martes, 11 de noviembre de 2008

Un inédito de corazón

Una vez más Benjamín Prado nos ha visitado y lo ha hecho como sólo él puede hacerlo, dejando una huella fosilizada, de esas que perduran en el tiempo. Hoy nos ha regalado una magnífica, e inédita, poesía. Pero como no podía ser de otro modo en él, lo mejor no ha sido el gesto, sino las palabras:

"Como veo que hoy os apetece poesía, aquí está un poema inédito, de hace unos meses, que quiero que leáis antes que nadie. Ahora me doy cuenta de que ese poema me engañó... Pero y qué: me gustó hacerlo entonces y hoy ya me interesa más él que la historia que cuenta".
(En mi nombre y en el de los lectores del blog, ¡gracias!).

VIDA NUEVA
Por Benjamín Prado. 11-11-08


Lo mismo que inventar es comprender
algo que aún no existía
y traducir lo oscuro al lenguaje de la luz,
leer tu corazón
es soñar un idioma sin la palabra nunca,
sin secreto,
nostalgia,
cicatriz...
sin palabras que sean el veneno en el agua,
que nombren lo sombrío.

Si otros aceptan vidas análogas a un mundo
en el que el generoso es rehén del ingrato
y el fuerte hace culpable de su violencia al débil
y el embustero acusa
al engañado de querer saber,
que entre tú y yo haya sólo sinceridad,
justicia,
equilibrio y razón.

Si te dicen que nada es verdad para siempre,
que todo se transforma con decirlo al revés,
del modo en que el azar se hace la raza
o el líder el redil
o el animal la lámina,
responde que no crees que el camino
que nos llevó a estar juntos
lo desanden las dudas,
lo hiele la traición,
lo ennegrezca la tierra quemada de los celos.

Fuera de nuestra casa,
la bondad no genera gratitud sino abuso,
y la modestia oculta alijos de soberbia
o vende vanidad de contrabando
y el rencor es a veces la escolta del perdón,
a veces su emboscada.
Pero que nada de eso exista entre en nosotros,
que no puedan cazarnos la deslealtad, la usura;
que sepamos cambiar de dirección
sin cambiar de sentido,
-como aviva,
como oro,
como radar,
como ala-;
que el orgullo no cave con nuestras propias manos
pozos donde tirar lo que queremos,
lo que jamás querríamos perder.

Porque ahora que he aprendido
que es posible un amor sin llaves ni aduanas;
ahora que ya no pienso
que una vida que valga la pena nunca cabe
en un solo destino;
ahora, quién dice basta o pone un límite:
si tú y yo estamos juntos,
por qué íbamos a ser como cualquiera.

3 comentarios:

Sonia Betancort dijo...

Si yo pudiera soñar despierta lo que dice este poema...
Se me ocurre anotar aquí, atrevida de mí, algo que escribí ayer: "Ahora sé que el amor va hacia lo que ama alejándose de lo que espera".
Gracias, Benjamín Prado, por la belleza de este poema que quiero soñar, alegraste mi "nochecita" de Buenos Aires.

Anónimo dijo...

De nada, Sonia, me gusta ese verso. Iré por Buenos Aires la primera semana de mayo. Sacan allí "Mala gente que camina" y tengo que hacer una lectura de poemas también, durante la Feria.

Anónimo dijo...

Esa verdad al revés me suena al “mentiroso” de Ferreiro; y me suena a Sabina ese contrabando y ese amor sin aduanas. Entre nosotros tenemos que trazar puentes y no pozos y cambiar de dirección sin cambiar de sentido... Guau… Y así todo juntito suena tan a Benjamín.

Meadow ya dio las gracias por mí, las reitero. Menudo regalo, qué bonito.

Y Sonia, si llega a Buenos Aires “Mala gente que camina” no lo dejes escapar. Toda una belleza ese libro.