miércoles, 16 de diciembre de 2009

Sabina: "Le dije cuéntame... y nos fuimos a Praga"

El "teatro" de los Deportes de Madrid fue ayer el escenario de un gran concierto de Joaquín Sabina. Una mezcla acertadísima de canciones clásicas del maestro con las del nuevo disco, de canciones movidas con canciones lentas, de dedicatorias a sus músicos y coros (¡qué gran banda!) y de poemas, tantos como canciones.

Y de eso es este blog, de poemas, de literatura, y de Benjamín Prado. Y de esto también hubo. Joaquín Sabina dedicó a Prado un sentido homenaje, porque junto a él escribieron las canciones de Vinagre y Rosas, porque gracias a los desamores de Benjamín las musas se fueron con ellos a Praga y desde allí se trajeron medio disco, que pudimos escuchar en Madrid.

No, Benjamín no subió al escenario (sí lo hicieron los "perezitas" como los llama Sabina, y pusieron al público en pie con Tiramisú de Limón y la ya clásica, por derecho propio, Embustera). Pero Benjamín sí estuvo allí arriba, y sino, ved y escuchad. Aquí os traigo este cachito de concierto:



Y aprovecho para dejaros también esta pequeña crónica descriptiva y enumerativa que Benjamín ha publicado hoy en El País:

Los camerinos son para la familia. Por Benjamín Prado

La familia de un cantante es el público que baila sus canciones, y luego estamos sus primos y familia lejana, los que las escribimos con él, los músicos que las tocan en los discos y en el escenario, los jóvenes cineastas que nos filman mientras trabajamos, las hijas a las que les dedica Joaquín sus canciones, la familia por lo civil y por lo policiaco, los futbolistas del otro equipo, las novias, las ex novias, los músicos jóvenes que le meten sangre nueva a las canciones, los periodistas de cabecera, los editores que publican sus sonetos y mis poemas...

Todos esos estaban en el camerino de Joaquín, quince minutos antes del concierto, viéndolo tan histérico que no estaba ni nervioso. Después estaban aplaudiéndole, coreando sus canciones, y ahora, mientras se escribe esta columna, están en una fiesta para los íntimos, en el piso de arriba del Palacio de los Deportes. Están Almudena Grandes, Fernando León, los Pereza (Rubén y Leiva), que han incendiado el escenario con las dos canciones de Vinagre y rosas a las que han puesto música. Está David Trueba, Eduardo Mendicuti, el pintor Ramón Hernández. Hay poetas jóvenes como Antonio Lucas, el futbolista Guti, el escritor José Manuel Caballero Bonald, aprendiendo rock and roll a los 82, y con su mujer bailando al lado; está el cineasta Javier Rioyo y Javier Krahe, Alejo Estivel, Azucena Rodríguez, y por haber, estaba hasta algún miembro de la familia Real, sacándole humo a los zapatos a base de bailar. Había tanta gente que estábamos en familia.

2 comentarios:

Mario dijo...

Gracias por estas letras que han conformado el tapiz de mi lectura. Por las que he ascendido para tocar el cielo literario y musical. Por las que he descendido para poder dejarte este punto y seguido a modo de felicitación.

Te incluyo en mi lista de blog, faltaría más...

Un abrazo, de los que suman y siguen.

Mario.

Anónimo dijo...

Hola Benja,

¡qué buenos momentos te concedes!Para la próxima,avisa...que sigo habitando (aunque falte algunos días por semana) en los madriles.

Besos,

La Zarina