Así introducen la lectura del texto que Benjamín escribió del que ha escogido como su momento estelar de los mundiales, el gol de Michel que no fue...Y así suena en el programa El Ojo Crítico que dedicó el espacio "La pelota en verso" para que distintos literatos escribiesen sobre ese momento estelar. El de Benjamín es muy bueno, pero no te pierdas el resto.
La pelota en verso. Benjamin Prado (El Ojo Crítico)
Tiene el mar su mecánica como el amor sus símbolos, decía el poeta Pere Gimferrer. El fúbtol se parece a esa idea, tiene su geometría igual que las matemáticas tiene su músculo. Y sino, que nos lo digan a nosotros, a todos los que hace 24 años descubrimos que la distancia entre la justicia y la injusticia es de dos letras.
Y la distancia entre el triunfo y la derrota son 5 centímetros. Los mismos que aquel balón traicionado que mandó Michel a la portería de Brasil habían cruzado la línea de meta tras dar en el larguero, y también los mismos que el árbitro y los linieres no quisieron ver.
Era un buen mundial. Butragueño había volado sobre Querétaro y por primera vez no parecíamos enfrentarnos a la camiseta de Brasil sino a sus jugadores. Y les íbamos a ganar. Y Michel metió aquel gol. Y nos lo robaron.
Y al día siguiente la foto de portada de los periódicos demostraba que aquello no había sido un sueño, pero si una pesadilla. Después ellos marcaron en fuera de juego, y ese tanto sí subió al marcador. Y luego vinieron los belgas, los penalties. Todo lo que la desgracia trae atada a la cola.
Es el peor recuerdo que tengo de un campeonato del mundo.
5 centímetros son la diferencia entre el bien y el mal y Querétaro, que parecía la puerta del paraíso solo era la estación anterior al infierno.
Una historia que se ha repetido después. Esperemos romper el embrujo esta vez.
ResponderEliminarNO ME CUENTES TU VIDA
ResponderEliminarNo me cuentes tu vida.
No me des la mitad de lo que ya no quieres.
No olvides que el dolor es lo que un golpe
recuerda de nosotros;
que si lo tocas,
puede despertarse,
pensar de nuevo en ti.
No hables del pasado
-si quieres encontrar respuestas, corre
en dirección contraria a las preguntas-
ni me arrastres a un tiempo
en el que aún no sepa
quién eres, pero ya no seas mía.
¿De qué sirve arrojar peces muertos al río?
¿Por qué volver atrás
a pintar la diana encima de la herida?
¿Para qué conocerte, si te puedo aprender?
Acuérdate, mi amor, de esas tres cosas:
-No existe mayor preso
que el que duda entre dos puertas abiertas.
-Quienes lo saben todo de aquellos a los que aman,
sólo los aman… a pesar de todo.
-Lo que no busca nadie, deja de estar perdido.
No me cuentes tu vida,
y entonces
será sólo
para ti
y para mí.
Ahora sí, antes tenía un par de erratas:
ResponderEliminarNO ME CUENTES TU VIDA
No me cuentes tu vida.
No me des la mitad de lo que ya no quieres.
No olvides que el dolor es lo que un golpe
recuerda de nosotros
y si lo tocas,
puede despertarse,
pensar de nuevo en ti.
No me hables del pasado
-si quieres encontrar respuestas, corre
en dirección contraria a las preguntas-
ni me arrastres a un tiempo
en el que aún no sepa
quién eres, pero ya no seas mía.
¿De qué sirve arrojar peces muertos al río?
¿Por qué volver atrás
a pintar la diana encima de la herida?
¿Para qué conocerte, si te puedo aprender?
Acuérdate, mi amor, de estas tres cosas:
-No existe mayor preso
que el que duda entre dos puertas abiertas.
-Quienes lo saben todo de aquellos a los que aman,
sólo los aman… a pesar de todo.
-Lo que no busca nadie, deja de estar perdido.
No me cuentes tu vida,
y entonces
será sólo
para ti
y para mí.
Me encantó:
ResponderEliminar'No me cuentes tu vida,
y entonces
será sólo
para ti
y para mí.' Eso es genial.
Y tienes razón, uno se queda paralizado cuando ha conseguido que más de una puerta se abra... si hay una puerta abierta, pues se entra..., pero si hay dos es una putada, ja, ja, ja... Me recuerda a un saquito de naranjas de red, cuando abres dos o tres agujeritos lo suficientemente grandes y lo vuelcas, no sale ni una naranja, el agujero sólo funciona si es sólo uno
Si antes me parecía buenísimo, ahora es mejor, porque lo perfila más, pero ¡¿te has dejado al pobre receptor/destinatario sin felicidad ni libertad!?
Marta Á
Ah, no, Marta, espero que no; lo que pasa es que alguna amiga suya lo leyó y le preguntó: "Pero ¿es un poema de amor o de desamor?" Y yo pensé: "¿Ves como no estaba claro?" El poema es una advertencia, ya lo dije en Las Diablas Azules. Y le he dado vueltas para que la advertencia no sea una amenaza, sino una súplica.
ResponderEliminarClaro, Benja, nunca pareció, creo, una amenaza; pero siempre pareció una advertencia, eso sí lo tenía yo claro. La libertad ayuda a que se entienda la súplica ¿no? Pero supongo que, ahora que lo vuelvo a leer, la libertad sí que está suplicada con la mención de las puertas … Ufff… Este poema vive...
ResponderEliminarMarta Ávila
No me cuentes tu vida
ResponderEliminarPues yo lo veo claro, no es un poema ni de amor ni de desamor, es un poema de "déjame tranquilo que lo que tuvimos se queda ahí y punto".
ResponderEliminarEs como que la otra persona se niega a ver una puerta sólamente, la de salida de esa situación, y quiere seguir dudando siempre.
Me encanta el poema, ¡es tan real!, al menos para mí.
Feliz verano a todos, especialmente a Meadow y a Benjamín