Pura Lógica ha sido la protagonista de El Cultural en un artículo de Túa Blesa en el que se hace un repaso de este gran libro, de estos 500 aforismos que disfrutamos siempre que podemos y que leemos cada día.
Pura Lógica. 500 aforismosEl Cultural
Del aforismo dejó escrito Friedrich Nietzsche, que lo cultivó, que eran formas de la eternidad. Puede parecer exagerado, pero en la brevedad que le es propia el aforismo aspira a ser duradero por cuanto expresa, o lo pretende, una verdad cuyo valor sería universal y atemporal, no en vano su significado en griego es 'definición'. Ligado al saber, a las ciencias, no es ajeno a la escritura literaria y no son pocos los poetas que han hecho uso de él; sobresale entre los españoles Juan Ramón Jiménez y, más reciente y muy diferente, Carlos Edmundo de Ory publicó varias series de lo que denominó aerolitos.Benjamín Prado (Madrid, 1961), poeta, novelista, articulista -y siempre brillante- ya dio a conocer algunos aforismos en sus publicaciones de poesía y ahora se recogen y se les añaden otros extraídos de varios de sus trabajos y es que el aforismo, además del que es ya tal cosa de por sí, del que se da aislado, puede aparecer engarzado en cualquier tipo de texto.En este conjunto de Prado la temática es diversa. No faltan, como era esperable en un escritor, los asuntos literarios, “Escribir es querer cazar lo inalcanzable”, “En cuanto algo se cuenta se convierte en ficción”, que contiene toda una teoría. No son pocos los casos que se basan en la paradoja, real o aparente, “A veces, la palabra que lo resume todo es nada”, “La vida es extraña: cuanto más vacía, más pesa”, o se rehace un dicho popular: “Rectificar no te convierte en sabio”; y no faltan algunas cuya explicación está en la escritura como “Oír un río es escribirlo al revés” o “La rutina es la ruina con un árbol en medio” y que recuerdan algunas greguerías de Gómez de la Serna.Ligada esta forma a lo moral, también se encuentran muestras en Pura lógica y otras que son pronunciamientos políticos: “Un banco es un atraco al revés, de dentro afuera”, o tan inmersas en la actualidad como “Después de los discursos llega la realidad: la uve a la victoria se vuelve unas tijeras”. Una lectura para el disfrute y la meditación.
sábado, 28 de julio de 2012
lunes, 23 de julio de 2012
Así comenzó todo
Comentábamos la semana pasada que Benjamín Prado había tenido que dejar la dirección de Cuadernos Hispanoamericanos por decisiones políticas. Por lo cual el de junio de 2012 fue el último número de Cuadernos que dirigió.
Pero en vez de recrearnos en el infortunio celebremos que nos legó 60 números en los 5 años que estuvo al frente de esta dirección. Algunos ya los he ido picando en este blog, otros los iré publicando poco a poco, para no olvidarlos y para rescatar esos editoriales de literatura que cada número, desde 2007, abrían los Cuadernos Hispanoamericanos.
Si la semana pasada fue el "penúltimo", hoy traigo el primero... disfrutadlo.
Pero en vez de recrearnos en el infortunio celebremos que nos legó 60 números en los 5 años que estuvo al frente de esta dirección. Algunos ya los he ido picando en este blog, otros los iré publicando poco a poco, para no olvidarlos y para rescatar esos editoriales de literatura que cada número, desde 2007, abrían los Cuadernos Hispanoamericanos.
Si la semana pasada fue el "penúltimo", hoy traigo el primero... disfrutadlo.
Editorial Cuadernos Hispanoamericanos nº680
Por Benjamín Prado
Con el deseo doble de inaugurar caminos inéditos y mantener
viva la llama de su prestigiosa historia, Cuadernos Hispanoamericanos
inicia en este número una nueva etapa, en la que intentará seguir
siendo una ventana abierta sobre la cultura iberoamericana, un lugar
de encuentro para sus principales escritores y artistas y un imán al
que vayan a parar el pasado y el presente, donde se reúnan la tradición
y las nuevas tendencias: todo un reto, si tenemos en cuenta que
estas páginas quieren ser la casa de dos idiomas, el español y el portugués,
que hacían alrededor de seiscientos millones de personas.
En un territorio tan amplio, rico, diverso y lleno de particularidades, casi todo es posible desde el punto de vista creativo, y nuestra intención es que Cuadernos Hispanoamericanos pueda ser una guía plural y minuciosa que ayude a los lectores a orientarse por el laberinto de la cultura, en el que, al contrario que en el resto de los laberintos de este mundo, el éxito consiste en no encontrar la salida, en volverse uno de sus habitantes. Contaremos en cada entrega de Cuadernos Hispanoamericanos, que como puede comprobarse ha cambiado su diseño por otro más moderno y visible, con la firma de los más importantes creadores de nuestro ámbito, que aportarán tanto sus reflexiones como sus creaciones.
En este caso, por ejemplo, con textos de cuatro maestros como lo son el argentino Juan Gelman y el peruano Alfredo Bryce Echenique, que abren la revista con sendas meditaciones sobre la poesía y la novela, y los poetas español y uruguayo Ángel González y Mario Benedetti, que nos ofrecen una muestra de su obra en marcha. Pero pretendemos que Cuadernos Hispanoamericanos de acogida a todos los géneros y las generaciones, y autores de otras edades y estilos irán sumando su opinión y sus trabajos a las diferentes secciones de la revista, que pretenden contribuir al conocimiento completo de los escritores y artistas más conocidos y también de los que emergen con fuerza en la actualidad, y que en algunas ocasiones han tomado prestados sus nombres de autores clásicos, desde la borgiana «El otro, el mismo», que nos desvelará aspectos secundarios, profesiones al margen o pasiones desconocidas de autores célebres, hasta «Antes de escribir», donde se irá dibujando un mapa de los inicios de algunos escritores, o «Copias del natural», que surge del título de un libro de José Manuel Caballero Bonald y quiere dar a conocer perfiles confidenciales y ángulos ocultos de diferentes personalidades.
El cubano Antonio José Ponte y los españoles Luis Alberto de Cuenca, Juan Cruz y Luis Antonio de Villena se encargan en esta ocasión de esos apartados. En otra sección que inspira un epígrafe de Octavio Paz, «Generaciones y semblanzas», dialogarán en cada número de Cuadernos Hispanoamericanos un maestro y uno de sus discípulos, se definirán uno a otro y darán una muestra de lo que fue y es nuestra cultura.
Y en los sucesivos «Encuentros en la Casa de América» iremos dando una información de los actos que se celebran en esa institución y habrá una entrevista a fondo con alguno de sus protagonistas, en este caso con el narrador colombiano Fernando Vallejo. Pero también queremos abrir Cuadernos Hispanoamericanos a otras disciplinas, el arte, la música o el cine, y aparte de que cada número irá ilustrado por un pintor, en este caso por Pablo del Pino, también contaremos, por ejemplo, con textos de un director de cine que explique qué libro iberoamericano le gustaría convertir en una película y cómo la filmaría, como lo hace esta primera vez Inés París con un relato de Gabriel García Márquez.
Finalmente, vamos a intentar acercar la revista a todos los ámbitos de la cultura iberoamericana, dándole voz también a libreros, editores, críticos y ensayistas para que analicen el porqué, el cómo y el dónde de cada fenómeno cultural. En este caso, el narrador Santiago Roncagliolo, último premio Alfaguara, nos envía una «Carta desde Perú», el editor Jesús García Sánchez explica las razones de algunos de los libros que está publicando y la dueña de la librería madrileña Rafael Alberti, Lola Larumbe de detalles de la vida de los libros en su local. Les seguirán escritores, editores y libreros de todos los países de Iberoamérica
En un territorio tan amplio, rico, diverso y lleno de particularidades, casi todo es posible desde el punto de vista creativo, y nuestra intención es que Cuadernos Hispanoamericanos pueda ser una guía plural y minuciosa que ayude a los lectores a orientarse por el laberinto de la cultura, en el que, al contrario que en el resto de los laberintos de este mundo, el éxito consiste en no encontrar la salida, en volverse uno de sus habitantes. Contaremos en cada entrega de Cuadernos Hispanoamericanos, que como puede comprobarse ha cambiado su diseño por otro más moderno y visible, con la firma de los más importantes creadores de nuestro ámbito, que aportarán tanto sus reflexiones como sus creaciones.
En este caso, por ejemplo, con textos de cuatro maestros como lo son el argentino Juan Gelman y el peruano Alfredo Bryce Echenique, que abren la revista con sendas meditaciones sobre la poesía y la novela, y los poetas español y uruguayo Ángel González y Mario Benedetti, que nos ofrecen una muestra de su obra en marcha. Pero pretendemos que Cuadernos Hispanoamericanos de acogida a todos los géneros y las generaciones, y autores de otras edades y estilos irán sumando su opinión y sus trabajos a las diferentes secciones de la revista, que pretenden contribuir al conocimiento completo de los escritores y artistas más conocidos y también de los que emergen con fuerza en la actualidad, y que en algunas ocasiones han tomado prestados sus nombres de autores clásicos, desde la borgiana «El otro, el mismo», que nos desvelará aspectos secundarios, profesiones al margen o pasiones desconocidas de autores célebres, hasta «Antes de escribir», donde se irá dibujando un mapa de los inicios de algunos escritores, o «Copias del natural», que surge del título de un libro de José Manuel Caballero Bonald y quiere dar a conocer perfiles confidenciales y ángulos ocultos de diferentes personalidades.
El cubano Antonio José Ponte y los españoles Luis Alberto de Cuenca, Juan Cruz y Luis Antonio de Villena se encargan en esta ocasión de esos apartados. En otra sección que inspira un epígrafe de Octavio Paz, «Generaciones y semblanzas», dialogarán en cada número de Cuadernos Hispanoamericanos un maestro y uno de sus discípulos, se definirán uno a otro y darán una muestra de lo que fue y es nuestra cultura.
Y en los sucesivos «Encuentros en la Casa de América» iremos dando una información de los actos que se celebran en esa institución y habrá una entrevista a fondo con alguno de sus protagonistas, en este caso con el narrador colombiano Fernando Vallejo. Pero también queremos abrir Cuadernos Hispanoamericanos a otras disciplinas, el arte, la música o el cine, y aparte de que cada número irá ilustrado por un pintor, en este caso por Pablo del Pino, también contaremos, por ejemplo, con textos de un director de cine que explique qué libro iberoamericano le gustaría convertir en una película y cómo la filmaría, como lo hace esta primera vez Inés París con un relato de Gabriel García Márquez.
Finalmente, vamos a intentar acercar la revista a todos los ámbitos de la cultura iberoamericana, dándole voz también a libreros, editores, críticos y ensayistas para que analicen el porqué, el cómo y el dónde de cada fenómeno cultural. En este caso, el narrador Santiago Roncagliolo, último premio Alfaguara, nos envía una «Carta desde Perú», el editor Jesús García Sánchez explica las razones de algunos de los libros que está publicando y la dueña de la librería madrileña Rafael Alberti, Lola Larumbe de detalles de la vida de los libros en su local. Les seguirán escritores, editores y libreros de todos los países de Iberoamérica
martes, 17 de julio de 2012
Volveremos a vernos
Como ya anunciábamos allá por el mes de mayo, los poderes políticos han movido a Benjamín Prado del sillón de director de la revista cultural Benjamín Prado. La propaganda se abre paso entre la cultura y los políticos, atiborrados aún de desfachatez e inmunes al odio de la gente, siguen creyendo que teniendo el poder político tiene el derecho de hacer lo que les de la gana.
Por eso, vestido de recortes, como todo, Benjamín Prado deja con este número y con este texto, la dirección de Cuadernos Hispanoamericanos, como él mismo dice, "al volver la última página se cerrará, al menos por ahora, el ciclo que comenzó en febrero del año 2010. Aunque también como es él, siempre nos deja una sonrisa de optimismo en las últimas palabras "si tuviese que apostar por algo, sería porque volveremos a vernos". Eso seguro.
Desde aquí un ¡gracias por el trabajo bien hecho! y un abrazo tan fuerte como enorme desprecio hacia quienes nos están hundiendo en la pobreza y en la incultura.
Una sola puerta y todas las historias
Por Benjamín Prado, Cuadernos Hispanoamericanos nº 744
Una sola puerta puede cerrar muchas historias, y eso es lo que ocurre con este número de Cuadernos Hispanoamericanos en el que al volver la última página se cerrará, al menos por ahora, el ciclo que comenzó en febrero del año 2007, cuando me hice cargo de su dirección. Vivimos tiempos de cambios en que los números rojos propician los ajustes de cuentas, y entre una cosa y la otra, hoy se ha puesto fin a una aventura que comenzó en aquella entrega número 680 de esta revista, que se abría con las colaboraciones de Juan Gelman, Mario Benedetti, Ángel González o Alfredo Bryce Echenique. En el siguiente, escribían Mario Vargas Llosa, Gioconda Belli y Joan Margarit. En el que le sucedió, Almudena Grandes, Joaquín Sabina, Silvio Rodríguez o Ernesto Cardenal...
Y así hasta este ejemplar número 744, en una larga lista de temas, autores y países con la que he intentando dejar constancia de las diferentes voces que integran nuestra cultura y nuestro idioma. En los poco más de cinco años que se me ha dado el privilegio de convertirme en parte de la historia de esta extraordinaria revista, han ido pasando por sus páginas, en algunos casos de menera muy habitual, las firmas de premios Cervantes como Juan Marsé, Ana María Matute, Gonzalo Rojas, Nicanor Parra, Carlos Fuentes o Álvaro Mutis; y los maestros como José Manuel Caballero Bonald, Eduardo Galeano, Francisco Brines, Claribel Alegría, Ferreira Gullar, Nélida Piñon, Félix Grande, Sergio Ramírez, Ida Vitale, Hugo Mujica, Rafael Cadenas, Raúl Zurita o Ángeles Mastretta; o las de autores aún jóvenes pero ya consagrados como Juan Manuel Roca, Fernando Savater, Piedad Bonnett, Darío Jaramillo, Andrés Sánchez Robayna, Jon Juaristi, Luis Alberto de Cuenta, Reina María Rodríguez, Julio Llamazares, César Aira, Luis García Montero, Horacio Castellanos Moya, Gustavo Martín Garzo, Ignacio Martínez de Pisón o, entre un larguísimo etcétera, Felipe Benítez Reyes. La mayor recompensa que he tenido a este trabajo ha sido una carta de Mario Vargas Llosa en la que el premio Nobel señalaba "la profunda vocación democrática de una tarea en la que el único criterio de selección ha sido la calidad de los colaboradores". Le pido perdón por hacer públicas esas dos líneas como quien levanta una copa ganada en un estadio.
En estos años, también he puesto especial interés en otras dos cosas: la primera, lograr que los más jóvenes creadores de cada país encontraran aquí un espacio desde el que darse a conocer, e infinidad de ellos han publicado en Cuadernos Hispanoamericanos sus artículos, sus manifiestos y, a veces, sus primeros versos; la segunda, en aprovechar mis viajes a Latinoamérica, bastante habituales, invitado a participar en alguna feria del libro o a presentar alguna de mis novelas, para llevar la revista de viaje, y así han ido apareciendo monográficos o páginas especiales dedicadas a la literatura de hoy en diferentes países que han sido presentados, por ejemplo, en Argentina, Chile, Cuba, Ecuador, Perú El Salvador o Nicaragua, cumpliendo en mi opinión dos de las funciones básicas a las que obligan las siglas de la Aecid: la cooperación y el desarrollo. Tengo la esperanza de haber contribuido a multiplicar el nombre de Cuadernos Hispanoamericanos en esos países y en otros, como Brasil, al que dedicamos un tomo aparecido, por primera vez en sus más de seis décadas de existencia, en edición bilingüe español-portugués.
Una sola puerta puede cerrar muchas historias, y las más hermosas que he vivido en esta casa han sido las conversaciones e intercambios de ideas que he podido tener con todas las personas que me han ofrecido su amistad y su colaboración. Gracias a ellas; a aquienes confiaron en mí a la hora de reflotar este barco y, sobre todo, a los lectores de Cuadernos Hispanoamericanos: todo ellos me han otorgado el enorme privilegio de poner un tesoro en mis manos. En el futuro siempre está nublado y la vida, como dijo Jaime Gil de Biedma, nunca es exactamente como uno se la espera; pero a pesar de todo, si tuviese que apostar por algo, sería porque volveremos a vernos.
viernes, 13 de julio de 2012
Marwan, Benjamín, de ida y vuelta
Foto del libreto. Por una fan.
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El miércoles publiqué el poema que Marwan le dedicaba a Benjamín. Y prometí que esta semana haría lo propio con el texto que Benjamín le dedicó a Marwan en el libreto de su último disco.
Y como ya tenemos bastantes deudas, no quiero sumar otra a mi cuenta, así que pago al contado y aquí tenéis:
(Por cierto, Marwan dice que en su disco "Las cosas que no pude responder" robó algunas frases a Benjamín. ¿Me ayudáis a encontrarlas? Ponedlas en comentarios).
Un trapecista a Cara o Cruz
Por Benjamín Prado
Si quieres saber cómo escribe Marwan, imagínate un trapecista. Imagínatelo suspendido en el aire cuando ya ha soltado uno de los columpios y aún no ha alcanzado el otro, con un vacío lleno de interrogaciones bajo los pies y la mano abierta hasta el más allá de sí misma en busca de algo a lo que agarrarse. marwan salta de la poesía a la canción y cada vez que consigue atrapar un verso como los que se escuchan en Las cosas que no pude responder, el público siente alivio y euforia a partes iguales, como todas las personas que iban a caer y se han salvado.
No es fácil decir la palabra corazón de un modo que la oigamos por primera vez, y eso lo consigue aquí Marwan, que ha inventado un corazón que trabaja en el mismo circo que él, rodeado de fieras, llamas y lanzadores de cuchillos, que sale a caminar sobre el alambre con los cordones desatados y ha comprendido que el amor resiste más de lo que dura y que entre dos personas para las que aún existe la palabra todavía, lo que separan las palabras lo puede volver a unir la oscuridad.
Escribir es lanzarse uno mismo al aire sin estar seguro de si va a salir cara o cruz, y leer es su otra mitad. En esta canción, sin embargo, no hay riesgo: saldrá lo que hayas elegido, sea lo que sea, porque las cosas que no pude responder lo tiene todo. Y como estarán de acuerdo conmigo en que la palabra todo no se puede decir casi nunca de casi nada, imagínense lo que eso significa y en qué lugar la sitúa: arriba, en el lugar hacia el que mira la gente, donde la emoción quema y la belleza es tan afilada que deja cicatrices, en un mundo en el que cualquier cosa podría suceder.
Nota de Marwan a pie de página: A la hora de componer este disco le robé alguna frase a Benjamín prado, José Luis Albite y Rodolfo Serrano, que estuvieron mucho más certeros que yo a la hora de explicar las cosas.
miércoles, 11 de julio de 2012
Marwan, a la manera de los maestros
La semana pasada rescaté una actuación conjunta de Luis Ramito, Marwan y Benjamín Prado en el festival Acróbatas, en 2009. No fue casualidad
El día anterior, guiados por buenos consejos, había comprado el libro de Marwan "La triste historia de tu cuerpo sobre el mío", de poesía, pero a su estilo. Algunas muy cuidadas, otras guiños, otras tremendamente divertidas y casi himnos para algún que otro grupo de misóginos (pero eso es otra historia).
El mismo día estuve en el concierto que este artista dio en el Museo Antropológico y me acerqué a él. Para que me firmara el libro. Sí pero no. Para que me firmara un poema que aparece en la página 61, que había descubierto ese día y que se titula "Poema a la manera de Benjamín Prado".
No me sorprendió encontrarlo, porque los aforismos de Benjamín nos acompañan a lo largo de las páginas (como alguno ya habréis podido ver en @PradosUrbanos): No existe mayor preso que el que duda entre dos puertas abiertas; Quien alguna vez supo mirar una tormenta, conoce nuestra historia; Y el amor que transforma la ceniza en madera.
Y le pregunté por ello: "Hace ya tiempo empecé a leerle y a admirarle. Una vez en un festival (Acróbatas) coincidí con él, compartimos escenario y empezamos a tener algo más de relación". Indagando le pregunté si se había planteado tocar con Benjamín como ya han hecho Coque Malla, Sabina, Pereza... y me sorprendió con una respuesta de estas que llevas al titular de la noticia: "Sé que Benjamín está escribiendo alguna canción con Pereza, y la idea es que hagamos una conjunta para ese disco".
Marwan, os esperamos con los brazos abiertos. A todos...
Y no quiero cerrar el post sin dejaros aquí un "Poema a la manera de Benjamín Prado", del gran Marwan y sin emplazaros a que esta semana estéis pendientes, pues no solo Marwan escribe sobre Benjamín, la relación es de ida y vuelta...
Poema a la manera de Benjamín Prado
Te abracé y la niebla perdió su nombre.
Crucé tu espalda y se abrieron las jaulas.
Entonces me hablaste, rozaste mi vida, se borraron los cuervos.
Cuando escuché tu nombre se tacharon las espadas.
Tú te llevaste los serruchos
viniste con las manos llenas de parques.
Tú me miraste y el cansancio se dio la vuelta.
Te desabroché la blusa y se cerró la tristeza.
Yo era un hombre cubierto de maleza,
yo era un hombre abrochado al desánimo,
intentaba hacerle esguinces al invierno.
La amargura tejía sus ciudades en mis cuadernos
pero llegaste para hacer sonreír a las cucharas
para tenderle una emboscada a los cuartos vacíos.
Besarte fue zarpar hacia un país sin dudas.
Yo sólo recuerdo la dirección de tu cuerpo.
Soltaste por mi cuarto los pájaros del júbilo
que volaron todos juntos como cien mil toneladas de periódicos.
Tu cara fabrica diques contra la melancolía.
La soledad son cien millones de preguntas.
Tu cintura es la respuesta a todo.
Crucé tu espalda y se abrieron las jaulas.
Entonces me hablaste, rozaste mi vida, se borraron los cuervos.
Cuando escuché tu nombre se tacharon las espadas.
Tú te llevaste los serruchos
viniste con las manos llenas de parques.
Tú me miraste y el cansancio se dio la vuelta.
Te desabroché la blusa y se cerró la tristeza.
Yo era un hombre cubierto de maleza,
yo era un hombre abrochado al desánimo,
intentaba hacerle esguinces al invierno.
La amargura tejía sus ciudades en mis cuadernos
pero llegaste para hacer sonreír a las cucharas
para tenderle una emboscada a los cuartos vacíos.
Besarte fue zarpar hacia un país sin dudas.
Yo sólo recuerdo la dirección de tu cuerpo.
Soltaste por mi cuarto los pájaros del júbilo
que volaron todos juntos como cien mil toneladas de periódicos.
Tu cara fabrica diques contra la melancolía.
La soledad son cien millones de preguntas.
Tu cintura es la respuesta a todo.
P.D. Un saludo Marwan. Y muchas gracias por los piropos que, el otro día, echaste al blog. No los merecían, pero me llenaron de orgullo.
viernes, 6 de julio de 2012
Todo encaja
Hay ocasiones en la vida en las que todo encaja.
Sin saber bien por qué cada cosa se coloca en su sitio. Se encadenan. Se ordenan. Se unen. Y cuando eso pasa, algo cambia.
Quién me iba a decir que Marwan, Luis Ramiro y Benjamín iban a tener tanto en común como aquel festival de Acróbatas del año 2009 en el que compartieron escenario, en el que se repartieron Tiramisú de Limón... antes de colarse en parte de mi vida y unirse en un denominador común.
Lo rescato hoy, en el blog, antes de desvelar más sobre una relación curiosa, la de Marwan y Benjamín, pero eso será en breve.
Lo rescato hoy, en el blog, antes de desvelar más sobre una relación curiosa, la de Marwan y Benjamín, pero eso será en breve.