martes, 27 de abril de 2010

Una joya

Eso es lo que es el libro "Lo que canté y dije sobre Rafael Alberti", un librito por tamaño, no por calidad, porque es una auténtica delicia. Es difícil, muy difícil de encontrar, pero es de los que merece la pena tener. De esos que cuando los encuentras sabes que tienes que tenerlo.

Benjamín escribió "A la sombra del ángel" al que en su día le dediqué dos post. Ahí cuenta con detalle y clase, mucha, lo que supuso Alberti para él y nos enseñó lo que debió ser para nosotros, uno de los mejores poetas del siglo XX.

En "Lo que canté y dije sobre Rafael Alberti", Benjamín reúne material escrito por él sobre su maestro. Perfumen, en tarro pequeño.
Unas gotas de: El mismo que esperábamos, Convalecencia y Adefesio, que olerán durante mucho tiempo para aquel que se perfume con él.

Si aún no os he convencido, una muestra:
Comienza el librito con un poema de Sabina:

Disertaré, a la vera de este Prado,
sobre un ángel y otro ángel consonante,
porque érase una vez un delicado
amigo del amigo de un cantante.

Reventaba baúles con dibujos.
llevaba el corazón manga por hombro,
blasfemaba en cristiano sin tapujos:
no salía, qué lujo, de su asombro.

Qué retorno tan vivo y tan lejano,
qué singular, qué azul, qué diferente,
qué sueño de una noche de verano,
qué nosotros, qué luz tan de repente.

Quisiera yo a la sombra de este tronco
brindarte al cielo este burel maestro.
Qué más decir, tan póstumo y tan ronco,
sin padre a quien rezarle un padre nuestro.

Quién te mandó embarcarte a la deriva
con un grumete así, qué mal negocio.
Quién pudiera vivir en carne viva
lo que vivió mi socio con su socio.

Lo que vino después de los despueses
no desenfoca tu caligrafía.
Quien pudiera volver haciendo eses
contigo al Puerto de Santa María.

Qué duermevela de canela en llamas,
qué pirata, qué verbo, qué osadía,
qué posdata en el álbum de una dama
qué serenatas de melancolía.

El viento que arrasó las arboledas
no empañará el cristal de la memoria,
al final, la verdad es lo que queda,
cuando no se caen las babas de la historia.

No hay más noble menester que el de escudero
de un juglar con camisa de arlequín.
Nunca fue Rafael tan caballero
ni mi hermano menor tan Benjamín.

Ah! y si habéis llegado hasta aquí abajo es que esto realmente os interesa. Así que, sin que signifique que no vais a buscar esta joya, podéis verlo íntegro, en esta edición de books.google.
Disfrutadlo, aquí mismo:


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