domingo, 27 de marzo de 2011

Criticando a Medio Mundo y otro medio

Mientras Operación Gladio pasa las páginas de quienes ya la tienen en sus manos o espera en las librerías a quienes aún no se han encontrado con ella, Benjamín Prado sigue criticando.

Este sábado ha sido en Babelia, de El País, y ha sido una breve reseña sobre el ensayo de José Moreno Villa, "Medio Mundo y otro medio. Memorias escogidas".

Memorias. Como miembro de una generación a la que no pertenecía por edad, José Moreno Villa siempre fue una persona al margen, aunque emparentado con los poetas del 27 por la amistad, por sus impulsos surrealistas y, al llegar la Guerra Civil, por su lealtad a la República y su salida hacia el exilio. Moreno Villa no es un poeta de las dimensiones de Lorca, Alberti, Cernuda o Salinas, pero su obra en verso tiene interés; su obra en prosa es esencial en el terreno de la autobiografía, gracias a sus memorias, tituladas Vida en claro; y también merece la pena leer sus ensayos, por ejemplo los reunidos en Los autores como actores y otros intereses literarios de acá y de allá. En todos ellos se muestra un hombre inteligente y un escritor pulcro, sin alardes: "Yo no me pongo a tono con el chistoso ni aún con el ingenioso que abusa del ingenio. (...) Gusto del ingenio, pero no en forma torrencial o agotadora. Esto es lo que me fatiga en Gómez de la Serna y en Bergamín". Vida en claro se publicó en 1944 y Moreno Villa murió en 1955 en México, donde había llegado en 1937. En los 18 años que estuvo allí, escribió innumerables artículos, y algunos de ellos pasaron a ser el origen de su autobiografía. Todos los demás se resumen en Medio mundo y otro medio. Memorias escogidas, el tomo preparado ahora por Humberto Huergo para Pre-Textos. En él reaparecen los paisajes y personajes de su vida española, por ejemplo Antonio Machado o Lorca, y se hacen visibles los de su vida mexicana, Alfonso Reyes, Xavier Villaurrutia y Octavio Paz, entre muchos otros. Todos tienen su esbozo limpio, parecido al de los dibujos del Moreno Villa pintor, y en conjunto este tomo es un buen complemento de Vida en claro y, por lo tanto un libro que interesará a todos los seguidores y estudiosos de la generación del 27 y de la época en la que se desarrolló esa mezcla de alegría y tragedia que fue su historia.

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