miércoles, 26 de noviembre de 2008

Voces contra la violencia de género

Esta semana hay doble ración de radio, aunque no es por falta de noticias. Benjamín Prado no para y hoy, sin ir más lejos, ha estado en la entrega del Premio de Poesía Loewe que ha sido concedido a la autora Cristina Peri Rossi.

Y antes de ayer estuvo, con puntualidad radiofónica en "Afectos en la Noche", en RNE, como cada lunes, opinando, "porque soy muy opinador y aprovecho el programa de radio, los artículos de El País, para poder opinar y no volcar esa opinión en mis novelas", nos decía el otro día en Vallecas.

El lunes opinó sobre la violencia de género, con motivo de la celebración del Día en contra de la Violencia de género. Un tema en el que, pese a no existir disparidad de criterios ni darse al debate, dejó algunas pildoras interesantes. Al igual que otras semas, en las que se ha hablado de la tentación, la justicia, el reconocimiento, la discrección, la memoria, la paternidad, las elecciones americanas y la venganza, o el perdón.

Silvia Tarragona trajo a las ondas la frase del poeta argentino José Hernández, quien dice "sólo los cobardes son valientes con sus mujeres". Y también un aforismo, de Isaac Asimov, "la violencia es el último recurso del incompetente".
B.P. Donde hay violencia siempre falta educación. Siempre falta sentido moral. Ocurre el maltrato en todas las clases sociales, en todas las culturas, seguramente porque sencillamente lo que saca, para eso no hace falta ser de un país o de otro, o que tu poder adquisitivo sea uno u otro, resulta que hay personas que se comportan como animales. Los animales no se controlan, imponen siempre la ley del más fuerte sobre el más débil, una fortaleza física, muscular. No hay ninguna razón moral en el maltrato, no hay ningún derecho adquirido por ningún tipo de ley, solo hay un persona con más músculo y más fuerza que se dedica a masacrar a otra en una especie de infierno de 90 metros cuadrados que a mi siempre me ha parecido aterrador.

Con lo único que no estoy de acuerdo es con las palabras que se usan para definirlo. No me gusta el término violencia machista, creo que el machismo es otra cosa. Ser machista es ser torpe, no ser capaz de hacer una cosa, pero no es ser una asesino. En los poquísimos casos en los que es una mujer la que mata a su marido, nadie habla de violencia feminista. Me parece más adecuado, pero también más aterrador, y está bien aterrar para concienciar, el término de violencia doméstica. Ese infierno de puertas para adentro que realmente pone los pelos de punta.
Nuria Ribó le rebate, "no solo es la educación, hay maltratadores que tienen carreras..."
B.P. Yo me refería a otra educación, eso no es tener educación, es tener títulos, diplomas enmarcados en la pared, pese a que sea una persona que está vulnerando todas las leyes de la convivencia y de la razón.

Nuria Ribó dice que normalmente el maltratador es encantador, es una persona amable y a la gente le sorprende que sea un maltratador.
B.P. El que no se cree eso soy yo. Uno de los problemas de este mundo es que la gente miramos para otro lado. La gente no quiere ver los problemas que hay a su alrededor. Me cuesta mucho creer que cuando una mujer ha sido maltratada durante 15 o 20 años, se oyen gritos, se oyen golpes, esa mujer ha sido maltratada, me parece tan raro que nadie se entere, que nadie oiga nada... que me cuesta mucho creerlo. Todos vivimos en pisos y conocemos lo que hay alrededo, yo tengo una idea bastante cercana de qué hace el de arriba, el de al lado, sé que uno juega a las consolas pese a que tiene cierta edad, en otro alguna vez escucho una pequeña discusión... más o menos tengo una idea aproximada de cómo son los vecinos, siendo normales. Imagínate si son gritos, golpes...

En el programa entrevistaron a Lida Falcón y aparece en la tertulia.
B.P. Me quedo con una palabra que ha dicho Lida Falcón que es terrible, ha dicho que las mujeres sienten miedo y sienten vergüenza. Que sientan miedo es lo más normal del mundo, que sientan vergüenza por ser maltratadas me parece terrorífico. Es un error de nuestra sociedad.
A la intervención de una oyente responde Benjamín
B.P. Eloisa, cómo va a decir algo al iglesia si en ella tienen a las mujeres absolutamente proscritas, las mujeres no pueden dar misa, no pueden ser Papas, ocupan un lugar secundario en la iglesia.

B.P. Lo que no me gusta de la llamada de Eloisa, es esa forma de expresarse, la mujer, el hombre. No. El hombre no es ese animal de bellota que pega a las mujeres, son algunos hombres moralmente enfermos. No es bueno hacer esas distinciones tan genéricas. Lo que habrá que hacer es educar, en general, sancionar en particular, pero no caer en ese tipo de generalidades, porque todos conocemos a hombres que se portan extraodinariamente bien. No me gustan las expresiones, el hombre, el machismo. Afortunadamente somos muchos los hombres que estamos absolutamente concienciados de que esto es una lacra con la que hay que acabar como sea.

Un oyente que trabaja en un hospital comenta que cuando curan a un mujer que se ha intentando suicidar por maltratos, tienen que devolverla a casa con el maltratador.
B.P. Lo que no se entiende es porque no va la policía a buscar al maltratador y lo lleva a la cárcel. Aunque no denuncie, si un niño va con signos de maltrato a un hospital, este le denuncia a la policía y van a buscar al maltratador. Ese es un error de la legislación, la policía debía actuar de oficio.

B.P. Ya se han leído varios artículos de juristas alertando del aumento del número de denuncias falsas, en muchas ocasiones movidos por intereses económicos, un divorcio, una separación... Eso es terrible, ya que le hecho de que los verdaderos maltratos son un tema tan angustioso que es terrible que la gente se permita el horror de denunciar en falso, había que actuar con la misma dureza. En eso no sé si estamos del todo preparados para asumirlo.

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