domingo, 31 de enero de 2010

Por Ángel González, las veces que haga falta

Benjamín Prado homenajea a Ángel González cada día, no pasa ni uno sin que se acuerde de él, como no pasa demasiado tiempo sin que le veamos, le escuchemos y le leamos homenajear al asturiano. La última vez fue con "Menos dos alas", la canción del disco "Vinagre y Rosas" escrita a cuatro manos con Joaquín Sabina.

Luis García Montero y Benjamín repitieron el pasado martes homenaje, en esta ocasión en Abacete. No tenemos testimonios de primera mano, pero sí de entrevistas en los diarios más importantes de la ciudad manchega, La Tribuna de Albacete (a la que pertenece la foto) y La Verdad.

En ambas habla mucho y bien de Ángel González. Ambas merecen la pena ser leídas íntegramente (solo tenéis que clicar en los vínculo del anterior párrafo), en algunas habla de su próximo proyecto, la novela.Yo he seleccionado las preguntas/respuestas, en mi opinión, más interesantes.

Pregunta La Tribuna. ¿Qué particularidad tiene la poesía se Ángel González?
Tiene la particularidad que más importa de todas, es un poeta extraordinario que consiguió que la gente se diera cuenta de ello. Es curioso, estoy ahora en la revista Cuadernos Hispanoamericanos, que dirijo, abriendo distintos libros que me envían, y lo más normal en cualquier joven poeta es que tenga una cita de Ángel González; es algo que se repite a menudo, porque su poesía está muy viva, al igual que su memoria y su poesía está muy presente, en los lectores y además en los libros de los jóvenes, de modo que es muy admirado.

Pregunta La Verdad. Ángel González era un hombre amoroso, amable y, sobre todo, muy sencillo...
Ángel es la persona más fácil de definir en tres palabras: era el mejor, el más bueno, el más amigo, el más cordial, una persona envidiable, muy alejado de las tentaciones, de la soberbia, de la vanidad... Era una persona que leía muchísimo, de una manera increíble, era tan buena gente que cuando no le gustaba lo que estaba leyendo se echaba la culpa a él mismo por no entenderlo. Sólo creo en los ángeles por lo civil, y creo que él va el primero en la fila.

P.L.V. Le quería preguntar: ¿ese carácter quedó impreso en su poesía? Ángel estaba en su poesía, se le parece mucho, ambos son irónicos. Ángel y su poesía son personas sencillas que no significa vulgares, sino que sabía encontrar la profundidad con sencillez, como Antonio Machado. La poesía de Ángel es clara en su expansión y llena de contenido, no desprecia al lector, no corre delante de él sino a su lado.

P.L.T.¿Qué es lo que más se admira de él?
No lo sé, puede ser su compromiso social, o su ironía, tal vez esa mezcla de dulzura e ironía que tiene la poesía de Ángel González la hace muy contemporánea, con un lenguaje de ahora mismo, es muy sugerente para los jóvenes. Supongo que todo eso es, una poesía con contenido, que cuenta cosas, no es una poética que menosprecia al lector, al contrario, lo llama, quiere ser su amigo y contarle algo.

P.L.T.¿Son necesarios actos como este recital para que el lector se acerque al poeta?
La salud de una sociedad se mide por la cantidad de buena poesía que se lee, por la cantidad de buena literatura que se consume. Yo comprendo que haya más personas que se interesen por la economía, por ejemplo, pero importa mucho la cultura, porque al final, lo que queda de una sociedad es su nivel cultural. No sé si, como decía Celaya, la poesía es un arma cargada de futuro, pero sí que sé que es, por lo menos, una herramienta de felicidad, porque te dota de armamento intelectual y de ayuda a resistir lo embates de este mundo en el que estamos acostumbrados a pensamientos únicos, corrientes de opinión, correcciones políticas; es decir, una serie de cosas que lo que quieren es que no tengas un pensamiento propio, una capacidad personal de reflexionar sobre las cosas y luego tomar libremente una decisión. Ser capaz de pensar por uno mismo no es tan fácil en estas sociedades donde todo tiende a la uniformidad y creo que la buena poesía es una herramienta extraordinaria para prepararse intelectualmente.

P.L.T.Su participación en este recital tiene que ver con el homenaje de Vinagre y rosas.
Una de las cosas que recuerdo con más nostalgia de Ángel son las noche que acabábamos en casa de Joaquín Sabina. A Ángel le encantaba que Sabina cogiera una guitarra y se pusiese a cantar, a él también le gustaba mucho entonar boleros y la verdad es que eran noches muy bonitas, en las que después de haber salido a cenar y haber hablado, solíamos acabar cantando o, a veces, haciendo sonetos, era muy divertido. Ángel era una persona, no diría yo que alegre, pero sí a la que le gustaba estar con los amigos, divertirse, hablar. Ángel y Joaquín se conocieron por mi culpa porque cuando Joaquín iba a presentar su libro de poemas, lo tenía que hacer yo, pero había sacado una novela en Inglaterra y tenía que ir a cuatro o cinco ciudades y me adelantaron el viaje. Al final, tiramos por elevación, ya que yo no podía estar, llamamos a Ángel González, que hizo la presentación y se hicieron amigos del alma.

P.L.V.El poeta ovetense llegó a ironizar entre inspiración y ocurrencia. ¿Con cuál se queda Benjamín Prado?
Si él dijo lo de la ocurrencia en alguna ocasión sería verdad, pero la ocurrencia no sería una palabra que yo utilizaría para su poesía, porque está muy relacionada con el humor, y es verdad que la poesía de Ángel tiene una parte humorística que, en particular, a mí es la que menos me gusta. Lo que sí es cierto es que Ángel tenía un gran dominio de la ironía, que no tiene parangón en su generación. Si hubiera un maillot amarillo de los irónicos lo llevaría Ángel González. Fíjese hasta dónde llegar la ironía de este escritor que cuando ya sabía que iba a morir, tituló su último poemario 'Nada grave', que luego se publicó a título póstumo. Es un libro que no está terminado, pero sí organizado.

P.L.T. Poesía, narración, novela, ¿se queda con algún género Benjamín Prado?
La verdad es que en esta vida es interesante no hay que quedarse con un solo género. A mí lo que me gusta es escribir, lo necesito y tengo la suerte de vivir de algo por lo que pagaría por hacer, seguramente, por lo que estoy muy agradecido a los lectores, que son mis jefes, son los que mandan y me dan la oportunidad de hacer lo que más me gusta, que es escribir. No tengo predilección por algún genero y poesía, estoy escribiendo, como decía Gil de Biedma, dándole vueltas a un verso, luego estoy trabajando en una novela, que abandone, durante siete meses para escribir el disco Vinagre y rosas con Joaquín Sabina. Han sido siete meses intensos, en los que llevábamos las noches hasta el día siguiente con una facilidad espantosa y desde luego no somos el tipo de persona que pone una raya en el suelo, porque llegamos donde haya que llegar para encontrar la rima que buscamos en ese momento.

P.L.T.¿Ha regresado a la novela tras este disco?
Sí, ahora hemos regresado a la novela, me ha costado, pero de cualquier manera es que estoy igual de contento. La verdad es que me he divertido escribiendo las canciones con Joaquín o con la novela, cuando me he puesto a escribir.

P.L.T. ¿Tiene título esa novela?
No, todavía no. Con los títulos soy muy dudoso, tengo apuntados dos o tres y luego le pregunto a los amigos cómo les suena, les miro a la cara, porque creo que el título tiene que gustar a primera vista. El título de la última Mala gente que camina, por ejemplo, me lo dio Joaquín.

2 comentarios:

Sonia Betancort dijo...

Qué alegría visitar estas letras! Ángel González... Hay un disco, "La palabra en el aire", en el que la voz temblorosa del poeta me recuerda siempre, esté como esté, que sólo merece estar en lo importante, y que lo importante es ese dejarse caer en la vida, con la delicadeza del agua sobre el agua.
Un abrazo!

Benjamín Prado dijo...

Sí,Ángel... Lo echo tanto de menos que está todo el rato por aquí, de manera que he decidido que no está muerto, sino sólo muertito. Y cómo lo quiere la gente: el otro día, en eso de Albacete, aparte de estar la sala abarrotada, se podia masticar el respeto por Ángel. Cuando Luis García Montero me sugirió que recitara la canción que le hemos escrito Joaquín y yo, lo hice y ¡hubo un montón de gente que se puso a llorar! Fue estremecedor. Gracias por los poemas, Sonia, los he leido, me han gustado y en algunos momentos, más que eso. Es un gusto tenerte por aquí. Un beso.