domingo, 22 de mayo de 2011

La feria de Sevilla

En ocasiones no estar en un lugar no impide saber con exactitud que pasó allí. Me refiero al día de hoy, a las 13:00 horas en la Pérgola de la Feria, del libro, de Sevilla. Esta mañana Benjamín Prado y Luis García Montero, presentaban Operación Gladio y Un Invierno Propio, respectivamente. Una presentación a modo de mesa redonda en la que ambos autores han hablado de "Memoria, literatura y política". En un día como el de hoy...

Sabemos cómo fue porque Antonio G.Garrido ha hecho de "corresponsal" y nos lo ha contado, de "viva voz" a través de su texto y de imagen a través de su fotografía (¡Muchas gracias!). Antonio nos lo contaba así:

"Benjamín Prado y Luis garcía Montero estuvieron hablando de literatura y política presentando sus dos nuevos libros en un día tan señalado como el 22 M en la feria del libro de Sevilla. Arrancó Luis citando a Balzac:" La novela es la pequeña historia de las naciones" y a partir de ahí comenzó a detallar algunos aspectos que le resultan interesantes de la novela de Benjamín como el momento histórico de la transición, las relaciones entre los personajes, etc. Estuvo reflexionando sobre el poder de los jueces y las diferencias entre lo que uno cree que es y lo que uno hace.

Benjamín por su parte nos presentó el libro de Luis haciendo referencia a Virginia Woolf " una habitación propia" y desde ahí se inició una reflexión sobre lo propio, lo público y la política actual, sobre todo la política ciudadana de hoy, haciendo referencias al 15 M. El libro se presenta como poemas reflexivos íntimos pero también con una constante resonancia política en todo lo que se hace: viajar frente al ordenanzas de seguridad, visitar a los amigos...

Finalmente hubo lectura de poemas y firmas de libro. La hora pasó volando.

Además, el diario Gente de Sevilla destaca, de una información de Europa Press, que "el acto ha dado comienzo con las palabras que García Montero ha dedicado a la novela de espías de su amigo Benjamín Prado, de la que ha expresado que es "un acercamiento a la vida cotidiana española, donde siguen pesando los recuerdos, la memoria histórica, no ya de la Guerra Civil, que está muy presente, sino de la Transición". Más de 30 años después, ha argumentado el poeta, hay que ver "qué nuevas preguntas y soluciones pueden darse cuando ya no se da esa situación militarista que se vivía en el año 1975".

En la novela, en la que Prado relata el "abuso de poder" de la CIA en la Transición española al haber promovido la Red Gladio, una organización anticomunista que durante la Guerra Fría mató a miles de personas con el objetivo de evitar la expansión de la izquierda por Europa, el escritor "fija una reflexión sobre las deudas pendientes", al tiempo que "se mete en la vida cotidiana de algunas mujeres, como son una periodista, una juez, una historiadora y una arqueóloga", según ha detallado García Montero.

De esta forma, ha continuado, "a partir del tejido de esa vida cotidiana, es a partir de donde se hacen las preguntas que tienen que ver con la verdad de la calle", aprovechando este hecho para comentar que "le encantó" el libro cuando lo leyó porque se encontró "con el escritor brillante que ha sido siempre Benjamín Prado y también con una persona madura", algo que era "mucho más difícil de esperar de él", ha bromeado.

Al hilo de esto, y teniendo en cuenta, como recoge 'Operación Gladio', el papel fundamental que jugó la Agencia de Inteligencia Central (CIA) en la Transición, el poeta granadino ha preguntado a Prado "si cree que en la realidad hay fuerzas oscuras que convierten en ficción lo que tendría que ser un transparente espacio público", algo a lo que el poeta y escritor madrileño ha contestado con un verso del propio García Montero, "la realidad supone un buen negocio para la imaginación".

Por su parte, Benjamín Prado, que el pasado 12 de mayo mantenía una conversación con al "joven cadete Mario Vargas Llosa" en el seno del Festival Internacional de Poesía de Granada (FIP), ha expresado que la Transición española ha sido un momento político "muy santificado", cuando, en realidad, también estuvo "sometido a poderes oscuros, como la CIA, que manipuló y limitó las libertades" y que, de alguna manera, hizo que los ciudadanos tuvieran una visión de la realidad "que no tiene demasiado que ver con la realidad".

"SIN PIEDAD NI NECESIDAD"

No obstante, el poeta madrileño ha destacado que no es un "demoledor absoluto de la Transición", ya que significó "el paso de una dictadura terrorífica que empezó y terminó asesinando gente sin piedad, e incluso, sin necesidad", pero "muchas cosas no quedaron resueltas y seguimos cometiendo la ingenuidad de creer que en año y medio de Transición pudieron resolverse todos los horrores de la dictadura. Lo hemos aceptado como verdad intocable", ha apostillado.

En esta línea, Prado ha dicho que en la sociedad española, si se cuestiona este tema, "parece que estás volviendo a abrir las dos españas" de las que hablaba el poeta de la Generación del 98 Antonio Machado, lo que en absoluto pretende, pues cree que "los españoles somos una gente estupenda", añadiendo que no cree en la imagen de los dos españoles de la pintura de Francisco de Goya titulada 'Duelo a garrotazos'.

En cuanto a la narración de su novela, Prado ha señalado que "lo que más le ha divertido ha sido escribir sobre la vida privada de los personajes, dándome el lujo de meterme con los jueces", a través de la jueza de 'Operación Gladio', Bárbara Valdés, y es que, el poeta piensa que son "los grandes chalados de este país", criticando que le "irrita profundamente que jueces del Tribunal Supremo (TS) hayan pedido una importantísima dotación de dinero público para tenerlo como fondo para pagar las multar por prevaricar".

Asimismo, Benjamín Prado ha tomado parte del poemario de su compañero Luis García Montero 'Un invierno propio' para reconocer que habla de la "propiedad sentimental, emocional, de los propios resortes de aquello que te apasiona", en este caso, la literatura, ha puntualizado el poeta, "con la idea de que uno no es propietario de lo que tiene, sino de lo que sigue buscando".

De esta manera, el escritor ha leído el verso "una modesta forma de resistir", del poema 'Los idiomas persiguen el desorden que soy', que a su vez se incluye en el último poemario de su colega, para explicar que en él García Montero se refiere a la poesía como "una modesta forma de resistir", a lo que Prado ha añadido que "habla de alguien que sigue buscando cosas y deseando encontrar un lugar de encuentro, de implicación y de reflexión".

En este sentido, el poeta madrileño ha aseverado que "Luis es muy opinión y sus poemas están llenos de opiniones y, a veces, de manera muy sutil", pues "no son poemas políticos como los de Rafael Alberti, pero siempre acaban con el veneno de un argumento ajeno en la cabeza que hace que los vuelvas a leer y te des cuenta del contenido ideológico y moral que tienen".

POESÍA "VIGILANTE"

De otro lado, ha calificado la poesía de García Montero de "vigilante", puesto que "mira en todas direcciones con la certeza de que nada de lo que ocurre ha estado nunca escrito" y con ello se refiere, ha dicho, a la idea de que no solo hay que atender a algo que ya haya sucedido, como la Transición, sino a lo que está por venir, un hecho que si no se contempla "mata la poesía, como los sobreentendidos matan a las parejas y también a la poesía" porque el poeta se convierte en alguien que ofrece "comida recalentada", mantiene Prado.

Finalmente, el poeta y escritor madrileño ha argumentado que en 'Un invierno propio' el poeta granadino, que entiende que no es más literario el escritor que se dedica a inventar un lenguaje extraño que el que intenta convertir en literatura la realidad, "escribe para comprenderse a sí mismo y para comprender a los demás", a lo que ha agregado que García Montero "es un animal político, le interesa la política y entiende de ella mucho más que yo".

El diálogo entre ambos poetas ha concluido con palabras de García Montero, quien, por otra parte, ha interpretado que "es muy simbólico que estemos en una plaza porque la lectura es como una plaza y, para que se produzca la lectura, es tan importante el autor como el lector", pues, en alusión a palabras del poeta catalán Joan Margarit, "un lector no es como el espectador que recibe pasivamente una música, sino como el músico que interpreta una partitura que ha escrito el escritor".

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