaron a los policías que no encontraban a Al Qaeda en el 11-M, o a los militares que no les aplaudían la coartada del Yak 42, etcétera. La negligencia es terrible, porque a menudo acaba en un ataúd, pero ¿dónde tiene el principio? A lo mejor en la falta de medios. A lo mejor en el exceso de trabajo. A lo mejor lo peor está aún por llegar, si en todos los casos de gripe asesina que vengan se va a actuar del mismo modo.