jueves, 23 de septiembre de 2010

La veta poética de Chile

Apuntes Hispanoamericanos, como recordaréis, son esos textos que iré rescatando de Cuadernos Hispanoamericanos, y que iremos disfrutando, en parte gracias a su director, Benjamín Prado, y en parte al Instituto Cervantes, que los escanea, guarda y pone a disposición de todos. Es una revista llena de textos de grandes autores, os animo a descubrirla.

Mientras tanto, continúo el texto que dejé el otro día a medias...

Cuadernos Hispanoamericanos.Editorial. nº697-698. Julio-Agosto. 2008

Con el tiempo, cada lugar, cada persona y cada cosa tienen que elegir, o ser elegida, para no ser nada, ser historia o literatura. Que Chile, un país cuyas fronteras imaginarias extendieron por todo el mundo escritores como Pablo Neruda, Vicente Huidobro o Gabriela Mistral vaya a aprovechar que Valparaíso será, en el mes de marzo de 2010, la sede del V Congreso Internacional de Lengua Española, para homenajear al primero y a la última, es un acto de pura justicia. Neruda es uno de los mejores poetas de todos los tiempos, Mistral fue una buena poeta y ambos recibieron el Premio Nobel de Literatura. Además, uno y otra mantuvieron la buena educación y nunca llegaron a enfrentarse, como era tradicional en el caso de Neruda, Huidobro y Pablo de Rokha: no hace falta más que leer el divertido ensayo de Faride Zerán La guerrilla litertaria, donde se repasan las inacabables peleas a muerte de esos tres grandes poetas chilenos, para darse cuenta de cómo pelearon por ser el número uno y del valor que tiene la discreción de Gabriela Mistral y su talento para no dejarse salpicar por el barro de la batalla. La enemistad era tan grande que Huidobro jamás llamó a Neruda de otra manera que "el bacalao"; el autor de Residencia en la tierra retuvo su rencor hacia el de Altazor hasta el día en que recibió el Nobel, en cuyo discurso afirmó que "el poeta no es ningún pequeño Dios" para contradecir lo que había dicho su rival; y Pablo de Rockha solía repetir un ritual cada vez que los Huidobro, por razones inevitables, iban a cenar a su casa y Vicente le hacía llegar una caja del mejor vino francés: "Que lo bajen a la bodega y lo echen a las cubas del vinagre", le ordenaba a sus empleados.

Escribió Nietzsche que todo hábito hace nuestra mano más ingeniosa y nuestro genio más torpe, y esa idea ha acompañado a lo largo del tiempo la crítica hacia Neruda, un autor de producción torrencial que, efectivamente, amontonó una obra de dimensiones casi increíbles, miles de páginas en las que, digan lo que digan sus detractores, está la mejor poesía escrita en nuestro idioma durante el siglo XX. Juzgar a un creador como Neruda por sus errores siendo sus aciertos tantos, tan decisivos y tan sobresalientes, sólo puede hacerse por mezquindad o por estupidez. El caso de Mistral es casi el opouesto, porque se trata de una escritora contenida, sin grandes alardes ni en su expresión ni en su extensión, y que además no tuvo la relevancia pública de Neruda, que como se sabe fue también un militante irredimible del Partido Comunista y nunca abandonó sus actividades políticas, lo que aún es un precio que deben pagar sus poemas a quienes no los entienden, no los quieren entender o intentan hacer trampas con ellos: pretender reducir a Neruda a un poeta panfletario es no haberlo leído. Sin embargo, esta dimensión ideológica de Neruda le añade un valor simbólico al hecho de que el V Congreso Internacional de la Lengua Española se le dedique, puesto que es una forma de volver a poner su nombre por encima del de los golpistas que le arrebataron la libertad a Chile en 1973 y amordazaron, entre tantas otras cosas, los libros de su poeta más emblemático.

Seguro que ese V Congreso será un éxito bajo el amparo de Pablo Neruda y Gabriela Mistral, cuyas obras se reeditarán en ediciones populares masivas que prepararán la RAE y la Asociación de Lenguas de la Academia Española. Además, los participantes, entre los que se encontrará en lo alto de la pirámide Mario Vargas Llosa, también hará un tributo especial a Andrés Bello, coincidiendo con una nueva edición de Ortografía académica preparada por las veintidós Academias de la Lengua, y a otros dos poetas chilenos de importancia: Gonzalo Rojas y Nicanor Parra.

Qué buenos días le esperan a la ciudad de Valparaíso, que entre otras cosas nos recordará a todos y se recordará a sí misma que Chile es una de las minas de la poesía contemporánea y de ella han salido y siguen saliendo figuras como las de Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Pablo de Rockha, Raúl Zurita...

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