martes, 23 de noviembre de 2010

Inédita poesía social en vídeo

Los días 12 y 13 se celebró en Madrid en el Círculo de Bellas Artes el festival ñ de literatura española. 48 horas de literatura sin fin, de mucha y muy buena cultura.

Pese a que un blog sobre literatura, con rigor informativo y sin pretensiones económicas, no es ni un medio de comunicación, ni uno de información (según algunos), pese a que ser perodista no se suficiente, pese a que no quisieron acreditarnos, estuvimos allí. Disfrutamos del festival, y disfrutamos de Benjamín. Por supuesto.
Y ya que estábamos, lo grabamos (o lo intentamos porque el espacio era malo para una lectura de poesía y los micrófonos improvisados 10 minutos más tarde se acoplaron todo lo que quisieron),

Luchando contra los elementos, Benjamín Prado nos regaló varios inéditos, que incluirá en su próximo libro de poesía, que iremos viendo, y leyendo en el blog.
Por ahora os dejo con el que se llama Poesía Social (la parte final del vídeo pertenece a otro poema, llamado No me cuentes tu vida, pero no está entero), un poema que introdujo así: "lo escribí pensando que a veces está bien que uno empiece a hacer las revoluciones por su propia casa. Lo escribí pensando en Miguel Hernández , pero después le robé el poema a Miguel Hernández se lo dediqué a mi chica que me lo va a agradece desde más cerca".




Poesía Social. Por Benjamín Prado.
Lo mismo que inventar
es comprender algo que aún no existía
y traducir lo oscuro
al lenguaje de la luz
leerlos fue soñar con un idioma
sin la palabra usura
sin miseria
injusticia
desigualdad
olvido.
Sin palabras que fuesen
el veneno en el agua
y la sal en la herida.
Si otros querían vidas análogas
a un mundo en el que el generoso
es rehén del ingrato
y el fuerte hace culpable
de su violencia
al débil
y el embustero acusa
al engañado
de querer saber.
Ellos hablaban siempre
de libertad
banderas
equilibrio y razón
Cuando oían que nada
es verdad para siempre.
Que todo se transforma
al decirlo al revés,
del modo que
el azar se hace la raza
o el líder el redil
o el animal, la lámina.
Contestaban que era posible
un mundo
en el que se pudiese
cambiar de dirección
si cambiar de sentido,
como aviva
como oro
como radar
como ala.
Un mundo con respuestas
más allá del pasado
en el que en cada vida
no pudiese encerrarse
en un solo destino.
Ellos creían eso
como yo creo en tí.
Que no te extrañe
verte dentro de este poema.
El amor se parece
a las otras libertades
en que a todas les siguen
los mismos enemigos.

lunes, 15 de noviembre de 2010

El primer párrafo de la nueva novela

El sábado en el círculo de bellas artes nos contaba que ayer u hoy entregaría la novela a su editora. Ese mismo día me atreví a pedirle el adelanto de la primera línea, pero Benjamín es como sus textos, siempre te da más de lo que buscas.
Aquí os dejo, en exclusiva, el primer párrafo de la que ya es la nueva novela de Benjamín Prado, aunque no vea la luz hasta el próximo año. Para el título, como el mismo decía en enero en una entrevista: Con los títulos soy muy dudoso, tengo apuntados dos o tres y luego le pregunto a los amigos cómo les suena, les miro a la cara, porque creo que el título tiene que gustar a primera vista. El título de la última Mala gente que camina, por ejemplo, me lo dio Joaquín.

"Miró hacia la derecha, al grupo de los que insultaban a los policías y a los operarios que en ese preciso instante amarraban con cables de acero la estatua del dictador, y después de estudiarlos detenidamente sacó una libreta y un bolígrafo y se puso a tomar notas sobre algunos de ellos. Lo hacía de tal manera, sin quitarles ojo mientras apuntaba en su cuaderno frases rápidas como latigazos, que alguien podría haber pensado que en lugar de escribir, dibujaba. En primer lugar, se fijó en un hombre de entre cuarenta y cincuenta años, vestido con un traje azul, que se mantenía un poco apartado del tumulto y miraba a su alrededor con una mezcla de apatía y desdén, mientras hablaba por su teléfono móvil. No gritaba ni hacía aspavientos, como los otros, pero si te concentrabas en su boca podías ver la brusquedad con que las palabras salían de ella, de un modo tajante, a veces como si fueran pequeñas explosiones, y no era difícil llegar a la conclusión de que no le gustaba en absoluto lo que estaba pasando allí. Después se detuvo en una mujer morena que estaba justo enfrente de él, cerca de los que iban a aplaudir emocionados, unos minutos más tarde, cuando la grúa se pusiese en marcha, el general a caballo desapareciera y sólo quedase del monumento injurioso un pedestal vacío. Llevaba una blusa roja y, aunque antes la había visto con otras tres personas, en ese momento se había separado de ellas y fumaba parsimoniosamente, apoyada en un coche oscuro. También ella parecía observar lo que pasaba con un distanciamiento que sólo te podías creer si no reparabas en sus ojos, porque en ellos se escondía un destello de ira, lo mismo que bajo la delicada piel del pomelo se oculta la vorágine del amargor.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Lo chulo de ser un genio

De acuerdo, estamos en un momento en el que la mediocridad tema a la genialidad. Se mira al genio como un raro y se le denosta en veza de ensalzarlo. Cierto. Y así lo explica Benjamín en su artículo de el jueves.

Pero también lo es de que se puede ser genio de muchas maneras. Siguiendo con el ejemplo futbolero de Juan Urbano: Puedes ser un genio como Cristiano, o como Iniesta. Ambos sobresalen por encima de la mediocridad, deben ser ensalzados y no se les debe tener miedo. Yo, personalmente, me quedo con el español (y no en un arrebato de nacionalismo).

La imagen corresponde al cartel del festival de comunicación y publicidad infantil El Chupete.

Cristiano es un chulo.
Por Benjamín Prado. El País.

A veces el talento es un imán y a veces es un insulto y por lo tanto un riesgo: haz algo bien y todos te aplaudirán; hazlo excepcionalmente bien y la mitad de los admiradores se convertirán en enemigos. Hay gente que solo mira hacia arriba con rencor.

Juan Urbano y yo hablamos de eso porque él, que como todo el mundo sabe es filósofo, de izquierdas y del Madrid, está alucinado con la catarata de insultos y amenazas que le ha costado a Cristiano Ronaldo hacer una genialidad durante el partido de su equipo contra el Atlético de Madrid, el domingo pasado en el Santiago Bernabéu. Todo el mundo lo ha visto: le cae un balón indeciso de las alturas, de esos que no saben si son un despeje o un pase, y él se la pasa a un compañero dejando que le golpee en la espalda y convirtiendo así un rebote en un malabarismo y el azar en magia. El estadio entero festejó con una ovación la ocurrencia, que fue de esas que rebajan el precio de la entrada, pero sus adversarios de dentro y de fuera del campo se lo tomaron como una afrenta. A uno de los futbolistas rivales lo filmó una televisión diciéndole, con la boca llena de clavos al rojo vivo: "Eso no lo haces con cero a cero, ¿eh? ¡Te pegaba una hostia!". El siete le contestó como Dios manda, es decir, muy mal, pero luego casi pide perdón en su twitter: "En ocasiones, hay que ser creativo".

Que eso ocurra en un terreno de juego, a 120 pulsaciones por minuto y entre contrincantes, se puede entender; pero que haya gente que, en frío y de pantalones largos, pueda mantener que lo que hizo Ronaldo fue una ofensa, y escribirlo en sus periódicos y decirlo en sus emisoras de radio, resulta un poco deprimente y, visto como tendencia, hasta da un poco de miedo: no hay peor sistema de medida que la mediocridad.

"Es verdad que aquí todo el mundo pinta su cristal del color que le interesa, y luego mira", dice Juan Urbano, mientras apura su café, "y no me quiero meter en charcos que ya tienen demasiados zapatos dentro, pero fíjate por ejemplo el lío ese de Sánchez Dragó y te preguntarás: ¿Si no fuese amigo suyo, la presidenta Esperanza Aguirre habría salido a defenderlo de la manera en que lo ha hecho, con Nabokov y García Márquez clavados en su discurso como dos mariposas en un corcho? ¿Si no lo considerase enemigo suyo, el portavoz socialista de la Comisión de Control de Telemadrid hubiera pedido su cese fulminante y le hubiera llamado en la Asamblea regional "juntaletras subvencionado por el Gobierno de la Comunidad, pederasta confeso y director de un programucho con una audiencia ridícula"? Qué bárbaro, esta gente no son políticos, son hinchas", concluye.

Cristiano Ronaldo es un chulo, se dice por ahí, porque hace cosas que otros no hacen en su profesión, aunque esa, que es tan rara que ha habido que inventarle un sustantivo, la espaldinha, sí que la hicieron antes Ronaldinho e Ibrahimovic. Pues bueno, es una lástima que destacar en algo sea pintarse una diana encima. Entendido como síntoma de unas sociedades en las que todo el mundo defiende sus intereses y a nadie le resulta un buen negocio ser objetivo, el ejemplo es malo. Si se ve como una característica del alma humana, es peor. No sé si me entienden.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El 13 a las 22 en el círculo


No es ningún el comienzo de ningún libro de Dan Brown ni nada por el estilo, es el día, la hora, y el lugar en el que Benjamín Prado leerá poemas dentro del Festival Eñe de literatura en Madrid. Un festival que cuenta con los mejores (no os olvidéis de mirar el programa) y que nos traerá, seguramente, lo mejor.

Día 13 de Noviembre, a las 22:00 horas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Sin venda

Juan Urbano y Benjamín Prado, el pasado jueves, se soliviantaban contra aquellos que imparten justicia, contra las sentencias fuera de todo sentido común. Están quienes se ponen la venda antes de darse el golpe y quienes se la quitan a la justicia para dártelo a ti.

Yo también me indigno, pero él lo cuenta mejor.

Si robas diez veces más, no eres un ladrón
Por Benjamín Prado. El País.

A veces es difícil saber a quién han robado y quién es el ladrón, y si no se lo creen, lean la noticia que ha salido estos días en el periódico, según la cual Telefónica le ha devuelto 44.351 euros a una concejala del PP en Getafe cuyo teléfono oficial, según dice, utilizó su hija para descargarse de Internet una serie de televisión. Sus rivales del PSOE le han pintado en la espalda la palabra malversación, pero nadie acusa de nada a Telefónica, sino a su víctima, lo cual es como culpar a los polacos de la expansión del nazismo por dejarse invadir: "¿Una factura de 44.351 euros?", dice Juan Urbano, mientras se apresura hacia su oficina. "Es una vergüenza, y me da igual si la concejala miente o dice la verdad, si su hija se descargó una serie o si fue ella que llamaba a su familia todas las mañanas, porque ese dinero no lo vale ni llamar a Washington cada mañana para darle los buenos días a Obama". Y después de eso, repite que el problema de este país es el modo en que las compañías de teléfonos, las líneas aéreas y los jueces siguen siendo intocables, es decir, que están siempre por encima de la ley.

Lo de los jueces lo dice porque está indignado con ese despropósito del Consejo General del Poder Judicial que consiste en destinar 450.000 euros a la contratación de una póliza de seguro que haga frente a la responsabilidad civil en la que puedan incurrir sus componentes y hasta sirva para pagarle la fianza a aquellos que se vean sometidos a un proceso penal. Eso también es dinero público y supone diez veces la cantidad que la telefónica le quería sablear a la concejala de Getafe, y lo digo porque esa gente no cobra, acuchilla. ¿Y nadie de ningún partido va a salir a clamar por semejante escándalo, semejante abuso de poder y semejante saqueo? Alguien se ha confundido: la que lleva la venda en los ojos es la justicia, no sus vigilantes.

Si hay algo incomprensible en España para la gran mayoría de sus ciudadanos, son sus jueces, tan arbitrarios, tan inexplicables y tan tendenciosos en algunas ocasiones que lo mismo hunden a Baltasar Garzón por intentar investigar el franquismo y tal vez por llegar demasiado lejos en su búsqueda de las raíces de la trama Gürtel, que condenan a un hombre al que una negligencia médica dejó en coma hace veintiún años. El hombre fue a hacerse una operación de cirugía estética, para arreglarse la nariz, y salió del quirófano convertido en un vegetal. La familia puso una denuncia y el Tribunal Supremo exculpó a la clínica Nuestra Señora de América y al anestesista, les condenó a ellos a pagar 400.000 euros por los costes del juicio.

Menos mal que lo que pisotean los tribunales lo puede reconstruir la buena suerte, porque los padres del paciente decidieron protestar, acamparon junto al Ministerio de Justicia y una noche, por pura casualidad, pasó por allí un médico que había estado presente en la intervención que dejó en coma a su hijo y que vio cómo fue un descuido del personal del centro lo que provocó la catástrofe. El abogado de la familia ha pedido al Tribunal Supremo que revise la sentencia, y parece que va a hacerlo. Esperemos que no sea para cobrarles otros 400.000 euros. Porque eso seguirá logrando que en este Estado de Derecho en el que vivimos, cada vez que alguien tiene que ir a un juzgado lo haga lo mismo que en la dictadura se iba al cuartel de la Guardia Civil: con miedo, porque no haber hecho nada no era razón suficiente para no estar asustado.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Lo que me gusta es ser poeta

Por si acaso alguien lo dudaba, viéndole entre canciones, entre músicos, y en algún acto político o atril de papel, en este vídeo lo confiesa abiertamente (a partir del minuto 6), "A mi lo que me gusta es ser poeta, me gusta leer mis poemas, lo que por una parte tiene de excitación, por otra lo tiene de peligro, porque uno piensa que el que te tomen en serio como poeta y conquistar unos lectores no es una tarea sencilla".

Eso lo decía en el ciclo Poesía en Palacio, celebrado en Granada, y podéis escucharlo, gracias al canal TG7 y a Rocío, que nos ha dado el chivatazo. El vídeo explica en qué consiste este ciclo, tiene una entrevista al director del mismo, y es a partir del minuto 6 cuando Benjamín es entrevistado y donde nos revela, entre otras cosas que la nueva novela la sacará el próximo año y que probablemente también un libro de poesía, aunque esto será tema para otro post. Disfrutad de la entrevista: