Ya lo adelanté y colgué un vídeo de la charla que Benjamín Prado y Jorge Valdano tuvieron sobre fútbol con motivo del número 1 de la revista Líbero. Una revista que nace para unir literatura, y buenos textos con el fútbol y buenas jugadas y que habrá que marcar muy de cerca.
Una revista que además de todo lo bueno que tiene: el papel, la cuidada edición, el diseño, el tacto... está escrita bajo licencia Creative Commons que nos permite hablar de ella y difundir sus contenidos, ya que ni tenemos fines lucrativos ni vamos a dejar de decir que el equipo de Óscar Abou-Kassem y Diego Barcala son los artífices de esta joyita que acaba de nacer en una época de claras extinciones, y que esperemos que al número 1 le siga el 2, y así sucesivamente.
Por ello hoy os acerco la charla entre Benjamín Prado y Jorge Valdano. Con píldoras de cada una de las páginas... (al completo en la imagen o, lógicamente, en la revista, que tiene otro olor).
"En una charla cómplice, trufada de Raúl y Guti, y entre las aficiones de España y Argentina. Jorge cerca de personalidades como Menotti o Di Stéfano. Benjamín debate desde el bagaje de quien compartió madrugadas con Rafael Alberti o Ángel González." ¿Por qué los intelectuales le perdieron el miedo al fútbol en los últimos años?", le pregunta Valdano a Prado a bocajarro. "Antes, cuando llegabas a un ámbito cultural y decías dos palabras sobre el fútbol te miraban como diciendo , "este va de listo o es que es tonto" no había otra opción. Ahora todo ha cambiado", sentencia Benjamín antes de contar la primera anécdota de la charla. Una sobre Puskas.
Página 1
Benjamín Prado. El otro día tuve una experiencia maravillosa. Fui a Budapest invitado a una conferencia. Inmediatamente fui a ver, como Dios manda, la tumba de Puskas. Está enterrado en una catedral en el centro. Ahí está Puskas. Un tipo me llevó al restaurante al que iba a comer Puskas. Los camareros me dijeron que me iban a sentar en el sitio exacto donde se sentaba Pancho con su mujer. Y en ese momento, entró una señora, a la que todos los camareros besaron la mano, y es la mujer de Puskas. Me emocionó tanto como visita la tumba de Borges.
Jorge Valdano. Hay quien dice que fue el mejor jugador que pasó nunca por Madrid. Amancio habla de él con tanto amor como de Alfredo (Di Stefano). Me sorprendió mucho.
Prado. Esas son mis teologías. Las tumbas y esculturas de escritores. Allá donde hay tumba de Cortázar desecho la Torre Eiffel. Y además, los futbolistas. La primera vez que fui a Argentina fui a ver la tumba del boxeador (Luis Ángel) Firpo. Un cementerio lleno de ángeles y ves la estatua de él, en batín de cuerpo entero. Vamos, ni Gardel. Un boxeador.
Valdano. Me decia un argentino que en el año 30 murió Gardel en un accidente de avión, en el año 60 murió Hugo del Carril, un cantante, en un accidente de coche y en el año 75 murió (José María) Gatica que es un boxeador de última generación cruzando la calle. Eso marca la decadencia de Argentina. Morir caminando.
Prado. En Buenos Aires, me preguntaron. ¿Se puede hacer poesía y novela? Y en una película o jugando al fútbol. ¿O es que el gol de Maradona no es un poema? Y Diego me mandó una camiseta de Boca dedicada. La guardé y pensé: Cuando tenga un hijo me la pongo. Tuve un primer hijo y pensé: es solo un niño. ¿Y si la mancho? Está sin estrenar. Me la regaló en el 94 o por ahí. Por cierto, nunca entendí la sanción de ese Mundial. Siempre desee que lo que tomó Maradona lo hubiera tomado Julio Salinas para que lo expulsaran a él. Entiendo que te sancionen por tomar algo beneficioso para el cuerpo, pero no por algo perjudicial.
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Prado. ¿Crees que Messi le llega (a Maradona)?
Valdano. No tiene ese sentido artístico preo tiene un talento igual de eficaz. La pregunta es un homenaje. Con 24 años, emparentarlo con Maradona, ya tiene algo de reconocimiento, porque le quedan diez años de carrera. No sé hasta dónde puede llegar. Ahora, cuando empiezas a compararlo y ves alguna imagen de Diego, te das cuenta de que tenía un sentido poético. Todo en él expiraba fútbol. La pausa, la carrera, cómo escondía la pelota, cómo daba el pase más simple del mundo, pero te lo daba perfecto. Sin ningún defecto. La sensación de que el arte redime. Regordete, enano, pero con la pelota en los pies era bello.
Prado. Yo empecé a ir al Bernabéu en la época de la Quinta, la gente a Butragueño le quería mucho. Y cuando empezó a estar mal, la gente le aplaudía y le animaba. Ahora tengo la impresión de que tres cuartas partes del campo está deseando que Cristiano, a quien tanto necesitan, falle para pitar a gusto. Noto admiración, pero no noto cariño.
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Valdano. Primero van a desaparecer los 10 y luego los espectadores que aman a los 10, así que tienes fecha de caducidad.
Prado. La llevo escrita en la frente. A mi el fútbol demasiado físico, como la literatura demasiado ampulosa no me gusta. Me pasa lo mismo con los futbolistas que lo basan todo en el físico como Lass. Me fatigan tanto como los poetas ultraístas que lo basan todo en la imagen. La mezcla es lo magnífico pero ahora los jugadores son muy atléticos. Incluso Messi que parece pequeño y vaya piernas tiene.
Prado. Ahora en el fútbol cada vez hay menos sitio para lo distinto. Todo parece igual.
Valdano. Eso lo dijo muy bien Menotti con respecto a Maradona, "es impensable un Maradona japonés". Maradona es hijo de Villafriorito, un lugar donde es perfectamente posible jugar ocho horas al fútbol porque donde te metas te vas a encontrar a ortos diez con la misma enfermedad que tú por el fútbol.
Valdano. ¿De dónde sale la fuerza del fútbol para no hacer sospechoso al que levanta una bandera?
Prado. Todo el mundo acepta que el fútbol es algo al margen de la realidad y por eso la gente no suele entrar en esos debates sobre el precio de un jugador. Siempre digo que en el campo de fútbol es el único lugar donde estoy plenamente relajado. No trato de buscar inspiración para una novela o un poema. En el fútbol solo estoy en el fútbol.
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Prado. A mi el fútbol es una de las cosas que más me gustan. Me importa menos de lo que me gusta. Al acabar el partido ya vuelvo a pensar en mis cosas.
Prado. Me recupero antes. Vamos juntos al Bernabéu y mi imagen del Madrid si empatamos o perdemos un partido importante es la de estar consolando a un Luis (García Montero) abatido, com desinflado y yo intentando animarle. Supongo que será porque vivimos rodeados de gente del Atleti, Almudena Grandes, Chus Visor, Joaquín Sabina...
Valdano. ¿Pero Joaquín no es muy futbolero no?
Prado. Se está haciendo porque cada vez sale menos de casa. Un día nos llamó para preguntarnos qué nos parecía el himno del centenario del Atleti. Luis le dijo: "Demuestra dos cosas. Que no entiendes nada de fútbol ni de himnos". Nos juntamos a ver partidos en casa de Joaquín que es el que tiene la tele más grande. Recuerdo el derby en el que a los quince segundos el anterior Ronaldo ya había metido un gol. Luis y yo nos limitamos a hacernos un gesto, que repetimos en el segundo. Cuando el Madrid metió el tercero a los 40 minutos, Joaquín se levantó y nos gritó "¡Meteos vuestra piedad y educación por el culo. En mi casa se celebran los goles o ya sabéis dónde está la puerta!". No soportaba nuestra falta de entusiasmo. Si algo detesto en este mundo es el futbolista que no celebra el gol.
Valdano. El gol es el acontecimiento hasta en el parque de la esquina, es una cosa que te sale por los poros.
Prado. Rechazar el Nobel vale, pero no festejar un gol...
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