Sí, Benjamín ha escrito un nuevo libro, y es que ha escrito las canciones del último disco de Joaquín Sabina, Vinagre y Rosas. Pero Benjamín, sigue siendo poeta, y además de las canciones a él le gustan los poemas, y a nosotros la poesía. Por eso y porque José Miguel, desde México, nos ha pedido el poema del libro Todos Nosotros. Ponemos aquí el de "Mi Antología", publicado en México por la Universida de las Américas Puebla:
Parejas. Por Benjamín Prado.
Por lo mismo que une a Vallejo y los miércoles,
el mercurio y Bob Dylan,
Neruda y las ballenas.
Neruda y las ballenas.
Esas son las razones por las que estás conmigo.
Y también porque sabes todo lo que importa:
porque entiendes al niño que llora entre los árboles;
a la mujer que sueña con oscuras cocinas,
con cucharas que buscan su corazón partido.
Silenciosa, lámpara interminable,
yo pronuncio tu nombre para saber qué somos.
Te llamo bosque azul,
pájaro del océano,
estrella entre dos torres,
luna sobre la isla.
Tú te acercas;
entras en el poema
y desde ese poema abres una ventana,
descuelgas un teléfono,
coges un pez en la palabra río.
Estás aquí
y fuera se oyen voces,
gente que aún se mueve en donde ya no hay nadie,
una sirena,
un hombre que a lo lejos
pasa junto a nosotros:
ruidos de algún lugar en el que ya no estamos.
Por lo mismo que Julio Cortázar y el boxeo,
Bukowski y los hoteles pintados de naranja.
Handke y los lanzadores de cuchillos.
Por eso.
Esas son las razones por las que estamos juntos.
BENJAMÍNNN…que bonito poema! llegó a tiempo quizá para aliviarme un poco del síndrome post ”romper una canción”. Que acabo de terminar de leer.
ResponderEliminarLo del síndrome, es una patología que padezco siempre, con las grandes cosas. Sólo le añado la terminación: (post)-concierto, (post)-libro, (post)-poema…
Ocurre que mientras dura el hecho que me provoca felicidad en sí, la parte abstracta de mí, se regocija en su disfrute y cuando el estímulo cesa, se revela como si me sumergiesen el alma en una bañera con cubitos, después de sacarla de un horno de crematorio.
Quizá sea algo parecido a la nostalgia. Palabra en la que no confiaba demasiado hasta que tu la describiste con la maestría de siempre: “Ese moho de la memoria, esa oscura envidia de uno mismo…La nostalgia es el opio de los tristes, es una droga alucinógena que te hunde a la vez que te alivia, te hace sonreír mientras te clava en la espalda sus pretéritos perfectos e imperfectos. “ ESO ES! Que barbaridad! ¿tu no te emocionas cuando te lees? Por una lado tiene que ser extraño emocionarse consigo mismo, y por otro, desconfío de todo aquel que no se emocione con semejante descripción.
A lo que voy, es que cuando escuché Vinagre y Rosas, me pareció una bendición del cielo: es sabina, dirigiéndose a mí (y directamente a mí. Universalidad que, creo, solo consiguen los grandes) con un tono mas susurrante, mas poético, mas mágico, mas introspectivo pero a la vez mas trasparente que nunca… “Mi chico se Cohenizó” (pensé), pero la clave estaba mas cerca, quizá se Benjaminizó. Mas bien fue una fusión de ambos.
Ha sido increíble, Benjamín, que nos abrieses esta puerta, que nos dejases entrar al taller de las canciones, ver su mecanismo, su nacimiento, su engrase, sus primeros pasos… y ver sobre todo, la calidad artística y humana que se esconde detrás de todo eso. Y es que nosotros solo podemos saber hasta donde se nos cuenta, pero la mayoría de cosas que amo en este momento, están en ese libro: La amistad, el cariño, la poesía, la risa, la locura… Y sobre todo la mayoría de gente a la que amo está en este libro, formando parte de un núcleo de amistad, que se me ha concedido el placer de descubrir. Os llamarán, dentro de años, la generación “no-se-que”… pero lo curioso es, que os amaba por separado y habéis quedado todos, para juntaros en la vida y en este puñado de folios.
Siempre ame a Joaquín, amo a Ángel González y su muerte constituyó otro golpe mas, a mi contrariedad con mi propia generación: Y es que pienso que pertenezco a una generación que cree que no necesita nada, pero en realidad se lo ha perdido todo, incluso el placer de seguir viendo muchos mas años a Angel recitar, cantar reír, en la semana negra de Gijón, (por ejemplo). Amo a Almudena desde Lulú hasta Raquel Perea, amo al gran Luis García Montero, que después de escribir su maravilloso “vista cansada”, conquistó por primera vez el terreno de la novela, para enseñarnos como era Angel, igual que tu has hecho ahora con todos ellos. Por supuesto también te amo a ti, con tu exquisita forma de novelar los poemas, y teñir de poesía las novelas. Pero después de tanto derroche de amor, lo que verdaderamente me ha hecho arder en gozo, es descubrir lo mucho que os amáis entre vosotros. (...)
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ResponderEliminar(...)Cuando cuentas, el día de la presentación de “mañana no será lo que Dios quiera”, recordé esa tarde. Estuve allí, yo estaba con un amigo y estuvimos hablando contigo, y como se alargaba la conversación y escaseaba el tiempo comentaste: “vamos a la florida a tomar una copa”, y yo por prudencia, en el camino hice por perderme entre el tumulto, con el consiguiente reproche de mi amigo (no se si lo recordarás). Pero leyendo el libro, toda yo, se rebeló contra mi maldita prudencia, puesto que no logro imaginar, (con toda esa gente), un lugar mas cercano al paraíso. Os falta fichar a Joan Marsé para el adosado de al lado, y me hago jardinera de la urbanización de Rota, o piscinera o camarera o lo que sea.
ResponderEliminarPero lo importante de todo esto, es el derroche de talento que desprendéis juntos, (Joaquín-Benjamín en este caso) la productividad literaria de vuestra amistad, y que en esta ocasión nos has dejado entrar… y ver y disfrutar. Enseñarnos cómo se hace, cómo ha sido el procedimiento. El primer taller de canciones, y mucho mas que eso.
Y ahora queda escuchar…y escuchar…
Tengo el síndrome post libro, pero espero que sus propios frutos me sirvan de terapia, y que en unos días, me lo cure el síndrome post-concierto.
Creo que mientras terminas esa novela, que estás escribiendo me leeré “A la sombra del Ángel”, (por cierto, el único libro tuyo que me falta) para acercarme a Alberti, para fustigarme otra vez “en la generación”, por haber hecho que me perdiese otra grandeza literaria, (aquellos conciertos GENIALES, con Paco Ibanez; que cantaba tan desacompasado como feliz, aquellos recitales, aquellos homenajes a las brigadas internacionales…) y de paso amarle aún mas de lo que le amo.
Seguro que se puede, con Joaquín también pensé que no sería posible, y al final lo conseguiste. Al igual que cuando legas al fondo, descubres que puedes seguir cayendo, con el techo ocurre lo mismo.
Benjamín: No estoy segura de que leas esto, pero me gustaría. Para poder darte las gracias por la llave del taller, y por el fruto que salió de él, GRACIAS; GRACIAS; gracias!!! Sigue mimando a Joaquín y que él haga lo propio contigo. Viva el “rosqueterismo” y la “rosquetería” jujuu…
Un abrazo!
PD: Tengo un “virgen de la amargura” prendido en el alma, voy a ver si me cura un síndrome para ponerme otro que puedo aliviar, dondole al play tantas veces como sea necesario.
Fe de erratas:
ResponderEliminar"En se revela como si me sumergiesen"del primer comentario Es rebelar de rebelión no revelar de foto.
Está puesto el maldito corrector, pongo "reelar" pincho, acepto la primera sugerencia que me indica sin mirar y pasa lo que pasa. Pido perdón.
Quitaré el corrector cuando sepa, y ya me callo por hoy, lo prometo.
Acabó de devorar, que no leer "Romper una canción". A Benjamín le he conocido tarde, concretamente el 10 de septiembre de 2009 en Santander... (tenemos una foto con Sabina y Benjamín en La Riojana, otra con Almudena) pero desde entonces no le sigo, cómo he dicho, le devoro.
ResponderEliminarGracias a una AMIGA, que me abrió los ojos, una vez más.
por favor, dime cuales son las relaciones entre ellos
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