jueves, 30 de diciembre de 2010

Posición

La posición es, según la RAE, la actitud o manera de pensar, obrar o conducirse respecto a algo. Y si algo tiene Benjamín sobre, creo yo, todo, es posición. Siempre se coloca a un lado de la línea, sea el tema que sea. Tanto si le toca directamente como si le toca algo más lejos. Siempre se posiciona. Ayer lo hacía con sus 10 mejores libros, hoy le toca a los derechos de autor.

Eso es, en definitiva, un artículo de opinión. Y eso es lo que hace cada jueves en las páginas de El País. Hoy nos hemos levantado con otro texto suyo, pero quiero dejar constancia en este blog de su opinión respecto a un tema que mueve foros (hoy en día las montañas ya no se mueven) y foreros: la denominada ley Sinde, el intento del Gobierno de limitar las descargas gratuitas en nuestro país. Esto piensa Benjamín:

Canciones gratis para todos.
Por Benjamín Prado. El País.

Al despertar, ya no era un ciudadano y, en consecuencia, no tenía derechos. Me fui a mirar al espejo, para ver si además me había convertido en una cucaracha como la de Kafka, pero no: por fuera continuaba siendo el mismo, lo cual representaba el problema de que para sobrevivir seguiría necesitando comprar comida y tener dinero con el que pagarla. Encendí el ordenador por comprobar si aquello, en cualquier caso, era una pesadilla o la realidad, e inmediatamente comprobé el número de descargas que la gente había hecho de mi trabajo sin pagar por él y leí esa carta de la organización Facua-Consumidores en Acción contra la ley Sinde, en la que le piden a la Comisión de Economía del Congreso que no se apruebe "una norma elaborada contra los intereses de los ciudadanos". O sea, que como los intereses de esos ciudadanos consisten en disfrutar gratis de mi trabajo y del de otros como yo, que también escriben novelas o canciones, pues queda claro que para ellos la cultura y sus profesionales no valen nada, que hay que atarles la etiqueta de cero euros en el dedo gordo del pie, como a los cadáveres de la morgue, y que no deben de recibir una sola moneda a cambio de su trabajo, como sí lo hacen el fontanero, el dependiente de la tienda de ultramarinos, el electricista, el conductor del autobús, la azafata o la empleada del banco. ¿Se han fijado en que con las letras de "consumidores" se puede escribir la palabra "sumidero"?. Y por ahí se va todo.

"Todos los salteadores creen que son Robin Hood", me dice Juan Urbano, mientras tomamos un café que habrá que pagar, y bastante caro, antes de salir del bar, para que los camareros, los representantes y demás sigan pudiendo recibir sus sueldos y saldar sus facturas y sus hipotecas, "pero lo que resulta poco habitual es que la policía, en lugar de detenerlos, mire para otra parte, y eso es justo lo que ocurre. A mí la verdad es que ver a la oposición en pleno tumbar la ley contra las descargas ilegales me dio la medida de esa gente y me hizo extrañarme de que fueran tan pequeños: ¿Cómo es que no miden tres hectáreas cada uno? Porque es increíble que en un metro y pico les quepa tanta hipocresía". Le doy la razón y mientras esperamos el autobús, donde también van a pedirnos un billete a la entrada, le digo: "Sí, y lo peor no son los cínicos sino que haya tanta gente aplaudiéndolos y usando mil y una disculpas para justificar el atraco; los internautas asegurando que lo hacen por amor al arte y para castigar a las prepotentes compañías discográficas, como si la justicia consistiera en saltar de un barco pirata a otro; y los políticos, como de costumbre, entregándose a la retórica y al miedo, porque solo son capaces de tomar medidas impopulares cuando es para subir los impuestos y abaratar los despidos".

Íbamos a comprar nuestros regalos de Navidad y lo teníamos difícil, porque casi todas las tiendas de discos que había hace poco en Madrid están cerradas o desabastecidas. Íbamos a comprar algunas películas, pero tampoco es fácil encontrar dónde, porque los videoclubes están en vías de extinción, dado que los aficionados al séptimo arte prefieren bajárselas de internet o comprárselas a los manteros. El año que viene seguramente tampoco quedarán librerías. También fuimos a comprar algunos alimentos para Nochebuena, y estaban por las nubes, un 60% más caros que hace una semana, lo cual nos dejó las carteras con eco. Para terminar, Juan Urbano y yo fuimos a pagar nuestra tasa de basura impuesta por el Ayuntamiento de Madrid, 112 euros más otros cinco con sesenta por haber excedido el plazo del abono unos días, es decir, en total 117,60. ¿A quién se le ocurre que la cultura sea gratis y los desperdicios se paguen a precio de oro? Al Partido Popular, por ejemplo, que ahora baila alrededor de la ministra Sinde y cuando gane las elecciones hará una ley de propiedad intelectual a la Sarkozy que muchos se merecerán.

¿Saben qué es lo que nunca le tiene un ladrón a las cosas que roba? Respeto. Está tan claro que no sé cómo puede haber quienes no lo entiendan.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Los 10 del 10

Si el pasado lunes hablábamos de que el libro de poesía Iceberg había sido votado como el mejor libro de poesía extranjera en una encuesta del canal 22 de México y que el público había sido el jurado, hoy cambiamos las tornas y el jurado es Benjamín.

Él, junto con otros 55 críticos y periodistas de Babelia (suplemento de cultura de El País) han elegido la mejor obra del año 2010. El ganador ha sido Verano, de J.M.Coetzee, por delante de Poesía Reunida de William Butler Yeats o Blanco Nocturno de Ricardo Piglia, quien completa el podio. Podéis ver aquí el resto del listado.

Los votos del jurado fueron públicos, y por lo tanto, hemos podido conocer las opiniones de Benjamín sobre los libros de 2010. Él se queda con el Premio Nobel, pero eran 10 los votos que tenían que otorgar... así que estos son los 10 imprescindibles de Benjamín para este 2010.

1- El sueño del celta. Mario Vargas Llosa (Alfaguara)
2- Poesía y sofismas. II Sofismas. Vicente Núñez (Visor)
3- Hojas de Madrid con La Galerna. Blas de Otero (Galaxia Gutemberg/ Círculo de Lectores)
4- Inés y la alegría. Almudena Grandes (Tusquets)
5- Obra completa. Ramón Gaya (Pre-textos)
6- Retrato de un hombre inmaduro. Luis Landero (Tusquets)
7- Corre el tupido velo. Pilar Donoso (Alfaguara)
8- Lo que queda por vivir. Elvira Lindo (Seix Barral)
9- La esposa del rey de las curvas. Alfredo Bryce Echenique. (Anagrama)
10- La cripta de invierno. Ann Michaels (Alfaguara)

lunes, 27 de diciembre de 2010

La mejor poesía de 2010

Rompo el silencio del blog (obligado tras una estancia allende los mares sin conexión) para rescatar una noticia que debe alegrar al propio Benjamín y enorgullecer a los que nos habíamos adelantado, y habíamos descubierto antes de que ninguna votación nos lo dijera, que Iceberg era una de las mejores obras de poesía de 2010.

Como digo, en esta ocasión han sido los mexicanos, y más concretamente los lectores/seguidores del Canal 22 quienes han votado al libro de Benjamín como el mejor libro de poesía extranjera. El artículo dice, cruel, que lo ha logrado con tan solo "117 votos". Sepamos darle el valor a la opinión, y más aún a la que se vierte sobre poesía, pues está claro que para opinar de algo tan concreto como poesía extranjera hay que ser buen conocedor de la misma. No son votos ganados a base de marketing o de opinión pública, son votos de lectores. Y tienen mucho peso.

Enhorabuena a los premiados.

Por contextualizar la información, en esta misma votación, otros de los elegidos en la lista de los más de 2010 en México, han sido, y cito textualmente desde "El universal.com"

"Carlos Monsiváis, por su libro Apocalipstick; Lila Downs, como mejor disco nacional y las Voces del Bicentenario, como el mejor grupo de música clásica.

Cerca de un mes, justo del 26 de noviembre al 19 de diciembre, el público participó en dicha encuesta para determinar a los ganadores de 22 categorías, entre ellas, literatura, música, artes escénicas, cine, televisión y artes visuales.

En Literatura la mejor obra de narrativa nacional fue Apocalipstick, de Carlos Monsiváis (1938-2010), libro que obtuvo un total de 455 votos; mientras que en la narrativa extrajera publicada en México, fue considerada la mejor obra literaria, con tres mil 423 votos, Blanco Nocturno, del escritor argentino Ricardo Piglia.

El mejor trabajo editorial de poesía nacional fue La sodomía en la Nueva España, escrito por el mexicano Luis Felipe Fabre, con una votación de mil 229..

En la categoría de Música, con poco más de 86 mil votos, fue elegido como el mejor disco de artista nacional Lilia Downs y la misteriosa en París-live a FIP. Mientras que Scratch my back, del rockero inglés Peter Gabriel se coronó como el mejor disco de artista extranjero vendido en México.

Los conciertos también fueron premiados y Andrés Calamaro en el teatro Metropolitan fue considerado el mejor espectáculo musical de artista extranjero en México durante el 2010; en el ámbito nacional el mejor concierto fue Opera prima: las voces del Bicentenario, que se llevó a cabo el Auditorio Nacional, el pasado mes de agosto, elenco que con 32 mil 715 votos también fue seleccionada como el mejor grupo de música clásica.

Otros ganadores

En Artes escénicas la mejor obra nacional fue Oleanna, que tuvo funciones en el Centro Cultural del Bosque y con 141 votos, Fausto fue considerada la mejor obra teatral extranjera puesta en nuestro país.

Por otra parte, “Ex-tasis”, de Tania Pérez Salas, fue seleccionado como el mejor espectáculo de danza nacional.

En Cine ganó como mejor película nacional El infierno, del director Luis Estrada que obtuvo 709 votos.

Como mejor película extranjera proyectada en México, destacó con tres mil 338 votos, El secreto de sus ojos, del cineasta argentino Juan José Campanella. El documental extranjero ganador fue Tijuaneados anónimos: una lágrima, una sonrisa, de Ana Paola Rodríguez y José Luis Figueroa.

Mientras que el mejor documental nacional está a cargo del mexicano César Talamantes con Los otros californios.

En Artes visuales, la mejor exposición de artista nacional fue 200 años, la Patria en Construcción, de La Galería de Palacio Nacional, muestra que recibió cerca de 850 votos; y la mejor de artista extranjero fue Maestros latinoamericanos, de la colección FEMSA. (Notimex)

domingo, 12 de diciembre de 2010

Del subsuelo de Madrid, al cielo

El jueves Benjamín nos dejaba un artículo de esos en los que pienso que hace magia. Es capaz de coger las palabras precisas que sólo encajan en las ideas que quieren transmitir. Así es Benjamín, capaz de pasar en cuatro párrafos del cielo al subsuelo, de la indignación a la admiración, de la nada a la verdad.


Los malos al cielo, los héroes al subsuelo
Por Benjamín Prado. El País.

¿Puede la solución ser tan mala como el problema? No hay nada más que ver el descontrol de los controladores aéreos, que le echaron la llave al cielo de España y le dinamitaron el puente a medio millón de ciudadanos y después recordar el modo en que el Gobierno les ha cortado las alas, para darse cuenta de que sí. La mayor parte de la gente está contenta, dentro de lo que cabe, de que se haya aplastado la prepotencia de esa gente que lleva años cegada por la avaricia y segura de su poder, pero en opinión de algunos, el resultado de esa batalla es dos perdedores. A Juan Urbano y a mí, que sufrimos la soberbia de esos profesionales que se comportan como atracadores de bancos, es decir, tomando rehenes para llevarse el dinero, porque nos pilló su estampida en Barajas y a punto de ir a Santander, no nos gusta nada de lo que ha ocurrido. Nada es una palabra sin trastienda, que no admite matices.

Sobre los controladores, la verdad es que a estas alturas lo que nos preocupa no es que se fuesen de sus puestos, sino que vuelvan, porque produce pánico pensar que el espacio aéreo del país esté en manos de personas que pueden llegar a un nivel de irresponsabilidad como ese y dejarse llevar por arrebatos de esa magnitud. Con respecto al Gobierno, tampoco es muy agradable que solucionara el problema con mano de hierro envuelta en leyes de seda, decretando el estado de alarma y llenando las torres de control de coroneles. Qué le vamos a hacer, cada país tiene la historia que tiene, y en este la imagen de los aeropuertos tomados por los militares a algunos nos trae ecos inquietantes. Y, en general, nos deja una pregunta clavada como una espina: en España hay mucha gente que gana lo mismo o más que los controladores, banqueros, directivos de grandes compañías o deportistas, por poner los tres primeros ejemplos que se nos ocurren. ¿Los van a movilizar a todos si no se bajan el sueldo?

La realidad sin embargo, está hecha de paradojas, y casi al mismo tiempo que los controladores le metían un palo en la rueda al país y le hacían un daño de cientos de millones de euros a los viajeros, a la industria turística y a las compañías aéreas, en un lugar mucho menos aparente que cualquier aeropuerto, en la estación del metro de la Puerta del Ángel, un joven policía de 30 años, que lleva tres meses en su puesto, se jugaba la vida para salvar la de un hombre que acababa de caer a las vías y estaba a punto de morir arrollado por el tren. El héroe, además de su hazaña, le dio una respuesta maravillosa a los controladores aéreos que se habían marchado de sus torres de marfil, por ejemplo, en Barajas y en Torrejón de Ardoz: donde ellos exhibían, antes que nada, un desprecio absoluto por su oficio, él dignificaba el suyo; mientras los que cobran 15 veces más despreciaban a cientos de miles de personas, el que cobra en un año menos que los otros en un mes, se la jugaba por una sola; mientras los primeros usaban la deontología para encenderse un pitillo, el segundo demostraba un sentido del deber emocionante.

Tal vez esa parábola sea lo mejor que nos han dejado a todos estos días de presuntas vacaciones. Los malos ennegrecen el cielo y los héroes brillan en el subsuelo.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Poetas en el fin de siglo

Francisco J. Díaz de Castro ha escrito el libro "Vidas Pensadas: poetas en el fin de siglo", en el que, como dice en alguna reseña "reúne una selección de ensayos, reseñas y notas sobre libros y poetas de la última década (José María Álvarez, Juan Luis Panero, Guillermo Carnero, Eloy Sánchez Rosillo, José Luis García Martín, Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena, Jon Juaristi, Luis García Montero, Felipe Benítez Reys, Carlos Marzal, entre otros) que responden diversamente a la definición de Ángel González de que "escribir poesía es la forma más compleja de pensar la vida".

Entre esos poetas también esta Benjamín Prado, y su libro Ecuador, al que dedica un capítulo completo, que google.books pone a nuestra disposición como botón de muestra del libro, como promoción, y como anzuelo, piquemonos y ataquémoslo entero. Aquí dejo...


El Ecuador de Benjamín Prado.
Por Francisco J. Díaz Castro

Atinadamente titula Benjamín Prado esta edición de su poesía que es a la vez reescritura y balance de una etapa. Pasado este Ecuador va a llegar Iceberg, que obtuvo el último Premio Ciudad de Melilla y que, ya desde el título, anuncia otras latitudes. Aunque en Ecuador leemos de otra manera los cinco libros publicados hasta la fecha por el autor, lo preciso sería decir que Cobijo contra la tormenta (1995) y Todos Nosotros (1998) presentan pocas variantes mientras que de Un caso sencillo (1986), Asuntos Personales (1991) y El Corazón Azul del alumbrado (1991) sólo se mantienen unos cuantos poemas y fragmentos. El resto es poesía nueva que no renuncia a ninguno de los componente expresivos o de pensamiento de sus orígenes. A este respecto conviene recordar palabras de Benjamín Prado al frente de la antología 1917 versos (1987) que siguen vigentes: "hablar desde la tumultuosa soledad de un mundo propio, a la vez subetivo y cierto; hacer de ese personaje literario (...) una fabulación e la estatura de los hombres reales (...) Queremos una sentimentalidad que contribuya a destruir nuestras miserias, otra sentimentalidad".


La poesía de Prado se forjó en el ambiente granadino de la "otra sentimentalidad", y la lectura de sus primeros libros revela sus búsquedas y sus primeros hallazgos, sus fidelidades posteriores y su originalidad. Porque es inconfundible, arriesgada y certera desde el principio: sus aparentes rarezas nos desvelan cómo logra el poeta que sus juegos en libertad con las apariencias de la realidad pueden llevarnos más adentro en lo real, sin crípticos hermetismos ni tonterías y sin caer en lo trillado.


Que un título como Todos nosotros resulte verdadero y pueda aplicarse a toda una trayectoria representa un desafío: salir victorioso por medio de unos poemas cuajados de metáforas y de imágenes y a menudo extramada, nutridos de las citas cultas - yo no llamaría a esto culturalismo -, que dialogan por igual con Milton, con Yeats, con Bob Dylan o Lou Reed es muhco más difícil. Benjamín Prado posee esa rara cualidad que consiste en lograr que nos alcance como sencilla una escritura que por su incesante movimiento imaginativo y por el tino de su circulación libre no lo es. Ello es posible porque el poeta atiende con inteligencia ágil a la conciencia personal y al tiempo colectivo, porque su norma personal del "todos nosotros" domina hasta su escritura más intimista.


Ecuador reordena todos los poemas en cuatro partes. Componen la primera homenajes a distintos escenarios y a distintos autores. Entre estos yo destacaría "El corazón azul del alumbrado", "Cobijo contra la tormenta" y "El viajero", emocionante retrato de Javier Egea. Testimonios y espacios permiten el hallazo personal, "el lugar / donde están los poemas;/ donde busco/ adivinar quién soy, además de yo mismo". Las palabras del amor, en la segunda parte, atraen la reflexión sbre la escritura a este espacio en e que la imaginación en movimiento logra reforzar la intensidad: porque la consideración del amor conduce al lugar "desde donde se escribe,/ las afueras,/ el extranjero de nosotros mismos". Más sombríos son los homenajes literarios que se agrupan en la tercera parte, on poemas espléndidos como "Marga Gil en la isla", "Como quien va hacia el fondo de una alcoba", o el inédito "Ecuador". Forman la cuarta parte, entre definiciones, citas y sarcasmos, los aforismos de "100 veces mentira", que componen en mosaico la síntesis de su poética: no renunciar a lo esencial ("Que algo se haya dicho no significa/ que no pueda volver a decirse por primera vez"), constatar los conflictos de la conciencia ("El hombre que ya no soy tiene sus propios recuerdos") y hacer de la poesía conocimiento y transformación: "Lo que importa de un poema es en quién te convierte". También importa en quiénes nos convierte a todos nosotros, como dice el último poema, "Cada mañana", "Del otro lado hay gente oscura que nos busca".

(2002)

sábado, 4 de diciembre de 2010

2x1

Estamos en Navidad (llevamos ya varias semanas, según la televisión y los centros comerciales) y las ofertas comerciales nos abruman. Por eso nos subimos al carro y en vez de una opinión de Benjamín Prado, y de Juan Urbano, ponemos dos, la de la semana pasada y la de ésta.

Ambas tienen a la economía y las deudas, las de Madrid primero, y las personales después, en el punto de mira de su forma de ver y de explicar las cosas.


7.000 millones y un fantasma. El País
Por Benjamín Prado. 25-11-2010

Dos personajes de una película de Mel Brooks están conspirando en la Casa Blanca y el primero le dice al segundo: "Hay que conseguir que el presidente se lo haga a su esposa o, de lo contrario, ¡se lo hará al país!". Por supuesto que esa escena es de los tiempos en los que aún se podían contar chistes sin que se te echase encima un colectivo -aunque tal vez sea mejor así y tenía razón el poeta Vicente Núñez cuando escribió que "todos los chistes son de derechas", en el sentido aún peor de la palabra-, pero sirve para explicar el miedo que Juan Urbano y yo hemos sentido al enterarnos de que el Gobierno no va a ayudar al alcalde de Madrid a barrer bajo la alfombra los 7.000 millones de euros que forman la deuda de la ciudad, que con tantas obras está hecha un queso de gruyère en todos los sentidos, porque un túnel es un agujero no solo en el subsuelo, sino también en la caja fuerte, y aquí si algo sobran son túneles. Alberto Ruiz-Gallardón salió de su reunión con el presidente hecho un estafado de Afinsa, de aquellos que cuando dejaron de poder canjear sellos de correos por euros se echaron a la calle a gritar "Zapatero dimisión", y nosotros nos ponemos a temblar. "Imagínate lo que se nos viene encima", dice Juan, "porque si Madrid ya era hasta ayer un lugar en el que la Policía Municipal se ha transformado en un ejército de recaudadores y toda la Administración está enfocada a multar y multar y multar para sacarnos el dinero por la espalda, no quiero ni pensar en lo que nos espera, porque como en esa escena de Mel Brooks, ahora Gallardón se lo hará a la ciudad". Ya lo saben: si pasas por debajo de la M-30 a 55 kilómetros por hora en lugar de a 50, 80 euros de sanción; si tu hijo se bebe una litrona en una plaza, 300 por vulnerar la ley antibotellón y otros 300 por el jaleo; y la tasa de recogida de basura; y el IBI por las nubes -que es una aliteración que le hubiera gustado al poeta postista Carlos Edmundo de Ory, que se murió en voz baja hace unos días, en el casi silencio que esta feria de las vanidades reserva para lo disidente, lo no etiquetable-, y la subida del transporte público que nos aguarda en la próxima curva...". Al llegar ahí, Juan Urbano prefiere tener mucho que callar a seguir hablando y le clava esos puntos suspensivos a la frase como quien sella una caja de madera para olvidar lo que hay dentro. Qué ingenuidad.

Vivimos en un capitalismo inmaterial, donde el dinero es invisible y las torres más altas están llenas de fantasmas, espectros que descienden hasta la Bolsa, entran en los Consejos de Ministros y envenenan la moral de los dirigentes políticos, que cuando el mar se pone bravo no navegan, solo flotan. Ahora el fantasma que más nos asusta y el que se aparece en todos los discursos, es el de "los mercados". Los mercados amenazan, dudan, advierten, sancionan, exigen... y los Gobiernos de Europa se tambalean. El resultado, como todo el mundo sabe, es que se empiezan a recortar derechos a los ciudadanos para que el sistema no se hunda. Esa especie de castillo de Kafka, el sistema, permite que las vacas flacas lo sean por todas partes excepto por el solomillo, que es lo que comen los ricos. Ustedes ya me entienden.

Los Ayuntamientos son gobiernos en miniatura, maquetas que imitan a los edificios, y en consecuencia nos podemos ir preparando, porque esos 7.000 millones que debe Madrid van a salir de nuestras carteras. Esperen y verán.

Vivir consiste en elegir el blanco. El País.

Por Benjamín Prado. 02-12-2010

Huir al sitio equivocado es seguir estando preso. Y para comprobarlo no hay más que ver lo fácil que resulta definir el capitalismo con una sola frase: cayó el muro de Berlín y fue sustituido por el Bundesbank. Sentado en el bar al que ha ido a tomar un café y a leer el periódico igual que cada mañana, Juan Urbano sostiene que, desde que la única ideología es la economía y el único pasaporte al que se presta atención en las fronteras es la tarjeta de crédito, las cosas han cambiado tanto que para entender lo que pasa hay que volver a leerlo todo del revés. Por ejemplo, le das la vuelta a lo que decía Aristóteles de que vivir consiste en elegir un blanco y apuntar hacia él toda tu existencia y asunto resuelto: ahora, la diana eres tú y el que te encañona es un banquero. Es mejor que no esperes a la policía, porque esa gente vive al margen de la ley y dos pisos por encima de la realidad, de forma que su negocio consiste en que si las cosas van bien, tienen beneficios, y si no, también. La crisis repta, no vuela, y por lo tanto muerde a ras de suelo pero no a los que están en los despachos más altos: no hay más que ver a los jefes de Iberia y British Airways, que por un lado anuncian que la fusión de las dos compañías les obligará a hacer algunos ajustes laborales y por otro se suben el sueldo un 56%. En todo el diccionario no hay dos palabras que estén más lejos una de la otra que "ellos" y "nosotros".

Hemos llegado a eso después de leer la noticia de una demanda por estafa que cinco familias ecuatorianas han presentado en un juzgado de guardia de Madrid contra el intermediario financiero con el que contrataron una hipoteca que primero los arruinó y ahora los tiene al borde del desahucio. Las víctimas firmaron el préstamo a través de una asesoría, que es como se llaman ahora los usureros, una supuesta Central Hipotecaria del Inmigrante, y pronto descubrieron que en este mundo una firma es el principio de un laberinto, porque todos los embrollos, mentiras y abusos posibles cayeron sobre ellos en cuanto el notario le echó la llave al despacho. Cualquiera que lea esa información se da cuenta de que estamos hablando de algo que si no es una estafa en sentido estricto, es de la familia, pero los bancos viven en otra esfera, de modo que ahora los echarán por morosos, se quedarán con los pisos y como estos valen hoy día menos que cuando fueron tasados, los clientes, a quienes hacían firmar comisiones millonarias, letras de cambio en blanco y, al parecer, avales que los responsabilizaban de su vivienda y de otra, asegurándoles que ese sistema de cooperativa solidaria los beneficiaba, seguirán teniendo que pagar la diferencia. Es decir, que su banco les quitará la casa, les sacará hasta el último euro, se quedará con los inmuebles hasta que el mercado vuelva a ser rentable y entonces los venderá a buen precio. Un buen negocio que, sin embargo, deja una pregunta en el aire: ¿Conocían los bancos todo ese proceso? ¿Eran, en consecuencia, cómplices de los timadores? Los denunciantes, que han recibido el apoyo de Izquierda Unida, de la asociación de ayuda a inmigrantes Conadee y de la Federación de Asociaciones de Vecinos, aseguran que sí y piden que su deuda desaparezca. Ojalá lo consigan y su triunfo cree escuela.

¿Qué es el capitalismo? Quitarle la ele a Aristóteles: vivir consiste en elegir un banco.