miércoles, 5 de mayo de 2010

Charla cultural

Alejado de los focos, de los escenarios, de las multitudes... Benjamín volvió a hacer lo que mejor sabe, habló de literatura, y difundió la importancia de la cultura y la literatura ente la juventud. Fue en la biblioteca del instituto de Fuentesauco, en Zamora, ante los alumnos de 4º de ESO, 1º y 2º de Bachillerato (15 a 18 años).

No se había anunciado a bombo y platillo, no salió la convocatoria en los papeles, pero los allí presentes contaron así lo que fue este encuentro de Benjamín con los jóvenes. Así lo contaba el periodista de La Opinión de Zamora que firma como I.G.

Benjamín Prado llegó y triunfó. Cercano, sencillo, sin alharacas, el escritor madrileño (1961) -íntimo de Alberti y coautor de los textos del último álbum de Sabina «Vinagre y rosas», entre otros-, invitó ayer a los estudiantes del Instituto de Fuentesaúco a «leer y empaparse de cultura para afrontar la realidad». Nada mejor que la biblioteca del centro para hablar de libros y de literatura de la mano de un privilegiado que, también sin presunciones, se enorgullece de mantener una estrecha amistad con numerosos escritores y poetas, mencionados muchos ayer. Aunque no fue sino un profesor quien estimuló a un jovencísimo Benjamín Prado para declarar un inquebrantable amor a los libros. Un guiño que fue muy agradecido por los docentes presentes en la Biblioteca.

Y así lo contó ayer, ante alumnos de 4º de ESO, 1º y 2º de Bachillerato, a los que el autor supo inmediatamente llevar a su terreno. Con una habilidad proverbial, Prado relató su fortuito encuentro con Rafael Alberti en una terraza de Las Rozas. O cómo el poeta gaditano quedó descolocado ante un anónimo joven que era capaz de recitar versos de su «Arboleda perdida». Un gin tonic terminó por sellar una amistad que perduraría hasta la muerte de Alberti. Ahí el autor ya se había ganado a su joven público.

La charla, organizada por el Instituto dentro de los «encuentros literarios» que ya se han celebrado en anteriores ediciones, continuó con un rosario de anécdotas y vivencias del escritor. Y entre ellas no podía faltar su amistad con Joaquín Sabina, que ha fraguado en la colaboración de los textos de las canciones que conforman el último trabajo del artista, «Vinagre y rosas». Para ello, ambos se refugiaron en Praga, una ciudad que otorgaba al cantante la deseada intimidad y anonimato. «A Sabina le gusta mucho tomarse un café tranquilo, y eso en cualquier país de habla hispana hubiera sido imposible».

Prado habló y también respondió a preguntas e inquietudes de los alumnos, como la relativa a el papel de la Sociedad General de Autores, tan cuestionado por su implacable seguimiento y control de las obras de los creadores. «Todo requiere un sentido común», vino a decir. Y si bien los autores tienen derecho a vivir, no parece de recibo que un taxista o una peluquera deban pagar por hacer sonar las canciones de unos y otros. Sensato y mesurado."

1 comentario:

amante del absurdo dijo...

¿Y que pasó con las supuestas charlas de la Feria sdel Libro de Argentina?


¿Se suspenden porque se anunció tiempo inestable?