Benjamín Prado ha sido esta semana noticia, primero porque acudió a la Universidad de Jaen a hacer dos cosas que le apasionan, hablar de poesía y estar con los jóvenes. En esta ocasión acudió a la charla como director de la revista "Cuadernos Hispanoamericanos". Sobre este envento hemos encontrado dos recortes de prensa, del Ideal de Jaén, y de El Diario de Jaén, de este último, extraemos el siguiente texto, de la redactora Diana Sánchez: "Con una camiseta de Bob Dylan y lleno de energía, el escritor Benjamín Prado no dudó en dejar claro que la buena literatura no debe estar sujeta a rancios formalismos. El escritor se acercó hasta el corazón de la enseñanza, para ofrecer una conferencia en la UJA. “La universidad es un sitio muy grande, de hecho siempre me quejo de que la literatura llega poco a estos centros y viceversa. Creo que es un ámbito en el que resalta la escasez de lectores, pero donde la calidad de los mismos es muy buena”. 
Pero no solo por eso. Benjamín Prado estaba nominado, un año más, al Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada, junto a otros 33 poetas (conoce el listado pinchando aquí). El fallo del premio fue el pasado viernes y José Manuel Caballero Bonald fue el poeta que se adjudicó dicho galardón, que va cogiendo solera e importancia con el paso de los años.
Benjamín Prado se alegró por ello, ya que es intimo amigo de José Manuel. De hecho, desde el Diario de Jérez nos llega esta entrevista que le hicieron a Benjamín Prado en la que habla del ganador del premio García Lorca. En esta entrevista, de G.Cappa, nos cuenta, además, cómo es su relación con éste y con otros poetas. Merece la pena reproducirla íntegra:
"Entre copas es una persona deliciosa, con gran cultura y sin solemnidades"
Benjamín Prado tiene la suerte de poder tomarse una copa con sus dioses. Lo hizo con Ángel González y continúa haciéndolo con Caballero Bonald. "Es un intimísimo amigo, gran poeta, novelista extraordinario que ha encontrado un territorio mítico para sus novelas, el paisaje del Coto de Doñana", explica. Entre sus novelas favoritas está Campos de Agramante, "una de las mejores escritas en este país en los últimos años". También destaca la renovada vitalidad del jerezano. "Como poeta está teniendo la virtud de ser cada vez mejor, además de un memorialista magnífico".
Pero también es "el más fino, el más irónico, el más cariñoso y un compañero de bebida extraordinario". Entre los recuerdos "bonitos" de su vida destaca "los cientos de noches con Pepe y con Ángel González" agotando las copas "hasta que nos echaban de los bares". "Tengo el privilegio único de que me han echado de los bares con los mejores poetas de este país, me parece un mérito fantástico", dice orgulloso. Sin salir de la barra, destaca que "entre copas es una persona deliciosa, con una gran cultura y muchos saberes pero sin la más mínima solemnidad". "Le gusta reírse, contar historias de amigos comunes... Con él se habla menos de literatura que de otras cosas".
Lo conoció de manera natural. "El mundo de los poetas es muy pequeño y el mundo de los poetas que merecen la pena más pequeño aún", ironiza. "Yo he tenido la fortuna de acercarme a los poetas que admiraba, como los mencionados y Rafael Alberti o Jaime Gil de Biedma, y comprobar que eran personas muy accesibles, sencillas, con las que hablar de poesía daba gusto pero mucho más ir a un merendero de Sanlúcar a comer huevos con patatas". Y aunque estaba propuesto par el premio, Benjamín Prado considera que hubiera sido una "injusticia" que se lo dieran a él. "Antes de conocer a Pepe era de la familia, porque era de la familia poética que me interesa, y ahora es mi hermano pequeño. Yo estaba propuesto, pero estoy más contento que se lo den a Pepe porque merece este premio más que nadie", dice desde la ciudad común de Rota. Entre sus libros de cabecera también destaca Diario de Argónida: "Mientras más envejezco más me queda de vida...", recita.
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