Acabo de descubrir un nuevo libro de Benjamín Prado que ya es muy antiguo. Se trata de Zona Roja, el cuarto libro que escribió Benjamín Prado, allá por el año 99, y que acabó llamándose No solo el fuego. Con ese nombre ganó el premio Andalucía de Novela, pero nunca se publicó con esta denominación.
Tras el nombre me he puesto a mirar en las hemerotecas digitales y he dejado que otros me contaran lo que pensaban de este libro. Otros, periodistas, de dos medios diferentes, ABC y El País. Pero con algo en común, el gusto por la buena literatura. Aquí podéis clicar para ver al completo las dos críticas, la primera de ABC, de Félix Romeo, con caricatura al autor incluída, y la segunda, de El País, de Santiago Belausteguigoitia.
En extractos, nos cuentan que:
El País:
Las vivencias de los cinco miembros de una familia se entrecruzan en Zona
roja hasta llegar a un territorio en el que la realidad no tiene nada que
ver con lo que soñaron. Las fronteras entre la realidad y el deseo se han
convertido en un abismo. El fracaso del matrimonio entre Samuel y Ruth parece
marcar el destino de sus hijos, Marta y Maceo.
El abuelo, Truman, dejó sus sueños truncados en América Latina. "El nombre de
la novela tiene que ver con ese indicador que avisa de que vamos muy deprisa o
de que nos hemos quedado sin combustible. Es un indicador que, en cualquier
caso, nos advierte de que estamos en una zona de peligro", explica Prado
(Madrid, 1961) en una conversación telefónica.
"La historia de su pareja es terrible, no tiene salida. Ruth piensa que todo
es mentira. Samuel es una especie de fantasma. No sólo en el sentido chusco de
esta expresión, sino también en el más auténtico", indica Prado.
El desastre de los padres sirve de pórtico al de su hija. "Marta termina
repitiendo el modelo de la madre. Se mete en la boca del lobo en su relación con
un novio que, incluso, le pega. Es un poco el mito de Caperucita, en el que el
hombre es un peligro, un ser excitante con un componente acanallado que atrae a
la mujer", agrega el novelista.
ABC:
"Es una novela llena de historias, y muchas de ellas hablan de la imposibilidad de conseguir un amor que sea perfecto: el abuelo, Truman, no podrá amar a Cecilia porque está condenada a ser el exiliado en continuo movimiento: Ruth, porque el hombre del que se enamoró, Samuel, líder d ela izquierda universitaria durante la dictadura desapareció en algún momento para convertirse en un marido tacaño y con todas las quimeras amputadas; Marta, su hija porque se enamora de un hombre que la destroza..."
"En todos los libros de Benjamín Prado, la literatura es un elemento fundamental, sin la que no se entiende la propia vida de los personajes..."
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar