sábado, 29 de agosto de 2009

De García Montero para Benjamín

Volver de vacaciones es igual en casa que en el blog.
Allí me ha tocado deshacer la maleta, poner la lavadora, recoger la ropa, colocarla y prepararme para la rutina, maldita sea.
Mientras, aquí, vacío el correo de mails, actualizo los post que no pude completar correctamente en su día, recojo nuevas informaciones surgidas durante el verano, les doy forma, las preparo para colgarlas en breve en el blog y me preparo para la rutina, bendita sea.

Este agosto la actualidad de Benjamín ha ido de la mano de García Montero (con permiso de los artículos de los jueves, el de esta semana, por cierto, imprescindible), pero la relación no es nueva. Mientras alcanzo a la actualidad, os dejo un poema de García Montero que en la recopilación de poesía de la editorial Visor sobre el autor (que he podido disfrutar este verano), le dedica a Benjamín.
Canción Pornográfica.
Por Luis García Montero. Para Benjamín.


El agua pide orillas donde apoyar la frente,
la noche busca sueños para entrar en las casas,
la luz se hace murmullo
y los países juegan a las cartas.
Juegan
como el silencio con sus ruidos
para pensar que existen en un orden certero.
Como los rayos de la luna,
porque cantan su número y se van deshaciendo.

Juegan como los dioses sin castigo,
suplican el color de una bandera
y la sombra de un himno.

Necesitados de soberanía,
los desnudos no son papel de plata.
Ya no hay sombras detrás de los abrazos
y los países juegan a las cartas.

jueves, 27 de agosto de 2009

Fin de fiesta

El aire trae aromas de fin de fiesta, la península ibérica vuelve a hacerse cóncava y la población cae al centro, se retira de las orillas para dejar sitio al mar, que vuelve a bañar las playas. Los corticoles, el fútbol, las colecciones y las noches a las 21:00 nos recuerdan que todo lo que llegó, pasa. El nuevo año comenzará en breve, y seguiremos leyendo y escribiendo y disfrutando, como cada jueves, de los textos de Benjamín.

El de hoy, imprescindible...

Parques públicos privados, TDT gratis de pago
Por Benjamín Prado. El País.

Como a este último jueves del verano ya se le ve septiembre al fondo, con sus colegios, sus autobuses y sus oficinas encendidas, Juan Urbano dice que empieza a notar que se le acercan las noticias, que ya están saliendo de detrás de los titulares, en su periódico, y lo miran fijamente, dispuestas a saltar sobre él y a darle un zarpazo a su vida. Todo cambia cuando cambia el tiempo, tanto en el clima como en los horarios, y uno deja de sentirse libre para volver a sentirse perseguido. Los despertadores son los depredadores del sueño.
La palabra vacaciones es una cifra exacta, con sus diez letras justas, mientras que la palabra trabajo tiene siete, una para cada día de la semana, y gran parte de ellas son violentas, la te, la erre, la jota... Pero qué le vamos a hacer si la rueda gira hacia ese lado, mejor entrar a ciegas en el nuevo curso, sin hacerse demasiadas preguntas y tratando de no caer en el síndrome del regreso, que hace que algunas personas pisen arenas movedizas al pisar el asfalto de la ciudad y otras se encuentren perdidas del modo en que lo están quienes no saben dónde ir: cuando no sabes a qué puerto dirigirte, qué más da de dónde venga el viento, dice una sentencia marinera. Y cuando digo algunas personas, quiero decir muchas, todas esas que podrían haber dicho exactamente lo mismo que Bob Dylan cuando le han propuesto comprarle la voz para usarla en un GPS: "No creo que sea la persona indicada para orientar a nadie, yo que siempre acabo en la Avenida de la Soledad".

¿He dicho comprarle la voz? ¿Es que eso es posible? "Pues claro", responde Juan Urbano, "cuando las sociedades caen en las manos que caen, todo se vende, se alquila o se privatiza, como va a hacer de nuevo la Comunidad de Madrid, que en esta ocasión ha sacado a concurso una zona verde de Valdebernardo, 100 hectáreas que va a explotar alguna empresa durante 40 años, es decir, un franquismo entero y dos de propina, y en las que hay 30.000 metros cuadrados edificables, en los que se puede construir desde un hotel hasta un centro comercial, con sus cines y sus restaurantes de comida incomestible. ¿No es increíble? Dentro de poco, para entrar al Retiro o al Parque del Oeste habrá que sacar una entrada".

Como puede verse, Juan Urbano ya ha regresado a la realidad y sus huellas sobre la arena de la playa se las han llevado las olas. Y, desde luego, la realidad sale cara cuando vives en un lugar donde la única moral es la economía y el único plan la voracidad, con lo cual todo está encaminado a dejarte la cuenta a cero mientras te sonríen, desde la TDT gratuita sólo que de pago hasta los parques públicos sólo que privados.

Y el caso es que de algunas y algunos, como diría uno de esos políticos que confunden la demagogia con la ideología, ya te lo esperabas, y al menos te ahorras la sorpresa; pero de otros, no. O sea, que podría decirse que con esos te pasa lo que en julio le pasó con el propio Bob Dylan al policía que se asomó al coche patrulla donde lo acababa de meter una compañera, para ver si era él. La agente lo había detenido cuando lo vio merodeando solo por una calle desierta, pensando que se trataba de un vagabundo, y aunque él le dijo quién era y que estaba por allí para dar un concierto, como no llevaba ninguna documentación encima y su aspecto no debía de ser el de alguien que va a cenar a la casa del presidente, la mujer lo metió en su vehículo, pidió refuerzos y cuando el segundo guardia llegó, echó un viztazo por la ventanilla y dijo: "Eso no es Bob Dylan". Pues aquí igual, que miras hacia la Puerta del Sol y no ves nada que no esperases ver, pero miras hacia La Moncloa y dices lo mismo, aunque de momento sea en forma de pregunta: "¿Es él?".

Empieza el juego, pero las reglas han cambiado, tanto si vas hacia la derecha como si vas hacia la izquierda. O, por decirlo de otro modo: si quieres ver la televisión, tendrás que pagar; y si quieres pasear por un parque, también. Pura matemática.

domingo, 23 de agosto de 2009

El blog, en el blog

Es raro que un blog sea noticia él mismo, pero en este caso así ha sido.

En el ya famoso concierto de Benjamín Prado y Coque Malla a se repartieron unos folletos del ciclo "Poesía en concierto" que se enmarcaban en los veranos de la Villa de Madrid. En ese folleto aparecía, como es lógico, un apartado sobre el recital/concierto de Benjamín Prado y Coque, pero leyendo había un párrafo dedicado a este blog, que rezaba así:




"Benjamín es además, autor de una rara marginalia en directo, imposible de editar, que va desgranando en charlas, conferencias, y presentaciones, y que deja aforismos que sus admiradores van consignando en blogs, como el el blog de Meadow, que le está exclusivamente dedicado".




Cuando lo leí me hizo, seamos sinceros, una tremenda ilusión, y aún ahora me sigue resultando curioso que un blog surgido de un sincera admiración y sin otro objetivo que ese, divulgar y admirar a Benjamín Prado, sea referente, informativamente hablando, al buscar algo sobre Benjamín. Esperemos que podamos seguir informando y disfrutando de él, de Benjamín, mucho tiempo.



Benjamín, ¿qué hay de tu nueva novela?

jueves, 20 de agosto de 2009

El jueves de guardar

Fiel a su cita, fiel a su jueves, fiel a su Madrid. Lo mismo da que Juan y Benjamín anden por la costa o por donde quieran estar, su cita es ineludible, y la nuestra también.

¡Alerta roja, no pasa nada!
Por Benjamín Prado. El País.

En verano pasan algunas cosas, pero no todas, de manera que, a falta de política y fútbol, los telediarios se llenan de fiestas patronales y mujeres embarazadas de sextillizos. Normal, de qué iban a hablar si no, con el Congreso y el Santiago Bernabéu cerrados. Menos mal que a falta de novedades tenemos alertas: alerta naranja por las elevadas temperaturas; alerta roja ante el riesgo de incendios forestales; alerta amarilla por la subida del nivel de ozono en la capital; alerta de grado seis por la pandemia de gripe; alerta máxima ante el riesgo de atentados terroristas... y, por si no fuera poco, tenemos la operación salida, la operación retorno... Qué peligro.

Juan Urbano, que considera que vivimos en una sociedad cada vez más represiva, que necesita dar a los ciudadanos esa sensación de riesgo permanente para justificar los continuos ataques a la libertad individual a los que nos somete, me comenta un reportaje de este periódico que habla de que más de la mitad de los municipios de la región no descuentan puntos del carnet de conducir, porque no están conectados aún al sistema de la DGT, que es la DGS de los conductores, según él, una organización que ha transformado cada automóvil en una celda de castigo y cada rincón de la ciudad y cada metro de las carreteras de este país en un lugar bajo vigilancia donde no se puede dar un paso ni avanzar un kilómetro sin ser visto por las cámaras, fotografiado, descubierto por los radares. Cualquier cosa, con tal de sacarles a sus clientes hasta el último euro, a base de multas. "¿Es que acaso no es verdad?", me pregunta. "El problema de los coches lo solucionan con parquímetros, zonas azules, zonas verdes, agentes de la ORA y demás, lo cual está muy bien, pero nunca haciendo los aparcamientos municipales que prometen cada vez que llegan las elecciones. El problema de los accidentes de tráfico no lo arreglan subsanando los puntos negros en los que se repiten los siniestros y se acumulan las muertes -son 776 en toda España, según el Gobierno, y por ejemplo en la M-607, entre Madrid y Colmenar, hay ocho tramos de concentración de accidentes, como los llama el Ministerio de Fomento, en sólo 31 kilómetros-, sino a base de sanciones, de controlar las autopistas igual que los norteamericanos hacen las guerras: a distancia. Y todo eso, naturalmente, fundamentándolo todo en el castigo, que es una forma de ponernos boca abajo y sacudirnos hasta que caigan todas las monedas que nos quedaban en el bolsillo. Menuda mafia".

Juan habla desde la experiencia, que en estos casos es la hermana gemela de la impotencia, y está indignado porque le acaban de embargar de su cuenta del banco el dinero abusivo de una multa que le pusieron por dejar el coche aparcado 10 minutos dentro de una gasolinera de la calle de Alberto Aguilera, al fondo de sus instalaciones y junto a una pared, y que los policías-cobradores convirtieron en una imaginaria zona de tránsito al ponerle una falsa denuncia por "interrumpir gravemente la circulación". O sea, que fue víctima, literalmente, de una estafa. Juan envió varios recursos, pero sin ninguna fortuna, porque la burocracia se ampara en una perversa lógica circular: o demuestra usted que el agente miente, o deducimos que dice la verdad. La conclusión a la que ha llegado Juan Urbano, que es de los que piensan que la salida del horror es el humor, es que para ahorrarnos disgustos mientras nos hacen gastar dinero, deberían de obligarnos a pagar directamente, a principios de año, el tanto por ciento de multas que le corresponda como cuota de la financiación extraordinaria del Ayuntamiento. O sea, algo parecido a lo que hacen los grandes almacenes cuando incluyen en el presupuesto los robos que saben que van a sufrir.

Tengan cuidado en estos días en que sus automóviles van a recorrer largas carreteras y a retomar su sitio en la ciudad: estamos en alerta marrón, que es cuando existe serio riesgo de que la ley te meta la mano en la cartera. Por lo demás, no pasa nada.

Disfrutadlo clicando aquí.

domingo, 16 de agosto de 2009

De corazón como un hermano

Turno de réplica. En el mismo lugar y casi a la misma hora, Rocío nos acercó desde Life Vest Under Your seat, la réplica de Benjamín a Joaquín. Imprescindible este diálogo entre dos genios.

Comentaba yo en el blog de Rocío que admirando a los dos como admiro, me he de decantar claramente por los poemas y versos del que es, exclusivamente poeta. La profundidad, esos escombros construyendo castillos, esos martillos, ese hurgar dentro de las manzanas, ese feroz, ese amigo, ese poeta... es Benjamín.

Respuesta a Joaquín Sabina
Por Benjamín Prado. 2001.

Mi querido Joaquín: dice que quieres
que lea tus poemas, que los siga,
que analice sus huellas, los bendiga,
suba a sus torres, baje a sus talleres…

lo haré con mucho gusto, aunque ya sabes
cómo soy yo: soy frío, despiadado,
hablo de frente, nunca de lado,
puedo aplaudirte o puedo hundir tus naves.

Los buenos versos son buenos martillos,
son un fuego al revés, una manera
de convertir cenizas en madera
y transformar escombros en castillos.

Yo creo que tú tienes muchos de esos,
que sabes excavar en las personas,
abrir su lata, levantar sus lonas,
calarles poco a poco hasta los huesos.

No ignoras que un poema es un teatro;
te gusta hurgar dentro de las manzanas:
quién exprime el limón de las campanas,
dos y dos suman todo menos cuatro…

Conoces a los Libra y a los Tauro;
te fascina el trajín de esta colmena:
algunos peces son medio sirena,
algunos hombres son medio centauro.

A veces te equivocas. Sólo a veces.
Pero así es esta historia: cara o cruz.
Ningún poeta es siempre Robin Hood
ni sus dianas tienen sólo dieces.

Espero que te sirva mi lectura.
Yo pienso ser feroz como un amigo,
yo quiero ser letal como un testigo,
tomarte el pulso y la temperatura.

Ya sabes una cosa de antemano:
te hablo de corazón, como un hermano.

jueves, 13 de agosto de 2009

En agosto el jueves sigue siéndolo

A todos nos llegan las vacaciones, menos a Benjamín Prado, quien fiel a su costumbre semanal nos deja en las páginas de El País, su nuevo artículo.

Volver atrás en busca del futuro.
Por Benjamín Prado. El País.


Es que el problema no es ser conservador, sino serlo de esta forma", me dice Juan Urbano desde Madrid y por teléfono. Le pregunto de qué forma y por qué hemos saltado de la noticia que hablaba de un rodaje de Jim Jarmusch en nuestra ciudad a las fiestas de la verbena de la Paloma. "Pues imagínate", me dice, "a un lado, el maestro del cine independiente y al otro el chotis. ¿Te parece poco?".

Como estoy en mi playa de Rota, con los ojos pacificados por esta mezcla de cielo andaluz y océano fenicio, le digo que lo bueno de que existan los extremos es que te puedes ir a uno y perder de vista al otro, y me responde: "Ya, pero el equilibrio no existe cuando en uno de los extremos está el poder". A veces es tan sentencioso que no tienes nada que añadir a lo que te dice, así que mejor me callo y le dejamos hablar a él: pongo el altavoz al móvil y lo oímos todos.


"Es que fíjate, lo de La Paloma, los concursos de balcones engalanados, de piropos castizos, de disfraces de chulos y manolas, venga a pasar peinetas y mantillas, de mantones. Por favor, si es que hay hasta una competición de tortillas de patatas. Qué depresión. Y sin embargo, mira lo del edificio Torres Blancas, que fascinó tanto a Jim Jarmusch la primera vez que lo vio, que lo ha convertido en el escenario de su nueva película, que se llama Los límites del control, un título fantástico robado de William Burroughs, y que está protagonizada por un personaje que vive en las Torres Blancas y recorre las zonas de la ciudad que no es Madrid porque no se ha querido que lo fuera pero que recuerda fragmentos de ese sueño en los escenarios que ha aislado Jarmusch: el museo Reina Sofía, las calles del barrio de Malasaña, la plaza de San Ildefonso, la estación de Atocha y, sobre todo, las misteriosas Torres Blancas. ¿Me explico?


Quiero decir que, para empezar, cuando Francisco Javier Sáenz de Oiza construyó esa obra la arquitectura era un arte, no un espectáculo, y el sueño de una capital en la que los rascacielos no fuesen cemento, sino cultura, aún parecía posible. ¿Y sabes por qué eso no ha ocurrido? Pues porque el avance del chotis siempre es proporcional al retroceso del futuro".


Como ven, Juan Urbano estaba radical, así que no me atreví a interrumpirlo. "¿Sabes lo que dice Jarmusch: se pregunta por qué todo tiene que estar hecho de ángulos rectos, por qué tiene que ser razonable y cartesiano, y explica que lo que le hipnotizó del edificio Torres Blancas es que estuviera hecho de curvas, y que fuera tan onírico, si lo quieres llamar así, que estuviera pensado como si en lugar de ser una torre fuese un árbol. Pero ¿cuál es el problema? Pues el problema es que yo estoy hablando mal, lo estoy contando mal porque digo todo el tiempo las torres blancas y no son las, sino sólo la, ¿entiendes? Porque la obra se paró, nunca pudo concluirse, iban a ser dos torres y sólo pudo ser una, iban a ser blancas porque Sáenz de Oiza proyectaba añadirle polvo de mármol al cemento, y se quedaron en grises. ¿No es una metáfora fantástica de cómo son las cosas en nuestra ciudad? Pues bien, yo lo que propongo es que la otra torre se construya ahora. ¿Por qué no? ¿Por qué no regresar atrás, retroceder hasta llegar de nuevo a la modernidad? Eso sí que sería ser conservadores en el mejor sentido de la palabra".


"Sería fantástico porque, además, la segunda torre podría tener todo lo que iba a tener la primera y no pudo tener por falta de presupuesto, por ejemplo el restaurante que iba a haber en la azotea, junto a la piscina y el gimnasio. ¿No te parece una idea fantástica?".


Pues sí, la verdad. Por eso hoy he decidido no escribir esta columna y, sencillamente, dejarle a él que hablara, por si alguien allá arriba quiere escuchar lo que propone y pensárselo. Nunca se sabe. Dicen que Jarmusch iba a poner en su película un cuadro de Antonio López que reproduce las vistas de Madrid desde la Torres Blancas -vamos a decirlo así, sin concordancia en el número del artículo y los sustantivos, para llamar la atención-, pero que lo descartó al ver lo que ha cambiado la ciudad si la observas desde las alturas. Ojalá pudiera volver a cambiar, pero esta vez para bien.

domingo, 9 de agosto de 2009

En Relatores...

Un día se me ocurrió mirar debajo del asiento y encontré un chaleco salvavidas.

Así, en http://lifevestunderyourseat.wordpress.com fue como encontré esta dedicatoria del gran Sabina a su hermano Benjamín.

Una poema que es solo el comienzo de una conversación... que tendrá réplica...




Dilecto Benjamín: hállome en trance

de hacer público un hato de sonetos
y úrgeme contar con tu discreto
parecer en tan intrincado lance,

demasiado pedir, pero lo pido
como quien pide un cable generoso,
aunque, por una vez, más que piadoso
intratable has de ser, como el olvido.

Y, pues que asumo, vaya por delante,
mi bisoñez en tales menesteres,
ayúdame a montar a Rocinante,
ilústrame clavándome alfileres.

A tu amistad acudo, como un niño
que en el hall del parnaso se desnuda,
sobrado como estoy de tu cariño,
oráculo te quiero de mis dudas.

Tacha, corrige, búrlate, mejora,
sin dejarte ni un pero en el tintero,
compite en quites, como los toreros
que descerrajan cajas de Pandora.

Un verso es una bala sin destino
que pocos cantan y que nadie lee,
el caso es que al rimar se hace camino,
dijo el único santo en que uno cree.

Claro que me equivoco, tantas veces
que no bastan los dedos de ambas manos
para atajar la sangre que parece
azul en las estrofas de mi hermano,

tu lira invoco, Benjamín querido,
sin ser el primogénito de nada,
el día después de todo, tu partido
compartirá el autor de mis baladas.

Y lo firmo en Madrid, en Relatores,
uno de tantos viernes de dolores.

jueves, 6 de agosto de 2009

Con la igualdad hemos topado

Con o sin bañador, en Madrid no venía de más algún que otro bañito. Benjamín Prado y Juan Urbano sí que se lo dan, el primero por partida doble, pues además de las costas gaditanas se moja de lleno en el artículo que escribe al alimón con Juan Urbano, quien probablemente sufra el calor y las obras de Madrid (que son la antítesis del Almendro, vuelven a casa en verano) y al que la igualdad de los ángulos le ayuda a sobrellevar la desigualdad de Madrid. Unos con tanta playa y otros con tan poca.

Y aquí sigo, con el run, run, de que me suena la voz del tercer comentario de la anterior entrada, que no es tan anónimo como dice, vaya...

No hay bañadores en el Vaticano
Por Benjamín Prado. El País.

Es verano y hay que taparse, o al menos ésa es la doctrina del Partido Popular, que lo mismo defiende los trajes de Camps que prohíbe el nudismo en las playas donde gobierna, por ejemplo en las de Cádiz y El Puerto de Santa María, asegurando que lo hacen en defensa de la familia y haciendo bajar a la arena a una legión de policías municipales que mandan cubrirse a los bañistas y les informan de que la multa por quitarse la ropa es de 750 euros, o sea, 10 veces lo que vale un biquini de los caros. Igual deberían de hablar con los miembros de las iglesias evangélicas de Brasil, que han descubierto que tumbarse junto al mar como Adán y Eva en el Paraíso es una forma de comunión con Dios, y se pasean bajo el sol de Copacabana, Porto Galinhas, Ipanema o Canoa Quebrada con una Biblia que se parece a la gota de Chanel nº 5 que usaba Marilyn Monroe para dormir, porque es lo único que llevan encima. Claro que es difícil imaginar algo así en la Conferencia Episcopal, que prefiere vigilarnos con la sotana puesta, porque le trae suerte y le hace obtener victorias parciales pero sonoras en su guerra contra la libertad, a la que ellos llaman libertinaje con la misma intención con que otros podríamos llamar religionzucha a lo suyo; cosa que no haremos nunca, como es natural, por respeto a sus practicantes.

La última de esas victorias se la ha dado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, al sentenciar que los contenidos de la Enseñanza Secundaria Obligatoria en nuestra Comunidad, y en concreto los de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, se atienen perfectamente a la ley. El Ministerio de Educación había recurrido el programa desarrollado por el Gobierno de Esperanza Aguirre en Secundaria al entender que no respetaba la norma básica, es decir, el real decreto que fija unos contenidos mínimos para toda España que después desarrollan las diferentes regiones. El ministerio acusó a la Comunidad de censurar, entre otras cosas, las referencias a la homosexualidad, la homofobia, la igualdad entre hombres y mujeres o el respeto a la diversidad social, cultural y religiosa, que ellos deben de considerar peldaños de la escalera roja que lleva al infierno. Lo cual es pura lógica, sin duda, según sostiene nuestro amigo Juan Urbano: ¿cómo va a aceptar, por ejemplo, la igualdad entre los dos únicos sexos que ellos reconocen una institución en la que las mujeres hacen de extras en la película, y no pueden ser Papa, ni cardenal, ni obispo, ni dar misa..?

Arriesgándose a que algunos ciudadanos sospechen de la independencia de la Justicia al ver cómo donde gobierna el PP sus líderes siempre salen por la puerta grande de los juzgados, el Tribunal Superior de Madrid considera que la regulación autonómica ha respetado el espíritu de la Educación para la Ciudadanía porque su desarrollo "no tiene por qué implicar la trasposición literal de sus contenidos", lo cual no deja de ser curioso cuando el mismo partido que en este caso justifica las diferencias, pone el grito en el cielo cuando se habla de financiación y afirma defender la igualdad absoluta entre las comunidades. A este paso, cuando lleguemos a la materia preferida de ellos, las matemáticas, nos enteraremos de que dos más dos son cuatro en Valencia, uno en Madrid y cinco en Barcelona. No se rían, que en La Rioja, Murcia y Castilla y León suprimieron el teorema de Tales, vaya usted a saber por qué, aunque Juan Urbano dice que es porque habla de la igualdad de los ángulos, y esa palabra, igualdad, les parece sospechosa.

Juan Urbano acabó su café y me dijo: "¿Tú qué crees que les preocupa más de la Educación para la Ciudadanía: lo primero o lo segundo?". Bueno, eso es fácil de responder desde el punto de vista de la Conferencia Episcopal: mejor doctrina que educación y mejor fieles que ciudadanos, porque los segundos votan y los primeros le dicen amén a lo que señala el dedo de los cardenales en el Vaticano, cuya sombra es tan larga que llega hasta la Puerta del Sol. Así es el mundo en uno de sus extremos: las catedrales quieren ser escuelas, los que hacen un voto de castidad quieren organizarnos la cama y los que no nadan quieren atarnos el bañador. Qué raro todo.

martes, 4 de agosto de 2009

El optimista quiere volverte a ver

El optimista, del libro Marea Humana, es un poema de los clásicos de Benjamín. Lo ha incluído en sus antologías, lo cantó al son de la guitarra de Ángel Rubio en la escalera de Jacob, lo ha leído en Argentina, en la feria del libro, y el pasado 18 de julio lo intercaló con el estribillo, la voz y la guitarra de Quiero Volverte a Ver de Coque Malla, y Nico Nieto; y ¡con su propia armónica! Polifacético, atrevido, genio, este Benjamín.

El concierto sigue dejándonos joyas, y la mejor, en mi opinión, aún está por venir... paciencia

sábado, 1 de agosto de 2009

Toda una vida en catorce endecasílabos

El pasado 18 de julio, con motivo de la publicación de la Poesía Completa de Jorge Luis Borges, Benjamín Prado escribía en el suplemento de literatura de El País, Babelia, una crítica que debía ser sobre el libro pero que inevitablemente fue sobre el poeta. Una crítica sobre poesía en la que Benjamín destaca al Forges más prosista. Porque Benjamín es así, a lo Laudrup, mira para un lado, y pasa hacia el otro.

Un poeta que también escribía prosa
Por Benjamín Prado. El País. Babelia 18/07/09.

Hay quien prefiere definir a Borges por lo que no fue, resumirlo diciendo que no escribió una novela y que no le dieron el Premio Nobel, pero otros preferimos señalar lo que fue por encima de todo: un cuentista notable y un poeta excepcional. Esta nueva aparición de su obra poética completa recuerda la perfección de sus mejores versos y su dominio de la rima, una habilidad que no consiste en imitar a los clásicos sino en vulnerar las leyes del tiempo y el idioma hasta ser capaz de volver moderno un soneto, por ejemplo. Borges lo hizo como muy pocos poetas del siglo XX.

Su mundo, a base de ser tan personal, se hizo pequeño y reconocible; por eso un texto de Borges, sea del género que sea, resulta fácil de identificar, por la doble fortaleza de su estilo y de sus obsesiones. Todo ello favorece a su poesía, que es donde su oficio de constructor de miniaturas se expresa con más naturalidad. Si digo a continuación que, en realidad, Borges era un poeta que también escribía prosa, es posible que algunos se lleven las manos a la cabeza; pero ahí lo tienen, ya está hecho, y lo voy a mantener. Libros como El otro, el mismo o como los dos últimos que publicó, Los conjurados y La cifra, reducen su enorme cultura a un espacio tan escueto que demuestran el modo en que lograba el mayor triunfo que puede conseguir un poeta, que es el de vulnerar las leyes del tamaño para guardar lo inabarcable en lo diminuto: una selva cabe en un octosílabo y toda una vida en catorce endecasílabos: "Ya no seré feliz. Tal vez no importa. / Hay tantas otras cosas en el mundo; / un instante cualquiera es más profundo / y diverso que el mar. La vida es corta / y aunque las horas son tan largas, una / oscura maravilla nos acecha, / la muerte, ese otro mar, esa otra flecha / que nos libra del sol y de la luna / y del amor. La dicha que me diste / y me quitaste debe ser borrada; / lo que era todo tiene que ser nada. / Sólo me queda el goce de estar triste, / esa vana costumbre que me inclina / al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina". No se puede decir más con menos, y ésa es la definición de la poesía más exigente.
Poesía completa.
Jorge Luis BorgesDestino. Barcelona, 2009632 páginas. 23 euros
DOCUMENTO (PDF - 51,49Kb) - 16-07-2009