viernes, 4 de mayo de 2012

La cuchara y el fútbol

Me sobrepondré a mis colores y seguiré fiel a la norma de subir todo texto que encuentre de Benjamín, hable de lo que hable... incluso si es de su equipo.

Retoma Benjamín la costumbre de escribir de este deporte, que ya tuvo durante un tiempo cada lunes en El País y en el que también se ha dejado caer posteriormente con motivo de mundiales y eurocopas. En esta ocasión en El Mundo, Benjamín contaba así cómo se vive un final de liga en España.

La victoria se come con cuchara
Por Benjamín Prado en El Mundo

 
La diferencia entre la venganza y la victoria es que la primera se come con cuchillo y tenedor y la segunda se toma con cuchara, porque una es un manjar que se sirve frío, mientras que la otra sabe mejor en caliente, cuando el triunfo aún quema y la fiesta está hirviendo. Ahora mismo, cuando el Bernabéu vuelve a ser la capital de España, a los madridistas este título nos sabe a gloria por dos razones: porque se lo hemos ganado a un equipo que parecía invencible y porque nos ha pillado con hambre atrasada, aunque tenga algo de plato chino en el que se mezclan los sabores agridulces de la trigésimo segunda Liga ganada y la décima Copa de Europa perdida. Y qué: no ha habido postre, pero sigue siendo un gran banquete. 
Una hazaña no puede ser sencilla, porque entonces sería sólo un éxito, y también tiene muchas explicaciones: la primera es Cristiano Ronaldo, al que en ocasiones da la impresión de que le quedan pequeños los campos de fútbol como a Indurain se le hacían cortas las montañas del Tour, y que esta vez, al fin, ha logrado ser mejor que Messi en el instante crucial, en el Nou Camp. La segunda hay que buscarla en el entrenador. Si Ronaldo mandó callar al público enemigo, el azulgrana, José Mourinho le ha cerrado la boca a parte de su propia afición, la que cuestionaba su estilo además de sus modales: lo acusaban de ser ultradefensivo y su Madrid es el que más goles ha marcado en toda la historia; lo criticaban por no dar espectáculo, pero el equipo, mientras tuvo gasolina, ha hecho partidos memorables y muchos excelentes. A cambio, sus virtudes más reconocidas, por ejemplo la de psicólogo por lo militar, no se han perdido: los 14 que salían al campo cada jornada se dejaban la vida. 
El tercer nombre es a elegir: para unos, Xabi Alonso, un arquitecto que reparte puentes a domicilio; para otros, Ramos, un central de cinco estrellas; habrá quienes prefieran a Casillas, por sus paradas de ciencia-ficción en las que se transforma en pantera mientras va por el aire; y tendrá sus partidarios Özil, brillante en la oscuridad como un intermitente. Yo me quedo con los que ayudaron desde la segunda línea, y sobre todo con Granero, que sólo debe seguir sus propias huellas para llegar a la cima. Oé, oé, oé, la crisis nos va a devorar pero qué bien se siente uno mientras hunde la cuchara en el manjar de la victoria.

1 comentario:

Benjamín Prado dijo...

Un aforismo que debiera de haber estado en "Pura lógica", y ser el 501:

"Cerrar los ojos te convierte en cómplice de lo que no quieres ver."