lunes, 23 de julio de 2012

Así comenzó todo

Comentábamos la semana pasada que Benjamín Prado había tenido que dejar la dirección de Cuadernos Hispanoamericanos por decisiones políticas. Por lo cual el de junio de 2012 fue el último número de Cuadernos que dirigió.

Pero en vez de recrearnos en el infortunio celebremos que nos legó 60 números en los 5 años que estuvo al frente de esta dirección. Algunos ya los he ido picando en este blog, otros los iré publicando poco a poco, para no olvidarlos y para rescatar esos editoriales de literatura que cada número, desde 2007, abrían los Cuadernos Hispanoamericanos.

Si la semana pasada fue el "penúltimo", hoy traigo el primero... disfrutadlo.

Por Benjamín Prado
Con el deseo doble de inaugurar caminos inéditos y mantener viva la llama de su prestigiosa historia, Cuadernos Hispanoamericanos inicia en este número una nueva etapa, en la que intentará seguir siendo una ventana abierta sobre la cultura iberoamericana, un lugar de encuentro para sus principales escritores y artistas y un imán al que vayan a parar el pasado y el presente, donde se reúnan la tradición y las nuevas tendencias: todo un reto, si tenemos en cuenta que estas páginas quieren ser la casa de dos idiomas, el español y el portugués, que hacían alrededor de seiscientos millones de personas.

En un territorio tan amplio, rico, diverso y lleno de particularidades, casi todo es posible desde el punto de vista creativo, y nuestra intención es que Cuadernos Hispanoamericanos pueda ser una guía plural y minuciosa que ayude a los lectores a orientarse por el laberinto de la cultura, en el que, al contrario que en el resto de los laberintos de este mundo, el éxito consiste en no encontrar la salida, en volverse uno de sus habitantes. Contaremos en cada entrega de Cuadernos Hispanoamericanos, que como puede comprobarse ha cambiado su diseño por otro más moderno y visible, con la firma de los más importantes creadores de nuestro ámbito, que aportarán tanto sus reflexiones como sus creaciones.

En este caso, por ejemplo, con textos de cuatro maestros como lo son el argentino Juan Gelman y el peruano Alfredo Bryce Echenique, que abren la revista con sendas meditaciones sobre la poesía y la novela, y los poetas español y uruguayo Ángel González y Mario Benedetti, que nos ofrecen una muestra de su obra en marcha. Pero pretendemos que Cuadernos Hispanoamericanos de acogida a todos los géneros y las generaciones, y autores de otras edades y estilos irán sumando su opinión y sus trabajos a las diferentes secciones de la revista, que pretenden contribuir al conocimiento completo de los escritores y artistas más conocidos y también de los que emergen con fuerza en la actualidad, y que en algunas ocasiones han tomado prestados sus nombres de autores clásicos, desde la borgiana «El otro, el mismo», que nos desvelará aspectos secundarios, profesiones al margen o pasiones desconocidas de autores célebres, hasta «Antes de escribir», donde se irá dibujando un mapa de los inicios de algunos escritores, o «Copias del natural», que surge del título de un libro de José Manuel Caballero Bonald y quiere dar a conocer perfiles confidenciales y ángulos ocultos de diferentes personalidades.

El cubano Antonio José Ponte y los españoles Luis Alberto de Cuenca, Juan Cruz y Luis Antonio de Villena se encargan en esta ocasión de esos apartados. En otra sección que inspira un epígrafe de Octavio Paz, «Generaciones y semblanzas», dialogarán en cada número de Cuadernos Hispanoamericanos un maestro y uno de sus discípulos, se definirán uno a otro y darán una muestra de lo que fue y es nuestra cultura.

Y en los sucesivos «Encuentros en la Casa de América» iremos dando una información de los actos que se celebran en esa institución y habrá una entrevista a fondo con alguno de sus protagonistas, en este caso con el narrador colombiano Fernando Vallejo. Pero también queremos abrir Cuadernos Hispanoamericanos a otras disciplinas, el arte, la música o el cine, y aparte de que cada número irá ilustrado por un pintor, en este caso por Pablo del Pino, también contaremos, por ejemplo, con textos de un director de cine que explique qué libro iberoamericano le gustaría convertir en una película y cómo la filmaría, como lo hace esta primera vez Inés París con un relato de Gabriel García Márquez.

Finalmente, vamos a intentar acercar la revista a todos los ámbitos de la cultura iberoamericana, dándole voz también a libreros, editores, críticos y ensayistas para que analicen el porqué, el cómo y el dónde de cada fenómeno cultural. En este caso, el narrador Santiago Roncagliolo, último premio Alfaguara, nos envía una «Carta desde Perú», el editor Jesús García Sánchez explica las razones de algunos de los libros que está publicando y la dueña de la librería madrileña Rafael Alberti, Lola Larumbe de detalles de la vida de los libros en su local. Les seguirán escritores, editores y libreros de todos los países de Iberoamérica

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