La semana pasada el tema giró en torno a la tentación, al igual que otros días lo había hecho sobre la justicia, el reconocimiento, la discrección, la memoria, la paternidad y las elecciones americanas y la venganza, o el perdón.
Silvia Tarragona comenzaba así: decía Oscar Wilde que "la mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella". ¿Acostumbran a caer en la tentación?, ¿Ante una situación importante son personas que se dejan aconsejar por aquellos en quienes confían?
Hablando de la posibilidad de que Serrat se hubiera dedicado a la política...
Sobre a quién consultar cuando hay algún problema...
B.P. A mi me pasa que cuando voy a consultar sobre una chica a la almohada, ya está la chica en la almohada. Algunas veces me pongo a pensar en cosas que he hecho y que no he hecho y a veces me siento más orgulloso de aquello que no he hecho que de aquello que he hecho. La vida está llena de tentaciones que son muy atractivas por fuera, en teoría, pero que luego pensándolo bien te das cuenta de que no te aportan nada, te das cuenta de que te quitan cosas. Si lo piensas así, por ti, o por algún consejo, a veces uno puede estar muy orgulloso de las cosas que no ha hecho.
B.P. Es tan importante tener una persona en la que confiar y cuyo juicio sea digno de tener en cuenta, que en algunas ocasiones ese consejo me ha servido incluso después de su muerte. Siempre recuerdo de una persona importante como Alberti y Ángel González, yo pienso, ante algunas circunstancias de la vida qué hubieran hecho ellos ante esta situación.
Ante el tema de Bill y Hillary Clinton dice...
B.P. En la tentación está siempre quién es el tentado y quién es el tentador. Eva da la manzana, pero Adán se la come. En las tentaciones a veces pasa como en algunos timos, en el de la estampita nunca sabe uno quién es más miserable, si el timador o el timado. Con las tentaciones es igual, quién tienta o quién se quiere dejar tentar.
B.P. No siempre las madres aconsejan bien. Me estoy acordando de una de las sobrinas de Federico García Lorca cuando vivía en Nueva York se encaprichó de ella un muchacho, al que le gustaba mucho escribir. Pero la madre le aconsejó que ese muchacho no tenía futuro y no le iba a ir bien. ¿Sabes quién era el chico?, Paul Auster.
Suspiros varios de las féminas del programa.
B.P. Estamos hablando siempre de las tentaciones y los consejos, como si estos siempre fueran detrás, pero a veces también van delante. Hay consejos muy buenos. Vuelvo a Rafael Alberti, él me dijo una vez que si quería escribir lo que tenía que hacer era tomarme muy en serio mi obra y muy a broma a ti mismo. En ese caso el consejo va por delante.
B.P. La debilidad te podía hacer sentir sentimientos solidarios, pero provoca justo lo contrario. Hay gente que tiene el placer por derribar el árbol que ya está caído, cuando alguien está tambaleándose acercarse a darle el empujón para que acabe de caerse. Hay gente a la que le gusta dar consejo a posteri. Hay mucha gente que profetiza el pasado y dice aquello de "ya te lo dije". Suele ser el peor principio posible para cualquier frase.
B.P. Es muy interesante, como decía Antonio (un oyente), saber qué es lo que no puedes hacer, conocer tus limitaciones
Bueno, le he dado vueltas a la idea de moverse o quedarse quieto para huír, y también a la de encontrar una tierra sin nada escrito en la arena, por así decirlo, y de momento creo que podría quedar así:
ResponderEliminarEL VIAJERO
Se viaja siempre contra tu país,
de ti mismo a un lugar donde ser otro
que ya no te recuerde,
ni quiera regresar.
Pero dónde hay un mundo más allá del pasado,
para escapar de ti.
El que se marcha aprende a olvidar los caminos.
Quien se queda, renuncia a la aventura de irse
y al sueño de volver.
Pero de qué le sirve la distancia
al hombre que no olvida,
el que está condenado a que su rostro
se pueda reflejar a la vez en dos ríos.
Con la tristeza del que se detiene
para dejar pasar de largo sus deseos;
con la esperanza intacta
del que aún
no sabe dónde va ni a quién espera,
me despedí de ti,
bajé a la calle,
puse el pie en una tierra en la que no existías.
Nunca he ido más lejos que al dejarte marchar.
Aunque, por otra parte, tengo la sensación de que le falta un verso, antes del último. ¿Qué se os ocurre? :-)Esto ha sido divertido.
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