¡Ojo! Imprescidible a partir del minuto 5. Benjamín recita una poesía, ¿no os suena?
Dejo el vídeo, y el texto, debajo, para aquel que prefiera leer lo que Benjamín Prado enseña. Es un orador extraordinario y dice frases que parecen escritas.
Benjamín Prado. Probablemente son las dos cabezas del mismo monstruo. No creo que haya ninguna poesía que no merezca la pena, que no tenga dentro ritmo, que no tenga dentro música, que no tenga dentro estructura y tampoco creo que no haya una música, al menos que a mi me interese, que no tenga dentro algo de poesía, algún verso memorable, alguna idea que uno quisiera robar para meterla dentro de un poema. Yo he buscado versos dentro de los poemas de los escritores que me gustaban y también los he buscado dentro de los discos de los cantantes que me interesan.
No sé si los cantantes son los nuevos poetas, lo que sí sé es que una canción y un poema son cosas muy distintas, son registros diferentes, tienen códigos distintos. Pedirle a una canción que por el mero hecho de quitarle la música sea un buen poema sería una excentricidad parecida a lo contrario, a pedirle a un poema que solo por el hecho de ponerle encima una guitarra se convirtiera en una canción. Son géneros distintos que sin embargo beben de fuentes parecidas y creo que hay muchos poetas que tienen una calidad musical dentro de sus poemas y por eso existe ese verbo, que a mi me gusta mucho, musicar: hacer un poema y convertirlo en un canción. Y también creo que hay cantantes que saben escribir canciones de manera que los poetas les envidiémos, nos gustaría robarles algún que otro verso.
Las voces que dicen que la poesía está muerta se parecen mucho a las voces que dicen que la novela ha muerto, suelen ser la de los escritores que creen que han muerto todas las novelas menos las suyas, todos los libros de poemas excepto los suyos. Creo que es todo lo contrario, la poesía siempre ha sido necesaria, ahora es imprescindible. Estamos en tiempos de pensamientos únicos, de corrientes de opinión, de correcciones políticas y de corrientes que más o menos persiguen lo mismo, que la gente no piense por sí misma, que no tengan recursos intelectuales propios, no tenga dudas personales respecto a las verdades generales que nos imponen los periódicos y las televisiones cada día. Creo que es muy importante reivindicar la capacidad de pensamiento propio, la capacidad de reflexión personal y hacia esa reflexión personal hay pocas puertas mejores que las de un buen poema. Uno lee a Gil de Biedma, lee a Ángel González, lee a Valente, a los grandes escritores de todos los tiempos y lo que te enseñan, básicamente, es a pensar. Pensar es prácticamente un lujo en esta época en la que sólo hay tiempo para actuar.
Con una canción se pueden decir muchas cosas que no se pueden decir con palabras y la prueba es que hay muchas canciones que desde el punto de vista de las palabras son muy mediocres, por ejemplo casi todas las de lo Beatles y sin embargo desde el punto de vista de la música, desde el punto de vista de la emoción y los sentimientos son muy complejas. Nos llevan a quienes las escuchamos a tener sensaciones, a tener emociones, a tener sentimientos que están muy bien.
La idea de que una imagen vale más que mil palabras está equivocada, pero también está equivocada la idea de que todo aquello que no se puede decir con palabras no se puede decir de ninguna manera. Uno a veces encuentra mensajes importantes, que te llegan muy hondo en canciones que a lo mejor no tienen una letra maravillosa, en cuadros que a lo mejor no son explicables desde la primera visión, desde películas que te pueden aportar cosas a la vida.
Hay una idea equivocada de lo que es el arte en general. Parece que el arte tiene que dar respuestas, pero el arte lo único que da son pistas. Uno mira un cuadro abstracto y no se trata tanto de lo que Juan Gris te cuenta a ti como de lo que tú puedes encontrar, de la explicación que le quieres dar a un cuadro, o a una canción. Eso con la música funciona mucho, funciona por emociones, funciona por sensaciones, funciona por indicios y la buena poesía también. Hay quien cree que el buen poema solo es aquel que dice las cosas de manera clara, de manera concisa. A veces dos palabras inexplicables te pueden dar más respuestas que las que puedan darte dos palabras mucho más concretas, mucho más centradas, mucho más vinculadas a la realidad del que oye.
Te puedo hacer un breve resumen de lo que hemos preparado esta noche. Nada. Yo nunca preparo nada, no creo que los actos públicos tengan que estar demasiado preparados, pues entonces se parecen a las noticias enlatadas. Me gusta mucho ver qué tipo de compañero tengo en el escenario, qué tipo de público tengo en frente e ir improvisando, creo que suele ser lo más efectivo.