Como decíamos el martes, Benjamín Prado estuvo en el festival Ñ de Perú inaugurándolo, pero también presentando el número 730 de abril de 2011 de Cuadernos Hispanoamericanos dedicado a la "Literatura de hoy en Perú", un magnífico ejemplar repleto de mucho, mucho bueno: Un poema inédito de Mario Vargas Llosa, cómo siente Paría Alfredo Bryce Echenique, los textos de Antonio Cisneros, Alfonso Cueto, Santiago Roncagliolo, o Jorge Eduardo Benavides, maestro de ceremonias también en aquella tarde del 13 de abril en Lima.
En él nos cuentan cómo es la literatura de hoy en Perú, con sus historias, sus anécdotas y su desbordante talento. No puedo dejarlo todo aquí, pero sí puedo abrir boca con el editorial de Benjamín Prado:
En él nos cuentan cómo es la literatura de hoy en Perú, con sus historias, sus anécdotas y su desbordante talento. No puedo dejarlo todo aquí, pero sí puedo abrir boca con el editorial de Benjamín Prado:
Un indicio de Perú
Por Benjamín Prado. Cuadernos Hispanoamericanos nº730 abril 2011.
La literatura es la suma del talento y del idioma, y sus dos casas son las aulas y las imprentas. Tal vez si recordamos eso y que la primera universidad de América se abrió en Perú y la primera imprenta de la lengua española en el Nuevo Mundo se instaló en Lima en 1583, seguramente le encontremos una explicación a la impresionante nómina de escritores que ofrece ese país, que empezó a calentar motores en el siglo XII con Flora Tristán o Ricardo Palma y despégó en el XX, y en todas direcciones, con José Sánchez Chocano, José María Eguren, poetas del tamaño de César Vallejo, César Moro y Emilio Adolfo Wetphalen y autores indigenistas como Ciro Alegría y José María Arguedas, de cuyo nacimiento se cumplen ahora cien años. De Perú salieron narradores admirables como Julio Ramón Ribeyro, Mario Vargas Llosa y Alfredo Bryce Echenique o poetas como Blanca Varela, Carlos Germán Belli, Martín Adán, Jorde Eduardo Eielson y Antonio Cisneros, todos ellos titulares indiscutibles en cualquier buena biblioteca. Y también fernando Ampuero, Alonso Cueto, Eduardo Chirinos, Iván Thays, Santiago Roncagliolo o Jaime Baily ahora, y antes Javier Solorguren, Sebastián Salazar Bondy, José Watanabe... Los puntos suspensivos explican que hay más nombres antes y después de todo eso y en estas páginas de Cuadernos Hispanoamericanos hemos tratado de resumir el pasado, fijar el presente y adivinarle el futuro a la literatura de ese país donde los pies del hombre descansaron junto a los pies del águila, como dice Pablo Neruda en su famoso "Alturas de Machu Picchu", que hoy trata de abrirse paso en el laberinto de Latinoamerica y del que no dejan de llegar buenas noticias para nuestro idioma, la última de ellas la concesión del premio Nobel al extraordinario Mario Vargas Llosa, que abre este número de nuestra revista con la sorpresa de un largo poema inédito dedicado a Constantino Kavafis. En cuanto al símil futbolístico que hemos hecho unas líneas más arriba, no es nada extraño cuando se habla de un país en el que uno de los equipos de la primera división se llama César Vallejo. Naturalmente, tanto los periodistas deportivos como los hinchas de ese conjunto de la ciudad de Trujillo apodan a sus jugadores Los poetas.
Confiamos en que este número de Cuadernos Hispanoamericanos, con su mezcla de autores consagrados y emergentes, sea un buen modo de representar la literatura peruana de hoy, como antes lo fueron las entregas dedicadas a Cuba, El Salvador, Argentina, Nicaragua, Chile o Ecuador, presentadas ya en La Habana, San Salvador, Buenos Aires, Granada, Santiago y Quito, como este lo será en Lima. Una revista es una red, su tarea es descubrir, atrapar y exponer. Luego, son los lectores y el tiempo quienes deciden. Así que nuestro trabajo es abrir los ojos, y aunque sabemos que, como dice en una de sus novelas el escritor Don Delillo, siempre "cuesta mucho ver lo que se está mirando", intentamos que cada uno de estos dossieres cumpla su misión: no puede ser un índice, pero sí un indicio.
Gracias por aportar motivos para celebrar el día de hoy: ¡feliz día del libro!
ResponderEliminarUn beso