lunes, 16 de febrero de 2009

Radio a deshoras

Esta noche, como cada lunes, Benjamín acudirá a la radio. Así lo hizo el lunes pasado, pero la actualidad no me había dejado un hueco en las páginas del blog hasta hoy. Una entrada para la participación de Benjamín Prado en el programa de Afectos en la Noche de RNE que dirige Silvia Tarragona.

Un programa en el que ya se han tocado diversos temas y los que quedan por venir. La semana pasada hablaron de ponerse en la piel de otro, con motivo de la noticia de la muerte, tras ser desconectada de las maquinas que la mantenían con vida, de Eluana Anglaro.


Benjamin Prado - En su lugar
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Benjamín Prado. Estamos hablando de ponerse en su lugar y es una cosa muy difícil, cuántas veces hemos dicho o nos ha dicho alguien a quien no entendíamos, a quien no comprendíamos, por favor intenta ponerte en mi lugar. Yo me acuerdo cuando a mi me dieron consecutivamente calabazas Silvia y Nuria, ellas me decían intenta ponerte en nuestro lugar.

B.P. Has dicho (a Nuria) la palabra básica, que es la palabra comprensión. Cuando hablamos de ponerse en el lugar de alguien decimos ponerse en su lugar para entenderlo, para poder saber qué es lo que siente. Otros creen que ponerse en el lugar de alguien no es entenderlo sino suplantarlo, ocupar su sitio, tomar las decisiones que tiene derecho a tomar una persona sobre su vida o sobre la vida de las personas que dependen de él. Eso es exactamente lo que ha hecho Berlusconi, lo que han hecho los políticos italianos, es exactamente también lo que hace la iglesia. Es muy fácil decir no se puede morir. Aunque también es verdad que lo dicen los mismos, Berlusconi, Bush... y otra gente que luego están asesinando gente por tierra, mar y aire todo el día. Esas noticias importan mucho menos. Pero hay que comprender lo que debe ser estar 17 años, ni más ni menos, asistiendo a la agonía, a la muerte en vida de una hija. La cantidad de sufrimiento, de tensión, de estrés, e incluso de dinero. Es fácil decir, no, no pueden dejarla morir, pero ¿alguien realmente les ayuda, ha querido ponerse en su lugar?, ¿alguien, incluída la iglesia, ha dicho, no se preocupe, nosotros la cuidamos, nosotros nos preocupamos, nos pasamos las noches en vela, sufragamos los gastos que genere esa enfermedad... eso no lo ha dicho nadie. Lo que han dicho es sacrifiquense ustedes con sus propios medios y llevando en su propia piel sufriendo una agonía que es terrible.

B.P. Me parece que hay que ser muy soberbio para pensar que te puede importar más la muerte de esta muchacha a ti que a su propio padre, hace falta entender el ponerse en la piel del otro como una manera de suplantarlo.

B.P. (A un oyente). Me alegra que hayas pronunciado la palabra sedación, porque aquí en España, los que están en contra de la eutanasia y la critican casi como un crimen también han acusado casi de asesinos a los médicos que sedaban a los enfermos para que murieran con menos dolor y menos sufrimiento. Vivimos en un mundo lleno de incongruencias.

B.P. Esa expresión es tan bonita, si lo piensas: "Ayudar a morir", es lo contrario de matar. Habla de una generosidad, de una solidaridad... eso sí que es ponerse en la piel de otro. Muchas veces tenemos la impresión, cuando vamos a los hospitales de que a veces los médicos están muy endurecidos, están tan acostumbrados a tratar con dolores, heridas, muerte... Continuamente tenemos la prueba de que no es así. Hay muchos médicos, muchas enfermeras, muchas personas, que no solo ayudan a curarse a la gente mientras tal cosa parece posible que incluso les gustaría ayudarte a morir con dignidad, con menos dolor, menos sufrimiento.

El caso del Severo Ochoa en Madrid fue terrible. Acusaron de poco menos que de asesinos, o de asesinos con todas las letras, a personas que lo único que hacían, y eso lo ha dicho la sentencia que ha salido y en la sentencia hay que confiar, que realmente lo único que hacían era ayudar a la gente a sufrir menos. A tener unos últimos momentos de su vida menos terribles. Y su familia. Hay que ver lo que es asistir a una agonía de ese tipo. Yo me acuerdo, cuando murió mi padre, que a mi me costó años volver a verlo vivo en mi imaginación, yo lo veía siempre muerto, se me quedó grabada esa imagen. Imagino lo que debe ser la imagen de los padres de esta chica y de las personas que están en su situación. 17 años, ¿cómo vuelves a verla viva, cómo vuelves a verla sonriendo.

B.P. Si lo piensas bien todo esto es una perversión de la propia medicina. La medicina debía curar, no mantenerte vivo después de muerto. Esa no es la función de la medicina.

B.P. No sé si esa familia ha ganado una batalla, pero sí han conseguido salir de una guerra. No sé qué considera alguna gente estar vivo, desde luego lo que le hacían a esta muchacha no es estar vivo, pues requiere otra dignidad, otra entereza, otras capacidades. Eso no es estar vivo es ser mantenido artificialmente vivo contra tí mismo.

Acaba Silvia Tarragona trayendo una frase de Nabokov: "la vida es una gran sorpresa, no veo por qué la muerte no va a ser una mayor"

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