jueves, 30 de septiembre de 2010

El poder de la imagen en palabras

Benjamín, como los grandes escritores, tiene el don de que sus palabras valgan mucho más que cualquier imagen. Por eso cuando escribe sobr imágenes el efecto de aquellas y las de estas se mutiplican y sale un texto del calibre del que nos ocupa, publicado en El País el pasado día 26, sobre Robert Capa.

Porque el texto es muy bueno y porque estoy empanzanado de huelga.

Medio Hombre, media mujer y todo el horror. Por Benjamín Prado.

Robert Capa era medio hombre y media mujer, a veces un solo artista y a veces dos distintos. El 50% del fotógrafo al que conocemos por ese nombre falso se llamaba en realidad Ernö Friedmann, no era norteamericano como hizo creer a muchos, sino húngaro, y esa identidad se la inventaron él y su novia, la alemana Gerda Taro, nada más conocerse en Francia, donde los dos habían ido huyendo del nazismo, para lograr vender sus obras con menos problemas: todo es más fácil cuando te avala Estados Unidos. El seudónimo fue un atajo para ellos, pero es un laberinto para nosotros, porque hace prácticamente imposible descubrir quién de los dos tomó algunas de sus imágenes más famosas, por ejemplo la del miliciano abatido en Córdoba durante la guerra civil española, que mientras cae no puede responder a tantas preguntas: ¿Esta escena es real o fue un montaje? ¿Eres el anarquista que dicen que fuiste o eres otra persona? ¿Quién disparó su cámara, Gerda o Ernö? Todo eso es interesante, pero no importante: en la literatura y en cualquier otro tipo de arte que merezca la pena, lo que importa no es lo que las cosas son, sino lo que simbolizan, y esa ley sirve para las fotos de los Capa y para el Guernica, del que a nadie se le ocurriría preguntar a qué especie pertenecía el toro que pintó Picasso o si lo que hay en el centro del óleo es una yegua o un caballo.

Lo trascendente del trabajo que Gerda y Ernö llevaron a cabo en España no son los personajes, sino el drama, y el hecho de que aquellos sean por lo general seres anónimos le da una dimensión mayor a la obra que tuvieron que interpretar a la fuerza: al mirarlos, no vemos a un héroe, sino el valor; no vemos un cadáver, sino la muerte; no vemos a unos vencidos, sino la derrota. Las secuencias de esa derrota que se conocían y las que han aparecido en la célebre maleta de Robert Capa que se encontró hace un par de años y que contenía numerosos negativos de instantáneas tomadas mientras se producía la retirada del ejército republicano muestran una desolación que, como la célebre navaja de Luis Buñuel, corta por la mitad los ojos de quien las observa. Es difícil retratar con tanta profundidad el abatimiento y la desesperanza, y si Ernö lo consiguió, indudablemente a solas porque para entonces él ya era todo Robert Capa, tal vez fuera porque aquel dolor de otros era su autobiografía: Gerda había muerto en el frente de batalla, en julio de 1937, al caer de un coche desde el que fotografiaba a las tropas y ser arrollada por un tanque.

El Guernica no es un cuadro sobre un solo bombardeo y una sola ciudad, ni las fotografías de Robert Capa hablan de un solo ejército vencido y de una sola huída. Lo que las hace únicas es que son nada más que un ejemplo, porque su poder es el de representar el horror de todas las guerras. La madre con la maleta al hombro y el niño agarrado de la falda; la que mira al cielo temiendo que lluevan las balas; la que llora vestida de negro al marido muerto en medio de la calle; los chicos que juegan a fusilar a otros chicos y en este caso los miles de prófugos en busca de una frontera que los salvase de los asesinos… No necesitamos saber sus nombres y sus apellidos, ni si los fotografió un hombre, una mujer o las dos cosas. Son los perdedores, pero sobre todo son la pérdida. En sus rostros se puede leer todo lo que les ha pasado y todo lo que les espera.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Invertir en años

Dirige una revista, está escribiendo un libro de poemas, y una novela. Tiene tiempo hasta para, semanalmente, opinar de los temas que suceden en Madrid. El País es su tribuna, Juan Urbano su alter ego, este su texto del pasado jueves.

O eres un corredor o eres un obstáculo.
Por Benjamín Prado. El País.

"Uno vale lo que puede pagar", dice Juan Urbano, "y cuando deja de producir, ya no vale nada". Y lo cierto es que no puedes dejar de estar de acuerdo con él cuando lees la noticia de lo que acaba de ocurrir en un geriátrico de Ciempozuelos, donde un hombre se olvidó a dos ancianos dentro de una furgoneta, a la puerta del centro, y cuando volvió a reparar en ellos ya habían pasado diez horas y estaban muertos. La explicación del acusado de homicidio imprudente es que se le fueron de la cabeza. Así de sencillo: alguien lo entretuvo y lo distrajo en el instante en que tendría que haberlos ido a buscar; y después recuerda que lo llamaron por teléfono; que fue a organizar una fiesta a una finca de sus padres; que de vuelta a la residencia, tuvo que atender a los hijos de otro paciente que iban a recoger sus medicinas; que cuando necesitó ir a la farmacia como cada día, usó su coche particular, en lugar del de la empresa, donde seguían atadas y al sol las víctimas; que luego se fue a ayudar en otra de esas fiestas que son el negocio familiar; y otra vez al geriátrico, y una más a la finca, donde se celebraba una capea... Sumas todo ese movimiento y la inmovilidad de las dos personas atadas en la furgoneta, y el resultado son dos cadáveres.

Las residencias son la expresión más dura del apartamiento que sufren los ancianos
La verdad es que es un ejemplo tremendo del nivel de egoísmo al que han llegado estas sociedades que por arriba llegan a la Luna y a Marte y por abajo cada vez tienen más sucias sus cloacas. Lo que simbolizan esos dos ancianos de quienes nadie se acordó durante diez horas es el papel de seres inútiles, y en consecuencia molestos, que le reservamos a los viejos en un mundo feroz, sin tiempo y sin matices, donde vivir es competir y en el cual, por lo visto, solo se puede ser o uno de los corredores o uno de los obstáculos. No hay más que entrar con una escoba en la mano en los discursos del 90% de los políticos que hablen de la Seguridad Social o de las pensiones y barrerles la retórica para ver que lo que queda es esto: "Claro, es que la gente se jubila y se empeña en no morirse, sin reparar en lo que eso nos cuesta a los demás, y así no hay manera". Qué razón tiene Juan Urbano: aquí, en cuanto dejan de sonarte las monedas en los bolsillos, empiezan a oírse las campanas de tu funeral.

Las residencias son la expresión más dura del apartamiento que sufren los ancianos, y aunque naturalmente haya muchos caminos hacia ellas y muchas razones para que existan esos negocios, nadie negará que incluso la más lujosa de todas se parece más a un lugar donde ir a morir que a un lugar donde seguir viviendo. Pero, en general, en nuestras sociedades, que se basan en el optimismo del porvenir y en la pelea por el futuro como si allí no nos estuviese esperando una tumba, no hay sitio para descansar ni espacio para los seres usados, y por eso lo que se les dice, aunque sea con otras palabras, es que sean responsables y se quiten de en medio, que no interrumpan, que le dejen su plaza al siguiente de la lista. Los músicos siempre cuentan ese chiste que pregunta cuál es la diferencia entre un ataúd y un bajo y responde que en el segundo el muerto está fuera, y en el fondo el caso del que hablamos es parecido: la única diferencia entre los dos fallecidos de Ciempozuelos y muchos otros es que ellos estaban fuera del geriátrico.

Mientras ustedes leen las últimas líneas de este artículo, Juan Urbano y yo salimos de la cafetería en la que acabamos de desayunar y nos vamos calle arriba, hacia nuestros trabajos, preguntándonos por esas dos personas de la furgoneta. ¿Cuál sería su historia? ¿A qué se dedicaron de jóvenes? ¿Por qué estaban allí? ¿Quiénes fueron cuando aún podían valerse por sí mismos? ¿A cuántas personas cuidaron? ¿Cuánto dinero les descontaban cada mes de sus nóminas? Son muchas preguntas, y ninguno de nosotros tiene la más mínima duda de que nadie se va a molestar en intentar contestarlas. Hay muertos mucho más importantes en los que invertir.

jueves, 23 de septiembre de 2010

La veta poética de Chile

Apuntes Hispanoamericanos, como recordaréis, son esos textos que iré rescatando de Cuadernos Hispanoamericanos, y que iremos disfrutando, en parte gracias a su director, Benjamín Prado, y en parte al Instituto Cervantes, que los escanea, guarda y pone a disposición de todos. Es una revista llena de textos de grandes autores, os animo a descubrirla.

Mientras tanto, continúo el texto que dejé el otro día a medias...

Cuadernos Hispanoamericanos.Editorial. nº697-698. Julio-Agosto. 2008

Con el tiempo, cada lugar, cada persona y cada cosa tienen que elegir, o ser elegida, para no ser nada, ser historia o literatura. Que Chile, un país cuyas fronteras imaginarias extendieron por todo el mundo escritores como Pablo Neruda, Vicente Huidobro o Gabriela Mistral vaya a aprovechar que Valparaíso será, en el mes de marzo de 2010, la sede del V Congreso Internacional de Lengua Española, para homenajear al primero y a la última, es un acto de pura justicia. Neruda es uno de los mejores poetas de todos los tiempos, Mistral fue una buena poeta y ambos recibieron el Premio Nobel de Literatura. Además, uno y otra mantuvieron la buena educación y nunca llegaron a enfrentarse, como era tradicional en el caso de Neruda, Huidobro y Pablo de Rokha: no hace falta más que leer el divertido ensayo de Faride Zerán La guerrilla litertaria, donde se repasan las inacabables peleas a muerte de esos tres grandes poetas chilenos, para darse cuenta de cómo pelearon por ser el número uno y del valor que tiene la discreción de Gabriela Mistral y su talento para no dejarse salpicar por el barro de la batalla. La enemistad era tan grande que Huidobro jamás llamó a Neruda de otra manera que "el bacalao"; el autor de Residencia en la tierra retuvo su rencor hacia el de Altazor hasta el día en que recibió el Nobel, en cuyo discurso afirmó que "el poeta no es ningún pequeño Dios" para contradecir lo que había dicho su rival; y Pablo de Rockha solía repetir un ritual cada vez que los Huidobro, por razones inevitables, iban a cenar a su casa y Vicente le hacía llegar una caja del mejor vino francés: "Que lo bajen a la bodega y lo echen a las cubas del vinagre", le ordenaba a sus empleados.

Escribió Nietzsche que todo hábito hace nuestra mano más ingeniosa y nuestro genio más torpe, y esa idea ha acompañado a lo largo del tiempo la crítica hacia Neruda, un autor de producción torrencial que, efectivamente, amontonó una obra de dimensiones casi increíbles, miles de páginas en las que, digan lo que digan sus detractores, está la mejor poesía escrita en nuestro idioma durante el siglo XX. Juzgar a un creador como Neruda por sus errores siendo sus aciertos tantos, tan decisivos y tan sobresalientes, sólo puede hacerse por mezquindad o por estupidez. El caso de Mistral es casi el opouesto, porque se trata de una escritora contenida, sin grandes alardes ni en su expresión ni en su extensión, y que además no tuvo la relevancia pública de Neruda, que como se sabe fue también un militante irredimible del Partido Comunista y nunca abandonó sus actividades políticas, lo que aún es un precio que deben pagar sus poemas a quienes no los entienden, no los quieren entender o intentan hacer trampas con ellos: pretender reducir a Neruda a un poeta panfletario es no haberlo leído. Sin embargo, esta dimensión ideológica de Neruda le añade un valor simbólico al hecho de que el V Congreso Internacional de la Lengua Española se le dedique, puesto que es una forma de volver a poner su nombre por encima del de los golpistas que le arrebataron la libertad a Chile en 1973 y amordazaron, entre tantas otras cosas, los libros de su poeta más emblemático.

Seguro que ese V Congreso será un éxito bajo el amparo de Pablo Neruda y Gabriela Mistral, cuyas obras se reeditarán en ediciones populares masivas que prepararán la RAE y la Asociación de Lenguas de la Academia Española. Además, los participantes, entre los que se encontrará en lo alto de la pirámide Mario Vargas Llosa, también hará un tributo especial a Andrés Bello, coincidiendo con una nueva edición de Ortografía académica preparada por las veintidós Academias de la Lengua, y a otros dos poetas chilenos de importancia: Gonzalo Rojas y Nicanor Parra.

Qué buenos días le esperan a la ciudad de Valparaíso, que entre otras cosas nos recordará a todos y se recordará a sí misma que Chile es una de las minas de la poesía contemporánea y de ella han salido y siguen saliendo figuras como las de Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Pablo de Rockha, Raúl Zurita...

martes, 21 de septiembre de 2010

Apuntes hispanoamericanos

Cuadernos Hispanoamericanos es una revista que edita el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, y la Agencia Española de Cooperación Internacional Para el Desarrollo. Su redactor jefe es Juan Malpartida, y su director, Benjamín Prado.

Cuadernos Hispanoamericanos es una revista centrada en la literatura en lengua española, en castellano, o lo que es lo mismo, de este y del otro lado del charco. Una revista que une, a dos continentes, a los mejores escritores contemporáneos analizando la propia literatura, y hablando de lo que más y mejor saben, y haciendo lo que nos apasiona, escribir, y debería unir a todos los amantes de las letras alrededor de sus páginas.

Pero también es una revista nada sencilla de conseguir (intenté en varias ocasiones suscribirme, sin demasiada suerte). Tuve que pedirle a Benjamín que me enviara alguna, y así lo hizo, y así la descubrí, pasando página a página.

Y así la iré descubriendo a todos los lectores del blog y de Benjamín.

Quien quiera bucear más, puede hacerlo, en el mar del Instituto Cervantes, en su inmensa biblioteca digital.

Yo iré leyendo y destacando lo que más me guste de Benjamín que como director escribe en ellas, y no podré evitar que algún artículo de los reputados autores que firmen en ella, se cuelen en el blog. "Arrancaré" algunas páginas prestadas para colgarlas en el blog. Lo de aquí no serán cuadernos, sino Apuntes hispanoamericanos...

Y para comenzar, publicaré, casi al azar, un texto que Benjamín escribió sobre Neruda y Mistral... La primera frase para abrir boca, el resto del texto a lo largo de esta semana.

Cuadernos Hispanoamericanos.Editorial. nº697-698. Julio-Agosto. 2008

Con el tiempo, cada lugar, cada persona y cada cosa tienen que elegir, o ser elegida, para no ser nada, ser historia o literatura...

viernes, 17 de septiembre de 2010

No disparen al sindicalista

Sirva el título del artículo de la semana pasada para introducir el tema al que esta semana se ha referido Benjamín en su artículo de el jueves en El País. El trabajo, y todas sus variantes prepositivas (con trabajo, sin trabajo, contra trabajo, sobre trabajo, tras trabajo...), están de moda y los liberados (qué mal nombre, qué mayor liberación que no tener que trabajar, qué mala descripción...) están en las portadas, y en las opiniones.

Aquí, la de Benjamín...
Todos contra los sindicatos. Por Benjamín Prado. El País

Anacrónico es una palabra con los cristales rotos, a la que por dentro se le ven los andamios y por encima una capa de polvo del grosor del maquillaje de una folclórica; tiene sonido de reloj oxidado y forma de araña de 10 patas, de modo que cuando alguien le pone a algo ese adjetivo, lo que está diciendo es que se trata de una cosa o persona que no es de este mundo, que hay que llevar a un museo o a un desguace, hay que pisarlo, ponerle veneno, arrojarlo a la basura o echarlo al inodoro y tirar de la cadena. La presidenta de la Comunidad de Madrid dice que los liberados sindicales son anacrónicos y actúa en consecuencia. Nos cuentan a Juan Urbano y a mí que hace poco fue al psicólogo y cuando este le pidió que dijese en tres segundos lo primero que le sugirieran las siglas CC OO y UGT, respondió: ¡Cercenado urgente!

Igual no es verdad, pero tampoco es increíble, y en cualquier caso me parece una buena idea: hay que intentar saber lo que tiene esa gente en la cabeza, no en la boca, porque "hablar es ocultar", como dice desde el más allá y en su libro Poesía y sofismas, recién editado por Visor, el escritor Vicente Núñez, y si eso vale para cualquiera, imagínense para los políticos. Por ejemplo, ¿se han fijado en que, de un tiempo a esta parte, cuando el presidente del Gobierno habla de los trabajadores y del mercado laboral se da vueltas con los dedos al anillo de casado? Igual es una simple coincidencia, o que a uno la crisis que hay y la que viene lo llenan de espinas, pero el caso es que Sigmund Freud habla en una de sus obras de una paciente que mientras alardeaba de su felicidad doméstica se ponía y se quitaba inconscientemente su alianza matrimonial y que, tras dar muchos rodeos, terminó por confesarle que su vida era una calamidad y su marido un tirano insufrible.

Esperanza Aguirre se va a cargar a los liberados sindicales porque ella es así y porque rema con el viento a favor, ahora que su partido y el de enfrente se han puesto de acuerdo en que la clase obrera es el enemigo y, por tanto, hay que disparar a las bombillas y fundirle la luz a sus representantes para así poderse mover a oscuras y hacia atrás, hasta un tiempo en el que las empresas estén en el siglo XXI y sus empleados en el XIX. Hay que salvar a los ricos de los pobres.

La Sanidad y la Educación, como siempre, son el laboratorio donde la presidenta de Madrid ensaya la manera de quitarle el cascabel al gato y busca fórmulas que le permitan sacar las manos limpias del lodo y ampliar o reducir el tamaño de las cosas a su antojo. En estos momentos, ella y sus rivales rivalizan por encontrar un colirio que al echársenos en los ojos nos haga ver las cosas de otra forma, que nos ayude a poner los principios al final como hacen ellos y así nos demos cuenta de que el paro es mentira y los sindicatos son sus causantes. A Juan Urbano y a mí también nos han contado que después de fusionar las cajas de ahorro se van a fusionar ellos también, y que su bandera única va a ser la pirata, pero seguro que eso también es un bulo. Ya saben, cuando el miedo crece, los rumores se multiplican.

"Es posible que una parte del paro sea mentira", dice Juan Urbano, mientras salimos del bar en el que estábamos desayunando, "pero como también lo es gran parte del empleo, una cosa contrarresta a la otra". Seguro que tiene razón, en eso y en que con tanto trabajo sumergido y temporal, la catástrofe no podía estar lejos: no hay nada más fácil que pasar de sumergido a hundido. Y como otra cosa muy sencilla es sacar el hacha cuando sale el sol y meterse en el bosque a hacer leña del árbol caído, Esperanza Aguirre se ha puesto las botas de cazar, ha bajado a la ciudad y como ha visto que hay barra libre con los sindicatos, se va a pagar una ronda de anestésico. La cosa está que no arde.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Un autógrafo, por favor

Esta no es propiamente de Benjamín, pero es coprotagonista de la misma. Es una pena no haber estado allí para pedirle un autógrafo a los 2, Luis y Benjamín. Con mucha gracia, y toda la humildad que la caracteriza, desde Rota, y desde el mismo blog en el que nos informó de una boda...

Luis Garcia Montero. Día de Gloria. Blog de Público.

na vez fui un artista famoso durante una hora. Sucedió, por un malentendido, en el chiringuito de la playa de Punta Candor. Mira, ahí están Joaquín Sabina y Manolo García, oí que comentaba un socorrista. Ni Joaquín, ni Benjamín Prado, ni su hijo Benjaminito, se dieron cuenta de la confusión. Nada más sentarnos, antes de que el camarero trajese la primera cerveza, se acercaron dos muchachas a pedir un autógrafo. Cuando firmó Joaquín, me pasaron el bolígrafo. Yo escribí todo el cariño de Manolo García.

Tardó poco en formarse una cola. Los veraneantes de Rota suelen ser muy discretos. Por sus venas corre la sangre azul del mar, una nobleza que no depende de las cuentas corrientes o las estirpes familiares, sino de la elegancia del carácter. Pero no se ven todos los días dos monstruos de la música sentados en un chiringuito. La cola fue inevitable, y yo firmaba con el mejor abrazo de Manolo García.

Entre autógrafo y autógrafo, miraba de reojo a Benjamín. Resulta normal que los ángeles y las abominaciones persigan a Joaquín allí donde esté. Pero es raro que un humilde poeta levante admiración popular, y más aún que la multitud se dirigiese a mí, sin perseguir el prestigio literario de Benjamín. Mientras Manolo García firmaba, yo espiaba con la risa por dentro. Aunque tensé la cuerda con algún comentario punzante, Benjamín se mantuvo como un caballero. Sólo precipitó su consumo de cerveza, pero es que hacía calor. Fue su hijo Benjaminito quien forzó mi confesión al preguntar con voz quebradiza: ¿Papá, por qué a ti no te piden autógrafos? Recuerdo con orgullo mi día de gloria. Un temporal se llevó el chiringuito de Punta Candor ese mismo invierno. Pero considerando que la propiedad privada es causa de muchos males, tengo derecho a sentir aquella fama con legítima alegría.

martes, 14 de septiembre de 2010

Candidato por Granada

Recogemos íntegra la noticia de Teleprensa.es, El Diario Digital de Granada, que informa de las "Treinta y seis candidaturas presentadas hasta la fecha al Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca Ciudad de Granada en su séptima edición, un galardón dotado con 50.000 euros que reconoce el conjunto de la obra de un autor vivo que, por su valor literario, constituye una aportación relevante al patrimonio de las letras hispanas.

Según el anuncio publicado en el Boletín Oficial del Estado del pasado 19 de abril, el plazo para presentar candidaturas permanecerá abierto hasta el próximo 30 de septiembre, y el fallo del jurado se producirá antes del 15 de septiembre.

En la presente edición se han recibido hasta un total de 8 propuestas de academias e instituciones españolas que han presentado a poetas de la talla de Antonio Carvajal, Benjamín Prado Félix Grande, Luis Alberto de Cuenca o Pablo García Baena.
Ha habido además 6 propuestas de instituciones procedentes de Argentina, 4 de Méjico y 3 de Chileno, entre otras.

Como en ediciones anteriores, entre los candidatos propuestos figuran grandes maestros de las letras hispanas como Claribel Alegría, Juan Gelman, Nicanor Parra o el poeta panameño Demetrio Fábregas.

El premio, que se concede todos los años sin posibilidad de declararse desierto, consiste en una aportación de 50.000 euros, así como la estatuilla `Luna´, una pieza en bronce del escultor granadino Rafael Moreno, así como la edición de una antología poética del premiado, y unas jornadas académicas de estudio de su obra, con la presencia del propio homenajeado.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Las mentiras no ocupan lugar

El jueves Benjamín se unió a la rabiosa actualidad y esta vez decidió seguir la corriente que marcaban los noticiarios. Para decir verdades, como suele, y hacerlo fácil, como siempre.

No disparen al paracaidista.
Por Benjamín Prado. El País.

En la novela más reciente de John Irving, que se llama La última noche de Twisted River y sería mucho mejor si no lo hubiese escrito él, porque él ha escrito El hotel de New Hampshire, Un hijo del circo, El mundo según Garp o Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra, hay un adolescente que se enamora de una paracaidista que cae desnuda del cielo, sobre una reunión de amigos con ganas de juerga que la han contratado para que les amenice un fin de semana en el campo, pero que por un error de cálculo aterriza en una pocilga, se pone hecha un Cristo y está a punto de ser devorada por los cerdos. No sé si ustedes la habrán leído, pero Juan Urbano y yo sí que lo hemos hecho y, por alguna razón, nada más leer en el periódico las noticias sobre el cese del profesor Jesús Neira como presidente del consejo asesor del Observatorio contra la Violencia de Género, nos hemos puesto a hablar de ella.

La palabra paracaidista es hermosa, pero su significado no, o al menos no siempre, porque habla de alguien que llega a invadirte, mandado quién sabe por qué oscuros ejércitos; o que pertenece a otro mundo y pretende inmiscuirse en el nuestro; o que está donde está por pura casualidad, porque su avión pasaba por allí... Al profesor Neira es tan fácil atacarlo ahora como lo fue defenderlo cuando salió en defensa de una mujer a la que, supuestamente, estaba agrediendo su novio en plena calle y sufrió por ello un calvario de heridas y hospitales. Nada más encontrarse en condiciones de volver a la vida, la presidenta de la Comunidad de Madrid se apresuró a ficharlo a bombo y platillo, sin duda con la idea de que la lista siempre queda mejor si la adornas con un héroe. Su gestión ha sido tan desastrosa que no ha sido ninguna, como podía adivinarse sin necesidad de ir a consultarle a una pitonisa, y la pregunta de hoy solo puede ser la de siempre: ¿quién le puso el paracaídas al gato?

¿Y por qué tendría que haber sido al contrario? ¿Qué preparación o qué experiencia tenía el profesor Neira para dirigir el consejo asesor del Observatorio contra la Violencia de Género? Salvar un perro atrapado en un contenedor no te convierte en zoólogo, ni echarle un cubo de agua a una hoguera mal apagada te convierte en bombero. Pero la presidenta de la Comunidad de Madrid ha vuelto a demostrar en este caso que, en su opinión, para ocupar un cargo público sirve el primero que pase y esté dispuesto a decir sí señora. Que creas que estás capacitado para cumplir una misión como la que le encomendaron a Neira, lo delata como un inocente, un optimista o un aventurero, pero da igual una cosa o la otra si tienes una idea publicitaria de la política y, por tanto, te sirve cualquiera para la foto, da lo mismo si se trata de un secuestrado por la ETA o de una deportista con cinco medallas al cuello o de un personaje como Neira, cuyo breve paso por la celebridad ha sido una sucesión de disparates de talla XXL. La culpa no la tiene él.

Como remate del esperpento, el rimbombante Observatorio contra la Violencia de Género también era de cartón piedra, nunca existió de verdad, no tenía sede, ni teléfono, ni página web propia, ni presupuesto... Y si sumas todo lo que no tenía, sabrás lo que le interesa realmente la violencia de género a esa gente que también ve en ella un camino hacia las cámaras de televisión y muy poco más. Las mentiras llenan la boca, pero no ocupan lugar.

La verdad es que Neira no caía muy bien, ni por lo que decía, ni por la manera de decirlo, ni por lo que escribía, ni por lo que ha hecho, pero Juan Urbano y yo lo vemos como una de las víctimas de toda esta comedia que ha sido su paso del anonimato a la fama. Una víctima antipática, tal vez, pero solo eso. No nos vamos a tomar una copa a su salud, porque tenemos que conducir, pero tampoco le deseamos nada más que buena suerte en su verdadero mundo. Si quieren culpar a alguien, miren hacia la sede de la Comunidad de Madrid, que esa sí que existe, y no disparen sobre el paracaidista. Y si lo ven caer al barro, como al personaje de John Irving, ofrézcanle una manguera y una toalla.

martes, 7 de septiembre de 2010

Rota por Miguel Hernández

El pasado 18 de Agosto, por 7ª vez, Rota se llenó de gente para escuchar poesía, promovido por IU. Otra noche de veranos festiva la que se vivió en la localidad gaditana y que contó con la presencia de muchos grandes poetas, que, este año homenajeaban a Miguel Hernández.

Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes, Almudena Grandes, Benjamín Prado... no se perdieron esta noche y participaron y disfrutaron como los que más.

En las fotos que nos ha enviado Jesús, a pie de calle, podemos ver que la plaza estaba repleta y que Benjamín estuvo allí.

Así lo cuenta el propio Benjamín en su facebook: "Llegué allí a última hora, leí un poema de Hernández y dije tres palabras. Luego estuvo gracioso Alexis Díaz, un cubano que hace "repentismo", es decir, poesía improvisada, como la de los versolaria o, últimamente, las "peleas de gallos" de los raperos. Y luego nos fuimos a cenar al muelle. Vio Javier Ruibal y, como todos los años, contó el mejor chiste del verano."

Dijo, además bastante sobre lo que significa vivier poesía en las calles, y podemos verlo en este vídeo, tras Luis García Montero, de Rota Al Día que nos ha enviado Mariana (¡Gracias!)

Además, podéis leer cómo lo contaban desde Andalucía Información.



jueves, 2 de septiembre de 2010

Enciendo el blog

Vuelvo del verano y tras ordenar el blog (ya están los artículos de cada jueves doblados y planchados en cada cajón, el de la OMS, el de los bancos, el de La Paz), me dispongo a encenderlo. El verano ha traído noticias a las que les robaré la actualidad y publicaré, con fotos y vídeos, durante las próximas semanas. Pero quería arrancar con el artículo que Benjamín publicó el último jueves de agosto.

Perdonad un poco de mi opinión: Este verano he disfrutado de mi tiempo frotando una pantalla cada vez que quería pasar una página. Me he decantado por los clásicos, por dos motivos: me apetecía y porque intenté comprar unos libros digitales para llevármelos y me di cuenta de que a las editoriales les ha pillado el toro.

Intenté comprar ediciones electrónicas de varios libros de este siglo y tras busca bastante encontré archivos por los que me cobraban 15€ y 20€. Lo miré por curiosidad, costaba igual el electrónico que el de papel. No los compré, no pude comprarlos, no entendí tener que pagar lo mismo por la producción de un libro que por su descarga (me olió mal). Claro que tienen que costar, claro que hay que pagar, claro que todos deben tener el fruto de su trabajo, los escritores los primeros. No buscaba nada gratis. Pero que no me cobren por el papel que no compro, por el transporte que no existe, por el almacenaje que no se produce... Todos tenemos que adaptarnos, también las editoriales.

El libro electrónico de mi chica venía con 2.000 títulos precargados, de esos cuyos derechos de autor prescribieron hace siglos o fueron cedidos para disfrute público. Enchufé el cable y me los llevé.

Estoy con Benjamín, no puedes admirar a alguien y robarle por la espalda. El próximo libro de Benjamín imagino que sadrá en papel, y lo compraré, y si sale en formato digital y el precio no es el mismo que el de papel, también lo compraré, para llevarlo siempre encima. Es así de fácil.

Certero como siempre, lo resumiría en palabras de Benjamín: "Tendré en mi pantalla de tinta electrónica los que me apetezca leer y en su formato tradicional los que me importen, como siempre".
Encender un libro
Por Benjamín Prado. El País.

Este año, cuando los lectores regresemos a la ciudad, vamos a volver a otro planeta, en el que nos estará esperando el libro electrónico. En la playa no nos dábamos cuenta, porque desde el verano no se ve la realidad, pero una manada de palabras salvajes, provenientes de otro idioma o tal vez de otro mundo, ha entrado en el país, y mientras nosotros aún no hemos terminado el último libro de las vacaciones, ellas ya caminan en círculos alrededor del diccionario, como fieras por delante de un gallinero: iPad, EPUB, Mobipocket, Kindle, eBook, Libranda, E-Ink... A partir de este instante, vamos a tener que elegir: o tratamos de espantarlas como a insectos, o las domesticamos. Yo me veo más en el segundo equipo, porque ir en sentido contrario al tráfico es una manera de quedarse solo y porque me acuerdo de lo que escribió el pintor Ramón Gaya: ser fiel es lo contrario de detenerse. A fin de cuentas, ¿qué más da el modo en que Poeta en Nueva York o las Odas Elementales lleguen a ti? Yo creo que cuando dentro de otros cien años vayan dentro de una gota de tinta mágica que al echarse en los ojos te permita leerlos como si los pensaras, serán igual de buenos. Y, naturalmente, van a seguir haciéndose del tamaño de las circunstancias: no me digan que Neruda no hablaba en esta Oda al libro del iPad que hubiera tenido hoy: "Hermoso, / libro, / mínimo bosque, / (...) lámpara clandestina, / estrella roja, / un libro / es la victoria, / vive y cae / como todos los frutos, / no solo tiene luz, / no sólo tiene / sombra, / se apaga, / se pierde / entre las calles (...)".

Un libro no va a matar al otro, seguro, y los lectores seguiremos con nuestros ejemplares de papel en las manos y en nuestras bibliotecas, y cuando llegue la Feria del Libro los vamos a llevar a una caseta para que nos los firme su autora o autor; pero también tendremos uno de los otros, un instrumento que nos ponga cualquier título en la mano con solo apretar un botón. No quiero ni imaginarme lo que diría de este invento alguien como Vladimir Nabokov, si cuando le preguntaron qué era la traducción respondió que "la cabeza del poeta servida en una bandeja", pero lo único que podemos decir sobre eso es que millones de personas celebramos que se equivocara y que, gracias a su error, nosotros hayamos podido leer sus obras.

El deseo de los lectores es seguir leyendo, y eso es lo que vamos a hacer, al margen de que tengamos que ir a por las novelas o los libros de poemas que nos apetezca tener a una librería o a una tienda de informática. Ojalá que el problema más grave de todo lo que entra en la esfera digital, que es el de la piratería y los ladrones-devotos, que son esos que dicen admirar a las mismas personas a las que roban, pueda tener remedio, y los frágiles equilibrios del mundo editorial no se rompan. Hará falta ser serios en eso, huir de la demagogia y lograr que todo el mundo se dé cuenta de que al otro lado de la cultura no hay más que barbarie. Todo lo que no es poesía, es cajero automático. Así de sencillo.

Yo estoy deseando que termine agosto, para volver a Madrid y encender un libro. No me digan que eso suena mal. Tendré en mi pantalla de tinta electrónica los que me apetezca leer y en su formato tradicional los que me importen, como siempre. El iPad, Kindle o lo que sea lo usaré de laboratorio y eso pondrá mi biblioteca a salvo de experimentos. Y los libros seguirán siendo el centro de mi casa. A veces, las cosas además de cambiar, mejoran.