Retomamos el concierto con un poema que recitó casi al final del mismo. (Es también de los de mala calidad de imagen, pero el sonido no es malo).
¿De qué me sirve ahora? Por Benjamín Prado
¿Dónde están ahora Rilke y Ajmátova y Neruda?
¿Dónde están ahora Ovidio
y Auden y Robert Lowell?
¿Dónde están todos esos a quienes di mis labios,
los que vivían con mi corazón?
¿Dónde están,
de qué sirven en este día oscuro;
dónde está Lorca, dónde está Cernuda,
dónde está Ingeborg Bachmann hoy que mi padre ha
muerto y yo huyo de sus ojos -leo a Bécquer,
leo a San Juan-,
quiero ocultar sus ojos
igual que el desertor que entierra su uniforme junto a un río?
¿Qué puede hacer Pessoa contra el hielo;
para qué sirve Pasternak
cuando el dolor instala su colmena?
Los poemas no saben detener los relojes;
no existen puentes que hagan menos hondo un abismo.
Busco a Paul Valéry,
busco a Huidobro.
Miro hacia atrás y veo la serpiente
del camino ya andado.
Busco palabras que me vuelvan ciego,
busco palabras que me den mi vida.
¿De qué sirve Virgilio contra la flor cortada
o la luz de las velas
o el peso de mi padre sobre el hombro
como un buitre sobre una res caída?
El marmol no merece la muerte del Laocoonte.
Abro un libro. Es muy bello. De qué me sirve ahora.
Una grata sorpresa descubrir este Blog,gracias a Victor (Al caer el sol)
ResponderEliminarSaludos desde Bs As
Qué buen poema!!. Un abrazo
ResponderEliminarLo he vuelto a leer, es que es emocionante, algo vital del poeta que se pregunta acerca del poema y sus distancias. Dónde están, dónde quedan, para qué... todo responde este poema, adentro del poema que resulta ser la vida.
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