Dice el dicho que nadie es profeta en su tierra, pero la tierra que le ve escribir cada jueves sus artículos de El País no le trata mal en la crítica de su libro. Tereixa Constela escribe esta crítica publicada ayer en El País, con foto incluída, que tomamos prestadas para disfrute general:
Benjamín Prado (Madrid, 1961) tiene una superstición, una alianza con la mitad de una frase y una mente que ametralla al prójimo con anécdotas, frases redondas y salidas ingeniosas.
Vayamos por partes. La superstición. Cada semana teme que este diario no publique su columna de opinión. Es un miedo heredado de Rafael Alberti. "Siempre decía que no lo iban a publicar, así que todos los domingos íbamos al VIPS a esperar el periódico del lunes que debía traer su artículo".
La alianza. Dice: "Ya no". Es la mitad de una frase que se completa cada vez que se une al anillo de su pareja, donde se puede leer "es tarde". La suma de ambas será casi con seguridad el título de su próximo libro de poemas, Ya no es tarde.
La ametralladora. "¿Qué es peor: un día vacío o lleno de problemas?", escribe en su nueva novela, Operación Gladio (Alfaguara), en la que mira atrás, al tiempo mitificado de la Transición, para convertirlo en una novela de espías y restarle aureola mítica.
En Operación Gladio (Alfaguara ) hay también un homenaje a la misión de informar. Prado, que hizo el frecuente viaje desde el periodismo hacia la literatura, considera al viejo oficio como "la última oportunidad de saber la verdad" frente al afán de ocultar la realidad del poder. Así que su nueva novela le rinde tributo convirtiendo a una redactora, Alicia Durán, en el motor detectivesco de la trama, que hurga en uno de los episodios de la Transición que se grabaron a fuego en la memoria colectiva: la matanza de cinco abogados laboralistas en la calle Atocha en 1977.
¿Sabemos todo sobre aquel asesinato que conmocionó a una incipiente democracia? Prado cree que hay una "verdad oficial" -expresión que detesta junto a otras parejas como "poder judicial" o "industria armamentística"- y múltiples incógnitas oficiosas: "Sobre la Transición hay muchas verdades oficiales y eso para la ficción es un terreno estupendo".
La Red Gladio, que ahora puede sonar a chino, existió. Fue una red secreta paramilitar alimentada por la CIA -y su pánico al comunismo- para desestabilizar a la izquierda en Europa. Se nutrió de oficiales nazis, fascistas italianos y ultraderechistas varios. Meter las narices en el grupo terrorista para descubrir su relación con la matanza de Atocha es lo que hace la ficticia Alicia Durán jugándose el pellejo. Benjamín Prado, sin arriesgar tanto, dedicó seis años a documentarse. "La red fue responsable de más de 4.000 atentados en Europa", asegura el escritor.
Junto a la vorágine propia de una trama de espías, Prado teje historias paralelas conectadas con la actualidad (memoria histórica, juez Garzón) y los sentimientos. A quienes disfrutaron con Mala gente que camina, les agradará saber que Alicia Durán es la pareja de Juan Urbano.
No te creas, Meadow, yo más bien todo lo que consiga será a pesar de El País, donde jamás han tenido un detalle de generosidad conmigo desde que lleva Cultura la gente que lo lleva. En la edición de papel, según me dicen, sacaron unas seis líneas sobre la novela, mezclándolas con otros cuatro o cinco libros. Ya estoy acostumbrado, me lo hacen con cada libro. El día antes daban media página sobre la publicación de Milan Kundera en La Pleiade, que seguro que llenó las librerías de España de gente deseosa de leerlo en francés. Por suerte, los lectores me dais el doble de lo que ellos me niegan y el bendito internet ha acabado con el noventa por ciento de su poder. Gracias a todos.
ResponderEliminarFRENTE A LA INCULTURA DE UNA SECCIÓN DE CULTURA.
ResponderEliminarRecuerdo que en un correo anterior bendije el día en que tuve la suerte de recoger uno de los trozos de la canción que en su momento rompiste, con motivo de la experiencia vivida en Praga con la persona que me condujo a ti. Desde aquél día, los frecuentes paseos por el interior de tu jardín literario han oxigenado mi condición de lector hasta niveles indescriptibles, proporcionándome ratos de auténtica felicidad. Por ello, con enorme humildad, el máximo respeto e infinita admiración te envío las siguientes líneas (que nunca me atrevería a llamar versos), cuya pretensión no es otra que expresarte mi más sincero y sentido agradecimiento.
SIETE MANERAS Y PICO DE DECIR BENJAMÍN
1ª
El eco de tus versos es la banda sonora
que enmudece el murmullo
de la soledad.
2ª
Notas de un pentagrama
que el viento de la tarde
arrastra hasta el extremo imperceptible
de lo envolvente.
3ª
Digamos, un concierto
que contagia de magia
los huecos estelares de la noche.
4ª
Y además, recital
en el que cada letra
forma un quinteto
de voces polifónicas
que avivan el placer huracanado
de lo bello.
5ª
Contigo he aprendido,
que lo contrario
de un prado urbano,
no es el rocío fresco de la aurora,
sino la mala hierba que camina.
6ª
De extensa alfarería son los muros
de tu prosa,
y de rubí la cuna en la que arrullas
las palabras.
7ª
Creatividad se llama
la fragua donde a golpe de talento
moldeas el metal de las metáforas,
traduces ilusiones
y forjas fantasías.
Y pico
El guepardo tatúa
en la piel de la nieve
su silente pisada.
¡Alguien se acerca!
Juan Jo
Gracias, Juan Jo, no me lo merezco (pero me encanta). Gracias por estar ahí. Abrazos.
ResponderEliminarEstimado Benjamín, te sigo desde hace tiempo (no como la Mazagatos seguía a MVLL: te sigo de verdad), y en estos momentos disfruto de tu última novela, como he disfrutado de tu poesía, de otras novelas anteriores y de tus trabajos sobre Alberti y María Teresa León.
ResponderEliminarHoy descubro este blog, voy a ver si soy capaz de unirme y enlazarlo con el mío (http://antoniojetaquesada.blogpost.com). Un abrazo,
Antonio
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