tag:blogger.com,1999:blog-3319456457514464521.post3520190305827863612..comments2024-03-03T17:16:17.202+01:00Comments on Benjamín Prado - Prados Urbanos: Un prólogo de uñasMeadowhttp://www.blogger.com/profile/16900794935349019413noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-3319456457514464521.post-22868965569238403632012-02-13T16:34:31.975+01:002012-02-13T16:34:31.975+01:00Pues supongo que carece de importancia, pero no fu...Pues supongo que carece de importancia, pero no fue exactamente de ese modo. El editor es un señor llamado José Barrabés. Y el autor era Ferran Barber. Es de suponer que la confusión vino por ahí. Cada uno de los autores elegía al prologuista y Ferran optó por Benjamín, un novelista a quien respeta y admira. En fin. Saludos.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3319456457514464521.post-17240718671574016372008-08-09T23:58:00.000+02:002008-08-09T23:58:00.000+02:00Y mientras tanto seguirás con tu nueva novela supo...Y mientras tanto seguirás con tu nueva novela supongo. ¿Sabes? Desde que lo sé, cuando paseo cada día por los lugares que tu frecuentas aqui en Rota, miro a veces los pinares, la playa, la gente con visión literaria, como si fueran no futuribles personales o decorados de tus libros sino como si ya lo hubiera leído y los mirara para reconocerlos, como cuando releí Los Aires Difíciles de Almudena para poder recrearme en los decorados y en los personales como reconocibles en este entorno occidental de la bahía, asi me ocurre ahora pero anticipándolos, porque sé que aunque esté ambientada en otro lugar tendrá, inevitablemente, algo de aqui.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3319456457514464521.post-17553689250713828722008-08-09T12:03:00.000+02:002008-08-09T12:03:00.000+02:00Qué bárbaro, encuentras las cosas más raras. Ése p...Qué bárbaro, encuentras las cosas más raras. Ése prólogo también tiene una historia rara: me llamó alguien que dijo ser el editor de una colección nueva que iba a publicar a jóvenes y que quería que cada uno de sus libros llevase un prólogo de un autor conocido que le gustara mucho al autor novel. Después de muchas llamadas, mensajes y retrasos por mi parte, leí esa novela y me gustó lo suficiente, de modo que escribí la introducción. Cuando ya la había mandado, el supuesto editor, después de insistirme hasta la saciedad en que le dijera sinceramente qué cosas no me habían gustado de la obra, me confesó que, en realidad, era suya. O sea, como en esas historias en las que la abuela resulta ser la madre, sólo que con la literatura de por medio.<BR/>Mañana saldrán dos artíclos míos en El País, uno es el comentario a la foto de cada domingo y el otro un texto para el suplemento EPS, sobre una encuesta que habla de los cien libros que le cambiaron la vida a cien escritores de nuestro idioma. Espero que os gusten.Anonymousnoreply@blogger.com