lunes, 17 de mayo de 2010

Coque y Benja, Granada y Ávila

Ávila es el apellido de una admiradora y seguidora (en el sentido más literal de la palabra) de Benjamín Prado, que estuvo en Granada el pasado fin de semana presenciando los actos en los que el poeta participó: El homenaje a las víctimas del franquismo y el concierto del Festival de Granada, con Coque Malla.
Un día, a través de Facebook, Marta Ávila me dijo que iría a Granada, que si quería algo, y yo le dije que con que nos contara a los que no pudimos estar lo que vivió valía... Pero se ha extralimitado (Muchas gracias Marta). Y como muestra, la grandísima crónica del concierto (permaneced atentos, que también hay crónica del homenaje a las víctimas). Ah! y Adriana Estebanez nos ha regalado unas extraordinarias fotos. (Muchas gracias también Adriana).
Concierto en la sala "La telonera" Granada.
(Benjamín Prado, Coque Malla y Nico Nieto).
Por Marta Ávila: "Meadow me pidió que le contara lo que ocurriera en la sala La Telonera (Armilla- Granada), de modo que lo voy a hacer de la mejor manera que sé y, con la ayuda de las fotos que hizo Adriana Estébanez (si hubiera sido por mi cámara nos hubiésemos quedado sin fotos, así que ¡Gracias, Adri!), entenderéis rápido cuánto disfrutamos esa noche:


Como todo lo bueno, Benjamín Prado, Coque Malla y Nico Nieto se hicieron esperar mucho desde el último concierto del 11 de marzo en el Canal, pero al fin llegó el 14 de mayo y volvieron a hacernos disfrutar de la belleza y la fuerza de sus mezclas Rock & Poetry. Tras un sorprendente, estupendo y teatral telonero italiano que recitó tres poemas a modo de ritual africano-lunfardo y en italiano en los cuales los versos fluían onomatopéyicamente a través del lenguaje corporal, entró en escena Benjamín recitando las primeras estrofas de ‘Caminos’ y nos ganó de antemano al hablarnos de ‘todos esos caminos por los que yo te busco, / todos esos caminos por los que tú me sigues’, poema de Iceberg que, como viene siendo ya habitual, aunque nunca suene igual (qué magia tienen los directos!), intercaló Coque Malla con la letra de ‘Hasta el final’.

Tras tenernos embelesados por tanta energía y belleza continuaron en la brecha con otra pareja que, en mi opinión, es un acierto que permanezca unida ‘Viento Negro’… que llena de naufragios las sábanas / Viento Negro que silba la música del miedo’ y ‘Punto cero’: “Coque: Sigo peleando con las sombras… Benja: “Viento negro que quita tus flores de mi tumba…”. Cuando creímos que ya no podían hacerlo mejor, nos sorprendieron uniendo la letra de ‘El final’ de Coque con ‘Esta noche contigo’, que Benjamín escribió una vez con y para Joaquín Sabina. La fuerza que desprendían los tres era brutal y toda esa energía fluía recíprocamente por la sala… en fin… estos chicos son estupendos y cada vez están más fusionados, los tres parecen uno sólo desdoblado tres veces… ¿Son cosas mías o casi todos los buenos grupos tienen tres integrantes?, como por ejemplo, Nirvana. En fin… que la cosa siguió in creccendo con una versión bárbara de ‘Números rojos’ de Ecuador, aquellos versos cantados por Benjamín sonaron grandiosos acompañados por los acordes de Coque Malla a la guitarra acústica y Nico Nieto a la eléctrica, sin olvidar que, al final del poema, Benjamín los intercaló de un modo genial con su armónica (después comentó que se había equivocado de armónica, ¡ufff! Si llega acertar nos deja muertos petrificados en aquella sala).

Después vino ‘Berlín’ cantada entre Coque y Benjamín, es una pena no haber podido grabar un video porque, créanme, sin desmerecer estas estupendas fotos que hizo Adriana con verdadero cariño, lo que vimos fue algo tan bello que merecería la pena revivir. Lo siguiente fue ‘El inmigrante’, de Marea Humana, que Benjamín presentó de este modo: “No me parece que debamos pasar de un país de inmigrantes a un país de xenófobos”, sin duda no le falta ninguna razón para deducir que eso puede estar pasándonos.
Aún el escenario estaba caliente de emanar energía positiva, cuando se cambiaron los papeles Nico Nieto primero advirtió, para quien no lo hubiera percibido en citas anteriores: “Coque Malla y Benjamín Prado: dos almas superpuestas” a la guitarra eléctrica y a la acústica respectivamente (hay que decir aquí que Benjamín volvió a dejarnos claro que ¡él es todo un guitarrista!) y Nico comenzó a leer el poema de Ecuador ‘Hace falta la noche para ver las estrellas’: “Igual que ayer, hoy busco -lo dijo Juan Ramón- / una verdad aún sin realidad; / busco en la tinta verde de todo lo que escribo /un planeta sin nombre o una jungla perdida”. Cada uno regresó a su instrumento, Benja a su armónica y los tres cantaron ‘Quiero volverte a ver’.

El ánimo no decayó nunca, confirmando que, pese a que era ya tarde, todos los que estábamos allí éramos aves nocturnas, volvieron a sorprendernos, Benjamín cogió de nuevo la guitarra acústica y Coque recitó el poema de Ecuador ‘Doble o nada’ cuyos dos últimos versos no me saco de la cabeza desde la primera vez que los leí: “Tú sabes que es verdad. Tú has venido a decirme: / —O lo aceptamos todo o es que todo es mentira”. Tras esta sentencia, que sonó rotundamente creíble y acertada de los labios de Coque, Benjamín le devolvió la guitarra y leyó ‘Zoo’ acompañado de ritmos que simulaban sonidos de la naturaleza, creados principalmente por la eléctrica de Nico y la armónica del propio de Benjamín. Confieso que este poema, uno de los más extensos de Benjamín, junto con ‘El resucitado’ que esta vez no estuvo, me envuelve cada vez que se lo oigo. Por lo que recuerdo haber leído antes de perder Iceberg una noche (Ummm… gran desastre), en el durante de los versos se menciona a cien poetas del siglo XX, a modo de inventario, que murieron trágicamente (la mayoría, si no todos, asesinados) y a cada uno se le asocia un animal que le desgaja alguna parte del cuerpo y un lugar geográfico: “El cóndor que comió la piel de Roque Dalton. / La oruga que comió las pupilas de Lorca / El perro que una noche bebió la sangre azul de Pasolini / qué animales tan dulces / El cóndor revolcado en San Salvador/ la oruga de las playas de Granada / el perro que vivía en las torres de Roma”. Tras los aplausos a este inventario, entró de nuevo Coque con ‘Abróchate’, ya saben, genial: ‘Mira que fuertes que pudimos ser tu y yo / despertando toda clase de admiración /Tú con tus aires de princesa espacial; / yo con mi alfombra voladora y mi sitar / Sigues ahí como si fuera la primera vez. / Te estás cayendo, pero yo ya no te puedo coger...’… Quizá, una versión a lo Coque Malla que yo adoro de Like a rolling Stone.

En los bises el poema ‘Lo mismo y lo contario’ dedicado a Rafael Alberti en Ecuador, con ese verso capicúa tan colosal de “El que derriba un puente, construye un precipicio” y ‘El barco’ de Coque Malla, una canción estupenda, no encuentro que nadie haya dicho lo mismo, mejor de lo que se dice en esa letra, habrá que esperar a que Coque la grabe para un disco, ¡yo me lo compro!

Insistimos tanto que los chicos volvieron al escenario con la canción políglota del vino, ‘El optimista’, de la Marea humana de Benjamín y ‘La hora de los gigantes’ de Coque

Se despidieron de nosotros con el poema inédito de Benjamín ‘Y lo contrario era María’ y la canción de Coque ‘Lo intenta’ y:

«Por Granada, por vosotros, por la esperanza de que no nos olviden» agradeció Benjamín Prado.

Por mi parte estoy feliz de haberlos escuchado una vez más, pero nunca igual, regalarnos esas emociones lanzadas junto con los ejemplares de Marea humana, la generosidad de Benjamín no tiene par, cada poema, cada canción es un regalo, un acto de generosidad… ¿El próximo…? pues, como dice mi amiga Paula Moro parafraseando al flaco de Úbeda -que junto con Leonard Cohen, Dylan y cada vez más Benjamín Prado, es doctor honoris causa en cantar emociones en forma de poesía- ‘a esperar que suba la marea’ a los escenarios, ¿Quién le iba a decir a Joaquín Sabina que la marea podía subir a los escenarios en forma de libro, ummmm?

Lo último que debo escribir, debo hacerlo por mí, para que mi amiga argentina Graciela, también amiga de Benja, no me retire el saludo, que ya la estoy cogiendo cariño; así que voy a mandarle un besazo a Benjamín de su parte desde aquí. Sé que me lo pediste, Gra, y no se me olvidan esas cosas, pero era tan tarde, había tanta gente, yo me había pedido tantas cervezas y hablé tan pocos minutos con Benja, que me olvidé… Ya sabes, soy un desastrito, se lo mandamos por estas líneas y a la próxima me acuerdo, seguro.

Mil gracias, chicos, por acercarnos de esa manara tan viva la poesía".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como retirarle el saludo a Marta.
Imposible. Es un encanto.
Mi relato no llegó ni a un cuarto de esa crónica, los otros días cuando Benja estuvo en Buenos Aires, y además ni pude subir mis videos.
Gracias Marta, mil veces más.
Gracias Adriana por las fotos.
Gracias Meadow por compartir, por informar.
Y por último, gracias Benjamin, por hacerme recuperar mi amor por la poesía.....
Gra - Desde Buenos Aires

Marta Á. dijo...

Mil gracias, Meadow... Oye. al leerte me he asustado, yo estaba segura de que eso de ser una 'grupi' no era lo mío, pero me doy cuenta de que, igual, me lo tengo que hacer mirar, ja, ja. ¡Ufff! Espero que no..., ja, ja.
Graciela, tú sí que eres un encanto y estoy de acuerdo contigo en eso de que Benjamín hace que no olvidemos lo importante que es la poesía para nuestros adentros, no sé muy bien cómo, si es por sus versos que fluyen naturales sin sobreactuación o por su aire 'rock & poetry', pero lo consigue. Así que: ¡mil Gracias a los tres!

Luego os respondo que ahora ando a mil

libertad dijo...

Marta, dijiste alguna vez que a ti lo de escribir no se te daba bien??? Besos!