jueves, 5 de abril de 2012

Solo queda un mes para Raro

Esta semana la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker nos respondía vía twitter que en un mes podríamos tener en nuestras manos la nueva edición de la primera novela de Benjamín Prado cuya primera edición se publicó en el año 1995 en Plaza & Janés.

Y hoy, además, hemos sabido, también vía twitter, que @sergialmendros está manos a la obra revisando los textos de esta nueva edición. Y por si dudáramos de la fuente (que a menudo debemos hacerlo en twitter, la verdad) nos ha dejado una foto de la edición original y de las fotocopias de la nueva. Una prueba más, lo ha retwiteado la propia editorial. E irrefutable y definitiva, el bolígrafo rojo para corregir  (aunque ya sabemos que si fuera Benjamín usaría la tinta verde para corregir, cuestión de gustos), y los folios sin encuadernar pero con las marcas de corte y el gradiente de las pruebas de impresión. Todo encaja y todo está en marcha para que dentro de un mes podamos tener en nuestras manos Raro.

Por ahora, y para que quienes no conozcáis Raro veáis lo que os espera, os dejo la transcripción de la página que hoy mismo ha corregido Sergio, la de la foto:


Todas las canciones terminan por ser tristes, por ser como algo que has perdido, pero siempre forman parte de nosotros, como el color azul forma parte de nuestra idea del cielo. Hay canciones que vuelven muchos años después para rompernos el corazón, y hay mujeres que se marchan como si fueran canciones. La historia de Lennon y Elvira es una de esas historias.

Para algunos de nosotros es algo que viste una vez pero no pudiste coger y que no has vuelto a ver nunca más, algo que de alguna manera has perdido antes de que fuera tuyo y desde ese día sabes que el resto no es nada, sólo nieve cayendo encima de la nieve, y aunque tengas algún lugar adonde ir hay mil puertas alrededor pero ninguna tiene la palabra salida.

Todo esto me lo dijo Elvira la primera noche. Lennon estaba al fondo de la barra y, para ser mi mejor amigo, me miraba con cara de muy pocos amigos. Por supuesto, lennon no se llamaba Lennon, pero le llamábamos así porque era un fan de Paul McCartney; al final acabó acostumbrándose, se dio cuenta de que para todo el mundo aquel hombre era él... (en un mes, el resto)

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