sábado, 29 de noviembre de 2008

El secreto de Marga Gil

El de hoy es quizá uno de los post que más me apatece colgar en el blog y, junto a la clase magistral de Vallecas, el más rico. De hecho, es increíble.

Siempre pensé que el profesor tenía que dejarnos leer e interpretar el poema en vez de contar no solo lo que el poema transmitía sino llegar a la desfachatez de atreverse a explicar por qué el autor lo había escrito así (qué sabrían ellos...).

Una alumna de la clase de poesía de la biblioteca le comentó a Benjamín que estaban analizando poemas suyos en el taller y que entendían muchos, menos uno que se llama Marga Gil en la isla (el que colgué ayer en el blog), "es más oscuro y no sabemos muy bien qué quieres decir, en qué te has basado"...

(Por cierto, aprovechando este post inauguro los audios de Benjamín Prado. Tú eliges: puedes leerlo o escucharlo, la calidad no es la mejor y lo siento, con el volumen alto sí se oye. Lo tendréis a vuestra disposición, también, en el lateral derecho, dale al play).

Benjamín Prado:

Es algo de verdad y es algo sorprendente. Encontrarse con Bob Dylan puede ser raro, pero esto es mucho más raro. Encontrarte con Bob Dylan requiere movimiento, tú puedes caminar hacia Bob Dylan de una u otra manera, ser amigo de su telonero y que te deje un pase para entrar al concierto hasta que te encuentres con Bob Dylan. Pero es mucho más complicado cuando la gente viene hacia ti sin que tú hagas nada, y es el caso del poema de Marga.

En Las Rozas, donde yo aún vivía con mis padres, mi madre aún vive allí, había una casa abandonada, está a la entrada de Las Rozas, cuando pasáis lo véis, está a la derecha, a la entrada, yendo desde Madrid. Es una especie de casa con un torreón y cuando yo era niño estaba abandonado, estuvo siempre abandonado. Los chavales entrabamos ahí en las noches de verano, pues habíamos roto un barrote, y entrábamos porque nos gustaba lo que había en la casa porque nos asustaba la leyenda que se contaba sobre eso.

La leyenda era que ahí vivía una chica, muy guapa, una artista, que se había suicidado en la torre, en la que era la casa de sus tíos. Un día, viniendo desde Madrid se había cruzado en la carretera con sus tíos, se había agachado, iba en un taxi, al que le dijo, por alguna razón misteriosa que la esperase en la puerta. Entró en la casa, cogió una pistola de su tío, subió a la torre y se pegó un tiro.

En aquel entonces estaba la casa entera, estaba toda, porque aquella gente se había sentido tan horrorizada que habían abandonado aquella casa y habían dejado hasta la mesa puesta, con los platos, los vasos, todos. Era una cosa impresionante.

Nosotros entrábamos allí con linternas, nos tumbábamos en las camas, jugábamos un rato y siempre había un momento en el que subíamos hacia la torre y siempre alguien hacía "uu" o algo así y todos huíamos como auténticos caballeros.

Pasó un tiempo, yo ya conocía a Rafael Alberti, y una tarde contó la historia de una escritora llamada Marga Gil Roësset, que se enamoró de Juan Ramón Jiménez; Juan Ramón alguna esperanza le debió de dar, pero cuando ella le dijo a Juan Ramón que se fuera con él, que dejara a Cenovia, él le dijo que no. Esta chica le dio un diario que había escrito, donde contaba todo. Ella se fue a su estudio, destrozó a martillazos todas las esculturas y después se fue a casa de sus tíos, y se mató.

Rafael contaba esta historia muy a menudo, pero no tenía ni la más remota idea de que aquella era la casa en la que Marga se había matado. De hecho estaba a 200 metros de donde él estaba todos los días. Porque yo conocí a Rafael en Las Rozas no por casualidad, sino porque él tenía allí unos amigos a los que iba a ver todos los fines de semana. Allí cerca le había parado alguna vez el autobús y estaba esperándolos en ese bar, por eso conocí yo a Rafael Alberti. Ese bar está cerca de esa casa.

Un día, al abrir el Mundo o el ABC, en el suplemento literario, contaban la historia de Marga, pues se habían encontrado unos poemas de Juan Ramón inéditos, dirigidos a ella, reproducían parte de su diario y yo me di cuenta al leerlo de que la casa tenía que ser esa. Yo llamé a la directora del suplemento, que era Marta Berasátegi y le dije, tú has contado eso pero no sabes que yo sé cuál es la casa. Y fuimos a la casa.

Por razones misteriosas yo quedé con ella, pero apareció junto con el alcalde de Las Rozas, se llama Bonifacio, y llegamos allí a ver la casa, llamamos al timbre, abrió un chico y le dijimos "esta era la casa de Marga Gil... Juan Ramón... Ya, pero yo me caso dentro de una hora, así que si pueden volver en unos días. Yo le había dicho al alcalde, que es muy bruto, que no se le ocurriese contarle lo que había allí, y menos si el tio se iba a casar y menudo mal rollo. Pero lo primero que dijo fue, "donde se tiró el tiro ella..." Lo que indica por qué fue elegido por mayoría absoluta en la siguientes elecciones.

Yo escribí un poema, ese poema. Pasó el tiempo y al cabo de uno o dos años o estaba promocionando una novela, en Ecuador, y me tocó una cena con el embajador, y en ella el agredado cultural me dice "me encantó tu poema sobre Marga Gil. Además, soy muy amigo de la sobrina de Marga Gil, es una pintora que se llama Marga Clave, fotógrafa, que también le gusta escribir, y está deseando conocerte. Cuando vuelvas a Madrid, ¿quieres cenar con ella?" Fui a cenar a casa de la tal Marga, que estaba nevera total, estaba chalada. Me senté en su casa y empezó a decirme que ella era su tía, que "ella se ha reencarnado en mi y a trávés de mi te quiere dar las gracias". Yo busqué una excusa para irme de allí, casi con la comida en la garganta.

Todavía sigue dando vueltas la cosa, después me llamó otra sobrina, que me dijo que era sobrina de Marga Gil, yo le dije que ya había conocido a una sobrina de Marga Gil, y me dijo "sí, pero yo soy la que no está loca". Ella iba a hacer una exposición con algunas esculturas de las que no había podido romper Marga y quería pedirme permiso para que el poema saliera en ese catálogo, y así salió.

De manera que fíjate la cantidad de vueltas que tiene este poema y la cantidad de historias que se pueden cruzar en la vida de uno de pronto".
Y para corroborar que todo esto es cierto, certísimo, pasaros por esta página web, http://perso.wanadoo.es/margaroesset/, donde viene todo sobre la mujer del poema (incluído, por supuesto, el poema).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si viste esto en El País Semanal del Domingo:

http://www.elpais.com/especial/protagonistas/emilio-silva.html

BEA

Meadow dijo...

La verdad es que no lo había visto. De cabeza al blog.

¡¡¡Mil gracias Bea!!!!