martes, 29 de marzo de 2011

Entrevista en la SER, escúchala o léela

Benjamín Prado estuvo en el programa "A vivir Madrid", de la Cadena Ser, presentando Operación Gladio. Podéis escucharlo directamente clicando en el enlace que nos hemos traído desde la página de la Cadena Ser.

Hay una primera introducción musical, más unas recomendaciones de lecturas de libros, y a partir del minuto 3 aproximadamente, empieza la presentación de Operación Gladio, con los cortes originales de los informativos de día en el que la estatua de Franco fue retirada, del día en el que arranca Operación Gladio. También podréis encontrar el testimonio de uno de los supervivientes del atentado contra los abogados laboralistas de Atocha.

O podéis leer las respuestas de Benjamín en la transcripción inferior...
Por si no queréis darle al play y preferís leer, aquí os dejo algunas de las respuestas de Benjamín:

"Todo [en la novela] es verdad. Estaba pensando mientras abríais la entrevista con las noticias de la retirada de las estatuas del dictador de las ciudades españolas, una de ellas, donde empieza la novela, en la Plaza de San Juan de la Cruz que entre otras cosas intolerables tenía la de estar en frente de la casa del maestro Ángel González. Un país no se puede permitir que Ángel González se levante por la mañana, levante la persiana y esté en frente Franco a caballo. Empezar la novela así es como cuando uno se te acerca y te dice, tengo dos noticias, una buena y una mala, ¿por cuál quiéres que empiece?. Yo empecé por la buena. La retirada de los símbolos de la dictadura, no de todos, pero sí de algunos, es una buena noticia para este país, quiere decir que la impunidad de la simbología, como mínimo, y la ideología, también de la dictadura, va desapareciendo.

Hay una mala noticia también, que es el resto de la novela. Como dice uno de los personajes de la novela, la transición fue un triunfo de todos que también tuvo sus perdedores. Hay gente en este país a la que no le hemos dado las vueltas. Invirtieron mucho, mucho sufrimiento, mucho dolor, muchos padecimientos, y no se le ha devuelto el cambio. Por ejemplo, muchas de las personas que tienen a sus familiares enterrados en el Valle de los Caídos, a traición".

"Y otra gente que son víctimas como los abogados laboralistas de la calle de Atocha 55 que son una de las cosas que investiga la periodista que realiza las entrevistas, reales y ficticias, de la novela. Realmente es una de esas historias de las que todo el mundo cree saber lo que ocurrió, pero de las que nadie lo sabe todo, y lo que no sabíamos es la base de esta novela".

"La red Gladio es una red creada por los EEUU, por la CIA, inmediatamente acabada la II Guerra Mundial. Tan inmediatamente que uno de los personajes dice que mientras la bala con la que Hitler se mató en Berlín aún estaba caliente la guerra ya estaba fría. Reclutaron sus soldados invisibles entre camisas negras de Mussolini, nazis, gente de la Gestapo... muchos de ellos vivían durante la dictadura en la gloria, se han muerto en la Cosa del Sol en los 70, 80.... esa gente entre otros atentados, un terrorista de Ordine Nuevo, estuvo presente en los atentados de Atocha. Es quien llevaba una metralleta del ejército americano, es quien ametralló a los abogados, y alguien, como se cuenta en la novela, fue a cubrir los agujeros de gala para que no se vieran las ráfagas".

"Esa ametralladora provenía del ejército español. Alguien del ejército español se lo dio a uno de los policías de la brigada central que se reunían en una pizzería que había en Madrid y que se llamaba Il apuntamento, donde se reunían habitualmente. Esta metralleta acabó en manos de un terrorista italiano de la red Gladio, financiada por la CIA, que se llamaba Carlo Cicuttini, y fue el que estuvo en el despacho de los abogados y los ametralló". [...] "Al final estuvo implicado en los crímenes de los GAL, también. Cuando la justicia italiana reclamó su extradición lo casaron con la hija de un general y no lo mandaron a Italia".

"El libro es un homenaje al periodismo en estos tiempos que corren. Un homenaje al periodismo excéntrico".

"La red Gladio se creó para la Estrategia de la Tensione, para crear un clima de terror, de inseguridad que evitara que los partidos de izquierda, y en concreto los comunistas llegarán al poder en Europa".

"Esa metralleta vuelve a Italia y cuando uno de los personajes, de los que más me gusta en la novela, aunque sale al final, el Comisario Medina, había reunido todos los datos sobre los asesinatos de Atocha y está con un pie en el avión para ir a Roma, y de ahí a Milán... iba con un álbum para enseñarle a un preso para que identifique quién le ha dado la metralleta, en ese momento lo detienen, lo apartan del caso.... luego investiga Rumasa... Si vas a la hemeroteca, yo lo hice con El País, y ves cómo la figura del comisario Medina empieza siendo un héroe, el superpolicia, un hombre incorruptible, y cuando se lo quieren cargar lo acusan de insubordinación, de robo de documentos, de robarle a Ruíz Mateos aceite de una nave industrial, e incluso de extorsión. Es increíble la caída en desgracia y cómo esos funcionamientos del espionaje que parecen más propios de la ficción, están en la realidad".

"No seré yo quien tire abajo el tejado de la transición. Creo que la Transición fue una hazaña del pueblo español. Pero lo que resulta muy extraño es que en un año se solucionen todos los problemas y se ajusten todas las tuercas a una dictadura que había durado 38". "Va a ser más fácil si la mejor manera de avanzar la hacemos mirando hacia atrás".

"Muchos jueces, como la jueza que aparece en el libro, Bárbara Valdés, que me cae fatal, aplican la justicia a granel. La justicia hay que aplicarla gota a gota".

"Las cosas que son inexplicables suelen carecer de razón. Por más que me expliques por qué al mismo juez que mandamos a investigar los crímenes de Pinochet o Videla le amargamos la vida y le arrancamos la toga a tirones cuando va a investigar el franquismo, aunque me lo expliques en 6 idiomas, sencillamente no lo entiendo". "A mi me cae mejor la causa de Garzón que él, pero es que tenía que salir".

"Yo he sido muchos años periodista, en la época de Diario16, donde estuve 8 años, y el periodismo, que yo por una parte creo que es la última oportunidad de conocer la verdad que tenemos en este mundo, por desgracia, repasas la historia de este país en los últimos años y no nos lo ha contado un parlamentario, ni un juez, sino un periodista. Lo malo del periodismo es que hace difícil tener una vida privada. Los periodistas de verdad, de raza, no creen que esto es un oficio, creen que es algo más. Luego vuelves a casa y te encuentras los problemas que se encuentra Alicia Durán al llegar a la suya".

"Juan Urbano, que es el narrador de la anterior novela, Mala Gente que camina, es también el narrador de mis artículos de los jueves en El País, se ve obligado a dedicar su vida a buscar a alguien de quien se quería librar".

"Nos hemos hecho nuestra propia cortina de humo y parece que todo lo que estamos leyendo todos los días en los periódicos es imposible. Me he visto obligado a tener que justificar que por llevar a cabo esa investigación, vea en peligro su propia vida. Tengo que explicar que lo que va de siglo XXI se ha asesinado a casi mil periodistas, se asesina a 10 periodistas en el mundo cada mes para que no cuenten lo que tienen que contar. Eso hay que explicarlo".

"Lo difícil, con tanta documentación como tenía, era escribir una novela. Corres el riesgo de escribir un tratado. Por eso en la novela hay mucha ficción, los personajes tienen mucha vida. Son muy importantes las relaciones de las tres parejas que salen y cada una simboliza un tipo de relación que haya podido ver e incluso experimentar en alguna ocasión".

"Me gustan mucho los detalles de emoción barata como lo de la enfermera de Franco... (Ojo, ¡spoiler!)"

"Las entrevistas que incluyo son todas fingidas".

"Nunca sé de lo que voy a ser capaz, pero sí sé de lo que no voy a ser capaz. No soy un historiador, no tengo ni la formación ni las ganas para escribir sobre la historia, y a mi lo que me gusta es escribir novelas. Lo que me gustaría con esta novela es que la gente me dijera que se ha emocionado a leerla, que las personas de la vida real que se parecen a los personajes de la novela, se merecen un poco de ayuda, que no los dejemos tirados, y que hayan aprendido cosas, no sólo sobre la red Gladio [...] sino algo un poco sobre el género humano, cómo son la relaciones de poder dentro de casa, pues en el dormitorio de cada uno también hay uso del espionaje, uso indebido del poder, traiciones, cambios de fila... Tanto dentro como fuera tenemos que luchar contra ellas"

"En Operación Gladio me gustaría que se aprendiera lo importante que es en este mundo el periodismo, lo importante que es tener siempre vigilancia sobre el poder, alguien que levante las alfombras de los palacios. El periodismo está acosado por la política, por la economía, por la tecnología... Todo el mundo cree que es un periodista y puede dar una opinión en un blog y puede competir con las noticias serias y bien informadas que se dan en otro medio."

lunes, 28 de marzo de 2011

¡Nuevo libro!: Ya no es tarde

Aún no hemos acabado con este libro, ni siquiera hemos digerido los primeros bocados, y ya sabemos que el próximo libro de Benjamín, uno de poemas, se publicará después del verano, y se llamará Ya no es tarde. Prolijo autor este Benjamín, para regocijo de sus lectores.

Mientras pasamos las páginas del Operación Gladio con ansia y recelo, por querer avanzar y no querer que se acabe, nos tomamos con mas Operación Gladio, fuera del libro. Es el que Benjamín Prado nos deja y nos explica en cada una de las entrevistas que concede a raíz de la publicación del libro.

Un gran ejemplo lo encontramos en la entrevista que Marta Caballero, de Elcultural.es, publicó el pasado 27 de marzo. En ella, además de revelarnos el ya mencionado nombre de su nuevo libro de poesía, nos explica que Juan Urbano es "un homenaje al Juan Panadero de mi maestro Rafael Alberti", que de su época de periodista "no me interesa lo que me están contando sino lo que me ocultan" y que "los periodistas tenéis que luchar contra vuestro propio periódico", o que "los adolescentes que van a los conciertos de Pereza me escuchan con respeto y silencio, salgo marvillado". Pero para qué contarlo si podéis leerlo...


La historia es un regalo para el que escribe, y a Benjamín Prado no le ha hecho falta irse muy lejos en el tiempo para encontrar en ella una trama de espías, ambientada en los complejos laberintos de la transición y que, además, le ha permitido elaborar una tesis en torno a la necesidad de una memoria histórica que debe ir más allá de la guerra civil. Publicada por Alfaguara, su Operación Gladio recrea la vida de una joven periodista en busca de la verdad, en una historia coprotagonizada por Juan Urbano, personaje principal de su anterior libro, Mala gente que camina, y en la que caben la CIA, la guerra, el asesinato de los abogados de Atocha, los GRAPO, el magnicidio de Carrero Blanco, el GAL...

Pregunta.- Olvido y memoria son dos constantes en Operación Gladio y en su libro anterior, Mala gente que camina. De hecho, este nuevo empieza con una cita de Louis Aragon que reza "Tal vez sea yo el hombre que vuelve de tu olvido".
Respuesta.- La cita explica bastante bien la idea de que nunca sabes por dónde va a regresar la memoria de las cosas, sabes dónde las entierras pero nunca sabes por dónde van a salir, me acordé desde el principio de esa frase. Uno puede elegir a dónde va pero no de dónde viene. Por eso es tan absurdo luchar contra la memoria, tanto luchando contra jueces como dejando gente en las cunetas.

P.- El libro pasea por distintas coyunturas históricas con especial énfasis en los 70, cuando usted era adolescente. ¿Utilizó su propia memoria para reconstruir la etapa?
R.- Son momentos de los que, más recuerdos, guardo impresiones, pero eso es bueno, lo malo es escribir sobre las cosas que te afectan directamente, porque te arriesgas a reconstruirlas de manera visceral y a no tener la perspectiva. Cuando escribí Mala gente que camina se me ocurrió hacer una serie de novelas que sucedían en la actualidad con referencias a un tema de nuestra historia reciente que uno conoce pero no del todo.

P.- Es cierto que se sabe muy poco de la red Gladio, una historia con tantos ingredientes narrativos como para un thriller de Hollywood: terrorismo, la CIA...
R.- Es maná para un novelista, una historia como caída del cielo. Hay una frase que resume el libro y que dice que la transición fue un triunfo de todos que también tuvo sus perdedores. No seré yo quien pinte de negro la transición, pero era imposible que un año se saldaran todas las deudas con una dictadura de 38. Si hubiese sido así, estarían los jueces del Supremo echando a los de la Audiencia por investigarla, no estaríamos aún retirando placas y monumentos y no habría republicanos enterrados en el Valle de los Caídos en contra de la voluntad de sus familias. Hay demasiadas cuentas pendientes. De la mima manera, tampoco estaríamos buscando niños robados. Esta es una novela de espías cuyas historias están muy ancladas en la realidad, con casos de corrupción política, de terrorismo...

P.- ¿Qué ha descubierto profundizando en este episodio histórico?
R.- Mientras la bala de Hitler estaba caliente, la guerra ya estaba fría: se hicieron más de 4.000 atentados para evitar que los partidos comunistas llegaran al poder. En Atocha efectivamente hubo un periodista italiano. Y esta historia acaba con los crímenes del GAL. Hoy estamos en lo mismo, pero con distinto collar, porque existen Afganistán, Libia... Sin embargo, aquel fue el último episodio de nuestra historia reciente que contempla que al enemigo hay que eliminarlo, es la última demostración de la ideología de la dictadura.

P.- ¿Hasta dónde ampliaría la memoria histórica?
R.- Cuando hablamos de memoria histórica parece que hay que irse a la guerra civil, y no sabemos cosas que han pasado en los 90. Por ejemplo, los niños robados en esa época los robaron por razones económicas, una cosa es hija de la otra, es lo de pensar que hay gente que tiene menos derechos, es otra expresión de la dictadura. La novela acaba hablando de los GAL, de cómo el inspector Medina, que era percibido como un superhéroe, pasa de pronto a ser un tipo acusado de robo de documentos, de cosas absurdas como el robo de un aceite a Ruiz Mateos... este tipo del que hay cientos de noticias en la prensa de la época, lees una mitad y luego la otra y no tienen nada que ver. Está todo ahí en los periódicos.

P.- De hecho la novela tiene mucho de periodismo. Empezando por la intrépida Alicia Durán, la protagonista.
R.- Soy de los que piensa que la última esperanza de la verdad es el periodismo, es muy difícil ir a buscarla al Parlamento o en los banqueros. Aquí maneja los hilos esa cosa llamada mercados, que domina tu vida y la de tu gobiernos, cuando habla el presidente siempre habla de si los mercados le dejan o no.

P.- Lástima que el periodismo hoy tenga tan mala prensa.
R.- El periodismo está amenazado por la política, la economía, Internet... Se necesita alguien que como la protagonista esté dispuesta a jugarse la vida. Los periodistas tenéis luchar contra vuestro propio periódico.

P.- Usted también desempeñó este oficio, ¿hay anécdotas biográficas en la novela?
R.- Sí, lo que cuento más o menos viene de ahí, hay algún que otro redactor jefe sacado de esa época. Me conozco la pelea del periodista contra la realidad, a mí no me interesa lo que me están contando sino lo que me ocultan. También conozco la lucha del periodista dentro del periódico para colocar su noticia, para darle prioridad, eso expresa una pasión, porque el verdadero periodismo no es un oficio, es una vocación. Gracias a que existe el periodismo, conocemos el 90 por ciento de los casos de corrupción.

P.- ¿Y Alicia y el resto de personajes que tienen de verdad?
R.- Para Alicia me he inspirado en personas que conozco, gente cuya vida personal no es tan organizada, perfecta y profesional como su vida laboral. El periodismo te come, eso lo sé yo, te quita mucho trozo de tu vida. Como ella es una periodista de verdad, no encuentra las mismas satisfacciones en su vida personal que en la profesional. Yo quería hacer ese homenaje a ese valioso periodismo de investigación que hoy tiene mucho más valor que la noticia, que ya has visto 20 veces antes. Alicia es muy joven y cuando le proponen hacer entrevistas sobre la semana negra se da cuenta de que no se lo sabe todo y ve que hay muchas cosas que contar. Además, recupero al personaje de Juan Urbano, de mi novela anterior, él es un homenaje al Juan Panadero de mi maestro, Alberti. Uno tiene razones sentimentales.

P.- Operación Gladio tiene una trama policíaca, una inmersión en el mundo del periodismo y en la historia reciente… pero, más allá de la anécdota, qué ha querido contar?
R.- La intención está contenida en esa frase de la transición. No veo que en 2011 haya necesidad de que exista gente a la que una democracia asentadísima no le haya dado lo que le debe. Como tampoco puede ser que haya estatuas de dictadores, que se mantenga abierto y en pie un mausoleo de un dictador... O lo de Garzón, aunque me cae mejor su causa que él.

P.- Con tanta Historia, habrá descuidado un poco la poesía.
R.- Espero sacar un poemario después del verano, pero una novela como esta es un curro muy grande, me he tirado seis años. Se titulará Ya no es tarde.

P.- ¿Para un poeta y escritor cómo es convertirse en estrella del rock junto a Sabina?
R.- Me gusta mucho, una cosa que nos viene bien a todos para quitarnos solemnidad es disfrazarnos de cosas. Yo soy lo que quiero ser, siempre quise escribir, pero me divierte dar un concierto con los Pereza y escribir canciones con Joaquín. En el festival de poesía de Granada actuaré tres días. Uno actúo con Pereza; al siguiente mantendré una charla con Vargas Llosa; y al tercero, presentaré mi libro. Y lo que más miedo me da es lo de Vargas Llosa, Pereza no, les doy yo miedo a ellos. Las adolescentes que van a sus conciertos me escuchan con respeto y silencio, salgo maravillado.

domingo, 27 de marzo de 2011

Criticando a Medio Mundo y otro medio

Mientras Operación Gladio pasa las páginas de quienes ya la tienen en sus manos o espera en las librerías a quienes aún no se han encontrado con ella, Benjamín Prado sigue criticando.

Este sábado ha sido en Babelia, de El País, y ha sido una breve reseña sobre el ensayo de José Moreno Villa, "Medio Mundo y otro medio. Memorias escogidas".

Memorias. Como miembro de una generación a la que no pertenecía por edad, José Moreno Villa siempre fue una persona al margen, aunque emparentado con los poetas del 27 por la amistad, por sus impulsos surrealistas y, al llegar la Guerra Civil, por su lealtad a la República y su salida hacia el exilio. Moreno Villa no es un poeta de las dimensiones de Lorca, Alberti, Cernuda o Salinas, pero su obra en verso tiene interés; su obra en prosa es esencial en el terreno de la autobiografía, gracias a sus memorias, tituladas Vida en claro; y también merece la pena leer sus ensayos, por ejemplo los reunidos en Los autores como actores y otros intereses literarios de acá y de allá. En todos ellos se muestra un hombre inteligente y un escritor pulcro, sin alardes: "Yo no me pongo a tono con el chistoso ni aún con el ingenioso que abusa del ingenio. (...) Gusto del ingenio, pero no en forma torrencial o agotadora. Esto es lo que me fatiga en Gómez de la Serna y en Bergamín". Vida en claro se publicó en 1944 y Moreno Villa murió en 1955 en México, donde había llegado en 1937. En los 18 años que estuvo allí, escribió innumerables artículos, y algunos de ellos pasaron a ser el origen de su autobiografía. Todos los demás se resumen en Medio mundo y otro medio. Memorias escogidas, el tomo preparado ahora por Humberto Huergo para Pre-Textos. En él reaparecen los paisajes y personajes de su vida española, por ejemplo Antonio Machado o Lorca, y se hacen visibles los de su vida mexicana, Alfonso Reyes, Xavier Villaurrutia y Octavio Paz, entre muchos otros. Todos tienen su esbozo limpio, parecido al de los dibujos del Moreno Villa pintor, y en conjunto este tomo es un buen complemento de Vida en claro y, por lo tanto un libro que interesará a todos los seguidores y estudiosos de la generación del 27 y de la época en la que se desarrolló esa mezcla de alegría y tragedia que fue su historia.

miércoles, 23 de marzo de 2011

23M Operación Gladio

Operación Gladio, que sale hoy a la venta en Alfaguara, es el nuevo libro de Benjamín Prado. "Una novela de espías porque la realidad era una novela de espías", dice el autor en su primera entrevista, hoy en La Vanguardia.
Ha pasado más de un mes desde que Benjamín realizase su presentación oficiosa en la Biblioteca Nacional (míra aquí la noticia), y que seguimos y compartimos en vídeo (clica aquí). Desde entonces hemos ido desgranando las noticias, que han ido llegando con cuentagotas: primero fue la portada, posteriormente Alfaguara nos adelantó la sinopsis, y el último paso fueron las 12 primeras páginas de esta novela que ya hemos empezado a disfrutar.

Benjamín, en su facebook, nos adelantaba ayer que hoy sería un duro día de entrevistas, y la primera que hemos podido ver, en medio on line, ha sido en La Vanguardia, aunque la firma es de Europa Press. En ella podemos leer:


Mezclando realidad y ficción, Benjamín Prado publica 'Operación Gladio', una novela de espías ambientada en la Transición y donde una periodista investiga las entrañas de la 'Red Gladio', organización anticomunista promovida por la CIA para sembrar el caos y evitar la expansión de la izquierda por Europa.

"El papel de la CIA y de los servicios secretos americanos en la Transición española es mucho más profundo de lo que se sabe", explica a Europa Press Benjamín Prado y recuerda el atentado de Carrero Blanco.

"Es muy raro que maten a Carrero Blanco estando aquí Henry Kissinger, secretario de Estado de EEUU, y lo matan enfrente de la embajada norteamericana con toda la zona peinada por la CIA", indica. Además, subraya que en el año 2008 se desclasificó un documento secreto de la Embajada americana en el que se decía que lo mejor para España es que "Carrero desapareciera del mapa".

"En una novela de espías tu tienes derecho a sumar determinadas piezas de la realidad y llegar a una conclusión, que es lo que yo he hecho", argumenta este autor y poeta, que ha publicado novelas como 'Mala gente que camina', 'La nieve está vacía' o el ensayo 'A la sombra del ángel'(trece años con Alberti). Asimismo, Benjamín Prado explica que la Red Gladio, formada por gente de la Gestapo, llevó a cabo más de 4.000 atentados en toda Europa.

"Montaron la 'estrategia de la tensión' organizando crímenes y atentados por toda Europa y culpando a grupos de izquierda y evitando que los partidos comunistas llegaran al poder". "Es una novela de espías porque la realidad era una novela de espías", precisa.

En este sentido subraya que los dos únicos personajes de la novela que no son inventados son el comisario Medina y el terrorista Vicenzo Vinciguerra, neofascista convicto en una cárcel de Milán y sospechoso de haber trasladado a Italia la armas con las que se asesinó a los abogados de Atocha.

"Poca gente sabe que dentro del asesinato de los abogados laboralistas de Atocha había un terrorista de la Red Gladio y que llevaba una metralleta con la que fueron ametrallados los abogados, y al día siguiente, alguien tapó en la pared los agujeros de ráfaga y esa metralleta nunca llegó al sumario". "Y era un fusil del ejército español, alguien del ejército se lo entregó al terrorista", argumenta el autor.

"Yo creo que hubo muchos pactos de silencio y muchas renuncias durante la Transición y pasado el tiempo hay mucha gente que no ha recibido el trato que una democracia le debe a todos sus ciudadanos", valora este escritor, que ha trabajado en esta novela durante seis años. "En España tendemos a ocultar una parte de las cosas, y si ocultas las cosas, parecen peor de lo que son.

La Transición no fue tan perfecta. Además, quién puede pensar que después de 38 años de dictadura se solucione todo en año y medio", añade. En esta misma línea, denuncia que el Valle de los Caídos esté lleno de republicanos, enterrados con "alevosía y nocturnidad". "La obligación del Estado es dar los restos a los familiares que los reclamen", apunta Benjamín Prado, para quien el Valle de los Caídos es una "atrocidad" y una "anomalía histórica" con tinte "hortera".

"Es alucinante que exista un monumento funerario a un dictador y encima lleno de republicanos allí metidos", señala. En este sentido reconoce que él también está un "poco cansado de la Guerra Civil". Por eso esta novela trata sobre la Transición y sus efectos y los asuntos que no quedaron del todo resueltos.

Asimismo, en las páginas de 'Operación Gladio' aparece el juez Garzón, ya que Prado considera "inaudito" lo que está ocurriendo. "Que un juez de la Audiencia Nacional se ponga a investigar los crímenes de la Dictadura para intentar reparar los derechos de algunas personas y que el Tribunal le eche a la calle, me parece tremendo", valora. "En estos momentos, uno de los grandes peligros de este país son los jueces, tanto cuando ves que a un juez que intenta perseguir el Franquismo y lo echan de la Audiencia como al que juzga a un hombre, da a una mujer veinte puñaladas y no dicta ensañamiento".

"Los jueces llevan una bandera debajo de la toga aunque se supone que deberían estar al margen", advierte. "Si contra algo está chocando la memoria histórica es más contra los jueces que contra los políticos, suponiendo que sean cosas distintas", advierte Benjamín Prado, quien cree que es una "estupidez" el concepto de "las dos Españas". Asimismo, y respecto al papel del PSOE en la memoria histórica, asegura que le "duele" porque lo ha "dejado a medias" y no se sabe bien por miedo a quién o quiénes. "Creo que en este país todavía hay gente que no ha recibido la reparación de la democracia que debe", insiste.

No obstante, matiza que esta novela es, en cierta manera, un "homenaje" al periodismo como la "última esperanza" de llegar a la verdad de algunos asuntos. Por ello la protagonista de 'Operación Gladio' (Alfaguara) es Alicia Durán, una periodista con un carrera profesional impecable pero con una vida personal que se tambalea. Duran se va implicando en los hechos de la Transición y descubre que hay una verdad "oficial" y una serie de "secretos" o crímenes sin reconstruir.

Por otra parte, explica que 'Operación Gladio' es el resultado de una serie de novelas que él ha escrito, ambientadas en algún momento de la historia reciente de España y protagonizada por Juan Urbano, el personaje central de su anterior obra, 'Mala gente que camina', y cada una de ellas con un género diferente. Por ello, su próxima novela será una novela de aventuras con un personaje que busca una pista para desvelar algún episodio de nuestro pasado reciente por toda Latinoamérica.

martes, 22 de marzo de 2011

Citas a la vista II

El propio Benjamín nos ha aclarado en un comentario cuáles serán las próximas citas:

"Abril y mayo los he dejado básicamente para la promoción de Operación Gladio". Pero:

Del 11 al 17 de Abril estoy en Lima, presento allí una antología que me han sacado y se titula "No me cuentes tu vida". (Como el poema homónimo de Benjamín, miralo aquí)
Participo en el Festival Eñe y me voy a ver Macchu Picchu, que es como andar por dentro de un poema de Neruda". Este año fue en Madrid, ahora salta el charco y en la portada de la web le encontramos, no te lo pierdas en el vídeo con imágenes de Madrid. "A las lecturas de poesía les pasa como a la comida, les hace falta el aroma, y el aroma de hoy era bonito, era interesante", dice Benjamín en el vídeo.

"El 23 de Abril leo poemas en Caixa Forum, en Madrid". Recital poético, a las 20h, gratis, con motivo del Día Internacional del Libro con Luis García Montero, Luis Alberto de Cuenca, Alejandro Martínez (que cantará poemas de Jaime Gil de Biedma)
El 30 de Abril en Avilés.

En mayo es lo de Granada (que si comentamos en el blog en la anterior entrada): el 12, la conversación con Vargas Llosa, sobre poesía; el 13 el rock & poetry con los Perezita, en la Huerta de San Vicente -por la manera en que se frotan las manos los organizadores, creo que el que quiera ir debe darse prisa...-, y el 14 la presentación de Operación Gladio en la Feria.

El 24 de mayo hablo de Dylan en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que es su cumple: 70 años y parece que fue ayer.

Abrazos para todos", se despedía en su comentario. Y yo sucribo. Y mañana... el libro.

jueves, 17 de marzo de 2011

Citas a la vista


Tenemos marcada la fecha del 23 de marzo en rojo, pero ese día no hemos quedado con Benjamín, sino con su libro, con Operación Gladio. Pero debemos coger nuestra agenda y dejarnos huecos para las siguientes actividades:


- Libreria Muga. Acto comentado por el autor, pero aún no confirmado. Estaremos pendientes.

- Museo Reina Sofía. Los rumores llegan de buena fuente, pero aún no hay confirmación oficial.

- Festival de Poesía Internacional de Granada. Lo abrirá Mario Vargas Llosa, el último premio Nobel de Literatura, y según comenta Benjamín en su Facebook ese mismo día, el 13 de mayo, parece ser que habrá entre ambos una "conversación pública".


Al día siguiente Benjamín volverá a unirse a los Pereza para volver a hacer magia con el dúo poesía y música, como ya hicieran, allá por Abril del año pasado en San Vicente de Raspeig. El 13 de mayo es la fecha, el parque Federico García Lorca el lugar, 25€ el precio, y varios los puntos de venta, la taquilla del teatro Isabel la Católica, Discos Krisis en Granada y Melgamusic. Además, si estás fuera de Granada y quieres asistir puedes enviar un correo a fipgranada@yahoo.es, y desde ahí te responderán informándote qué tienes que hacer para lograrlas.


- Feria del Libro de Granada. Presumiblemente completará su terna "granaina" el día 15 en la Feria del libro de Granada donde presentará Operación Gladio a los allí presentes.


- Feria del Libro de Madrid. Del 27 de mayo al 12 de junio. No es que el cartel no se haya cerrado, es que aún no se ha puesto, pero parece ser que será allí la presentación por todo lo alto de Operación Gladio.


Muchas citas, pero con algunas dudas e interrogantes, permaneceremos atentos para ir disipando las primeras y contestando los segundos.

domingo, 13 de marzo de 2011

12 páginas para 500 post

Este es el post número 500 de este blog, y no se me ocurre mejor manera de celebrarlo que haciéndome eco de las 12 primeras páginas, ya editadas, del nuevo libro de Benjamín Prado, Operación Gladio.

El 15 de noviembre de 2010, Benjamín nos regalaba el primer párrafo (del que no ha cambiado una coma), y lo publicábamos en el blog en exclusiva. Ahora Alfaguara, aunque siga con la mala costumbre de no comunicar nada, ha colgado en su página web cómo sigue. Nos da un adelanto que nos hace algo más llevadera la espera hasta el día 23 de marzo, fecha prevista para el lanzamiento definitivo del libro.

Alicia Durán, es el nombre de la protagonista, cuya mirada nos guía en las primeras páginas hasta que en la 11 se nos presenta. "Alicia es periodista, aunque espera no serlo por mucho tiempo...". Y es en la página 12 donde por primera vez se muestra el por qué del nombre del libro "la red paramilitar Gladio", cuando el narrador se hace las preguntas que intuímos nos guiarán a lo largo de todo el libro.

"Su pareja se llama Juan y es profesor de instituto...". Pág. 13. ¿De qué me suena eso?

La frase con la que Benjamín Prado resumió, en la presentación oficiosa del libro en la Biblioteca Nacional, la encontramos en la página 15: "la Transición fue un triunfo de todos que también tuvo sus perdedores".

Y en la última línea se nos muestra a la jueza Bárbara Valdés, aquella de quien Benjamín habló en la Biblioteca Nacional.

Conocemos la historia, conocemos a los personajes, conocemos al autor, conocemos la fecha... sólo falta el libro.

Como no tiene sentido transcribir todo lo que podéis encontrar en la web de Alfaguara, si clicáis sobre la imagen inferior podréis disfrutar, con esa mezlca de atropellamiento por querer saber y freno por no querer acabar, de las 12 primeras páginas de Operación Gladio.

Vuelta a la crítica, hoy de Ida

Mientras esperamos Operación Gladio, seguimos leyendo los textos que Benjamín Prado escribe en El País, como el de la semana pasada en Babelia. Son más o menos habituales sus críticas en el especial de cultura del diario, y en esta ocasión se centró en Mella y Criba, el último libro de Ida Vitale.

La ausencia se paga por adelantado.

Poesía. Mira algo o lo recuerda, que es un modo de mirar lo que ya no está, le busca o, más bien, le elige el centro y lo filtra, lo depura y el resultado, en el que se mezclan "algo de Historia y algo / todavía sin nombre", es uno de sus poemas: así parece trabajar Ida Vitale (Montevideo, 1923), cuya poesía, siempre inteligente, refinada y certera, ha encontrado una buena definición en el título de este último libro, Mella y criba, con el cual vuelve a resumir en tres palabras lo que Álvaro Mutis llamó "la sabiduría decantada" que caracteriza su obra, como antes lo había hecho con Procura lo imposible, Cada uno en su noche o aquel centauro con cabeza de novedad y cuerpo de antología que fue Reducción del infinito y que cuando fue publicado en España por Tusquets abrió de par en par los ojos de muchos lectores que no conocían como es debido a esta discípula de José Bergamín -a quien frecuentó cuando éste estuvo exiliado en Uruguay- e integrante en su país de la famosa generación del 45, junto a Juan Carlos Onetti, Idea Vilariño o Mario Benedetti, que sin duda va en el barco de los escritores más notables de nuestro idioma.

En Mella y criba está todo muy claro, desde su apuesta por la inteligencia frente a los excesos sentimentales -"es inútil amar / lo que se ignora"-; hasta su falta de confianza no ya en la posteridad -"en su óvalo, quietas, las estatuas, / con su mirar de camposanto solo, / aguardan el desfile de la historia"- sino en el futuro: "No sabré lo que sigue", reconoce, con una melancolía distante, al final de un poema ocurrido en la ciudad nicaragüense de Granada. Al final, como dice en otro texto titulado 'Visión oscura', las cosas se vuelan igual que los pájaros y todo desemboca en "un silencio / que ya no oculta nada". Camino de los noventa años, la joven Ida está de vuelta y ve las cosas con cierto fatalismo: la vida, dice, "se engaña / hacia la rama alta /para allí desplomarse". En un creador que aún se siente "presa de la vida", el consuelo y la meta son lo mismo, coinciden en sospechar que tal vez "irse del mundo / pida dejar algo / en pago de la ausencia". Mella y criba está aquí para eso.

lunes, 7 de marzo de 2011

La sinopsis digital de Operación Gladio

Por fin Alfaguara da noticias del libro que lanzará el día 23 de marzo: Operación Gladio, de Benjamín Prado. Menos mal que hemos tenido noticias previas, porque la editorial ni ha publicado la novedad ni ha facilitado información alguna por ningún medio (ni pidiéndosela directamente).

El caso es que por fin tenemos la sinopsis del libro, en formato digital, eso sí, y acompañando a una portada que a muchos ya nos suena. La sinopsis viene a explicar lo que Benjamín dijo en la presentación oficiosa de la novela en la Biblioteca Nacional, y corrobora (destripando el final de Mala Gente que camina a quien no lo haya leído) que Juan Urbano será el nexo de unión de todas esas novelas que Benjamín dijo que iba a escribir, una serie de la que Operación Gladio es la segunda.
Algunas de las tiendas de libros más importantes de España, como La Casa del Libro, o la FNAC, ya la incluyen en su catálogo.
La sinopsis de Alfaguara dice así...
Operación Gladio nos guía por el tortuoso camino que llevó en España de la dictadura a la democracia, lleno de conquistas y renuncias, acuerdos históricos y pactos vergonzosos.

¿Qué tenían en común el asesinato de los abogados laboralistas de la calle de Atocha, el magnicidio del almirante Carrero Blanco, los atentados de los GRAPO, la guerra sucia contra ETA y la violencia que jalonó la Transición española?

Esas preguntas conducen a la periodista Alicia Durán hasta la Red Gladio, organización anticomunista promovida por la CIA tras la Segunda Guerra Mundial que mató a miles de inocentes para sembrar el caos y evitar la expansión de la izquierda por Europa. El éxito de su investigación, llevada a cabo entre España e Italia, correrá paralelo al riesgo de su vida...

Mientras reconstruye esa historia y la de un republicano capturado en Francia, ejecutado cerca de Madrid y, veinte años más tarde, enterrado en secreto en el Valle de los Caídos, cuyos restos intenta recuperar su hija, Operación Gladio nos guía por el tortuoso camino que llevó en España de la dictadura a la democracia, lleno de conquistas y renuncias, acuerdos históricos y pactos vergonzosos.

Mezclando realidad y ficción con grandes dosis de suspense, Benjamín Prado nos presenta en esta novela de espías una revisión crítica de nuestro pasado más reciente co-protagonizada por Juan Urbano, el personaje central de su anterior obra, la celebrada Mala gente que camina.

martes, 1 de marzo de 2011

Con un pie en el pop y en el rock

Mientras esperamos,con portada incluída, la llegada de Operación Gladio, Joaquín Sabina es entrevistado en el último número de la revista Anuncios , un medio especializado en publicidad, marketing... etc... En ella el improvisado periodista Gonzalo Figari (presidente de la agencia d6) le define como el mejor redactor creativo.

Y a su vez Joaquín, ante las preguntas acerca del trabajo en equipo, define a Benjamín Prado como sigue...

Pregunta: En publicidad trabajamos con equipos creativos, un redactor y un director de arte, y eso es un poco lo que pasó en tu último disco, donde tú y Benjamín Prado trabajastéis como un equipo creativo...
Joaquín Sabina: O sea, te refieres a tods tipos borrachos en Praga (risas).
P.: ¿Cuál fue la experiencia de trabajar en equipo creativo? ¿Lo volverías a hacer?
J.S.:Con Benja lo volvería a hacer con los ojos cerrados, es más, pretendo hacerlo. No haría otro disco con Fito Páez y sí haría y también pretendo hacer otra gira con Joan Manuel Serrat. Pero con Benja era mejor, porque era escribir a cuatro mabnos, lo cual parece imposible. Tienes que hacerlo con un tipo que, a pesar de ser un buen poeta como es El Benja, tenga un pie en el pop y en el rock & roll, como lo tiene El Benja. Porque si lo haces con un tipo que es sólo poeta, es muy difícil que entienda que una canción es algo mucho más y mucho menos que un gran poema. Una canción, que tiene su estribillo, tiene que abrirse directamente camino al corazón del público.