jueves, 31 de diciembre de 2009

Por un 2010 todos juntos

El dígito del año está a punto de cambiar, pero poco más. Mañana por la mañana cuando nos levantemos tendremos la misma resaca que después de cada fiesta, viviremos un 1 de enero tan triste como todos los domingos juntos, y el sábado será sábado y volverá el domingo, seguido del lunes... y 2010 solo será una cifra. Para quienes creemos que el año nuevo comienza en septiembre, la de hoy es una fiesta más, pero como ninguna fiesta sobra, celebrémosla y deseemonos FELIZ AÑO. Un año en el que podamos seguir, como dice Benjamín en su habitual columna del jueves, todos juntos "significa al lado, no unos encima y otros debajo".

Que no sea lo que Dios quiera. Por Benjamín Prado.El País.


"Ahora mismo les hablas de la Nochevieja y les ofreces tus mejores ojalás para el temible 2010, pero antes préstame unos párrafos para que explique la diferencia entre la historia y las religiones", me dice Juan Urbano, que se ha presentado en mi casa para intentar colarse en este artículo, como hace todos los jueves. Le digo que vale, pero que se dé prisa, porque efectivamente necesito espacio para desearles a todos ustedes un año maravilloso.

La diferencia entre la historia y las religiones -escribe, poniéndose al teclado- es que en estas últimas, cuanto más fuerte sopla el viento menos se mueven las banderas. No hay más que leer, por un lado, el libro de la filósofa norteamericana Martha C. Nussbaum Libertad de conciencia y, a continuación, para compensar, las noticias que resumen la misa que dio el cardenal Rouco Varela el otro día en la plaza de Lima, que se convocaba con lemas como "La familia cristiana, esperanza de Europa" y en la que el arzobispo de Madrid habló del aborto, una "gravísima violación del orden moral" que consiste en "legitimar la muerte de un inocente"; censuró cualquier pareja que no sea "el verdadero matrimonio entre el varón y la mujer"; y criticó el divorcio, que niega "el modelo de la familia cristiana", que es el único "que responde fielmente a la voluntad de Dios", que nos condena al "matrimonio para siempre", a "la unión irrevocable de un varón y una mujer". Eso sí, no dijo que todo eso valía para todos menos para algunos, es decir, que su ley ultraterrena es irrevocable siempre y cuando los contrayentes no sean princesas, multimillonarios o aristócratas con mantilla y crucifijo, en cuyos casos la Iglesia anula con mucho gusto sus matrimonios.

"Bueno, vale", le digo a Juan Urbano, "ahora apártate y déjame que hable del 2010, que desee que baje el paro y suban los sueldos, que el peso de las hipotecas se traslade del cuello de sus clientes a las cajas fuertes de sus directivos; que los juzgados estén más cerca de los que le deben 27 millones de euros a Caja Madrid que de los que deben doscientos o trescientos...". Me pide sólo unas líneas más, para recomendar un antídoto "contra los fanatismos", que es como se subtitula ese libro de Martha Nussbaum, Libertad de conciencia, que acaba de publicar Tusquets.

"Diles que es una obra indispensable, que nos explica el modo en que una de las grandes luchas del siglo es la que enfrenta a las religiones y a los Estados, en la que las primeras quieren imponerse como Gobiernos en la sombra y ofrecen un pacto: ustedes los manipulan por fuera y nosotros por dentro, déjennos sus conciencias y nosotros les dejaremos sus existencias. Nussbaum nos pide que tengamos imaginación ética, o lo que es lo mismo, sentido de la tolerancia y respeto por la diversidad. Su mensaje es hermoso: nuestro empeño más noble es aspirar a vivir juntos. ¿Lo ves? Juntos significa al lado, no unos encima y otros debajo".

Tiene razón, pero hoy no es el día, porque de lo que se trata es de despedir el año y esperar a que el que viene sea mejor, que no haya, sólo en nuestra Comunidad, un 22% de familias afectadas por el paro, qué horror, 483.000 personas, ni más ni menos. Que los 500.000 empleos que, según los sindicatos, se han perdido en Madrid a causa de la crisis puedan recuperarse. Que el pacto social que ha firmado la presidenta Aguirre, con el reloj de la Puerta del Sol a punto de dar las campanadas, se cumpla y se logre "mejorar la competitividad en la industria, potenciar el tejido industrial, atraer inversiones y fomentar la internacionalización de las empresas madrileñas, potenciar la transferencia del conocimiento de los científicos a las empresas, impulsar la innovación en las compañías y apoyar la creación de firmas innovadoras". De momento, apuntamos esos planes y, si se cumplen, el año que viene por estas fechas, Juan Urbano y yo mismo abrimos una botella de cava para celebrarlo.

Y en cuanto a lo otro, pues tampoco me parece mala idea empezar el año leyendo Libertad de conciencia e intentando extender su mensaje, que parece mucho más sano que el que el otro día se dio en la plaza de Lima. Las ideas son como los pájaros: si las metes en una jaula, pierden todo su sentido. Feliz 2010 para todos, sean quienes sean, piensen como piensen, vengan de donde vengan. Y que no sea lo que Dios quiera.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Las listas

Esta semana nos veremos inundados por las listas de los más de 2009... y como es imposible luchar contra esta tendencia, nos uniremos a ella. O mejor dicho, nos haremos eco de una que ha aparecido en el especial de cultura de El País, Babelia, según la cual el mejor libro de 2009 ha sido "Anatomía de un instante", de Javier Cercas. Una lista en la que se ve cómo el ensayo pasa por encima de la novela.

Un listado en el que además, hay noticia sobre Benjamín Prado. No, Romper una canción no está en el listado :-) pero Benjamín sí forma parte de esta noticia porque él se ha encargado de escribir el texto, la crítica, la opinión, como se prefiera, del elegido mejor libro de poesía de 2009, Aquí, de Wislawa Szymborska . Así dice Benjamín:

Bendito sea el año 1996, que puso la foto de Wislawa Szymborska en todos los periódicos del mundo, porque acababan de darle a ella el Nobel de Literatura y a nosotros la oportunidad de descubrirla. En los trece años que llevamos con sus libros, publicados en España por Hiperión, Igitur, Lumen, Columna y Bartleby, no ha dejado de crecer nuestra admiración por cada obra suya, que unas veces se titula Gran número o Gente en el puente, y otras Fin y principio, Instante o Aquí, pero que, en el fondo, siempre podría llamarse igual que su libro de 1954 Preguntas planteadas a una misma, porque eso es su escritura: meditación, búsqueda y análisis; es decir, una defensa contra la prisa y la brutalidad de este mundo en el que “la ignorancia tiene mucho trabajo, / todo el tiempo cuenta, compara, mide, / saca conclusiones y raíces cuadradas”, y en el que sobrevivir consiste en lograr un equilibrio entre lo que ya se sabe y lo que es mejor fingir que no, para escapar del pesimismo. Esos versos pertenecen al primer poema de su último libro, Aquí, publicado por Bartleby, pero también lo son estos otros en los que Szymborska nos ofrece su medicina clásica contra el abatimiento, que es la inteligencia, y un truco para fomentarla, que es adoptar un estado de vitalidad irónica: “La vida en la tierra sale bastante barata. / Por los sueños, por ejemplo, no se paga ni un céntimo. / Por las ilusiones, sólo cuando se pierden. / Por poseer un cuerpo, se paga con el cuerpo”. Se puede saber que tenemos “caras de segunda mano” o que el único consuelo del pasado es “que pudo haber sido peor”, y ser feliz pese a todo: ésa es su filosofía. Por fortuna, Szymborska ni deja de sonreír ni se rinde, como explica otro verso de este extraordinario Aquí: “El tiempo apremia. Escribo”. No pare, por favor, doña Wislawa.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Tengamos la fiesta en paz

Benjamín nos ha prometido que en 10 minutos nos escribe un artículo sobre la iluminación navideña, pero mientras tanto no ha escrito este otro que ha publicado El País. Más conciliador y menos político, a su manera, también nos desea Feliz Navidad.

Yo también: Felices Fiestas

No pienso escribir esto. El País. Por Benjamín Prado.

Si hoy no fuese 24 de diciembre, escribiría este artículo. Pero como lo es, Juan Urbano me ha pedido que no lo haga: "Hombre", dice, "si ya sabes que para mí las navidades no son mucho más que una suma de cuñados y turrón de Jijona en la que el orden de los factores no altera el producto, pero aún así, no me parece el día más apropiado para hablar de la huelga del taxi, ¿no?" Tal vez tenga razón, y por eso, en lugar de hacer este artículo nos ponemos a discutir sobre el origen de la palabra taxi, que él sostiene que viene del griego, de la unión de t???, tasa, y µt???, medida, y yo mantengo que sale de un apellido, que puede ser Tassis, el que usaba el Conde de Villamediana cuando trabajó como Correo Mayor en la Corte de tiempos de Felipe III, o Thurn und Taxis, que era el de la aristócrata en cuyo palacio escribió Rilke sus Elegías de Duino. "¡Anda ya!", me dice, "tú, con tal de emparentarlo todo con un poema, eres capaz de decir que ciervo viene de Cervantes y garza de García Lorca".

Pues igual tiene razón, porque a uno le gusta jugar con los significados de las cosas para intentar entender lo que ocurre alrededor, convencido de que el lenguaje y la realidad se parecen tanto que, igual que en la vida siempre hay más rivales que victorias posibles, cada palabra también tiene muchos contrarios, y por eso lo opuesto a "libertad" puede ser "esclavitud", "tiranía" o "sometimiento", pero también "imposición", porque el que te pinta una raya delante de los pies te pone una mordaza. Y ahí me paro, porque he prometido no escribir este artículo y si sigo esa línea terminaré por regresar al asunto de los taxis y por decir que lo contrario de "huelga" es "piquete", y que no hace falta ser un lince para comprender que el derecho a la huelga no incluye la coacción, el chantaje, la amenaza, el boicoteo o el insulto, ni te autoriza, por ejemplo, a liarte a patadas con los que no secunden el paro que sea por el motivo que sea. Porque eso es lo que hacían estos días los taxistas de Madrid, patear los coches de los compañeros que intentaban trabajar, confundiendo de ese modo pedir justicia con tomarse la justicia por su pie.

Mi amigo Juan Urbano justifica el paro de los taxistas, porque dice que si ellos creen que la famosa Ley Ómnibus, y en concreto su artículo 21, les perjudica, por qué no iban a manifestarse. Le digo que sí, por supuesto, pero que protestar contra una reglamentación que les perjudique no significa que puedan impedir que otros compañeros piensen y actúen de otra forma; ni tampoco que puedan detener la ciudad, como si les perteneciese, que es lo que hicieron en el aeropuerto, montando barricadas y cortando el tráfico en la T-4; y en los intercambiadores o las estaciones de tren. O atascando la Puerta del Sol, y la plaza de Cibeles, y la de Colón. "O sea", le digo, "no te preocupes porque te he regalado no escribir esta columna y no lo voy a hacer, pero esto es como lo de Berlusconi, que por muy mal que te caiga no puedes alegrarte de que le partan la cara, porque las cosas no se solucionan de ese modo, y porque la mejor manera posible de dejar de tener razón es perdiéndola a puñetazos".

Le deseo una feliz Nochebuena a Juan Urbano, cuelgo el teléfono y me quedo pensando en ese tipo de actitudes violentas que avivan con toda seguridad ejemplos como el de la agresión salvaje a Berlusconi o, un paso más allá, el prendimiento de Sadam Hussein, capturado como un animal, we get him!, expuesto como un trofeo de caza en la televisión y ahorcado vía satélite. Claro, si eso es lo que hace la democracia más reputada del mundo, qué van a hacer el resto de los ciudadanos del planeta, ¿no creen? O sea, como aquello que decían en una película de Mel Brooks: "Hay que conseguir que el presidente se lo haga a su esposa, o de lo contrario se lo hará al país". Eso, pero sin gracia.

Pero, en fin, tengamos la fiesta en paz. No voy a escribir este artículo, sino otro en el que hable de la iluminación navideña y en el que les desee una noche maravillosa. Denme 10 minutos y me pongo con ello.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Oportuno

El jueves pasado Benjamín Prado no descansó, fiel a su columna de opinión semanal se presentó en El País, y calzó su sombrero más político para hablar de los sindicatos, de Izquierda Unida de Madrid... un artículo no exento ni de polémica ni de razones, las que él mismo, ayudado por Juan Urbano, expone.

Descansa en paz, IU. El País.
Por Benjamín Prado

El oportunismo es una mezcla de la oportunidad y el cinismo, acaba de decirme Juan Urbano, a quien, como bien saben, le gusta buscarle tres pies al gato que tienen dentro todas las palabras. "Es que, en este caso, y tal y como están las cosas, resulta demasiado sencillo caminar por ella e ir de un extremo al otro, ¿no crees?", me pregunta, al otro lado del teléfono y en mitad de esa llamada que me hace cada miércoles para que le cuente de qué pienso hablar en esta columna y para tratar de influirme para que escriba de otra cosa. Cuando le hago caso, él tiene un buen jueves y yo le suelo gritar, medio en broma y completamente en serio: "¿Quién diablos te crees que eres: Cyrano de Bergerac?".

"Piénsalo bien", añade, "¿qué es lo que ves y oyes estos días cuando abres los periódicos o enciendes la radio y la televisión? Pues te encuentras a alguna diputada que corre a fotografiarse con la activista saharaui Aminetu Haidar para sacarle un cartel electoral gratis antes de que se muera, o la deporten, o regrese a El Aaiún con su bandera en la mano, ojalá. O ves a algún presidente de un equipo de fútbol que va a dejar su puesto y se prepara para pasarse a la política, ensayando un discurso en el que no se sabe si dice más disparates sobre Cataluña o sobre Madrid. O ves a los dirigentes del PP intentando darle el abrazo del oso a los sindicatos, en cuyo madroño, por otra parte, no se pone la fruta roja ni a tiros. O ves a la presidenta de la Comunidad de Madrid intentando convertir en lo que no es la desdichada agresión a un periodista de su televisión privada, ésa en la que comparan las concentraciones de CC OO y UGT con las que montaba el Funeralísimo en la plaza de Oriente. O ves, en el colmo de lo increíble, volver a sacar la pinza a esa gente de Izquierda Unida que jamás creyó ni en la unidad ni en la izquierda, para asociarse a la derecha y desbancar al PSOE de la alcaldía de Velilla de San Antonio. Los cinco miembros de IU Abierta, que es la minoría de la coalición encabezada por Inés Sabanés, abandonaron la ejecutiva regional como protesta. Y, claro, dan ganas de decirle: mujer, y qué esperabas de esa gente de la cual debisteis de separaros hace mucho porque son la peor clase de tripulación posible; la que hace agujeros en su propio barco para luego poder ofrecerse a salvaros del naufragio. ¿Ves? Oportunidad y cinismo por todas partes".

No le falta razón, y es dramático, porque supongo que aquí casi nadie duda de que un partido a la izquierda del PSOE resulta necesario, sobre todo para el propio PSOE. Pero los honrados dirigentes de la coalición, con Gaspar Llamazares a la cabeza, han cometido desde el principio el error de pensar que, dándole muchas vueltas a la cucharilla, el aceite y el agua terminarían por mezclarse, y esa ingenuidad, o tal vez la falta de sitio para hacer maniobras, han condenado a IU al rincón de los partidos decorativos. A sus enemigos les da igual, porque son lo contrario a Sabanés y su gente, es decir, son una IU Cerrada, y de ese castillo no los saca ni Dios.

"Mientras nosotros defendíamos una mayoría de izquierdas en Velilla, alguien de la dirección de IU estaba pactando con el PP, y ahí tenemos el resultado: un alcalde del PP en un municipio con mayoría de izquierdas", ha dicho amargamente el diputado Fausto Fernández. Ahí está el problema, en esos "alguien" que se comen la madera de Izquierda Unida. ¿Se han fijado con qué rima Anguita? Exacto: con termita.

Por si lo quieren más claro, vamos a sintonizar con el extremo derecho de oportunismo, para oír la explicación del coordinador de IU y de su portavoz del Ayuntamiento de Madrid, que niegan categóricamente, ja, ja, ja, que se haya negociado con el PP: "Hasta el último minuto hemos hecho lo posible para que no saliera". Genial, sea lo que sea que han bebido, me gustaría que me pongan lo mismo. Eso sí, como Génova no paga traidores, el secretario general de los populares, Francisco Granados, les ha dejado con la pinza al aire, al asegurar que si ellos "no fueron instigadores de la moción, nunca se han mostrado contrarios, ni nos han dicho", ha dicho, "que se opusieran". Ahora expulsarán a los desleales; o no, que diría su nueva jefa, Esperanza Aguirre; tal vez IU-CM ni siquiera lo haga, o no sea tan fácil aplicarles el Pacto Antitransfuguismo. Y además, es igual, el daño está hecho y, por una vez en la vida, el secretario general no se equivoca: "En vez de hacer autocrítica y rectificar, hemos iniciado un camino hacia el ridículo más lamentable". Si lo dice el que va delante, cómo le vamos a llevar la contraria. Si quieres saber dónde está el muerto, pregúntale al enterrador.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Sabina: "Le dije cuéntame... y nos fuimos a Praga"

El "teatro" de los Deportes de Madrid fue ayer el escenario de un gran concierto de Joaquín Sabina. Una mezcla acertadísima de canciones clásicas del maestro con las del nuevo disco, de canciones movidas con canciones lentas, de dedicatorias a sus músicos y coros (¡qué gran banda!) y de poemas, tantos como canciones.

Y de eso es este blog, de poemas, de literatura, y de Benjamín Prado. Y de esto también hubo. Joaquín Sabina dedicó a Prado un sentido homenaje, porque junto a él escribieron las canciones de Vinagre y Rosas, porque gracias a los desamores de Benjamín las musas se fueron con ellos a Praga y desde allí se trajeron medio disco, que pudimos escuchar en Madrid.

No, Benjamín no subió al escenario (sí lo hicieron los "perezitas" como los llama Sabina, y pusieron al público en pie con Tiramisú de Limón y la ya clásica, por derecho propio, Embustera). Pero Benjamín sí estuvo allí arriba, y sino, ved y escuchad. Aquí os traigo este cachito de concierto:



Y aprovecho para dejaros también esta pequeña crónica descriptiva y enumerativa que Benjamín ha publicado hoy en El País:

Los camerinos son para la familia. Por Benjamín Prado

La familia de un cantante es el público que baila sus canciones, y luego estamos sus primos y familia lejana, los que las escribimos con él, los músicos que las tocan en los discos y en el escenario, los jóvenes cineastas que nos filman mientras trabajamos, las hijas a las que les dedica Joaquín sus canciones, la familia por lo civil y por lo policiaco, los futbolistas del otro equipo, las novias, las ex novias, los músicos jóvenes que le meten sangre nueva a las canciones, los periodistas de cabecera, los editores que publican sus sonetos y mis poemas...

Todos esos estaban en el camerino de Joaquín, quince minutos antes del concierto, viéndolo tan histérico que no estaba ni nervioso. Después estaban aplaudiéndole, coreando sus canciones, y ahora, mientras se escribe esta columna, están en una fiesta para los íntimos, en el piso de arriba del Palacio de los Deportes. Están Almudena Grandes, Fernando León, los Pereza (Rubén y Leiva), que han incendiado el escenario con las dos canciones de Vinagre y rosas a las que han puesto música. Está David Trueba, Eduardo Mendicuti, el pintor Ramón Hernández. Hay poetas jóvenes como Antonio Lucas, el futbolista Guti, el escritor José Manuel Caballero Bonald, aprendiendo rock and roll a los 82, y con su mujer bailando al lado; está el cineasta Javier Rioyo y Javier Krahe, Alejo Estivel, Azucena Rodríguez, y por haber, estaba hasta algún miembro de la familia Real, sacándole humo a los zapatos a base de bailar. Había tanta gente que estábamos en familia.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Like a rolling stone II

A la espera de que llegue el concierto de Sabina mañana en Madrid y que veamos a los Pereza y a Benjamín sobre el escenario (¿alguien lo duda?), abramos boca con un texto de Benjamín Prado. La semana pasada publicaba la primera parte de lo que podemos leer en la Revista Rolling Stone de este mes. Es decir, lo que decían los Pereza, García Montero, León de Aranoa... y nos quedamos a las puertas de saber lo que escribió Benjamín Prado sobre Sabina.

Una gran ciudad cabe dentro de una canción. Por Benjamín Prado


En realidad no queda mucho que decir, porque a estas alturas de Vinagre y Rosas, la historia ya la conoce casi todo el mundo: Sabina y Prado se fueron a pasar ocho días a Praga y volvieron de allí con medio disco escrito; el maestro afirma que goza de una felicidad doméstica de la que no pueden salir las canciones de desamor que a él le gustan y como Benjamín acababa de dejar a una novia a la que en lugar de vivir abrazado vivía atado- con lo cual era como uno de esos presos que alsalir de la cárcel y cambiar un calabozopor el espacio libre se marean con la perspectiva-, su camarada le propuso marcharse al sitio que él quisiera a componer likearollingstones conra su ex-chica. Aceptó y el resultado son Embustera, Cristales de Bohemia, Tiramisú de Limón, Virgen de la Amargura, Agua Pasada y otras canciones escritas entre Praga, Rota y Madrid y que a los dos les sirvieron para levantarse, uno de su chaisse-longue y el otro de su tumba.

Joaquín suele definir las canciones que escribimos en Praga como "el núcleo duro" de Vinagre y rosas. Quizás haya quienes se pregunten, en consecuencia, qué parte del disco es culpa de la ciudad. La respuesta es que una está dentro del otro, porque le añadió su melancolía, su ambiente culto, su mezcla de majestuosidad y decadencia, la música de sus calles, la belleza trágica de su río, la sombra grandilocuente de sus torres y la rima inesperada de sus edificios, en los que conviven todos los estilos arquitectónicos imaginables. La expresión más clara de todo es es Cristales de Bohemia pero no es la única. Yo creo que si van a Praga y se llevan Vinagre y rosas en el MP3, disfrutarán aún más del uente Carlos, la Torre del Reloj, la Casa de Campana de Piedra, el cemeterio judío o el barrio entero de Malá Strana. Y los más mitómanos, los que quieran saber dónde escribió el disco de su Sabinísima, pueden ir al piso de arriba del Café Savoy, a la cafetería del hotel Kempinski Hybernská, a la Taberna del Soldado Svejk y, desde luego, al Darling Cabaret, del que les recomiendo salir en su limusina blanca: nunca he visto nada que sea a la vez tan macizo y tan serpenteante.

A los seguidores de Joaquín y al público en general les ha encantado Vinagre y rosas; unos y otros se han dado cuenta de la lucha feroz que se esconde dentro de esas canciones que surgieron de una guerra sin piedad y sin enemigos, que duró siete meses y acabó con ambos muertos pero felices y tan satisfechos como pueden estarlo dos personas que creen que siempre es posible encontrar una rima mejor o una estrofa más redonda.

Ser buenos compañeros de viaje, es lo que conseguimos Joaquín y yo desde el momento en que nos embarcamos rumbo a Praga hasta diez minutos antes de que la compañía de discos le quitara de las manos Vinagre y rosas. En todo ese tiempo, hemos vivido en una especie de combustión interminable pero también implacable, porque no dejaban de ocurrírsenos ideas pero sólo nos quedábamos con las más hermosas, que siempre son las que están más lejos y las que nunca se van contigo hasta las siete de la mañana. Para salir a perseguirlos tuvimos que encerrarnos, y él y yo hemos estado tan mutuamente presos que ahora padecemos un agudo síndrome de Estocolmo, del que habrá que curarse si queremos volver a nuestra vidas, porque ambos sabemos que lo que hemos hecho no lo podríamos hacer con nadie más en este mundo, pero también que eso no significa que lo volvamos a hacer. ¿O sí? Quién sabe.


Trabajar a cuatro manos no ha sido poner la mitad de cada uno en cada cosa, sino multiplicarse por dos, porque según el día, y dependiendo de quién estuviera más o menos en forma, nos turnábamos para hacer de liebre mecánica y así obligar al otro a correr el doble. Y les aseguro que cuando Joaquín acelera no es nada fácil seguirle. También es verdad que los dos somos buenos tramposos, y desde el principio recurrimos a todos los trucos posibles para salir de aquella aventura más amigos y con buen disco. Las dos cosas han pasado, pero, ¿qué quiero decir cuando digo trucos? Pues, por ejemplo, me refiero a saber combinar la anarquía con la rutina y la falta de contemplaciones con el respeto: lo primero, lo logramos no mirando el reloj entre febrero y septiembre y no poniéndonos fronteras de ninguna clase a la vez que nos inventábamos unas costumbres de circunstancias, como por ejemplo la de empezar a acabar cada día en los mismos lugares, cuando estábamos en Praga, por las mañanas en el Café Savoy y por las noches en el bar del hotel, que Joaquín bautizó como el Hopper's Bar. Lo segundo, lo conseguimos a base de no pasarnos una educadamente, y así yo dibujaba los ya famosos "corralitos" en los papeles donde escribíamos, para meter en ellos las palabras o las ideas con las que no estaba de acuerdo, mientras que él recurría a los verbos indios comprar/no comprar, para cerrarle la puerta a algo que me hubiese ocurrido y no le interesara. El mayor milagro de todos ha sido que tras discutir más de doscientos días y sus noches cada palabra de Vinagre y rosas, no nos hayamos peleado una sola vez, ni hayamos tenido un problema, ni hayamos caído en la vanidad, la soberbia o la avaricia, y lo mantengo. De hecho, al final de esas once canciones mi conclusión es que Joaquín es el tipo más decente de este planeta.

No escribimos lo que queríamos, sino much0 más. Y ahora, como hemos tenido gemelos sietemesinos nos los vamos a repartir, de modo que aquí estamos, ante todos ustedes, él con su disco, yo con mi libro y los dos con nuestras canciones. Esperamos que las tres cosas les gusten. Y, en cualquier caso, les aseguro que pueden confiar en ellas, porque no les van a contar ninguna mentira. Se lo digo con los corazones en la mano.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Contracorriente

Benjamín Prado escribe este fin de semana en el especial de El País que el diario publica sobre los 100 personajes del año. Al madrileño le ha tocado escribir no sobre una persona, sino sobre un colectivo, sobre los creadores. ¿Y quién mejor para escribir sobre la creación que un escritor?, se puede resumir en "Leer es nadar contra corriente, en lugar de dejarse arrastrar por las corrientes de opinión".

Pero no resumamos, leamoslo entero: No Mirar para otra Parte, por Benjamín Prado.

A todos los ganadores de un premio Nobel les han preguntado qué sintieron al recibir el galardón, pero ninguno dio una respuesta tan sutil como la del novelista Sau Bellow: "No lo sé, porque todavía no he escrito sobre eso." Esa idea de la literatura como algo útil para comprender la realidad vale para los escritores, para los lectores y para definir cualquier otra expresión artística que merezca la pena, y defiende la importancia civil de la cultura: a fin de cuentas, una persona capaz de analizar y comprender, es alguien a quien no resulta sencillo mentir, ni manipular.

Leer es nadar contra corriente, en lugar de dejarse arrastrar por las corrientes de opinión. Mirar un cuadro es enseñar a tus ojos a pensar contra el pensamiento único. Y existen cocinas que son museos para el paladar. Y edificios que siguen siendo música congelada. Y partituras que no puede domésticar el látigo de la corrección política, esa forma de absolutismo que consiste en llenar el pensamiento de lápices rojos y en ponerle un uniforme a las libertades. Se puede discutir si un creador tiene o no tiene que dar discursos, pero lo que está claro es que no debe de aceptarlos,porque no se puede inventar nada a partir de una verdad oficial ni construir nada encima de un lugar común.

Los creadores que forman esta lista, y muchos otros, son como aquel ángel de un texto de Borges que era capaz de volar al mismo tiempo hacia el norte y hacia el sur, porque su trabajo consiste en conservar y descubrir, es decir, en moverse a la vez hacia el pasado y hacia el futuro, Una tarea complicada, teniendo en cuenta que estar sociedades gobernadas por la economía se basan en la búsqueda ciega del porvenir, y ese es un camino en el que todo lo que vas dejando atrás se convierte en tierra quemada: el dinero no tiene pasado.

La autora austriaca Ingeborg Bachmann escribió un verso que es un plano para salir del laberinto: “la tarea del poeta es no negar el dolor.” Sin las dos últimas palabras, la sentencia es aún más poderosa, y eso significa que a mí sólo me interesan las personas en general, y los creadores en particular, que no le dan la espalda a las cosas, que saben que mirar para otra parte te hace, en los casos más dramáticos cómplice del horror y en los más ligeros recadero de la vulgaridad. Otros preferirán el simple entretenimiento, pero eso no es lo mío, ni lo de ninguna de las personas que se han ganado con su talento un centímetro en estas páginas.

Qué buena la respuesta de Saul Bellow, que nos hace darnos cuenta de que en un mundo tan veloz, tan atareado y en el que tantos alardean de decir lo que piensan, resulta mucho más inteligente ser capaz de tomarte el tiempo que hace falta para pensar lo que vas a decir y para reflexionar sobre lo que tantas bocas malintencionadas quieren que escuches y no oigas. Explicar y comprender son los dos extremos de la inteligencia y la distancia que hay de una de esas palabras a la otra es el viaje de la cultura.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Entrevista de poesía

Benjamín concedió al diario El Comercio, de Ecuador, una entrevista mientras estuvo, no hace mucho, en la feria del libro de Quito. En ella comienzan definiéndole como el que aparece en los créditos del disco de Sabina, pero acaban hablando de poesía. Interesante.

La poesía es más importante que la economía.
El Comercio. Por Flavio Paredes Cruz

El nombre de Benjamín Prado figura junto con el de Joaquín Sabina, entre los créditos del último disco del cantautor español. Ambos comparten la autoría de los temas de ‘Vinagre y sal’. Más allá de eso, su firma consta inmortalizada en la solapa de 21 libros, entre poesía, ensayo y novela.

En el ingreso del Hotel Colón, golpetea con sus Converse negras sobre la baldosa blanca. Gesticula con sus manos, mientras su boca deshilvana las palabras...

¿Hay diferencia entre escribir poemas y canciones?
Joaquín siempre afronta la canción como si fuera un poema. Hace 30 años que lo conozco, y muchas veces hemos hablado de poesía, casi nunca de música. Durante los siete meses que hemos tardado en escribir este disco, discutimos como dos poetas: peleando por adjetivos, por cada coma; no hay una sola canción que no haya tenido batallas. Lo gracioso es que hemos salido más amigos.

¿Hay música en tu poesía?
No hay un buen poema, que no tenga música; tampoco hay una buena canción que no tenga poesía. Si no la hay, el lector, el oyente, lo nota siempre.

En la escritura de poesía, ¿cómo maneja el aspecto de la contemplación?
Los ojos son la segunda parte, después del cerebro, más importante del poeta. La poesía no tiene que ser hija de los sentimientos; un poeta no tiene porqué ser más emotivo que un banquero, pero sí debe tener la inteligencia para descender hasta el fondo de las cosas. El poema no va a ser tu historia, sino la autobiografía del que lo lea. Para eso es fundamental la mirada: hay que saber cómo mirar, no tener miedo a observar las cosas. (Evoca la frase de la poeta sueca, Ingeborg Bachmann: “La tarea del poeta consiste en no negar el dolor”). La poesía no tiene que mirar solo a la primavera y el atardecer, sino a la gente, a la pobreza, la necesidad, la injusticia.

¿La poesía es ver o visionar?
Entrever. Es fantástico, encontrar diferentes visiones. La verdad, por fortuna, no es de nadie, sino sería muy aburrido. El maestro Alberti descalificaba a un poeta llamándolo ‘sentado’, el que no sale a la calle, el que se conforma consigo mismo. Los muertos decentes te siguen aconsejando después de todo.

En un mundo lleno de imágenes, ¿cuáles son las posibilidades de la poesía?
Todas. Eso nos lo enseñó Neruda, al llamar a una cebolla “redonda rosa de agua”... después de eso, uno ya no come igual una ensalada. Tiene la capacidad de volver a nombrar lo ya dicho; por eso, me parece más importante que la economía, que la política. La poesía es el arte esencial, nombra el núcleo de las cosas.

Si en la narrativa, el conflicto es parte de la historia, ¿dónde está el de la poesía?
La poesía debe tener un punto narrativo, contar de una manera más directa, atacar por la espalda. No solo debe hacer endecasílabos o alejandrinos, no solo es una cuestión de sonido y rimas. Es nadar hacia donde se desea ir, tener tus propios argumentos, para oponerse o estar de acuerdo.

(Buscando eso, se levanta, es lato y delgado, de mirada apacible. Se coloca unas gafas oscuras y se va, caminando, entreviendo...).

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Like a Rolling

Ni un libro, ni un disco, en esta ocasión la noticia es una revista: la edición española de la mítica Rolling Stone, que en su número de diciembre está dirigida por Joaquín Sabina, quien comenta que "ni en mis
delirium tremens más disparatados se me pasó jamás por la cabeza dirigira Rolling Stone". Pero aquí le tenemos a los mandos de la nave.

Y como buen capitán, mi capitán, se ha rodeado de los suyos y en las páginas de la revista además de mucho Sabina (hay un resumen fundamental de todos sus discos, en pinceladas) nos encontramos con los otros.

Y los otros no son más que aquellos que han rodeado al de Úbeda tanto en la elaboración del disco Vinagre y Rosas como a lo largo de su carrera. Leer las páginas de Rolling Stone es como volver al libro de Benjamín Prado, romper una canción. Un libro en el que sus protagonistas cobran voz.

Si Benjamín nos contó en su libro cómo conoció a los Pereza en una noche Sabinera en Galileo, en la revista los Pereza hablan de cómo conocieron a Benjamín en esa noche y desde ahí cuenta cómo fue para ellos trabajar con Sabina "Benjamín me envió un correo con la mita de una letra titulada Embustera y un reto: A ver qué haces chaval. Dos días después le reenvío una maqueta con el resto de la letra y la música. Es una balada. "Me gusta", me dice, "pero la veo más rockera: al jefe se la enseñé en Praga y te manda un estribillo. Dice que se imagina a la peña en concierto diciendo "embustera" señalando con el dedo". Rehago la estructura. Acelero el tiempo y el estribillo es un tiro. Veo miles de dedos al aire. Joaquín tenía razón. Estoy una noche hacienda la cena y suena el móvil. Es Benjamín. "¡Me encanta, tío, y tal y cual, y espera que te paso con alguien!", ¡Rubén, soy Joaquín! ¡Estoy encantado con 'la embustera!. Se oyen gritos y la canción sonando de fondo. Están borrachos.", dice Rubén en su artículo.

A lo que Leiva, en el suyo, añade "componer para Joaquín acojona mucho. Es como jugar a fútbol con Maradona o tocar por soleá para Fernanda de Utrera: no sabes por dónde empezar. Nuestros queridos Panchito Varona y Benjamín Prado nos empujaron al agua sin saber nadar. ¡Y vaya si nadamos!".
(La foto es de Rolling Stone, de la fiesta de entrega de los Premios por el 10º aniversario).

También relata Benjamín en Romper una canción, el viaje a Rota con Fernando León de Aranoa, quien escribe en la revista: "Alrededor de Joaquín existe también ese dulce caos. Todo puede irse al traste en cualquier momento, pero todo puede florecer también. Es un caos relativo, en el que sus músicos tratan de poner un cierto orden, también sus amigos poetas. Y si el orden está en manos de los poetas, imaginen ustedes el resto."

Además de Benjamín, entre esos poetas que ponen orden se encuentra Luis García Montero, que en Rolling dice "A la hora de elegir a los suyos, Joaquín ha contado con sus músicos de siempre, Pancho Varona y Antonio García de Diego, y ha pedido colaboración a Pereza y al poeta Benjamín Prado. Se abre más que nunca a la colaboración con los otros, pero también suena más que nunca a Joaquín Sabina. Ese es el privilegio de los autores con mundo propio. Joaquín ha aprovechado que Benjamín tenía mal de amores. Se escribe mejor con el sufrimiento que con la felicidad, pero nadie ha dicho que haya que escribir con el sufrimiento propio. El mal de amores de Benjamín le ha permitido a Joaquín hacer un disco estupendo sin necesidad de volver a las andadas. Como a mi me daba mucha envidia verlos pelearse de mostrador en mostrador en busca de versos, les pedí que me colaran una canción. Yo tampoco tengo mal de amores, pero el sufrimiento de Benjamín daba para un trío". "Como la amistad de Benjamín es inagotable, voy a escribir yo otro libro contando todo lo que él no ha querido contar". Se titulará Vino y Cardos, y les ayudará a comprender a ustedes por qué mis amigos han tardado tanto en hacer este disco".

Y claro, Benjamín también escribe en la revista, pero eso será harina de otro post...

domingo, 6 de diciembre de 2009

En los periódicos

Ahí es donde está Benjamín Prado esta semana. En uno hablando y en el otro opinando. En el primero, el Diario Vasco, entrevistado por Iñaki Zarata, y contando cosas sobre Sabina como que "Antes era su amigo y ahora soy su chulo" (no os dejéis impresionar y llevar por las primeras impresiones, poco a poco le vamos conociendo y sabemos que tras esas palabras se esconde "mucho amor y casi nada de sexo". Leed la entrevista, merece la pena.

En el segundo, como es habitual cada jueves, en El País, en la sección de Madrid, y en esta ocasión sobre la discrimación. Y desde hace bastante tiempo, para dar buenas noticias (se le nota relajado).

Una discriminación menos, una plaza más. Por Benjamín Prado.
Aunque parezca mentira, en algunas ocasiones nuestros tribunales actúan para defender los derechos de los ciudadanos, en lugar de hacerlo para romperle la cáscara a sus libertades como quien deja caer el mazo sobre una nuez. Para demostrarlo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid acaba de condenar a la Agencia de Empleo del Ayuntamiento a indemnizar con casi 60.000 euros a una trabajadora por haberle pagado desde marzo de 2004 un salario inferior al que recibía un compañero que realizaba las mismas tareas. En la sentencia, tan rara que la puede entender cualquiera, se dice que se trata de un caso de discriminación de género, y que no, que por ahí no pasan. "Pues mira qué bien, porque en España el salario medio mensual de las mujeres sigue siendo un 24% más bajo que el de los hombres", me dice al otro lado del teléfono Juan Urbano, que anda mal del escudo tras la derrota de su Real Madrid en el Nou Camp, y luego añade: "Siempre he dicho que, de entrada, este país será mejor en cuanto se deje de aplastar a las mujeres en los trabajos y a los hombres en los divorcios". No seré yo quien le quite la razón. La violencia de género no me gusta, en ninguna de sus expresiones.

Lo cierto es que la palabra discriminación no termina de borrarse de los titulares, y uno la encuentra emboscada en las noticias más a menudo de lo que querría. Lo cual es deprimente. ¿Qué significa que en el siglo XXI algunas personas aún sean discriminadas a causa de su raza, su género, su edad, su salud o su orientación sexual? Pues, sin duda, significa que este mundo avanza inexorablemente hacia el pasado, y que seguirá haciéndolo mientras los días de tantas personas continúen siendo una cuenta atrás: domingo, sábado, viernes, jueves, miércoles, martes, lunes, diciembre, noviembre, octubre... Si lo dudan, paseen junto a los escaparates iluminados de la Navidad y luego acérquense a la plaza Mayor, sin ir más lejos, a ver a las decenas de pobres que duermen bajo sus soportales, dentro de un zulo de cartón. ¿O zulo sólo se puede decir cuando el que te mete en el agujero lleva una pistola?

"Pero en cualquier caso, qué horror", dice Juan Urbano, "que sea justo el Ayuntamiento el que cometa dllevándole la contraria a sus propias campañas publicitarias de concienciación. Es para reírse de tristeza", concluye, dejando escapar, efectivamente, una carcajada amarga.

La palabra discriminar es un filtro en el que se quedan los derechos de los más débiles, las personas que por el motivo que sea son echadas a un lado, a veces porque no tienen dinero con el que pagar el pasaje hacia la sociedad del bienestar y a veces, simplemente, porque no pueden defenderse. Por ejemplo, los enfermos de sida, que estos días en que se celebra el día mundial de la lucha contra ese infierno de la sangre dan una respuesta a quienes los marginan, los maltratan o los ignoran, con una exposición que está colgada en el Casino de la Reina, en la glorieta de Embajadores, y en la que se pueden ver fotografías hechas en distintos lugares de Madrid por algunos portadores del virus VIH, que hacen visibles distintos ejemplos de la discriminación de la cual son víctimas y ojalá sea un modo de abrirle los ojos a quienes prefieren condenar a comprender y tener miedo a tener información.

"Discriminación" no es una palabra, es un agujero en el barco. Se escribe así: de, i, ese, ce, erre, i, eme, i, ene, a, ce, i, o, ene; pero si se escribiese "desdemocracia", o "desconstitución", significaría lo mismo.

Menos mal que, esta vez, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dado en
el clavo, y así empezamos bien diciembre, con una injusticia menos y una obra pública más, que es la plaza de Callao cerrada al tráfico y recuperada para los peatones; dos cosas muy distintas que se parecen, según dice Juan Urbano, en que son las dos mejores noticias de esta semana. Ya sólo falta que sean sólo el principio de otras muchas iguales.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Querida. Un epistolario a 18 manos

En pocos lugares se siente más que en una carta. ¿Os acordáis? Yo no mucho, y eso que practiqué bastante. La tecla ha sustituido al bolígrafo. Afortunadamente nos quedan poetas, autores que siguen escribiendo cartas. 18 de ellas forman el libro "Querida", de ediciones Península.

Un libro que quizá pase desapercibido pese a que tiene kilates con nombre de Eduardo Arroyo, Bernardo Atxaga, José Luis Borau, Sergio Cabrera, Francisco Calvo Serraller, Medardo Fraile, Carlos Franz, Luis Goytisolo, Pedro Guerra, Gustavo Martín Garzo, Antonio Martínez, Eduardo Mendicutti, Benjamín Prado, Javier Reverte, Santiago Roncagliolo, Daniel Samper, Juan Gabriel Vásquez, Vicente Verdú y Ángel González.

La de este último debe ser para sucumbir, pues es la carta póstuma que Ángel González le dejó escrita a su mujer, Susana Rivera, cuando él muriera. En esa carta, y según la agencia EFE: "confiesa en ella que sólo le entristece la muerte por una razón, por no poder volver ver a su esposa, la persona "que más quiero en este mundo -dice-, también la más honesta, la más íntegra, la más buena: la mejor".

"Gracias por toda la felicidad que me diste. Recuerda tú los momentos de felicidad que vivimos juntos y que esos recuerdos te sirvan de ayuda en estos momentos tristes. No te dejes dominar por la tristeza", continua el poeta, quien se despide con un beso "muy largo, interminable".

EFE sigue informando que: "Para publicar este volumen, el editor Pepe Verdes invitó a una serie de intelectuales a escribir a una mujer y, fortuitamente, tuvo noticia de la carta de González a través de Benjamín Prado y decidió incorporarla a "Querida. Cartas de Hombres a Mujeres", gracias a la generosidad de la viuda del gran poeta, Susana Rivera.

Los intelectuales invitados al proyecto debían redactar una carta a una mujer, sin que la relación existente con ella fuese determinante, ya que podía tratarse tanto de una amiga del colegio, como de una amante, una madre, una desconocida en el metro, etcétera. "

Aún no conozco la de Benjamín, habrá que buscarla, mientras tanto, y para abrir boca, pinceladas de algunos lienzos a la carta:

«Ésta es una carta de protesta, de protesta airada y por delegación, además...» (J. L. Borau).
«¡Que sorpresa encontrarnos después de tantos años y qué poco nos hemos visto!» (M. Fraile).
«Nunca vas a leer estas líneas. ¿Tiene eso importancia?» (L. Goytisolo).
«Tenemos una crisis doméstica con la mortadela» (A. Martínez).
«Estaba acodado mirando al vacío en el palco de la ópera...» (F. Calvo Serraller).
«Esta misma mañana he pasado la palma de la mano por la parte superior del armario ropero...» (V. Verdú).
«El canal para adultos pone esta noche Lo que el viento me metió...» (S. Roncagliolo).
«El matrimonio nos está distanciando» (E. Mendicutti).
«Muchas veces a lo largo de este tiempo me he preguntado dónde estarías...» (G. Martín Garzo).

lunes, 30 de noviembre de 2009

...y sigue opinando

Benjamín es un poeta de gira eterna, ahora anda por Quito, y además se sube cada noche a cada escenario de la gira que Joaquín Sabina está dando para presentar su Vinagre y Rosas, donde Joaquín le menciona siempre, como su gran amigo que es, y escritor de las canciones del disco.

Pero no abadona su sana constumbre de opinar, cada jueves, en El País. Entre tanta literatura, tanta música y tanta poesía, aún le queda tiempo para politizar un rato.

Subes los precios y matas la crisis. Por Benjamín Prado.
"En mi casa el dinero andaba a caballo y nosotros a pie", dijo Hada Delcine, la narradora de la última novela de Hernán Rivera Letelier, La contadora de películas; y Juan Urbano le contestó: "En la tuya y en la de todos los que, por más que le demos con la fusta a nuestras nóminas, no conseguimos dejar atrás la crisis". Y tras pensar eso, cerró el libro, abrió el periódico y después de leer las noticias de Madrid se dio cuenta de que aquí y ahora la política es la acitílop, es decir, ella misma al revés y, por lo tanto, lo contrario de lo que parece: de cara a la galería, es un modo de sacar a los ciudadanos del pozo en el que los ha metido; pero en realidad, no es más que una forma de seguir sacándoles dinero, para financiarse a sí misma.

"Pones en una lista la nueva Ley de Seguridad Vial", me dice Juan al otro lado del teléfono; "le sumas la tasa de recogida de basura del Ayuntamiento y las subidas de precios que planean el Consorcio de Transportes y los taxis, por ejemplo, y te das cuenta de lo que les importan el tráfico y los accidentes: nada".

Se refiere, por un lado, a que a partir de ahora no se perderán puntos del carnet por aparcar o estacionar en el carrilbus, o estacionar en curvas, cambios de rasante, túneles, pasos inferiores, intersecciones o cualquier otro lugar peligroso que constituya un riesgo a la circulación y a los peatones; o por circular en motocicletas y ciclomotores con menores de 12 años; o por no llevar el alumbrado reglamentario; o por conducir de forma negligente, creando un riesgo cierto y relevante para los otros usuarios de la vía... Pero en todos esos casos la multa económica se mantendrá igual que hasta ahora. Además, también desaparecen las suspensiones temporales del permiso, con lo cual los desasfaltados podrán regresar a las calles y volver a ser multados: la justicia retrocede, pero el dinero no. Y, por añadidura, como hace falta dinero rápido, llegan las rebajas, se reducirá un 50% del precio de la multa a los que la paguen pronto, y se aceptarán tarjetas de crédito en la propia carretera. Es para morirse de risa.

Para completar el círculo, y a eso supuse que era a lo que se refería Juan Urbano en segundo término, el Consorcio Regional de Transportes, que controla el Gobierno autónomo, subirá en el año 2010 el billete sencillo de autobús y metro, el bono de 10 viajes y la tasa del viaje al aeropuerto, que cuesta dos euros, "mientras que en Roma", dicen según le echan aceite a la caja registradora, "ir a Fiumicino cuesta 11 euros y en Londres vale 18,4 ir a Heathrow y 18,86 ir a Gatwick".

De postre, los taxis también serán más caros el año que viene, porque van a subir la tarifa nocturna, que además se va aplicar a partir de las nueve, en lugar de a las diez; y los sábados se considerarán festivos a partir de las cinco de la tarde, es decir, que desde esa hora cada kilómetro pasará de costar 0,98 a 1,15 céntimos; y se cobrará un suplemento de casi tres euros a todos los clientes cuyo destino sea una estación de tren o autobús; y se subirá el que se aplica para recorridos fuera del término municipal de Madrid; y el que se añade en Nochebuena y Nochevieja (6,70 euros) se pondrá también la noche de Reyes. Vale, no es una invitación al transporte público, pero sí un castigo ejemplar: como la crisis ha hecho que haya menos viajeros, hay que poner boca abajo a los que no pueden ir andando y a ver qué les cae de los bolsillos. Si la novela de Hernán Rivera Letelier en lugar de pasar en la Pampa hubiera pasado en Madrid, la segunda frase habría sido: "Así que el Ayuntamiento y la Comunidad decidieron cobrar un impuesto por los zapatos y otro por las baldosas del suelo, y después hicieron chuletas al caballo y lo vendieron en la carnicería a precio de carne de buey".

Por cierto, y ya que hablamos de comida, les recomiendo que después de la cena de Navidad se coman los huesos del cordero y los envoltorios de los polvorones, porque la tasa de basuras se va a poner por las nubes. Qué bien, ya llegan las fiestas.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Sigue siendo poeta

Sí, Benjamín ha escrito un nuevo libro, y es que ha escrito las canciones del último disco de Joaquín Sabina, Vinagre y Rosas. Pero Benjamín, sigue siendo poeta, y además de las canciones a él le gustan los poemas, y a nosotros la poesía. Por eso y porque José Miguel, desde México, nos ha pedido el poema del libro Todos Nosotros. Ponemos aquí el de "Mi Antología", publicado en México por la Universida de las Américas Puebla:

Parejas. Por Benjamín Prado.

Por lo mismo que une a Vallejo y los miércoles,
el mercurio y Bob Dylan,
Neruda y las ballenas.
Esas son las razones por las que estás conmigo.

Y también porque sabes todo lo que importa:
porque entiendes al niño que llora entre los árboles;
a la mujer que sueña con oscuras cocinas,
con cucharas que buscan su corazón partido.

Silenciosa, lámpara interminable,
yo pronuncio tu nombre para saber qué somos.
Te llamo bosque azul,
pájaro del océano,
estrella entre dos torres,
luna sobre la isla.

Tú te acercas;
entras en el poema
y desde ese poema abres una ventana,
descuelgas un teléfono,
coges un pez en la palabra río.

Estás aquí
y fuera se oyen voces,
gente que aún se mueve en donde ya no hay nadie,
una sirena,
un hombre que a lo lejos
pasa junto a nosotros:
ruidos de algún lugar en el que ya no estamos.

Por lo mismo que Julio Cortázar y el boxeo,
Bukowski y los hoteles pintados de naranja.
Handke y los lanzadores de cuchillos.
Por eso.
Esas son las razones por las que estamos juntos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

La presentación que no fue

Estaba previsto que hoy a las 13:00 horas se hubiera celebrado la presentación de Romper una canción, con el autor, Benjamín Prado, y Joaquín Sabina, a dúo, en el Círculo de Bellas Artes.

Ha sido en la puerta cuando nos hemos enterado de que se había suspendido la presentación. La editorial no nos tenía en el listado de distribución y quien nos invitó se debíó olvidar de comentárnoslo. Según nos han comentado desde la editorial, no se sabe si finalmente se celebrará. Pinta a que ha sido cancelada definitivamente. Si hay novedades, os informaremos.

Disculpas desde aquí a quien se haya informado en este blog y se haya visto afectado.

Fragmentos de una entrevista

Antes de que este mediodía del lunes se presente en Madrid "Romper una canción", y tras el inicio de gira de Joaquín Sabina, que el sábado dedicó en Salamanca el concierto en general y "Cristales de Bohemía" en particular a Benjamín, quería colgar en el blog los extractos de la entrevista que el sábado por la mañana en Onda Cero le hizo una mal educada Isabel Gemio a Benjamín Prado. Una entrevista que, como casi todas las apariciones públicas de Benjamín nos dejan interestantes declaraciones, pese a tener que escuchar a la Gemio decirle, en varias ocasiones, al entrevistado, que sí estaba allí, que "es una pena que no esté aquí Joaquín, con toda la promoción que estamos haciendo de su disco". Un poco más de respeto tampoco le vendría mal.

Fragmentos de una entrevista. Onda Cero. 21/11/09

"Cuando fuimos a Praga ibamos aterrorizados creyendo que nos íbamos a decepcionar uno al otro".

"Eel libro al género tonto, jeje. En serio, no conozco ningún libro en el que se cuente cómo se escribe un disco. Pero es que al lado de Joaquin siempre ocurren cosas que merecen la pena ser recordadas, y ser contadas. Darle a la gente la llave de casa para que sepan cómo se escribe un disco".

"Él define su lado personal como nube negra, de pronto se le pone nube negra y le rodean unos perros del infierno y se deprime de tal manera que no te lo puedes creer. Para eso yo soy muy Mari, todos los días a las 12 le llamaba a su puerta y aunque estuviese mal le tenía más firme que una vela. Me decía que era un berbiquí".

"La canción de Cristales de Bohemía es una de las canciones que yo más quiero. Resume muy bien el espíritu por el que fuimos allí"."Es una canción que me emociona mucho. Cuando fuimos a escribirla Joaquín decía que tenía que escribir varias como José Alfredo. Y para convencerme alquiló una oferta de Mariachis para que me las cantasen y convencerme. Nos salió esta chuleria de que “si hay que pisar cristales que sean de Bohemia”. "Me dejan, sí, pero porque yo quiero".

"Viudita de Clicot es un regalo, con él celebramos ayer en el camerino el primer concierto de la gira".

"Joaquín creo que ha ayudado mucho a la poesía, cuando sacó Ciento volando de catorce, muchos se metían con él. Muchas veces hacemos lectura de poemas juntos, y cuando Joaquín va, a veces acuden 3.000 personas, que escuchan poesía. El oído de las personas está predestinado a la poesía. Conozco poca gente a la que no le guste un poema".

"Habría que enseñar algo en los institutos, porque no se enseña nada, también a leer poesía. Es como el manjar de los solitos. Se descubre fácilmente".

"No solo no veo la televisión basura, sino que me indigna profundamente. Me irritan mucho los programas de cotilleo hechos de personas que el único merito es acostarse con alguien, ser mala persona., o ir a dar gritos. Eso y la estatua al ciudadano anónimo no me gustan".

"Ahora le digo a Joaquín que, te voy a tener que invitar a Budapest, porque el feliz soy yo. Una chica saca otra chica. Y he salido ganando".

"La desgracia necesita poemas, a la felicidad le basta con almohadones, para reclinarse en ellos".

"Ayer quemé Salamanca. En su camerino nos quedamos mi chica y yo, su manager, sus cantantes, su mujer, su exmujer y su hija. Así no hay quien se vaya de fiesta. Él no ha salido, hoy también actúa".

"Había escrito hace años un libro parecido, en el que contaba la amistad que tenía con Alberti. Este libro tiene ese mismo ambiente. Pero es distinto escribir de música, que de poesía".

viernes, 20 de noviembre de 2009

Tengo una pregunta para Benjamín

El pasado lunes El País puso a Benjamín Prado delante de los internautas para que le preguntasen lo que quisiesen. Y le preguntaron lo que quisieron, desde la última versión de Ecuador, a su faceta musical, desde qué se siente al escribir con Sabina a qué te han aportado Alberti o Ángel González. Una entrevista de calidad, con las respuestas a las que nos tiene acostumbrados, de quitarse el sombrero

Los internautas preguntan a Benjamín Prado. El País.

Caballero de la Tenaza
Benjamín, la canción "Viudita de Clicquot" me sugiere un correlato culturalista, ¿podrías explicar la relación entre esta señora francesa tan particular en su tiempo y la histora de la canción?

Bueno, la señora Cliquot, que en realidad se llamaba Barbe-Nicole Ponsardin fue una de las primeras mujeres de negocios de la Historia, en plena época napoleónica, y es algo así como la segunda inventora del champán, después del abad Pierre Perignon, porque inventó la mesa de removido, exportó su marca fuera de Francia y, en resumen, fue tremenda empresaria, que dirían en Cuba. Bueno, descorchar una botella de Veuve Clicquot, como hace el protagonista de la canción, es un lujo pero no tan caro: te sale por unos 33 euros.

lamagdalena1
¿Cantarás con Sabina en alguno de sus conciertos?
Él quiere que lo haga y yo lo haré o no dependiendo de lo que me tome al pie del escenario ese día...

Pedrito
Hola Benja, fenómeno, ¿tu ex te sigue hablando después de airear vuestras intimidades? Es delicado eh... Un abrazo


Me ha gustado lo de fenómeno. Pero lo que hay en las canciones, como en los poemas, no son personas, sino sólo personajes, y los personajes de ficción sólo hablan dentro de los libros o los discos.

Pedro
En tu libro "Mala gente que camina" hablas de los niños robados a las presas republicanas. Ahora están apareciendo casos en clínicas de maternidad hasta el final del franquismo. ¿Qué crees que habría que hacer con la investigación de esos casos?

Fácil: tratar a los jueces que quieren encausar el franquismo igual que los tratan cuando quieren juzgar a Pinochet o a Videla.

drus
'Romper una canción' ¿es una especie de "making-of" del disco, o es más una historia de historias basada en las canciones? ¿para cuándo un nuevo libro de poemas de Benjamín Prado?

El libro de poemas está en marcha, y además he encontrado una chica a la que escribírselo, ja, ja, ja. Y Romper una canción es la historia de cómo escribimos las letras de Vinagre y rosas, pero también es un libro sobre la amistad, y una especie de taller literario: ¿cómo se escribe una canción? La respuésta abreviada sería: matándote por ella.

David
Buenos días Benjamín: ¿Que otras artes te gustan a parte de la escritura? ¿Te gusta la fotografía? ¿Qué autores?

No me importaría nada ser Alberto GArcía Alix en lugar de yo.

Dylandixit
Qué tal, me gustaría saber si te gusta el fútbol como a Sabina y otros escritores y qué opinas del fútbol como movimiento sociológico,gracias.

Soy socio del Real Madrid y también seguidor del Athletic de Bilbao desde niño. Hay fines de semana bonitos y otros en los que sufro dos veces.

valquiria
Prado, ¿te han dicho que eres igualito que Sabina, pero en flaco?
Querr´´as decir "pero en guapo"

sandra
¿En qué os basabais para escribir las canciones?
En cosas que estaban dentro y en cosas que estaban fuera. Creo que una buena canción se parece a un buen poema en que si habla de alguien que está triste o alegre es peor que si habla de la alegría o la tristeza de un modo más general. LAs canciones de Vinagre y Rosas son emocionantes porque van a emocionar a quienes las oigan.

A.G.M.
¿Qué se siente al saber que sus vivencias personales pronto también serán las nuestras? No se quién de los dos ha escrito la canción de Cristales de bohemia pero es una de las canciones que más me gustan del nuevo disco.

Y a mí. De hecho, en Romper una canción es la que se da como ejemplo máximo del modo en que trabajábamos, y ahí podrás leer varias versiones de Cristales de Bohemia y vas a encontrar muchos versos y hasta varias estrofas que al final descartamos. Y lo que dices de las vivencias es la magia de la música y de la poesía y su destino mejor: convertirse en la autobiografía de los demás.

Iciar
Explicame eso que dices en tu libro de que las cosas que no tienen explicación suelen ser las más divertidas.guapo!

Guapa tú. Claro, lo que te intriga te atrae, lo que no conoces te da ganar de descubrirlo. Y como metáfora de la escritura, no está mal, ¿no? Cuando Joaquín y yo encontrábamos un buen verso pero lo encontrábamos demasiado deprisa, simpre decíamos: es genial, pero seguro que está ocultándonos otro aún mejor.

Bassini
Podrías comentar esos versos que les dedicaste a J.Sabina: "tu sabes que la vida igual que el arte, si no está en ti no está en ninguna parte, lo que importa es la isla, no el tesoro.". Gracias; a raíz de este poema, indague en tu bibliografía y leí alguno de tus libros. Me gusto mucho "Mala gente que camina".

Gracias por indagar. Esos versos los hice cuando Joaquín estaba bajo su nube negra, y quieren decir que la superstición de que su talento dependía de sus excesos era absurda. Creo que Vinagre y Rosas es toda una demostración de eso.

noam@ya.com
Hola Benjamín ¿cómo valoras tu experiencia con Sabina? ¿te ha gustado Praga como escenario de inspiración? Un saludo y gracias. Marcos

Joaquín es amigo mío hace casi 30 años y de Praga hemos vuelto como si lo fuese desde hace 60. Ha sido muy excitante, y muy misterioso, porque la verdad en que hemos estado siete meses en un estado de inspiración interminable. Creo que si la compañía no nos lo quita de las manos, podríamos haber seguido escribiendo y escribiendo. Igual ahora teníamos un disco quíntuple, como nuesto amigo Andrés Calamaro.

turu
Hola Benjamín.Aunque no tenga nada que ver con el disco me permito hacerle esta pregunta.Mañana se cumplirán 10 años del fallecimiento de un gran amigo de Joaquín y el que es para mi el más grande artista de este país,Enrique Urquijo.Unas palabras para este genio.Muchas gracias.

Un tipo estupendo, un gran cantante y, efectivamente, un buen amigo de Joaquín. Por suerte, su hermano ha seguido con los Secretos, que es una forma de que Enrique esté muerto, pero no mucho.

PPK
Hola, Benjamín: Soy PPK, de Zafra. ¿Qué tal se te da a ti la música? Porque Joaquín ya ha demostrado saber algo de poesía. ¿Has intervenido, aunque sea en lo más mínimo, en la parte musical de algún tema? Un abrazo extremeño.

Ja, ja, ja, yo creo que hace falta ser muy temerario para acercarse a una guitarra cuando andan por ahí Pancho Varona y Antonio García de Diego. No, toda la música es de ellos, ¡y qué música! Yo creo que en Vinagre y Rosas han hecho el mejor trabajo de su vida.

fmcantador
Prado, Sabina, García Montero, González,... ¿Estamos hablando de lo que los libros de literatura llamarían "Generación" o "Estilo" común? Si fuera así, ¿qué nombre propondrías para el grupo? Gracias por tu nueva obra.

Gracias a ti. Yo creo que cuando se habla de nosotros se habla de poesía y de amistad, y no se me ocurre un modo más hermoso de definir una cosa de este mundo.

Esther
El anterior trabajo de Sabina era el resultado de un proceso depresivo por el cual pasó el artista. ¿Podríamos decir que este trabajo es más optimista? ¿Qué adjetivo usaría para calificarlo?
Optimista no, desde luego. Pero sí apasionado, que no le anda muy lejos. Es un disco melancólico pero lleno de energía.

Hernán, el argentino
¿Qué se siente escribir mano a mano con Sabina, el mejor poeta popular del siglo XX en España (y en cualquier lado) o, por lo menos, a la altura de cualquiera de los mejores?

He aprendido mucho, y ha sido todo un lujo para mí. Yo lo quiero mucho, mato por él, pero no se me olvida que a la hora de escribir canciones es el más grande. Los dos lo hemos pasado muy bien y lo mejor de todo el proceso ha sido volverlo a ver tan feliz como no lo veía desde 19 días y 500 noches.

Dani
Hola Benjamín. He de decir que te tengo envidia. No sabes la suerte que vas a tener de que 20.000 personas en Las Ventas le griten "¡¡Embustera!!" a tu virgen de la amargura. La suerte es que Sabina se lo gritará a la mía por mí. Por cierto, sigo esperando el libro que me prometiste hace unos años en El ombligo de la luna. La pregunta es: ¿tendreis el morro de salir a cantar juntos Joaquín y tú? ¿Seréis capaces de hacernos eso a los que pagamos por ir al concierto? jejeje. Saludos!
Ja, ja, ja. Sí, esa canción, según dice Joaquín salpica arena de las Ventas y cuando la estábamos escribiendo me dijo: Benja, hay que hacer un estribillo para que la gento lo cante con el dedo corazón arriba. ¿Que si cantaremos juntos? Bueno, en casa lo hacemos todo el tiempo, pero no sé si ante tanta gente me atreveré. Pero apuesta a que en algún concierto lo hago.

Don Caimán
Hola Benjamín. Soy un gran admirador tanto tuyo como de Joaquín Sabina. Supongo que no habrá sido facil escribir canciones "a dúo", aunque me imagino que por otro lado habrá sido un proceso satisfactorio. ¿Nos puedes contar las dificultades por un lado, y lo gratificante por otro, de este trabajo? Muchas gracias.
Las dificulatades, todas las que nos pusimos nosotros mismos. Desde el primer día dijimos: no vamos a tirar de oficio ni en un verso, y no lo hicimos. No hay una sola canción de Vinagre y Rosas que no haya salido de una batalla y que no tenga cinco o seis versiones distintas. Pero es que esa es la segunda cosa que más nos divierte del mundo, así que hemos trabajado muchísimo, pero nos hemos divertido aún más.

dvs
Hola Benja. Si tuvieras que definir tu relación y la de Joaquín con un verso,¿Cuál sería? Un abrazo

Bueno, si te valen dos, hace poco hice un descurso en verso, pala leerlo el día que le dieron el premio Juliàn Besteiro, que empezaba así: "Cuando alguien me pregunta quién es Joaquín Sabina / respondo que un cantante que, además, es mi hermano."

Miroslava
¿Te meterías a compositor?

¡Miroslava! Eres una de las protagonistas de nuestra historia en Praga y cuando leas Romper una canción sabrás hasta qué punto. Ya soy compositor.

kika
¿Te quedaron letras en el tintero?
Nos quedaron muchas, versos, estrofas, ideas, títulos... Casi todo ellos están en Romper una canción, los puse allí para que además de ser inéditos estuvieran publicados, y así no tener la tentación de volver a ellos en el futuro. No me gustan los platos recalentados.

roman lokati
Puede ser peligroso tener unas canciones a medias con un amigo... ¿qué pasaria si os pelearais?

Imposible. Para mí, Joaquín es sagrado, y viceversa.

Pepe Momia
Me interesa mucho ese territorio fronterizo entre poesías y canciones que vosotros parece que habéis cruzado y que Sabina siempre explora. Leí algo de lo que escribiste sobre las letras de Antonio Vega y te posicionabas mucho en que una canción es, siempre, otra cosa (no un poema) ¿Sigues pensando así? ¿Tu libro aborda este asunto?

Por supuesto, Pepe. Pedirle a una canción que sea un poema es tan absurdo como lo sería lo contrario, creer que un poema se convierte en una canción con sólo ponerle música encima, o debajo. No, tienen reglas distintas y objetivos distintos. Lo que pasa es que en una canción puede haber toda la poesía del mundo, y eso lo demuestran las de Dylan, Cohen, Tom Waits y Joaquín, por ejemplo.

cuscuscu
Felicidades por esas letras. El amor es el sentimiento mas fuerte y brutal? o lo es el desamor?

Tiene razón Joaquín en que de la felicidad salen menos versos que del desamor. En poesía lo intentó Jorge Guillén, con todos aquellos versos que decían: ¡el mundo está bien hecho! Y cosas por el estilo. Se canta lo que se pierde, decía Antonio Machado.

Lluis
Leí tu libro "mala gente que camina". ¿Está equilibrada la balanza entre la historia y los hechos? Gracias.

Creo que sí. Todos los hechos que salen en la novela son verdad y toda la trama es inventada. El equilibrio del que hablas lo da la verdad, y lo que se cuenta en esa novela, por desgracia, fue verdad.

gumero
¿Sabina tiene aura?

Joaquín es una de esas personas al lado de las cuales no existen los minutos vacíos, ni las horas vulgares. No hay tantas.

Marqués de Urquijo
Benjamín, ¿cuál de las canciones del disco es más tuya?

Ninguna y todas. Sinceramente, no hay una sola coma de Vinagre y Rosas que uno de los dos pudiera reclamar como sólo suya. Eso ha sido lo fantástico de estos siete meses, que no fue una colaboración, sino una simbiosis.

Juan Manuel Fernández
Salud, Benja. He leído hasta ver que eres socio de "ese equipo" y definitivamente "no es un buen día para comenzar esta conversación". Tal vez si lo sea para terminar esa novela que dices " te hiere como un cuchillo en la espalda". Me muero por terminar de "romper una canción contigo" y robarte frases con las que poder triunfar. Tú ya me entiendes. Estoy recuperando toda tu obra "de la que jamás saldré vivo". Que lo pases relativamente mal para que lo cuentes muy bien.

Ja, ja, ja. Gracias, Juan Manuel. Me gustan los tipos a los que les gusto y también los que defienden su camiseta, aunque no sea la mía. De manera que ¡salud!

Elo
Moviéndote en esos límites, y viendo lo bien que te sienta el escenario y la coquetería de casar la guitarra con un buen verso, y volviendo un poco a tus primeros versos de juventud, en los castillos que construías en tus sueños ¿eras Alberti o eras Dylan, firmabas "Sobre los ángeles" o "Pat garrett & Billy de kid"? Gracias por todo.

Gracias a ti. Yo, si tengo que elegir algo, siempre elijo a Dylan, claro. Por otra parte, ¿por qué elegir? Mira, al final uno hace novelas, libros de poemas, canciones... La vida es larga para los que trasnochamos...

Pedrito again
Benja, ¿te vas a vacunar de la Gripe A?

Creo que deberían de vacunarnos a todos contra las empresas farmacéuticas.

Alejandro Casaucao
Benjamin tú conoces la faceta de escritor de Joaquín que nosotros sus seguidores intuimos pero no tocamos. ¿Crees que Joaquin terminara perdiendo el respeto a su devota Literatura y nos deleitara con una novelita o un ensayito un dia no muy lejano?

Ummmmmm. Una novela no le veo escribiéndola, si te soy sincero. Pero va a escribir más canciones y libros de poemas, tal vez más de lo segundo que de lo primero.

Ana
La relación entre música y literatura parece evidente y estrecha en el caso de los cantautores, pero, ¿qué hay del rock, del pop, etcétera? (¡y no vale Dylan!). Gracias :)
Mira, Ana, yo tengo una discoteca de caerse de espaldas, siempre estoy escuchando música y salto de una cosa a otra todo el tiempo. Ahora mismo, estoy entusiasmado con el último disco de Quique González, que se llama Daiquiri blues, pero igual te sorprendo si te digo que también me ha dado por los Kiss, sobre todo los de los primeros cuatro discos, ¡y estoy enganchado a eso!

Penélope
Buenas Benjamín, felicidades (y sobre todo) gracias por cada palabra que hayas aportado a este disco. Acabo de leer las letras y lo he vuelto hacer, me han encantado. Bejamín, ¿por qué Praga?
Gracias, Penélope. Praga no tiene explicación, simplemente cuando Joaquín me propuso el viaje, en el bar Los Diablos Azules, y me dio a elegir el sitio del mundo que más me apeteciera, nombró La Habana, Praga, Nueva York, Lisboa... y yo elegí Praga, que en ese momento fue la que mejor me sonó.

salmantino
Hola benjamín, soy más seguidor tuyo que de Sabina, tengo todos tus libros -creo- pero como sé que eres un Dylanita, prefiero preguntarte sobre tu opinión acerca del disco de Villancicos de "San Bob Dylan".

Lo escuché el otro día, por primera vez, mientras daba un paseo por la playa de Rota ¡y me moría de la risa! Yo lo interpreto como una broma.

Manuel
He disfrutado mucho con "Ecuador". ¿Por qué elegiste intercalar los poemas de los cinco libros, en lugar de ordenarlos cronológicamente? Seguro que fue laborioso, pero el resultado ha merecido la pena. Hay poemas brillantes. Un saludo.

Gracias, Manuel. Eso el algo que suelen hacer los poetas ingleses, o sus editores, algo que yo había visto en las obras completas de autores que me gustan tanto como W. H. Auden. Y como no me apetecía empezar por mi primer libro, que es el que menos me gusta, pues reescribí ese libro de arriba abajo y reordené el tomo entero. Yo creo que lo hice por disimular.

Paula
Hola, Benjamín. Me parece grandiosa la canción de Ángel Gónzalez, es un poeta que llena mi vida al igual que Alberti. Tu has convivido como quien dice con los dos. ¿Qué te ha aportado estas experiencias?Ten en cuenta que, aparte de admiración, despiertas mucha envidia en mí.

Ole, Paula, y bendito sea Ángel González, que es el hombre más fácil de definir que he conocido en mi vida: era el mejor. Tienes razón, yo he tenido suerte en mi vida y talento para elegir mis amistades. Estoy agradecido por lo primero y orgulloso de lo segundo.

Nacho
Hola Benjamín. Muchos dicen que con "Vinagre y rosas" vuelve el flaco en estado puro, pero yo creo que desde el marichalazo es mucho más Joaquín que Sabina. No sé, supongo que, como dices tú, si te sientes como Robin Hood te sale una rumba y si te sientes como los agujeros de la diana te sale una lágrima. Por cierto, viva la madre que te parió.
Ja, ja, ja. Gracias, Nacho, le paso tu mensaje a mi madre. Ya verás cuando oigas Vinagre y Rosas cuánto Sabina hay en cada canción. Nosotros dos estamos muy, muy contentos.

Mensaje de despedida
Adios a todos, amigos. Me dicen que ya ha acabado nuestro tiempo. Gracias por vuestras preguntas, y ¡nos vemos en Vinagre y Rosas y en Romper una Canción!

¡Ya lo tengo!

Ahora solo necesito tiempo para sumergirme en él. 224 páginas del 20% de lo que se puede contar del viaje conjunto, entre Joaquín Sabina y Benjamín Prado, hacia el disco Vinagre y Rosas. En el anterior post adelantábamos las primeras páginas, las que nos daban pie a lo que está por venir. Una lectura rápida, previa a una sosegada, con lápiz y papel para anotar y que no se nos pase nada.

Romper una canción, es...

Un libro sin aristas, de esquinas redondeadas, de imágenes de bocetos de canciones de puño y corralito, de fotografías de las fiestas habidas, con manuscritos como fondo de página.

Romper una canción son 3 paradas, Praga, Rota y Madrid, 13 capítulos, 12 canciones, 12 historias, 12 luchas a verso partido. ¡Menudo libro!

Uno de los primeros bocetos de la gran "Cristales de Bohemia", es solo alguno de los tesoros del libro.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Primeras páginas

En unas horas estará a disposición del público el nuevo libro de Benjamín Prado, "Romper una canción", en el que el poeta cuenta cómo él y Joaquín Sabina escribieron las canciones de disco de Sabina que ha salido hoy a la venta, "Vinagre y Rosas" (déjenme degustarlo un poco más... aún me sabe a poco).

Benjamín nos adelantó que se iría de viaje con Sabina a escribir canciones, que publicaría el libro (cuando aún estaba en blanco), que tendría una portada, que luego cambió por los pelos, y ahora acercamos a los lectores de Prado las primeras palabras de ese libro, que se presentará el próximo lunes en el Círculo de Bellas Artes.

Qué momento mágico este, el de leer las primeras páginas de un libro. A ver si abren pronto las librerias, porque 23 páginas saben a poco, aunque cuentan mucho. Disfrutadlas:

1
Los mariachis barajan las canciones de amor

Fuimos a Praga a romper nuestra amistad. Estábamos tan seguros de que aquel viaje era un error que el día antes de salir, los dos tuvimos el teléfono en la mano para llamar al otro y decirle: «Mira, mejor lo dejamos, ¿vale? No es el momento adecuado, no va a funcionar y voy a decepcionarte». Pero en esa ocasión hicimos más caso de mi epitafio que del suyo, y nos subimos a aquel avión que iba a la capital de la República Checa y quién sabe a qué más. Lo de los epitafios viene de lejos, como casi todo entre dos personas que se conocen hace casi treinta años y han hecho juntas cosas tan divertidas que la mitad de ellas no se puede contar. El caso es que una noche, cuando todo el mundo se había ido y nosotros nos habíamos quedado tomando la última copa solos, como tantas otras veces, discutíamos, vayan ustedes a saber por qué, cuál sería, en nuestra opinión, el epitafio de un hombre honrado. El mío no estaba nada mal: «Aquí yace Benjamín Prado: no tener nada que decir nunca le obligó a callarse». Pero el suyo nos pareció a los dos el mejor: «Aquí yace Joaquín Sabina: jamás dio la cara». ¿Por qué a la hora de embarcarnos en la aventura de la que salió Vinagre y rosas confiamos más en el mío, lo cual ya era, en sí mismo, una temeridad, porque si de lo que se trata es de escribir, esas tres palabras, nada que decir, no parecen un atajo a ninguna parte? Eso no lo sabemos, pero sí que las cosas que tienen explicación suelen ser las más aburridas de todas. Y me apuesto algo a que cuando acaben este libro la palabra aburrimiento va a ser la última que se les venga a la cabeza.

En cualquier caso, si lo pensábamos dos veces, ¿de verdad no teníamos nada que decir? ¿No sería, más bien, que no queríamos decirlo? ¿O que no confiábamos, cada uno por sus propias razones, en tener la fuerza que hacía falta para hacer ese trabajo que, conociéndonos como nos conocemos, sabíamos que nos iba a convertir en una mezcla de picapedreros y buscadores de oro? Me doy cuenta de que habrá que explicar lo que acabo de escribir y dar algún que otro dato que preferiría callarme, para que los lectores no tengan la sensación de haber llegado a este libro cuando la historia ya estaba empezada. Qué le vamos a hacer.

En el otoño de 2008 yo no me encontraba muy bien. Acababa de salir de una relación infernal con una chica a la que, desde entonces, Joaquín, yo y todos los que nos rodean, llamamos, simplemente, Virgen de la Amargura; y aunque, en realidad, a esas alturas no estaba deprimido por perderla a ella, sino por la cantidad de cosas que había tenido que perder hasta entonces para conservarla, el resultado de la ruptura era que me sentía tan estúpido como todo aquel que apuesta por el mismo número equivocado... durante tres años. Una de esas cosas que había perdido era la más importante de todas: mi capacidad para escribir. Puede que suene algo melodramático, pero lo cierto es que llevaba dos años dándole vueltas a tres poemas que nunca avanzaban, al principio porque estaba pasándomelo demasiado bien como para ocuparme de otras cosas y al final porque ya no tenía ninguna duda de que no decían la verdad y, por lo tanto, nunca iban a ver la luz: yo no publico mentiras. Aparte, también tenía por ahí una ex mujer que había conseguido que de cada diez palabras que yo pronunciaba dos fuesen abogado y embargo; una novela parada que sentía como un cuchillo clavado en la espalda, y cuya hoja se oxidaba día a día, y un par de chicas que me volvían loco pero que, sinceramente y por razones que no son de este libro, lo único que conseguían era hacer más grande mi sensación de estar perdiendo el tiempo. El caso es que entre una cosa y otra me encontraba regular tirando a muerto, y empecé a darme cuenta de ello al ver la cara con la que me miraban los amigos, que llegaron a hacerme hasta una fiesta sorpresa, ideada por el poeta Luis García Montero, de la que lo único que puedo decir es que si no los maté entonces, ya no los mato nunca. Joaquín me regaló dos primeras ediciones de Pablo Neruda, pero amenazándome con que tendría que devolvérselas en cuanto dejara de estar deprimido. Como suele decirse, un verdadero amigo siempre te apuñala de frente.
Una noche en la que, como tantas veces, habíamos acabado en Los Diablos Azules, el bar que tienen Jimena Coronado y su amiga Lena de Marini en la calle Apodaca, en Madrid, Joaquín se tomó un par de copas para envalentonarse, me llevó a un rincón y me dijo: «Mira, Benja, te voy a proponer algo. Yo vivo en una felicidad doméstica de la que es imposible sacar un verso; pero tú estás hecho polvo, y eso es una mina. Te propongo aprovecharme de tus desgracias y que nos vayamos por ahí a escribir canciones contra tu ex novia. Donde tú quieras: La Habana, Lisboa, Nueva York, Praga... ¿Qué me dices?». Dije que sí, convencido de que era una de esas promesas que se hacen en los bares a partir de las tres de la mañana, pero también recordando que ese plan, a fin de cuentas, era muy antiguo, porque fantaseábamos desde hacía años con perdernos por ahí, a escribir y divertirnos, en plan Dylan y Sam Shephard, una comparación que a los dos nos gustaba, a él porque le hacía verse componiendo «Like a Rolling Stone» y a mí porque me hacía imaginarme siendo el marido de Jessica Lange. ¿Se acuerdan de ella, por ejemplo, en la película Frances?

Es verdad que ya habíamos firmado a dúo otras canciones, a lo largo de los años, «Cuando aprieta el frío», «Esta noche contigo» y «Números rojos», pero no había sido igual, porque se trataba de letras hechas por los dos pero no juntos. Sin embargo, lo que sí creo que fue el principio de Vinagre y rosas, aunque por entonces ninguno de los dos lo sospecháramos, fue la canción «Parte meteorológico», que escribimos una madrugada en casa de Joaquín, sin esperárnoslo en absoluto y de una manera que a los dos nos dejó perplejos. Estábamos allí, solos, tomándonos supuestamente la copa del adiós, cuando se nos ocurrió que estaría muy bien una canción en la que se contara una pelea entre dos amantes igual que se dan las noticias del tiempo; y lo que había empezado en broma, como uno más de tantos cadáveres exquisitos que hemos escrito entre nosotros y con otros amigos como Ángel González, el propio Luis García Montero o Felipe Benítez Reyes, es decir, los socios fundadores de lo que Joaquín llama el club de los poetas líricos, de los que suele afirmar que somos aún mucho más golfos que los músicos, se transformó de repente en un trabajo serio. Escribimos toda la noche, cada vez más metidos en lo que hacíamos y tan coordinados que cuando acabamos, ya bien metidos en el día siguiente, no sólo es que la canción estuviese hecha, sino que ninguno de los dos sabía qué se le había ocurrido a él y qué al otro. Se había producido una especie de combustión, que es la palabra con la que yo suelo explicar ese tipo de fenómenos. Y, sobre todo, lo habíamos pasado muy bien forcejeando con la canción para conseguir organizar una estrofa o solucionar una rima, deambulando por la habitación, como dos leones enjaulados, cuando no dábamos con la palabra que rastreábamos, y pegando saltos de goleador cada vez que dábamos en el clavo. ¿Dos tipos pueden ser tan felices por llegar al verso hacia el que corrían o porque se les ocurra una metáfora brillante? Créanme, si esos dos tipos somos Joaquín y yo, la respuesta es: sí. De hecho, ésa es la segunda cosa que más nos gusta del mundo.

Pero claro, tener un arrebato y dejar vista para sentencia una canción que te ha atacado por la espalda y contra la que has sacado el bolígrafo en defensa propia no es lo mismo que marcharte diez días con alguien a un hotel para escribir... ¿Qué? ¿Cómo? Y, sobre todo, ¿cuánto? Porque ¿de qué hablábamos? ¿De un par de canciones? ¿De tres...? ¿Cuáles eran las expectativas? Yo no me describiría, por lo general, como un escritor lento, ni a él tampoco, porque somos demasiado obsesivos como para tomarnos las cosas con calma; pero ¿podía salir algo de ese proyecto, teniendo en cuenta que en aquellos precisos instantes él, según decía, estaba desganado y con la inspiración a medio gas y yo de lo único que realmente tenía ganas era de tirarme a una piscina llena de vodka y bebérmela? Demasiadas preguntas y ninguna certeza: mala cosa. Y, por añadidura, a mí me preocupaba que Joaquín hubiera pensado en eso sólo por mí, para intentar sacarme de la mezcla de nube negra y números rojos en la que estaba. Van a ver que es capaz de eso, y de mucho más. Pero ¿y qué? Hacer un disco con alguien que ha escrito, en mi opinión, muchas de las mejores canciones de nuestro idioma era un desafío extraordinario; y a mí me gustan tanto los retos que mis cuatro palabras favoritas siempre han sido: a ver qué pasa.

Descubre lo que pasa en:


martes, 17 de noviembre de 2009

Desde que te conozco, una canción, dos versiones

Dejó de ser noticia que Benjamín Prado se subiera a un escenario. Aunque no ha dejado de ser atractivo y un auténtico espectáculo verle cantar sus propios poemas. Vanessa, de Acróbatas, nos ha chivado el enlace de una canción que aunque no es vieja, tampoco es nueva. "Desde que te conozco", Benjamín Prado escribió esa canción para Sabina, aunque creo recordar que no llegó a cantarla. Pues él sí, y acompañado a la guitarra por Luis Ramiro en el festival de Acróbatas, el pasado domingo en L'Hospitalet. Pero no era la primera vez, ¿recordáis, los más fieles lectores, que ya la cantó en La escalera de Jacob en compañía de Ángel Rubio a la guitarra.

Aquí os dejo dos versiones para una misma obra de arte.







domingo, 15 de noviembre de 2009

Benjamín habla sobre el libro, el disco y sus canciones

El periodista G.Cappa entrevistó la semana pasada a Benjamín Prado, en Granada Hoy. Dijo cosas como que seguramente (yo lo doy por hecho) le veremos cantando en el Palacio de los Deportes de Madrid, el día 15 de diciembre, junto a Sabina, que el libro saldrá en Argentina, Colombia, México (responde así a algunas preguntas surgidas en este blog...), y muchas, muchas cosas interesantes.
Aquí reproduzco, la entrevista, sin más...

"Una buena canción se escribe cuando no te crees Joaquín Sabina"
El escritor madrileño es el cincuenta por ciento de las letras del nuevo disco del cantautor de Úbeda, 'Vinagre y rosas', y desentraña el proceso creativo conjunto en el libro 'Romper una canción'.

De flaco crepuscular a flaco endémico. De un madrileño nacido en Jaén a un madrileño que ha echado raíces en Rota. De un cantante con alma de poeta a un poeta de chupa de cuero. Son Benjamín Prado y Joaquín Sabina, que han unido humo, copas y versos en el disco Vinagre y rosas del cantante jienense. Acostumbrado a echar vinagre en las heridas, Benjamín Prado acaba de publicar Romper una canción, donde intenta desentrañar un secreto aún más inextricable que la piedra filosofal: cómo se hace una buena canción. Autor del poemario Siete maneras de decir manzana, ahora explica las siete maneras de comérsela junto al autor de Y sin embargo.

-Dice Joaquín Sabina que ahora tiene una vida aburrida y que aprovechó que a usted le había dejado la novia y así 'vampirizar' sus emociones para el disco...
-Joaquín me está echando una fama... Yo siempre he pensado que un clavo se saca con otro clavo, incluso mejor con cinco clavos. Joaquín y yo somos muy amigos desde hace más de 30 años y yo mato por él, y creo que al revés también. Pasé por esa 'nube negra' de la que tanto habla y pensó en hacer algo divertido conmigo para que pensara en otras cosas. Nos hemos divertido y ha sido excitante. Después de conocernos tantos años hemos salido bien de estos siete meses de pelearnos cada segundo por las letras, sin llegar a discutir. Hemos salido más amigos que nunca.

-¿Se siguen hablando?
-Sí, somos aún más íntimos amigos. Creo que hemos sacado la conclusión de que esto sólo podíamos hacerlo nosotros, no me veo componiendo un disco de esta manera con otra persona. Tenemos una especie de combustión que seguramente es irrepetible. Lo importante es que hemos hecho exactamente el disco que queríamos hacer.

-'Vinagre y rosas' es un disco muy importante en la carrera de Sabina. En las últimas giras no ha defendido casi sus nuevos temas. Quizás está en el momento de sacar nuevos himnos...
-Yo no puedo opinar, no sé qué piensa de sus otros discos. Lo que puedo decir es que en este le he visto más contento. Lo más importante es verle tan feliz, muy implicado en el disco. Ahora mismo está con los ensayos de la gira y dice que no se sentía así desde 19 días y 500 noches. Le veo contento con las canciones, pegando saltos de alegría, y creo que Sabina canta como los ángeles. Desde mi punto de vista es un gran cantante, sólo hay que escuchar el corte de Cristales de bohemia. Esto dicho por alguien que cree que no se canta con los pulmones sino con otra cosa. Lo mejor es verlo tan feliz con su disco.

-¿Con qué estribillo se queda, de cuál se siente más orgulloso ahora?
-De lo que estoy más orgulloso es que no podría elegir ninguno. Las canciones las hemos trabajado de manera obsesiva durante siete meses en un estado de abstracción absoluto, encerrados en el círculo del disco, pensando día y noche en las canciones, la mayor parte del tiempo juntos y cuando no a través de e-mail y teléfono. Cuando algo nos encantaba, lo que decíamos los dos era: "Lo podemos mejorar". Lo mejor es que, a estas alturas, no se puede decir que un verso lo ha escrito uno u otro, sino que cada verso está negociado, hablado, tiene una palabra mía y una suya... Ha sido un trabajo integralmente realizado a cuatro manos.

-¿Ha tenido cabida el ripio 'vacilón' que tanto usó Sabina en sus discos de éxito?
-Poco, sinceramente muy poco. Alguno habrá, pero no intencionado. Tuvimos en algún momento la tentación de hacer un rap pero no cabía, las letras son muy conceptuales.

-¿Le ha pesado el 'bestial' poemario de canciones de Sabina?
-No. Es una tierra quemada, un territorio conquistado. Joaquín, en mi opinión, ha escrito algunas de las mejores canciones de nuestro idioma, y lo que está claro es que hay cosas que no se pueden volver a hacer porque ya están dichas y porque no se pueden decir mejor.

-Hablar de prostitutas después de 'Una canción para la Magdalena' es casi imposible...
-Claro, pero se habla de otras cosas. Si para algo ha servido formar esta especie de monstruo de dos cabezas que hemos sido durante siete meses ha sido un poco para no ser ninguno más del cincuenta por ciento. Somos personas con muchas cosas en común, lecturas, música, gustos, incluso un carácter bastante compatible y mucha tendencia a la juerga y a la copa de más, al trasnoche. Pero bueno, es su disco. Yo siempre digo que es su disco, mi libro y nuestras canciones.

-¿Qué le sugiere la palabra SGAE ahora que sale como co-autor de unas canciones que van a ser éxito de ventas y se van a cantar en cientos de conciertos?
-Llevo mucho tiempo y Sabina y yo ya habíamos hecho alguna canción. Creo que va ser un bombazo y sólo la primera edición de mi libro van a ser 50.000 ejemplares y se va a editar aquí, en Argentina, en Colombia, en México... No es un libro sólo de cómo se ha escrito Vinagre y rosas. Creo que es además una especie de tratado de la amistad y una especie de taller de cómo se escribe una canción.

-Sabina dice que una buena canción es una buena letra, una melodía y algo más que nadie sabe lo que es pero es lo que te llega. ¿Han localizado ese algo más?
-En primer lugar, una buena canción se escribe cuando no te crees Joaquín Sabina. Se escribe peleando cada verso, cada coma, cada rima, siendo capaz de estar hasta las seis de la mañana buscando una palabra. Esto es bonito, ver como una persona como Joaquín no ha querido dar un paso hacia un sitio en el que ya hubiera estado. No creo que mucha gente pueda poner tanta fe en la poesía como él.

-¿Le van a dar ganas de subirse al escenario cuando acuda a los conciertos de la gira?
-Eso pretende Sabina. De vez en cuando hago esas cosas. Precisamente el martes estuve en un concierto en Barcelona y me obligaron a salir al escenario. Quizás lo haga. Sabina me quiere sacar en Madrid, en la Bombonera... Yo soy un animal que dependede la inspiración, es decir, de las copas que me haya tomado.

-¿Qué han ganado o qué han perdido los versos al ser musicados?
-He estado muy implicado, iba todas las tardes al estudio de grabación. Una cosa que nos pone muy cachondos a los dos es rematar las canciones en el estudio, cambiar versos ante la mirada asesina de los músicos. Pero Joaquín y yo nos metíamos en la pecera con nuestra copa, nuestro cigarrito y nuestros papelotes y cambiábamos cosas. Muchos de esos versos escritos al límite son de los que más nos gustan.

-¿Había una conciencia previa de buscar lugares comunes con el público para que cada canción parezca hecha a medida de cada fan?
-Eso Joaquín lo hace mejor que nadie.

-Escribir al desamor...
-Para las de amor no me necesitaba porque vivía en un momento más feliz que yo, aunque creo que le he empatado. No hay una gran poesía sobre la felicidad. En España, el único que lo intentó fue Jorge Guillén y con resultados dispares. De la felicidad suelen salir pocos versos memorables. Mejor la tristeza, el abandono, la soledad...

-¿Alguna anécdota confesable de estos días de grabación?
-Todas las confesables están en el libro. Una amistad como la mía y de Joaquín está hecha de cosas tan divertidas que más del ochenta por ciento no se puede contar.